Una oleada de huelgas recorre el país y Río en particular. La ciudad es escenario de dos tendencias nacionales que se fortalecen mutuamente y se expresan con más fuerza en la ciudad. Siendo la “niña mimada” de la Copa, Río es la ciudad donde la inflación más se hace sentir en el bolsillo del trabajador. Los índices oficiales no llegan al 10%, pero los alquileres subieron un 144% en menos de 5 años y hasta para comprar una gaseosa en la calle se pide un 50% más o el doble de lo que costaba meses atrás. Si lo medimos por el salario mínimo necesario calculado por el Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socio Económicos (Diesse) la inflación fue más del 9% solo de diciembre a abril [1]. Los trabajadores no aceptan este robo cotidiano al salario y después del triunfo de los garís (barrenderos), una nueva disposición a la lucha se percibe en todos los sectores.
Esta disposición a la lucha se viene expresando en una ola de huelgas y un nuevo activismo que no se veía desde hace más de una década. Los choferes ya hicieron 72 hs. de paro en dos semanas y decenas de piquetes. El paro de los choferes de Río animó a sumar al paro a un sector de la región de la Baixada Fluminense. Estas dos huelgas se dieron, tal como ocurrió con los garís, contra las cúpulas sindicales. Poquísimos bancos funcionan normalmente porque los vigilantes (seguridad privada) llevan más de 20 días en huelga y han realizado diversas marchas en la ciudad. Los profesores estaduales y municipales están en huelga. Los técnicos administrativos de las universidades federales están de brazos cruzados. Todos los principales museos de la ciudad se encuentran cerrados y la salud federal se encuentra otra vez en huelga. Hace pocas semanas el Complejo Petroquímico de Río (Comperj) estuvo en huelga y también dos astilleros en la ciudad de Niteroi. Además, varios sectores realizan sus paritarias y en algunas fábricas comienza a haber despidos, pues las patronales quieren descargar sobre las espaldas de los trabajadores la reducción de sus ventas.
Derrotar a las direcciones traidoras de los sindicatos para unificar las luchas
Todas estas huelgas al mismo tiempo plantean una discusión que varios trabajadores ya se hacen en los piquetes, asambleas: ¿cómo unificar las huelgas para que puedan vencer? El primer obstáculo que están enfrentado son las direcciones de los sindicatos o la presencia de corrientes ligadas al gobierno como la CUT y la CTB. Para proteger a “su gobierno” y la Copa de la Fifa, las empresas y la especulación inmobiliaria, estas centrales se oponen a que los trabajadores luchen. En profesores se opusieron a la unificación con el Acto contra la Copa y con otros sectores. Ningún sindicato dirigido por la CUT y la CTB anuncia alguna movilización para estos días, el sindicato de los bancarios simula que no les corresponde movilizar a los vigilantes (otro sindicato). En metalúrgicos un silencio sepulcral, incluso habiendo despidos. En la Compañía Estadual de Aguas y Cloacas (CEDAE), en plena campaña salarial, no hay ninguna amenaza de huelga.
Para influenciar a las bases dirigidas por la CUT y la CTB es necesario, en primer lugar, que los sectores que están en huelga o con otras medidas levanten un plan de lucha activo y no huelgas testimoniales. Será a partir de una firme lucha de los sectores en huelga que los trabajadores podrán influenciar a otros y ganar apoyo de la población. Mientras tanto, los gobiernos y los patrones junto con la justicia se endurecen contra los trabajadores (como con los choferes o profesores). Los trabajadores también necesitan ponerse firmes, coordinar con los sectores en lucha y en huelga, y así dar fuerzas a todos los sectores e influenciar a las bases que son dirigidas por sindicatos traidores y burocráticos.
Por un paro general en Río y un encuentro de activistas obreros para organizar a la vanguardia
Todas las condiciones están dadas para un paro general en Río por el triunfo de todas las luchas y para imponer un aumento general de salarios del 40% para todos los trabajadores (tomando la reivindicación de los choferes), como parte de la lucha para que todos los trabajadores reciban al menos el salario mínimo calculado por el Diesse, actualmente en R$ 3019,07. En la mayoría de los sectores en huelga la izquierda tradicional opositora al gobierno dirige o tiene influencia, pero ninguna está exigiendo a la burocracia sindical de la CUT, CTB y otras centrales un paro de 24 hs. en todo Río de Janeiro como parte de un plan más amplio, para que todos los sectores puedan vencer. Para dar pasos en este sentido, la izquierda opositora (PSOL-PSTU) y los sindicatos que se reivindican clasistas deberían articular verdaderos planes de lucha para el triunfo de todos los sectores y la coordinación.
No es lo que está ocurriendo con la huelga de los profesores, donde el Sindicato de los Profesionales de la Educación (SEPE) (Insurgencia y otros grupos del PSOL son mayoría, y el PSTU es una minoría importante en la dirección), está llevando adelante una nueva huelga sin un plan para desenmascarar frente a la población los discursos del gobierno contra la huelga, ni tomando ninguna acción contra los recortes al salario, que fue anunciado por los gobiernos al Supremo Tribunal Federal (STF). Entre los choferes, la CSP-Conlutas que tiene mucha influencia entre los dirigentes del movimiento tampoco está llevando adelante ningún plan serio para que triunfe. Están adoptando medidas aisladas y, al mismo tiempo, permiten que los patrones y los gobiernos enfrenten las luchas apostando al desgaste, que ya se ve en la presencia menos masiva en los piquetes y asambleas.
Un fenómeno importante en algunas de estas huelgas, aunque en menor grado que con los garís, es el surgimiento de un activismo obrero, que garantiza los piquetes y se coordina con otras unidades. Es necesario dar una perspectiva superior a este activismo permitiendo que los trabajadores en huelga de diferentes sectores se influencien, se ayuden en los piquetes, en las reivindicaciones y en su conciencia (superando las divisiones por sector).
Llamamos a la CSP-Conlutas y su organización mayoritaria, el PSTU y la CST-PSOL y su corriente sindical Unidos, a pasar de las palabras a los hechos. No basta con plantear en panfletos y carteles “huelga general” y no dar ningún paso para que se concrete. Estas dos corrientes a partir de su influencia en el SEPE, en los astilleros de Niteroi, en la huelga de los técnicos administrativos de la Universidad Federal Fluminense, entre los trabajadores de la construcción civil del Comperj y en choferes podrían organizar un encuentro y poner al activismo en movimiento para influenciar sobre las bases de la CUT, CTB, Fuerza Sindical, Unión General de Trabajadores y la Nueva Central Sindical de Trabajadores.
Es posible organizar un encuentro de miles de trabajadores en huelga o en lucha solo en Río y la región metropolitana. Un encuentro como éste llevaría a un plano superior la intervención de los trabajadores y podría organizar un verdadero paro en todo Río como preparación de un paro nacional y dar pasos en la formación de un verdadero polo combativo y clasista que pueda aparecer nacionalmente como alternativa frente a la burocracias sindicales y una potente palanca para que los trabajadores enfrenten a los gobiernos y los patrones.
19/05/2014
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