Luego de que CFK reclamara “madurez” a los sindicatos de izquierda y al Ejecutivo provincial que se “haga cargo”, el gobierno bonaerense dictó la conciliación obligatoria. La autopartista cuestionó la medida y Smata amenazó con cortar Panamericana.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria para el conflicto de la autopartista Gestamp, cuyos trabajadores mantenían una toma de la planta de Escobar desde el martes pasado, en reclamo de la reversión de suspensiones y despidos, y por mejores condiciones de trabajo. La decisión, implementada por el Ministerio de Trabajo bonaerense, llegó minutos después de que la presidenta Cristina Fernández hiciera mención a la situación durante un acto en la localidad santacruceña de Río Gallegos y reclamara a los “compañeros trabajadores” y a las autoridades provinciales “que se hagan cargo” y la resuelvan. Tras la medida, los trabajadores levantaron la toma pero la empresa condicionó su acatamiento a un “análisis exhaustivo”.
La reacción del gobierno provincial frente al conflicto entre los trabajadores y la administración de la autopartista de Escobar, al norte del conurbano bonaerense, se conoció momentos después de las palabras de Fernández de Kirchner, quien dedicó críticas duras a los funcionarios bonaerenses y también a los sindicatos de izquierda que impulsaron las medidas de fuerza.
“Apelo a la buena voluntad de todos, a la responsabilidad institucional y a hacerse cargo. Es lindo sonreír y decir a todo que sí, pero llega un momento que tenés que decir a todos que no porque no podés hacer frente a las obligaciones”, dijo la Presidenta desde Río Gallegos, donde inauguró obras de pavimento, gas y sanitarias. Desde allí, y tras compartir anuncios con las provincias de Córdoba y Buenos Aires vía videoconferencias, la primera mandataria agregó: “A veces hay que plantarse aunque no parezca simpática” porque “cuando uno se planta no lo hace por capricho, sino pensando en lo que puede pasar con el resto de la comunidad, porque si le das todo a un sector, el resto queda con el ‘quetedije’ al aire”.
El conflicto en Gestamp afecta a terminales automotrices de Ford, Volkswagen, Peugeot y General Motors que, al quedar desabastecidas por la empresa en conflicto, tuvieron que interrumpir sus líneas de producción. Desde las compañías indicaron que la situación afecta a más de 13 mil trabajadores de la industria y complica aún más la situación a causa de la caída de exportaciones al Brasil.
La Presidenta solicitó “madurez” a la dirigencia sindical para que “no les hagan el juego a los que quieren cerrar las fábricas”. “Las fuentes de trabajo no se defienden tomando fábricas”, afirmó la mandataria, y cuestionó a dirigentes sindicales de izquierda que siguen sosteniendo la idea de “cuanto peor mejor” y siguen esperando “la toma del Palacio de Invierno”.
Tras estas consideraciones, el secretario general de Smata, Ricardo Pignanelli, señaló que la responsabilidad en la resolución del conflicto es “de la empresa y del gobierno provincial”. “En todo momento la postura del sindicato fue preservar las fuentes de trabajo y al mismo tiempo no detener la producción, porque sabemos que eso impacta en las automotrices”, apuntó. Por último, advirtió: “Si no hay una solución antes del jueves, me van a obligar a poner 15 mil mecánicos en la Panamericana el jueves o viernes para resolverlo por nuestros propios medios. Si quieren que nosotros garanticemos la seguridad en Gestamp, no tengo ningún problema, pero me parece que nosotros no estamos para eso”.
Según informó la cartera laboral bonaerense, a cargo de Oscar Cuartango, la conciliación obligatoria implica “la reincorporación de los despedidos, el levantamiento de la medida de fuerza y la apertura de una instancia de diálogo por 15 días”. Para la ministra de Industria nacional, Débora Giorgi, la conciliación “no resuelve la cuestión medular” y “es una solución facilista, para la foto” (ver aparte).
Los trabajadores acataron la medida, que consideraron como una victoria: “Obligamos al Ministerio a dictar la conciliación con todos los despedidos en sus puestos de trabajo”, evaluó Roberto Amador, integrante del PTS y uno de los nueve operarios que protagonizaron la toma. El abogado de los empleados, Agustín Comas, advirtió que “tienen una sana desconfianza con Gestamp y van a estar atentos para que la empresa cumpla, permitiéndoles el acceso a la planta”, el próximo lunes. El cuerpo de empleados se movilizará mañana para reclamar que la empresa cumpla con la medida dictada por el gobierno bonaerense.
Desde Gestamp, en tanto, criticaron la decisión del gobierno bonaerense, ya que “podría constituir una incitación a la ilegalidad y a la extorsión” y condicionó su acatamiento a un “análisis exhaustivo”. “Si bien realmente se trataba de una situación complicada de resolver operativamente, esta medida, además de no ofrecer una solución definitiva al problema, podría constituir una incitación a la ilegalidad y a la extorsión”, afirmaron desde Gestamp. Según sus dirigentes, la conciliación obligatoria brindó “el mensaje de que un grupo minoritario, sin el aval de su representación gremial, puede irrumpir por la fuerza en una fábrica y mantenerla ocupada y paralizada durante días sin ningún tipo de consecuencias”.
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