CRISTINA Y LOS GOBERNADORES QUIEREN IMPONER EL 25% A LOS DOCENTES
La paritaria docente es más que nunca una paritaria testigo. Si los deseos del gobierno se cumplen dará un paso para imponer un techo salarial en todas las paritarias. Para la clase trabajadora se trata, en cambio, de nuestra primera batalla contra el tope salarial. La burocracia que dirige la CTERA enrolada en la CTA de Hugo Yasky, viene en un tira y afloje con el gobierno que por ahora sólo son palabras. Dicen querer un aumento del 30% mientras el gobierno pretende entre un 23,5% y un 25%, y en cuotas. Mientras, los gremios docentes de la CGT de Antonio Caló piden $5.500 de básico, bien lejos de la canasta familiar.
La bronca viene de abajo. Ya hubo un Encuentro nacional de la docencia opositora y plenarios de delegados de los SUTEBA opositores (provincia de Buenos Aires) y en otros puntos del país, como Tucumán. Allí se templan los ánimos para pelear: se votan medidas y se decide exigir a la burocracia de CTERA un plan de lucha nacional con continuidad, un salario mínimo de $9.000 y no iniciar las clases el 5 de marzo. Los docentes combativos necesitan el apoyo de todo el movimiento obrero. La lucha por romper el techo salarial no será fácil.
La respuesta del gobierno está a la vista. El viernes 14 en Santiago del Estero los maestros fueron violentamente reprimidos. Pero no son los únicos que reciben este trato. En San Pedro de Jujuy fueron detenidos y golpeados siete trabajadores municipales del SEOM (Sindicato de Empleados y Obreros Municipales) y les allanaron sus casas por luchar por el pase a planta y contra la precarización.
El pacto contra el salario es el arma privilegiada de un gobierno que pasó del discurso del “nunca menos” al ajustazo. Un pacto que no es patrimonio exclusivo de los K, también es de los políticos patronales que se dicen opositores. Tanto el FAP de Binner en Santa Fe o el peronista de derecha De la Sota en Córdoba buscan imponer techos por debajo de la inflación real. Si alguien pensó que con el nuevo índice de precios del INDEC el gobierno iba a tener en cuenta a los trabajadores se equivocó. El índice (que sigue dibujado) dio 3,7% en enero, lo que habla de una inflación anual acumulada mayor al 50%, mientras para los trabajadores quieren un techo del 25%. Sólo subieron el indicador porque lo exige el FMI para poder volver a endeudarse.
Como se ve, el techo al salario no es el único plan contra los trabajadores y los sectores populares. El aumento de las tasas de interés evidencia un plan recesivo en marcha. En varias ramas de la industria se anuncian despidos y suspensiones, como en autopartistas y terminales automotrices o en lácteos, donde La Serenísima de Burzaco anunció el cierre. Además el gobierno está a punto de cerrar la negociación para indemnizar a Repsol y la “revolución ferroviaria” del ministro Randazzo terminó en una nueva entrega a los patronales de Roggio y Romero.
Por un Encuentro Nacional de Organizaciones Obreras Combativas
Los sectores clasistas y combativos tenemos la obligación de impulsar la más amplia solidaridad con los docentes y todas las luchas en curso así como preparar una alternativa ante las paritarias para que éstas sean libres y sin techo. El ejemplo de los maestros reunidos en un encuentro nacional donde resolvieron exigir a CTERA un plan de lucha puede ser tomado de conjunto para convocarse a un Encuentro Nacional de Organizaciones Obreras Combativas. Un Encuentro impulsado unitaria y democráticamente, claramente delimitada de todas las alas de la burocracia sindical, el gobierno, la oposición patronal para impulsar el reagrupamiento de toda la vanguardia y exigir en los gremios un paro nacional y un plan de lucha contra el pacto salarial y el ajustazo. Este encuentro podría ser convocado por los SUTEBA opositores, ATEN de Neuquén, los ferroviarios opositores de Haedo y el Pollo Sobrero y de toda la oposición en el ferrocarril a la Verde pedracista, los municipales jujeños del Perro Santillán, los ceramistas neuquinos con Raúl Godoy y los dirigentes del Sindicato Ceramista Marcelo Morales y “Chicho” Navarrete, los sectores luchadores de Astillero Río Santiago como Miguel Lago y José Montes, la comisión interna de Kraft y su Secretario General Javier “Poke” Hermosilla, y la de Pepsico así como todos los delegados antiburocráticos del STIA, los delegados clasistas del Subte como Claudio Dellecarbonara, los metalúrgicos de Liliana en lucha, la comisión interna de Donnelley y las internas gráficas que dirige la izquierda, los mecánicos de la comisión interna de Lear y los delegados clasistas y combativos del SMATA, las juntas internas del Hospital Garrahan y del Castro Rendón de Neuquén, las combativas obreras de Kromberg y el activismo del Parque Industrial de Pilar, las juntas internas de IOMA, Ministerio de Economía, INDEC, los docentes universitarios de la AGD, entre otros sectores. Desde ya que ese Encuentro Nacional tendrá que contar entre sus principales impulsores a las fuerzas que integramos el FIT.
Se trata de levantar en este Encuentro un programa que contemple nuestras demandas: por el salario mínimo equivalente a la canasta familiar y una cláusula gatillo de indexación según la verdadera inflación, la prohibición de despidos y suspensiones, el reparto de las horas de trabajo sin reducir el salario, el fin del trabajo en negro y la tercerización laboral y el pase a planta de todos los precarizados, por comités de precios donde los que controlen seamos los trabajadores y consumidores populares, contra el pago de la deuda externa; por el cese de la represión, el desprocesamiento de los más de 5.000 luchadores populares y por la absolución inmediata de los petroleros de Las Heras, entre otras medidas.
Preparemos nuestra propia salida
El gobierno buscó estabilizar la crisis económica que estalló en enero tirando sus efectos sobre las espaldas de los trabajadores. Cediendo a los exportadores agrarios con la devaluación y lanzando este plan que combina ajuste y recesión evitó en lo inmediato una nueva estampida y contener coyunturalmente la corrida cambiaria. Pero nada indica que esto pueda sostenerse en el tiempo. Todas las contradicciones de fondo, en energía, transporte, litigio de la deuda externa, siguen en pie.
Mientras el gobierno y el PJ se desgasta con esta política antiobrera y antipopular, el resto de los políticos patronales se preparan como recambio. La UCR, el FAP y el UNEN, todos juntos, se proponen constituir una nueva Alianza rememorando a la que llevó al reaccionario De la Rua al poder. Mientras, Sergio Massa y el peronismo opositor no logran constituir una fuerza nacional capaz de ser alternativa a la crisis del oficialismo y la única propuesta concreta de este amigo de la Embajada norteamericana para los trabajadores, ha sido la de patear las paritarias para adelante, como si nuestras necesidades básicas pudieran ser postergadas.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores, que concentra la enorme mayoría de la izquierda del país por su influencia electoral y sindical puede volcar toda esta fuerza para reagrupar a los sectores combativos e impulsar la lucha por recuperar los sindicatos de manos de la burocracia, en la perspectiva de terciar en las próximas crisis, para que sean los trabajadores con el método de la huelga general los que impongan su propia salida su propio gobierno.
La historia nacional nos enseña que si las crisis no encuentran una respuesta independiente de la clase trabajadora, son los políticos patronales los que las utilizan para generar nuevas frustraciones. Sólo como ejemplo podemos recordar a Alfonsín, que debió irse anticipadamente del gobierno tras la hiperinflación, para ser reemplazado por Menen y su década de entrega y destrucción de los derechos de los trabajadores. La tendencia del capitalismo semicolonial argentino es a las crisis recurrentes y el fin de ciclo del gobierno kirchnerista no es una excepción, mucho menos en el contexto de un “modelo” desgastado y con la crisis mundial de fondo. Tenemos que preparar nuestra propia salida. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
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