El sábado 23 de agosto tuvo lugar la presentación del libro Con Trotsky. De Prinkipo a Coyoacán, de Jean van Heijenoort en el auditorio de la Casa Museo León Trotsky, con más de 150 asistentes. Contamos con la participación de una importante delegación de compañeras (algunas de ellas participantes de la APPO y de la COMO del 2006) y compañeros del comité del MTS de Oaxaca, así como de trabajadores de la Caja de Ahorro de telefonistas, junto a numerosos jóvenes y trabajadores.
Se proyectó al inicio el cortometraje Mi nombre es Trotsky, realizado por los compañeros de Contraimagen de Argentina, que fue aclamado por todos los asistentes. Esteban Volkov, que no pudo asistir, nos envió un saludo al evento. Sus palabras nos transportaron a la difícil época en que Trotsky habitó esta casa, hoy convertida en un museo que alberga su memoria militante. En el final del saludo Volkov señaló “León Trotsky no era hombre a morir de vejez en la cama, cayó en las trincheras de la revolución socialista. Abandonó la vida con la serenidad asombrosa del deber cumplido, de haber dedicado ésta a la tarea –en palabras de él–: ‘al anhelo más caro del género humano: la construcción de un mundo mejor, donde quede erradicado el odio, la opresión y la violencia’. León Trotsky tuvo la certeza absoluta inamovible de este logro en el futuro del género humano”.
Por su parte, el profesor José Antonio González de León, director del museo, reivindicó la fructífera relación entre el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky (CEIP) y la Casa Museo, que se expresa en las coediciones de las Obras Escogidas de León Trotsky. Respecto al libro de Van Heijenoort, señaló el importante aporte que constituye la obra, que tuvo una primera edición en 1979 y estuvo agotada por muchos años hasta esta publicación. Destacó el rol de Van como colaborador de León Trotsky y testigo directo de un importante periodo de exilio del gran revolucionario ruso, desde Turquía, pasando por Francia y Noruega, hasta su última morada en México.
Pablo Oprinari, por el CEIP León Trotsky, partió de resaltar la dureza de los años de exilio, y la pelea por forjar una dirección revolucionaria internacional, la IV Internacional. En este último combate de Trotsky destacó el invaluable apoyo de una nueva generación de militantes revolucionarios que dejó todo por abrazar la causa de la revolución social y la construcción de la IV Internacional, entre quienes se cuentan Van, E. Wolf, Rudolf Klement y León Sedov. En una segunda parte de su ponencia se centró en las elaboraciones que León Trotsky realizó en su última morada, sobre México y en particular sobre el cardenismo, periodo en el que se inscribió la expropiación petrolera. Lejos de tener una visión de las acciones del gobierno de Cárdenas como “socialistas” o “comunistas”, Oprinari señaló que “en los momentos cruciales del sexenio cardenista, [Trotsky] consideró que medidas tales como las expropiaciones petroleras eran medidas de defensa nacional altamente progresistas, que había que enfrentar la ofensiva de las compañías petroleras inglesas y estadounidenses, y al mismo tiempo consideraba que estas medidas se inscribían, íntegramente, en los marcos del capitalismo de estado, esto es, no eran acciones de tipo comunistas. Trotsky, en ese sentido, no confundía medidas puntuales de enfrentamiento contra el capital extranjero, con asignarle a un gobierno nacionalista burgués un carácter socialista”. Asimismo, explicó que “Trotsky consideraba, que en los países de desarrollo capitalista atrasado, el capital extranjero tiene un rol decisivo, en tanto que la burguesía nacional es débil y la clase obrera surge como una potencia social. En esas condiciones, el gobierno oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente fuerte proletariado. En esas circunstancias especiales, surge un gobierno de tipo bonapartista sui generis, así lo definía Trotsky, que puede gobernar bien como agente directo del capital extranjero y someter a la clase obrera a una dictadura policial, o bien decía ‘maniobrando con el proletariado, llegando incluso a hacerle concesiones, ganando de este modo la posibilidad de disponer de cierta libertad en relación a los capitalistas extranjeros’, y terminaba diciendo que en esta posibilidad se inscribe la política llevada adelante por el gobierno cardenista respecto a las compañías petroleras y ferrocarrileras”. Al final, planteó la vigencia de estos análisis y de sus lecciones, para la actual situación de México ante la entrega de Pemex, y ante la deriva de los llamados gobiernos “progresistas” en América Latina, siendo uno de los principales legados de Trotsky su actividad incansable, militante, por construir una organización internacional revolucioanaria, la IV Internacional.
Por su parte, Jimena Vergara, maestra de la UNAM y referente del MTS, inició su ponencia con una reivindicación del carácter testimonial del libro de Van Heijenoort, que retrató las duras condiciones del exilio de Trotsky, de su peregrinar por “el planeta sin visado”, como definieron los surrealistas al mundo donde el gran revolucionario ruso no era aceptado por ningún gobierno, hasta que Octavio Fernández, dirigente trotskista mexicano, junto con Diego Rivera, el famoso muralista que en esos tiempos había unido su camino al de la Oposición de Izquierda Internacional, consiguieron que Cárdenas le otorgara el derecho de asilo. Reivindicó también a la joven generación que se entregó por entero a la causa del comunismo. En este marco, recordó a los presentes que se cumplen 80 años de la gran gesta de las huelgas de Minneapolis, donde los trotskistas estadounidenses demostraron los grandes aportes que puede hacer nuestra corriente a forjar una nueva generación de obreros avanzados: planificación, organización, red de solidaridad popular alrededor de la huelga de los transportistas, unidad con los trabajadores desocupados, sumar a las mujeres a la lucha, la firmeza durante la lucha por la sindicalización, sin ceder un ápice a la patronal ni al gobierno. Realizó un breve recorrido por algunos de los principales hitos de la huelga, y cómo esa joven organización llamada Liga Comunista de América logró enraizarse en la clase obrera al calor de un movimiento nacional por la sindicalización, mientras contribuía a la lucha por forjar una organización internacional que planteara una perspectiva socialista y revolucionaria. Planteó también, vinculado a esto, la vigencia de las lecciones que nos legaron los revolucionarios de los años ’30, y en especial de las ideas de León Trotsky, plasmadas en numerosas obras, entre las que destacó el Programa de Transición y “Los sindicatos en la época imperialista”. Y que estas lecciones cobran nueva vida en la intervención de nuestros compañeros del PTS en Argentina, en las luchas de los trabajadores de Lear Corporation (autopartista) y Donnelley (gráfica), ambas trasnacionales, contra los despidos y suspensiones.
En el cierre de la presentación González de León destacó la necesidad de la reflexión que plantea el libro de Van. Por último, Oprinari señaló que esta presentación se enmarca en la rica producción editorial que viene realizando el CEIP León Trotsky como un aporte a la formación de una nueva generación de trabajadores y jóvenes revolucionarios que hoy están haciendo sus primeras armas en luchas como las que se dan en Argentina.
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