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Luego de 4 días de protestas, decenas de arrestos y dos personas heridas por la policía (uno de ellos en estado crítico), sigue la bronca en las calles de Ferguson, una pequeña localidad del estado Missouri. "Si no hay paz, no hay justicia", "Manos arriba, no dispare", "Dónde está Mike, en todas partes" son algunas de las consignas de las movilizaciones y protestas desatadas por el asesinato de Mike Brown.
El sábado 9, en la ciudad de Ferguson (Missouri, EE.UU.), un policía asesinó al adolescente afroamericano Mike Brown de 18 años. La policía declaró al principio que Brown había atacado al agente de policía, pero todos los testigos aseguran que el chico estaba desarmado y le dispararon cuando tenía las manos en el aire (una clara señal para demostrar que uno está desarmado). Mike recién había terminado el secundario y se preparaba para ingresar a la universidad el lunes 12.
Desde el domingo 10 hay protestas en la ciudad. La policía reprimió la marcha de los familiares y amigos, y arrestó a varias personas. Esto solo provocó más bronca, y el lunes volvieron las protestas a las policía respondió con mayor dureza. El FBI anunció que investigará el asesinato y el alcalde se vio obligado a solicitar una investigación independiente.
Hace un año, la justicia absolvía al asesino del también afroamericano Trayvon Martin, un vigilador vecinal blanco del estado de Florida. En 2013, miles de personas se movilizaron contra este fallo escandaloso. El impacto fue tal que el mismo Obama se refirió al caso: “si yo tuviera un hijo se parecería a Trayvon”.
La ciudad de Ferguson tiene una larga trayectoria racista: durante 2013 de un total de 521 arrestos, 483 fueron personas afroamericanas (el 92%) cuando la comunidad negra representa el 63% de la población local. Aunque los afroamericanos son casi el 70% de la ciudad, tanto el alcalde como el jefe de policía son blancos, al igual que 5 de los 6 representantes del consejo local. Por este motivo, el asesinato de Brown encendió la bronca. El lunes por la noche la policía reprimió las manifestaciones, estableció un virtual toque de queda y ordenó a los periodistas retirarse de la ciudad.
El asesinato de Brown vuelve a enfrentar la realidad de una sociedad profundamente racista. Muestra de esto fue el tratamiento de los medios, que eligieron una fotografía estigmatizadora donde Brown hace un gesto asociado a imágenes negativas (también producidas y reproducidas por los medios) y ninguna de su reciente graduación de la secundaria. Esto desató una ola de repudio, especialmente entre la juventud negra, que instaló el hashtag #IfTheyGunnedMeDown (Si me asesinaran de un disparo, en castellano) y se preguntan, ¿qué foto utilizarían?
A pesar de los avances que significó la conquista de los derechos civiles en la década de 1960, la comunidad afroamericana es la más pobre, la mayoría en las cárceles y sus jóvenes son sin duda la abrumadora mayoría de las víctimas de la brutalidad policial. Cuando todavía está abierta la herida de Trayvon Martin, se esfumó la ilusión de la sociedad “post racial” en la era Obama, un nuevo joven es asesinado para recordarle al mundo que es Estados Unidos es una sociedad profundamente racista.
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