En estos días, el gobierno sigue sus ‘tironeos’ con los fondos buitres. Discursea para la tribuna pero deja correr que banqueros y grandes empresarios (antes ‘las corporaciones’) negocien la compra de parte de la deuda a los buitres. Hasta se anotaron en la ‘patriada’ la gloriosa JP… Morgan y los popes de la banca internacional. Pero el acuerdo no llega. Scalabrini Ortiz, el pensador más citado por el kirchnerismo, decía que “estos asuntos de economía y finanzas son tan simples. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo”. Todos, cuando se apagan los flashes, están de acuerdo con seguir el saqueo de la deuda.
Pero por si esta opción fracasa, el gobierno intenta ganar tiempo hasta enero, momento en que vence la cláusula Rufo por la cual no puede hacer una mejor oferta a los buitres que la realizada a la que entraron a los canjes. Si lo hace enfrentaría una andana de juicios.
El escenario está abierto, pero la crisis de la deuda se agrava. El plan de volver a endeudarse para reactivar la economía quedó postergado. Entonces, los que ayer auguraban un ‘final feliz’ y ‘nuevos negocios’, hoy son los primeros en pronosticar tormentas. “Imaginar que pueda haber inversión hoy es casi un disparate” sentencia Méndez, el jefe de la Unión Industrial Argentina; “un arreglo es cada día más lejano, los mercados y la economía sufrirán” dice ahora ámbito Financiero. En un contexto recesivo, con escasez de dólares e inestabilidad económica, las presiones devaluatorias pueden traer nuevos golpes a la economía.
¿Quién paga?
Los datos matan el relato. El sector privado está creando menos puestos que los necesarios para absorver a los nuevos trabajadores que buscan incorporarse al mercado laboral. Encima, 43 de cada 100 nuevos puestos son informales.
Los sectores más afectados, se sabe, son los mecánicos. “12.200 fueron suspendidos y 880 despedidos, se les terminó el contrato o recibieron jubilaciones anticipadas”, dice el oficialista SMATA. Otro oficialista, Caló, reconoció 10.000 suspensiones en la UOM, y en el comercio la toma de empleados está paralizada desde febrero. En la construcción hay casi un 5% menos de puestos registrados que en igual mes de 2013. Los burócratas de Balcarce 50 hablan como si fueran encuestadores, cuando en realidad son los grandes responsables de que los trabajadores no puedan responder a los ataques (casi siempre acordados con ellos).
La caída del consumo ya se está notando, sobre todo en el interior
Ante ese panorama recesivo y la crisis de la deuda, las declaraciones de los empresarios y funcionarios funcionan como un chantaje ante cualquier reclamo obrero. El jefe de gabinete Capitanich aclaró que no habrá ni reapertura de paritarias, ni cambios en el impuesto al salario. Y está visto el rol que viene jugando el gobierno en las luchas contra los despidos: avaló los despidos en Gestamp, el vaciamiento en Emfer, y el ataque a los trabajadores de Lear, estos dos últimos con represiones.
Esta política del gobierno no hará más que profundizar la ruptura de sectores de la clase obrera que se expresó con el paro del 20 de noviembre de 2012, y nuevamente este 10 de abril.
El logro de una lucha de décadas
El otro hecho que conmovió esta semana fue la aparición del nieto de Estela de Carlotto (ver página 4). La lucha por la restitución de los nietos apropiados durante la dictadura es un sentimiento que abrazan millones de personas, que acompañan desde hace décadas la causa de las Abuelas y repudian la impunidad de los genocidas. A todos ellos pertenece el logro de la aparición de Guido.
El gobierno, que quiere capitalizar este triunfo de la lucha democrática, se niega a abrir los archivos de la dictadura que permitirían encontrar a los 400 nietos que siguen sin saber su identidad. Y además juzgar a los apropiadores. Pero el gobierno garantiza que continúe esa impunidad. Por eso el represor Milani manda el Ejército, la Gendarmería espía a los luchadores y junto a la Federal reprime las luchas.
Lear: un conflicto testigo
En ese panorama de recesión, la lucha de los combativos obreros de Lear se ha transformado es el símbolo de la lucha contra los despidos. Y también en la muestra más clara de la comunión del gobierno “progresista” con las multinacionales buitres y las patotas sindicales.
Estos días, la alianza anti-obrera sufrió un nuevo revés, cuando luego de doce resoluciones favorables a los trabajadores, el Ministerio de Trabajo anunció que cumpliría las órdenes de reinstalación de los delegados. “¡Ya era hora!”, como dijo el delegado Rubén Matu. Es que ya eran doce las resoluciones judiciales a favor de los trabajadores. Pero como también marcaba Matu, en el comunicado difundido por el ministerio, nada decía de los que siguen despedidos: “estas familias están peleando aún por sus puestos de trabajo y no vamos a permitir que pierdan el empleo”. La asamblea obrera respondió “Todos adentro”.
Pero cada conquista de los trabajadores, es seguida por un nuevo intento de la multinacional y la burocracia de quebrar la lucha. A la salida de esta edición, los portones de la fábrica estaban cerrados y la fábrica seguía militarizada. El lock-out buitre quiere evitar el ingreso de los delegados y seguir dejando familias en la calle. El nuevo chantaje deja expuesta la última maniobra del ministerio: demoró el cumplimiento de la orden judicial para que la patronal y el SMATA organicen el lock-out.
Pero los despedidos siguen firmes. Durante la semana continuaron con los piquetes y la difusión de su conflicto, que ya ha conquistado un enorme apoyo popular. Ese apoyo sostiene la fuerza de los trabajadores, lo mismo que la unidad con otros sectores combativos del movimiento obrero y de la izquierda clasista. Nuestro partido, el PTS, ha estado en la primera fila, aportando fuerza militante y propuestas para responder a cada uno de los ataques y para que la lucha se convierta en una causa nacional. La militancia del fondo de huelga, junto con nuestras compañeras y compañeros de decenas de agrupaciones clasistas, creemos que ha sido y seguirá siendo fundamental para esta batalla.
Este viernes, estaremos junto a todas las organizaciones que apoyan a los obreros de Lear, en la quinta jornada nacional de lucha.
Hace falta un paro nacional activo
Si la situación económica se vuelve más crítica, el gobierno y los empresarios intentarán descargar la crisis sobre el pueblo trabajador.
Por eso la primera tarea es rodear de solidaridad cada lucha contra los despidos, las suspensiones, los vaciamientos.
Los diputados del PTS-FIT Nicolás del Caño y Christian Castillo ya presentaron proyectos en el Congreso y la Legislatura bonaerense para que se prohíban los despidos y suspensiones.
El sindicalismo combativo tiene que jugarse por estas luchas, para que nadie pelee solo. Y exigirle a las centrales sindicales opositoras que abandonen la tregua y dejen de postergar el paro activo de 36 horas que necesitamos para frenar el ajuste. Será la única manera de conquistar todos los reclamos obreros: que se reparta el trabajo sin afectar el salario, reapertura de las paritarias, reajuste de salarios de acuerdo a la inflación real, eliminación del impuesto al salario, 82% para los jubilados. Y rechazar el pago de la deuda que saquea al país en beneficio del imperialismo.
Que la crisis la paguen los capitalistas.
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