Tres trabajadores fueron condenados a prisión perpetua por la muerte de un policía. Pero el tío del agente y organizaciones de derechos humanos denuncian que se trata de una causa armada con testimonios conseguidos bajo tortura.

Lucha. La marcha a Plaza de Mayo el miércoles 5.
Foto: Ezequiel Torres

La lucha por la absolución de los petroleros de Las Heras, condenados a prisión perpetua por el asesinato del policía Jorge Sayago, comienza a hacerse visible. Organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas consideran que los trabajadores son inocentes y que se trató de una causa armada por el Poder Judicial de la provincia de Santa Cruz, viciada de nulidad por las torturas que denuncian haber sufrido los detenidos. Así lo expresaron en una masiva marcha a la Plaza de Mayo el miércoles 5: los manifestantes expresaron su repudio a lo que consideran una gravísima violación a los derechos humanos.

“No sabemos si vamos a seguir en libertad: le damos una importancia enorme a toda la gente que nos está acompañando. Si nos condenan a nosotros, condenan a toda la clase trabajadora. Esta es una causa armada por la Justicia de Santa Cruz. Voy a pelear hasta el final para que quede claro que somos inocentes. Fuimos encarcelados durante tres años, torturados, y después fuimos enjuiciados. No tienen pruebas contra nosotros”, dijo a Veintitrés Ramón Cortez. Al igual que sus compañeros, Cortez se encuentra en libertad hasta que la condena quede firme. Los otros condenados a perpetua por los jueces Humberto Monelos, Cristina Lembeye y Pablo Olivera son José Rosales y Hugo González, además de otros seis trabajadores que fueron condenados a cinco años de prisión por coacción agravada y lesiones.

En el escenario que se montó en la Plaza de Mayo, rodeado de referentes sindicales, dirigentes de izquierda y personalidades como Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, Cortez hizo un llamado dramático a seguir esta lucha: “Mi libertad y la de los petroleros de Las Heras depende de todos ustedes. Si nos meten tras las rejas, seguramente van a ser muchos más los compañeros que van a ir presos”.

Los petroleros fueron condenados en diciembre pasado por los hechos que se desencadenaron en 2006 cuando fue asesinado el policía Sayago, en el marco de una pueblada en la localidad de Las Heras, cuando miles de petroleros salieron a reclamar por su encuadramiento gremial y por la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios. El tío del policía asesinado, Víctor álvarez, sostiene desde el principio que los ahora condenados son un “un chivo expiatorio”. Y según denuncian los petroleros, cuando estuvieron detenidos sufrieron golpes y torturas, como el llamado “submarino seco”. De acuerdo con el portal Infojus, el sitio de información jurídica dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el fiscal de instrucción Ariel Candia dijo que “darle un cachetazo o ponerle una bolsa en la cabeza (a un testigo) no implica decirle lo que debe declarar”.

El escritor y periodista Osvaldo Bayer apoyó el reclamo de los petroleros mediante una carta: “La señora presidenta de la Nación tiene que analizar este hecho tan perverso y firmar una resolución a favor de la verdadera justicia. Sólo así los argentinos entenderemos que vivimos en una verdadera democracia. Y, por supuesto, todo el pueblo y todos los partidos políticos tienen que movilizarse. Y que los jueces que han aprobado el nefasto fallo piensen que pueden pasar a la historia por haber sido autores del fallo más erróneo e injusto de nuestra historia. Si no lo hacemos, las próximas generaciones se avergonzarán de nosotros. Acompañemos a los trabajadores en su lucha. De ellos es el futuro, y los hoy condenados pasarán a ser nuestros héroes del presente y del futuro”