La Central Obrera Regional de EL Alto (COR) jugó un importante papel en las movilizaciones de los últimos años, ganando prestigio junto a FEJUVE (Federación de Juntas vecinales). Pese a su nombre, en realidad sólo muy pocos de los 100.000 asalariados alteños están representados en la COR, que se constituyó en base a las asociaciones de gremiales (pequeños comerciantes y talleristas de las ferias), mercados y otros sectores populares. Sin embargo, un profundo y creciente proceso de organización sindical entre los trabajadores asalariados está cambiando el panorama alteño. Ha comenzado también un proceso de experiencia política entre sectores avanzados con el gobierno de Evo Morales, ante la inconsistencia de sus promesas y el desencanto con la supuesta "nacionalización de los hidrocarburos" que mediante los nuevos contratos deja en manos de las petroleras el gran negocio de la exportación gasífera.
Estos fenómenos se expresaron en la lucha y los debates en torno al Congreso Orgánico de la COR, que se realizó entre el 10 y 16 de abril en El Alto, que debía discutir la incorporación formal de las nuevas organizaciones sindicales surgidas en los últimos años. El Congreso fue impuesto como subproducto de una dura pelea en los ampliados del Comité Ejecutivo, ya que la actual dirección, encabezada por Edgar Patana (del MAS), quería ir directamente al Congreso Ordinario (que adoptará decisiones políticas y elegirá una nueva directiva). Todas sus maniobras buscaban excluir con pretextos "estatutarios" a los sindicatos asalariados como SITRASABSA, petroleros de Senkhata, telefónicos y otros, organizados a veces con importantes luchas en los últimos dos años. Así pensaba despejar el camino a un Congreso Ordinario burocrático y oficialista, con la izquierda excluida o "censurada" de antemano en sus posibilidades de intervención.
En las semanas previas se formaron tres bloques: el primero, directamente vinculado al gobierno aunque el más débil, pues su dirigente, Patana, está muy desprestigiado por su burocratismo y su papel desmovilizador como en las incipientes movilizaciones de enero contra el prefecto derechista de La Paz, Pepelucho Paredes. Un segundo sector era encabezado por Braulio Rocha, antiguo dirigente de los gremiales, ex PODEMOS y ahora "reciclado" como ala derecha del MAS dentro de la COR. Finalmente surgió un tercer polo, el Bloque Obrero y Popular (BOP), como la izquierda obrera ante el congreso. Este se conformó con unos 16 sindicatos, entre los que estaban todos los asalariados (excepto salud) y algunos sectores populares como la Federación de Mercados que tiene unos 10.000 afiliados. Este grupo de sindicatos es minoritario en número frente a la abultada lista de afiliados que declaran los gremiales; sin embargo, se apoya en sectores de importancia estratégica, como el aeropuerto y los petroleros y su fuerza estaba precisamente en reflejar el proceso obrero. El BOP fue articulado y dirigido básicamente por el magisterio urbano de El Alto y el combativo SITRASABSA (aeroportuarios), encabezados por militantes del POR-Masas y la LOR-CI respectivamente.
Dura lucha en un congreso burocrático
El surgimiento del Bloque Obrero y Popular animado por los sindicatos asalariados de izquierda se constituyó en un importante desafío político para Patana y Rocha, que aunque enfrentados por la pelea burocrática de cargos, sellaron al inicio del congreso un acuerdo para disminuir la participación de los trabajadores asalariados e incluso, para excluirlos de la COR, negándoles hasta el derecho a hablar durante el congreso.
Este acuerdo tuvo como un punto central preservar la dirección para la burocracia y mantener el carácter social de la COR, hoy esencialmente gremialista, contra los asalariados. Desde el punto de vista político, Patana y Rocha también coincidían en mantener a la central alteña como un instrumento de contención al servicio del gobierno.
Este frente burocrático no se detuvo ante nada para retener el control del congreso e imponerse, incluyendo todo tipo de maniobras; intentos de provocación a los miembros del BOP; agresiones y amenazas a los compañeros de SITRASABSA y mentiras contra la Casa Obrera y Juvenil de El Alto. Durante la escandalosa sesión del viernes 13, todo tipo de calumnias fueron lanzadas para "justificar" que no se considerará como afiliados a la COR hasta el próximo congreso orgánico -de aquí a 5 años con suerte- a SITRASABSA, telefónicos, trabajadores de aduanas, asalariados del transporte pesado, estibadores de SOBOCE y otros; a los delegados del magisterio -que forma parte desde hace años de la COR, se les amenazó con la expulsión inmediata.
Sin embargo, la burocracia debió reconocer en medio de una dura pelea la incorporación formal de los sindicatos asalariados, incluso SITRASABSA (algún burócrata había jurado días antes que "eso sería sobre su cadáver") otorgando un delegado pleno para cada sindicato, y no pudo evitar que por primera vez en muchos años surgiera un polo obrero, combativo y animado por los trotskistas.
El BOP, un fenómeno progresivo
El BOP expreso un fenómeno nuevo por su composición social, con gran peso de los trabajadores asalariados. Es la primera gran intervención de los asalariados en la COR, lo que expresa, aunque distorsionadamente, y de manera superestructural, el fenómeno de recomposición social obrera en El Alto, así como la incipiente diferenciación política frente al Gobierno del MAS. Es interesante que hayan participado de esta lucha sectores como el sindicato de Aseo Urbano (recolectores de residuos de El Alto), que vienen de un conflicto en defensa de su fuente de trabajo, o un sindicato de tan reciente formación como el de los estibadores de cemento (SOBOCE), constituido hace pocos días con el apoyo de la Casa Obrera y Juvenil y de SITRASABSA.
El programa del BOP planteó esencialmente la lucha por la democracia sindical y el respeto a las minorías, contra la exclusión de los trabajadores asalariados, por la independencia política y sindical de la COR con respecto a los partidos burgueses, el Estado y el gobierno del MAS. Planteó también la necesidad de que la COR asuma la lucha contra el alza del coste de vida, que afecta tanto a asalariados como a pequeños comerciantes, gremiales, artesanos y campesinos, y retome la lucha por una genuina nacionalización de los hidrocarburos (retomando la "agenda" del levantamiento de octubre de 2003). Además, abrió el debate sobre la centralidad obrera, insistiendo en que el proletariado, por su lugar en la producción y su condición de explotados por el capital, puede jugar un papel dirigente en la alianza con los demás sectores populares, lo que debería reflejarse en la organización de la central alteña.
Sin embargo, desde el punto de vista político y pese al papel desempeñado por la izquierda trotskista (LOR-CI y POR-Masas), el bloque era heterogéneo políticamente. En su seno había algunos sectores burocráticos y masistas descontentos o de izquierda que aceptaron el programa pero no estaban dispuestos a defenderlo consecuentemente. Esto explica algunas defecciones del viernes 13, especialmente la del sindicato de los petroleros de Senkhata o la actitud conciliadora del sindicato de COTEL (telefónicos), lo que debilitó la lucha del BOP en el tramo final.
A redoblar la lucha por la organización obrera independiente
Más allá de que la cúpula "gremialista" retuvo el control de cara al Congreso Ordinario, lo cierto es que no pudo impedir que surja un ala izquierda y de base obrera, que refleja el nuevo fenómeno social y sindical que empieza a emerger en El Alto. La moción defendida por el BOP está sobre la mesa: organizar a los trabajadores, imponer la democracia sindical, independencia sindical y política respecto a los partidos burgueses y el gobierno del MAS.
Se ha comenzado a discutir cómo seguir la lucha y agrupar permanentemente a los sindicatos asalariados y a sus aliados.
SITRASABSA y otros sindicatos y grupos de trabajadores, así como la Casa Obrera y Juvenil y la LORCI, coincidimos en que lo hecho es un primer round y la pelea recién comienza. Por eso llamamos a las demás organizaciones, y en especial al magisterio, a no abandonar la pelea que iniciamos conjuntamente con el BOP e impulsar en común el movimiento por la organización obrera independiente y las demandas de los trabajadores, haciendo de El Alto un bastión.
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