El miércoles 27/08 en Bruselas se inició la segunda ronda de negociaciones para un acuerdo bilateral entre Cuba y la Unión Europea. La primer ronda se había cerrado en La Habana el 30 de abril pasado, acordando una “hoja de ruta” sobre temas centrados en el comercio e inversiones, además de un “diálogo político”.

Cuba es el único país latinoamericano que aún no acordó un pacto de este tipo con la UE. A pesar de que la llamada “posición común” europea, que presiona para imponer cambios políticos en la isla sigue vigente, la UE prefiere “flexibilizar” de hecho la misma guiada por el interés en las oportunidades de inversión y negocios que ofrece la isla a medida que el gobierno de Raúl Castro amplía las reformas “de mercado” y las facilidades para el capital extranjero.

Los representantes de la UE, sin dejar de presionar han preferido dejar en segundo plano la presión por una apertura política para privilegiar los acuerdos económicos, comerciales y financieros. Tras la primer reunión formal, el director general para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler explicó que “La Posición Común todavía está en vigor en la Unión Europea. Y eso lo sabíamos todos, que no va a cambiar al inicio de la negociación. No hemos hablado de la Posición Común en la negociación. La negociación sigue su propia lógica, tiene su propia dinámica” (El País, 1°/05/14).

Un síntoma del cambio de actitud hacia Cuba entre los imperialismos europeos fue, a principios de año, la visita a La Habana de Laurent Fabius, canciller francés, acompañado de varios empresarios galos interesados en la nueva ley de inversión extranjera de Cuba.

No casualmente, el 12 de agosto, visitó La Habana el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevedo, para reunirse con altas autoridades cubanas, así como con directivos de la Oficina Regulatoria de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), cuya primer etapa fue inaugurada en febrero por Raúl Castro, junto a la presidenta brasileña Dillma Roussef.
La ZEDM es presentada por las autoridades cubanas como una “zona especial de clase mundial", similar a las creadas en China en los 80 y que jugaron un papel clave en el retorno del gigante asiático al capitalismo. Hoy es vista por transnacionales europeas y de otras partes del mundo como una gran oportunidad para establecerse en Cuba.

La ZEDM, una zona de 465 km2 en torno al puerto de Mariel situada a unos 50 kilómetros de La Habana, gozará de un tratamiento preferencial para los inversores privados, al amparo de la nueva legislación de Inversiones Extranjeras, como ser plena seguridad jurídica, derecho a la libre transferencia al exterior de las utilidades, exención de impuestos a la fuerza de trabajo, a las utilidades (por 10 años) y a las ventas (por 1 año).

Se espera que la misma, concebida como una gran plataforma industrial y logística para la producción, exportación y comercio interno bajo mecanismos de “mercado”, se convierta en la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano. Decenas de empresas brasileñas, chinas, europeas y cubanas ya hacen planes para instalarse en Mariel.

El intercambio comercial entre Cuba y los países miembros de la Unión Europea supera los 4.000 millones de dólares (una quinta parte del comercio exterior cubano). La isla exporta tabaco, minerales, productos de la pesca y algunos agrícolas. Además, recibe un importante flujo turístico desde Europa. La UE (en particular el Estado Español, Holanda e Italia) es después de Venezuela, el segundo origen de importaciones para Cuba, así como el tercer receptor de ventas cubanas (sólo detrás de Venezuela y China).

Además de los contactos bilaterales, Cuba interviene en las conversaciones entre la Unión Europea y América latina, el 6 de junio participó en la XLI Reunión de Altos Funcionarios CELAC-Unión Europea, pasando revista a temas como género, investigación e innovación, migraciones, drogas, actualización del Plan de Acción conjunto.