Luego de las manifestaciones masivas de Junio del año pasado, el movimiento obrero brasilero entró en escena. Venía de un proceso de huelgas que a partir de la victoria histórica de la huelga de los garís (barrenderos) de Río de Janeiro ganó nueva fuerza. Las huelgas de la Universidad de San Pablo (USP) y de las Universidades del Estado (Universidad de Campinas y Universidad del Estado de San Pablo) se ubican en ese contexto, con una fuerza que recuerda las huelgas de los años 80, resistiendo la Copa del Mundo, las vacaciones universitarias y los intentos de intimidación de los rectores y el gobierno. En este sentido, cumple un papel fundamental la dirección del Sindicato de Trabajadores de la USP (Sintusp) y el Comando de Huelga con delegados electos en la base, del cual la Liga Estrategia Revolucionaria – Cuarta Internacional (organización hermana del PTS) forma parte, interviniendo en común con decenas de trabajadores en el Movimiento Nuestra Clase.
La huelga llega fuerte al mes de agosto, en medio del inicio de la campaña pre-electoral en la que el gobernador del Estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, intenta ser reelecto. La Rectoría asombrada por la fuerza de la huelga y la posibilidad de que se unifique con los estudiantes que regresan a las clases amenaza con dejar de pagar los salarios de los huelguistas y logró una orden judicial para reprimir los piquetes. En tiempos de crisis presupuestaria en la USP, el Rector gana un salario mayor que el del gobernador del Estado y quiere dejar familias sin recibir salario ni comida. Sin mencionar la prisión ilegal y arbitraria desde hace cuarenta días, digna de la dictadura, de nuestro compañero trabajador Fábio Hideki acusado de vandalismo. Por eso seguimos luchando contra la reducción salarial, por más presupuesto para toda la educación pública, la apertura de los libros de contabilidad de la universidad. Peleamos también por la no desvinculación del Hospital Universitario y las demandas del sector de salud. Y exigimos la inmediata libertad de Fábio Hideki.
Para lograr la victoria impulsamos la más amplia democracia obrera que se expresa en el Comando de Huelga con delegados electos en la base y revocables y en las asambleas donde se debaten las acciones del movimiento. Partiendo del principio de independencia de clase, luchamos por la unidad de las filas obreras, por la solidaridad de clase con las luchas de otros trabajadores, como verdaderos “tribunos del pueblo” desarrollando una lucha no corporativa que incluya las demandas del pueblo pobre y trabajador que en un país como Brasil sufren con la miseria, la falta de servicios sanitarios básicos, un sistema de salud elitista, políticos corruptos, sin mencionar la represión policial.
En una perspectiva clasista, en estos 60 días los trabajadores de la USP hicimos marchas en apoyo a los trabajadores del subte y por la reincorporación de los 43 despedidos. Organizamos actos y videos en solidaridad con la lucha de los obreros de Gestamp y ahora con la gran lucha de los obreros de Lear de Argentina, buscando avanzar en el internacionalismo. Marchamos a la favela San Remo para decir basta a los despidos de los tercerizados que en su mayoría viven en esa favela, llamando a la unidad de todos los trabajadores.
Esta última semana debatimos junto a los trabajadores el brutal ataque del Estado de Israel contra el pueblo palestino y la necesidad de impulsar una amplia campaña por el fin de los ataques del Estado de Israel y la perspectiva a levantar frente a esta situación. Hoy más de 100 trabajadores de la USP donaron sangre a la población pobre y trabajadora que no tiene acceso a los costosos planes médicos, en un acto de solidaridad que logró quebrar el cerco de los medios brasileros apareciendo en los principales canales de TV.
Los trabajadores de la USP y de las otras universidades del Estado de San Pablo podemos vencer si profundizamos la autoorganización, las medidas de diálogo con la población, la alianza con otros trabajadores, radicalizando no solamente los métodos -piquetes, ocupaciones- sino también la política: demostrando que la Rectoría de la USP y su Consejo Universitario (una mayoría de burócratas) no son nada más que administradores de los negocios de la burguesía paulista y del gobierno de Geraldo Alckmin y que no tienen nada que ofrecer a los trabajadores más que la crisis que ellos mismos generaron. Los trabajadores de la USP debemos avanzar, junto a profesores y estudiantes que son mayoría en la universidad, en la lucha por una universidad al servicio de los trabajadores y la población, que solo podrá lograrse con la disolución del Consejo Universitario, el fin del examen de ingreso y una Estatuyente libre y soberana que defina los rumbos de la universidad poniendo en pie un gobierno tripartito con mayoría estudiantil.
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