Desde mediados del siglo XIX se buscaba cómo comunicar los océanos Pacífico y Atlántico a través de Centroamérica, para evitar la larguísima y tradicional ruta rodeando el Cabo de Hornos. Las opciones más sólidas eran excavar un canal por Nicaragua (utilizando el río San Juan), o cortando el Itsmo de Panamá, hasta entonces parte de Colombia.
La compañía francesa constructora del Canal de Suez y a la cual estaba asociado el aventurero y empresario francés, Buneau-Varilla, obtuvo la concesión del gobierno colombiano para abrir el canal a través del Istmo. Pero la quiebra de la empresa paralizó las obras en 1889. Buneau-Varilla buscó entonces asociarse a los norteamericanos.
A fines del siglo XIX, Estados Unidos ya consideraba a América Latina como coto de caza reservado para sus capitales y, según la “doctrina Monroe” quería alejar a las potencias europeas de estas costas. Además, necesitaba facilitar la comunicación entre la costa este y California, conquistada en la guerra de 1848 con México, por lo que se interesó en poseer esta vía interoceánica.
Desde 1898, vencedor en la guerra con España que le permitió apoderarse de Puerto Rico y controlar a Cuba, Estados Unidos estaba en plena expansión sobre el Caribe. En 1902, el presidente Theodore Roosevelt negociaba los derechos sobre el Canal con el gobierno colombiano, pero ante los regateos de éste, optó por utilizar para sus propios fines a los grupos independentistas locales para desgajar a Panamá de Colombia. A fines de 1903 en medio de la abierta intervención yanqui, se consumó la independencia.
La construcción de las exclusas en 1913
La flamante Junta de Gobierno local no demoró en elegir al propio Buneau-Varilla como representante para firmar con Washington el siniestro acuerdo conocido como “Tratado Hay-Buneau Varilla”, que entregaba a Estados Unidos la construcción, pero también la administración, control político y militar “a perpetuidad” sobre la Zona del Canal, franja de tierra que dividió en dos al territorio del naciente Estado.
El Canal fue abierto al tránsito una década después, tras colosales trabajos en los que participaron hasta unos 45.000 obreros a la vez, de los que miles fueron víctimas de las terribles condiciones de trabajo.
Primer viaje a través del canal el 15 de agosto de 1914
La “Zona” se constituyó en un enclave imperialista, ocupado por las fuerzas militares yanquis y al cual los propios panameños no podían ingresar sin autorización. Allí se instalaron la sede del Comando Sur y la siniestra “Escuela de las Américas” donde se entrenaron miles de represores y torturadores latinoamericanos.
El pueblo panameño respondió a esta situación colonial abrazando la causa de la recuperación del canal como una bandera antiimperialista histórica.
Entre los grandes hitos de esta lucha se recuerda la gesta del 9 al 11 de enero de 1964, cuando las fuerzas norteamericanas acantonadas en el Canal contestaron a bala a la movilización popular iniciada por estudiantes secundarios del Instituto Nacional para exigir se cumpla con el hizamiento de la bandera panameña. Según datos oficiales, hubo 21 muertos y más de 500 heridos.
El 7 de setiembre de 1977 se firmó un acuerdo entre el gobierno del general Omar Torrijos y el de Jimmy Carter, por el cual el Canal y su Zona serían reintegradas paulatinamente a Panamá, aunque estableciendo importantes garantías y concesiones a favor del imperialismo.
Las condiciones para este traspaso fueron “perfeccionadas” a su manera por el presidente George Bush (padre) a fines de 1989. El entonces presidente Manuel Noriega se hallaba enemistado con Washington (pese a haberle prestado grandes servicios en el pasado), que lo acusaba de narcotráficante y buscaba su salida del gobierno. El 19 y 20 de diciembre de ese año, decenas de miles de soldados norteamericanos, con un impresionante apoyo aéreo y naval, lanzaron bombardeos y un asalto masivo contra aeropuertos, puertos, edificios estatales y otros puntos estratégicos, mientras las reducidas Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP) ofrecían escasa resistencia. Al cabo de dos semanas, logrado su objetivo de deponer y capturar a Noriega (que fue llevado a EE.UU. para ser condenado por narcotráfico), habían dejado una gran destrucción y miles de muertos y heridos, sobre todo en la población civil de barrios populares como en El Chorrillo.
El 31 de diciembre de 1999, después de 86 años, de dominio estadounidense, el Canal y su Zona fueron reintegados a Panamá. Claro que esto no significó el fin del status semicolonial del país. Bajo los siguientes gobiernos neoliberales y proimperialistas, convertido en un paraíso para el capital extranjero y subordinado a los intereses de la dominación norteamericana.
La liberación nacional y social sigue siendo una causa pendiente, en las manos de los trabajadores panameños y de toda Centroamérica unidos.
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