Estos últimos días, la situación del NPA* para las próximas elecciones europeas, se clarificará con respecto al sentido de la constitución de las listas independientes. Pero se trata de una independencia impuesta por la mayor parte de la direccion del partido en vísperas del último Congreso Político Nacional, del 5 al 6 de abril, operando un pequeño golpe de estado al proponer enviar una carta al Frente de Izquierda para sugerir listas comunes (ver nuestra explicación del voto a raíz del CPN*).
Debido a esta nueva aceleración dentro de la orientación liquidacionista llevada a cabo por la mayoría orientada hacia la continuidad de la táctica desarrollada en el marco de las elecciones municipales, es necesario hacer un pequeño retorno analítico sobre éstas últimas y las tendencias centrífugas que han contribuido con este desarrollo.
Es el voto de clase el que está "carbonizado"
En vistas de la primera vuelta de las elecciones municipales, Olivier Besancenot, declaraba que los resultados mostraron que “el sistema político está carbonizado”. Si el rechazo a la casta política y el desinterés por la vida política e institucional se confirma y se profundiza, la afirmación es un poco temeraria. La secuencia política que ha seguido donde el intento de respuesta a la bofetada recibida por el gobierno, se sitúa en el terreno más clásico imaginable: el recambio ministerial.
Si hay algo que está carbonizado, se trataría, más que nada, del voto de clase, es decir, de la identificación de nuestra clase con una organización política ligada al movimiento obrero. Más que nunca, los trabajadores, los jóvenes y las capas populares, ignoran las urnas votando por un partido burgués cuyo programa está a 180 grados de sus intereses. Seguramente este hecho no tiene nada de novedoso y, constituye de hecho, el resultado de una tendencia que se profundiza desde el comienzo de los años ´80. Su raíz reside en la capacidad que tuvieron las clases dominantes, a través del PS*, un partido que ya no tiene ninguna relación con la defensa de los intereses de los trabajadores y de los jóvenes y que se ha subordinado al PCF*, de arrastrar a la mayor parte del movimiento obrero hacia una política anti- popular dedicada a hacer pagar la crisis latente a nuestra clase.
Treinta años de este mecanismo, que ha alcanzado el paroxismo en el estallido de la crisis de 2007 y con la llegada de Hollande al poder hace 2 años sin que emergiera la posibilidad de una expresión política independiente dentro del mundo de los trabajadores y de la juventud, han provocado el desencanto actual en las clases populares.
Todo partido político que tenga la ambición de convertirse en esta expresión, deberá comenzar por concentrarse en este problema
La línea mayoritaria del NPA: "Unidad", a la izquierda del PS y la adaptación al marco institucional de las municipales
Para estas elecciones municipales, el NPA tuvo una orientación general muy insuficiente durante el comité nacional del 6 y 7 de julio de 2013. La línea consistía en afirmar la necesidad de la independencia del PS en la primera y segunda vuelta, poniendo el acento en la prioridad que tenía, según la mayoría, dirigirse hacia los equipos locales del Frente de Izquierda alrededor de un perfil anti-austeridad. Para el otoño, había sido agregada una precisión, siempre según la mayoría, y era la de ampliar las posibilidades de constituir listas únicas: los camaradas del NPA, podían, en ese momento, aliarse con los integrantes que irían con el PS en la segunda vuelta, siempre anunciando por anticipado que nosotros no participaríamos de esas fusiones.
Para fundar esta pretendida línea unitaria, la mayoría utilizó el argumento de la debilidad del partido el cual sería incapaz de presentarse solo, un hecho desmentido por la experiencia de numerosos comités, que han tenido éxito armando listas con pocas personas y reagrupándose alrededor de personas interesadas en el perfil del NPA. Es el caso en Saint-Ouen, campaña por la cual nosotros publicamos un balance en nuestro sitio en Internet, en Nanterre o más aún, en la pequeña ciudad obrera de St Etienne du Rouvray, donde la lista armada a partir de algunos militantes obtuvo más del 15% de los votos en la primara vuelta.
Estas listas demostraron no sólo que el NPA tenía la amplia posibilidad de presentar sus propias listas en el momento de las elecciones, sino además que los revolucionarios podían trazar otro punto de vista, poniendo su campaña al servicio de la popularización de las luchas de los trabajadores, de los jóvenes y de las clases populares, sobre la base de clase asumida.
En Nanterre, los camaradas de la corriente Anticapitalismo y Revolución, han sabido dar una tribuna a la huelga ejemplar llevada a cabo por los empleados del correo. En Saint-Ouen, donde el intendente saliente pertenecía a la izquierda del Frente de Izquierda, fue largamente desacreditado por su política clientelista y antipopular, los militantes del CCR*, habían puesto la campaña al servicio de la lucha llevada a cabo por los jóvenes trabajadores de la casa CARA, la defensa de los intereses de los trabajadores comunales como así también la de los de la fábrica PSA y que están ligados a la liberación de Georges Ibrahim Abdallah y a la asociación “Saint-Ouen solidaridad con Palestina”.
Prueba de que se trata de una de un verdadero desacuerdo en la orientación, no es esta política que la mayoría del NPA ha defendido inclusive cuando mantuvo listas independientes. En testimonio de esto, el programa de la campaña de “ Montreuil anticapitalista y solidaria! cuyo eje central es la lucha contra “ la finanzas” y “ la austeridad” y que intenta promover un verdadera “democracia de proximidad”.
Esta adaptación, en el marco institucional de las municipales, no tiene nada que ver con los desafíos planteados en la actualidad a nuestra clase, de reorganizarse y retomar la ofensiva. La reproducción de un discurso mélenchonien* sobre la austeridad, da a entender, por otro lado, que un cambio de política de las instituciones actuales y con una mayoría del gobierno dando un giro inesperado hacia la izquierda, podría ser una solución a los sufrimientos que nos han impuesto las clases dominantes en esta crisis: ilusión que justamente el NPA deberá combatir!
Uun perfil anticapitalista mayormente confuso
El resultado de la línea mayoritaria, ha sido el paso a acuerdos, a variables combinaciones comuna por comuna y, entonces, a la imposibilidad de poner por delante el menor perfil nacional del partido durante este tiempo electoral.
La ocasión de utilizar las municipales como un espacio de respuesta para construir un pacto de responsabilidad- con respecto al 12 de abril-, para las luchas contra los despidos ( La Redoute, PSA, Jeannettes, etc) y por la huelga de los empleados del correo o la movilización de los empleados precarizados o , más aún, por las luchas de los jóvenes contra la reducción del presupuesto en la educación, esta oportunidad ha sido desperdiciada. Y eso en nombre de, por enésima vez, la reiteración de una orientación que fue muchas veces la del LCR* en su momento: hacer todo para acercarse a los sectores reformistas de la izquierda (PC* y PG*) incluso cuando éstos no tendrían ninguna veleidad en romper con su direccion ni, en última instancia, con el PS como lo ilustran las fusiones de la segunda vuelta.
Eso se ve claramente cuando miramos el detalle de las listas presentadas por el NPA.
Sobre 87 listas (habían 200 en 2008) sólo 33 son independientes y una pequeña mayoría tiene como cabeza de lista otros partidos distintos al NPA.
Algunos problemas de principio
Hay dentro de los acuerdos algunos ejemplos de transgresiones graves por parte de los anticapitalistas. Si estas no son la norma, señalan sin embargo las consecuencias que puede tener la política de alianza “sin limites” preconizada por la mayoría.
En 5 comunas (Poitiers, Montauban, Miramar, Le Pré- Saint- Gervais et Les Mureaux) el NPA compartió sus listas con el EELV*, que se auto-define como partido del gobierno y no tiene absolutamente nada que ver con el movimiento obrero. Estas campañas estaban dominadas por la “ecología política”, política pequeño-burguesa y pro capitalista, que reivindica las bicisendas, la instalación de parcelas de tierra para el cultivo, la variedad de plantas en los espacios verdes y la creación de un sitio de co-working para las empresas en informatica en Poitiers. En Montauban, aunque el candidato del PS había perdido frente al intendente saliente del UMP*, la lista “Montauban ciudadano” apoyada por el NPA, decidió fusionarse con él para obtener cargos.
En Mureaux ( 78), en Pré-Saint-Gervais ( 93), pero también en Gennevilliers donde el NPA apoyaba una lista de candidatos “ asociativos” dirigida por consejeros municipales salientes, el tema de la seguridad atravesó claramente las reivindicaciones, la construcción de una comisaría, el aumento de efectivos policiales nacionales y de una mejor cooperación con la policía municipal.
En Alfortville, la lista PG-NPA reclamó más contratos de aprendiz para los jóvenes sin preocuparse por las consecuencias de estas medidas de precarización laboral. Finalmente, la lista “Guéret terre de gauche” en la que el NPA participaba, se ha simplemente fusionado con el PS en las dos vueltas! Estos ejemplos deben ser evaluados nuevamente por la dirección del partido que tiene la responsabilidad de exigir que los que han sido elegidos (una camarada en Mureaux, otro en Guéret, por ejemplo), han sido elegidos sobre la base de programas abiertamente reaccionarios y deben dejar sus cargos… o dejar el partido.
...Pero sobre todo la disolución
Para la mayoría de las listas, no se trata de una cuestión de principios sino más que nada de la disolución en un programa vago, localista, reformista que domina. “Todo a la izquierda “(A gauche tout), “Un futuro a la izquierda” ( Un avenir ã gauche) “Una verdadera izquierda”( Une vraie gauche) o simplemente “ lo Humano primero”: estos son los títulos de nuestras listas junto con el programa que lo acompana. Seguramente hay múltiples ejemplos de reivindicaciones que son correctas y de campañas combativas, por ejemplo por los servicios públicos, contra la reforma escolar o por la regularización de los sin papeles. Pero la regla es un discurso que apunta a disociar la “verdadera” de la “falsa” izquierda (encarnada por el PS o al menos por la mayoría de él) en el marco de una adaptación a una perspectiva institucional y reformista la cual es aún más terrible cuando el descrédito afecta la vida política tradicional sobre todo en el seno de nuestra clase, como lo muestran los resultados de las elecciones municipales.
En varias ocasiones, el NPA se diluye detrás de sus afiches “verdaderamente de izquierda” sin duda en el marco de una negociación con sus “colaboradores” quienes no querían quemarse junto con ellos en la segunda vuelta. En Quimper, por ejemplo, la ciudad del consejero de Hollande, Bernard Poignant, una campaña de clase y de lucha debia tener lugar para demostrar que los trabajadores y los jóvenes deben hacer oír su voz independiente frente a lo que está en juego con crisis, la lista “Osons la démocratie” hegemonizada por el PG, menciona a nuestros camaradas como “militantes de diferentes organizaciones por una sociedad más justa y más humana”.
Hace falta un partido que se proponga reconstruir la expresión política de nuestra clase
Es en este contexto que el NPA termina por aparecer como el “último vagón” de una izquierda que es profundamente dominada por un Partido Socialista siempre abiertamente burgués y pro- patronal.
Un vagón que, como la política de la mayoría que insiste sistemáticamente en dejarse dominar por el Frente de Izquierda, aparece más como una herramienta movilizada por los diferentes componentes de este último en el marco de sus negociaciones internas, que como un instrumento político para el mundo de los trabajadores y de los jóvenes. La fase de preparación de las elecciones europeas no es más que un claro ejemplo de esto. Y es ahora que esta” izquierda” paga un precio alto su subordinación al PS.
Para estas municipales, la línea del PCF era la alianza con el PS desde la primera vuelta en todos los lugares donde era necesario salvaguardar a los intendentes o a los grupos elegidos. Ahora paga la factura de su propia gestión municipal dentro del marco del capitalismo y la austeridad con una fuerte cachetada y la pérdida de cerca del 25% de sus intendentes. En cuanto al PG, casi no tenía objetivos en juego ni aparato y ha podido presentarse de forma independiente en la primera vuelta pero eso no ha impedido que se fusionara con las listas del gobierno en la segunda vuelta. Y, sobre todo, anuncio claramente su objetivo en la primera vuelta: apoyarse sobre sus experiencias de alianza con el EELV para proponer una nueva mayoría ligeramente corrida hacia la izquierda e incluir a los diputados del ala izquierda del PS. Todo esto no tiene nada que ver con los intereses de nuestra clase (quien sufre los despidos, la disminución del salario real y el desempleo masivo y ve venir los ataques sin precedentes sobre la salud, el seguro de desempleo y el resto de los servicios públicos) pero concierne bastante a los de Jean-Luc Melechon*
En total, estas elecciones municipales marcan la profundización de la crisis de las viejas direcciones del movimiento obrero, crisis que proviene de su colaboración con la ofensiva burguesa neoliberal que comenzó poco después de la elección de Miterrand en 1981. Sería necesario decir, como lo da a menudo a entender la mayoría del NPA, que este desmoronamiento constituye un retroceso histórico para la clase a fin de justificar una política defensiva y alineada con las propuestas de los reformistas. El descrédito de las direcciones oficiales abre, por el contrario, un período de recomposición en el cual los revolucionarios deben intervenir para impulsar a que éstas se rearmen sobre bases radicales, a que los sindicatos sean combativos y a que los sectores en lucha y las franjas radicalizadas de la juventud y del mundo del trabajo, jueguen el rol más conciente posible. Ya que sólo un partido que muestre su determinación de organizar la lucha contra todos los retrocesos, para que no paguemos la crisis nosotros, apoyando y coordinando las luchas llevadas a cabo por los sectores más combativos y formar así un punto de concentración para el resto de los trabajadores, de los oprimidos y de la juventud. Solamente un partido con estas características, se convertirá, poco a poco, en un factor de identificación política sobre las bases de clase y no dejar desarrollar la desmoralización y las falsas cóleras.
Este objetivo necesitará de la utilización de diversas tácticas de unidad de acción apuntando a poner en movimiento nuestra clase, por ejemplo, en contra del Pacto de Responsabilidad. El partido juega un rol clave en la puesta en escena de estas tácticas, alrededor de objetivos concretos y asegurar que los mismos sirvan para movilizar los sectores más amplios posibles de los trabajadores y de los jóvenes. Pero todo esto no tiene nada que ver con el hecho de la disolución política de los frentes políticos y con un reformismo en crisis, sobre todo, cuando se trata de emplear los escasos espacios que están a nuestra disposición para defender nuestro programa y nuestra estrategia. Es para esto que deben servir las elecciones europeas, ya que el NPA se presentará de forma independiente a pesar de la voluntad inicial de la mayor parte de la conducción. La izquierda del partido debe, en esta ocasión, saber sopesar todas sus fuerzas para que el NPA desarrolle una campaña de clases centrada en el diálogo político con los trabajadores y la juventud y en la popularización de de sus experiencias de lucha, para volver a dar confianza a nuestra clase y llevarla por el camino de las ofensiva.
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