Si faltaba una muestra simbólica del carácter anti obrero y liberal de la política de Hollande, la formación del nuevo gobierno Valls II lo confirma. La nominación como nuevo ministro de Economía de Emmanuel Macron, ex gerente-socio de la banca Rothschild y muy cercano a los “milieux d’affaires” (comunidad empresarial).
Este antiguo consejero del presidente de la Republica, amigo y promovido por el consejero de príncipes Jacques Attali (personaje nefasto si los hay, que ensucia el nombre del socialismo definiéndose como socialista ultra liberal y proponiendo contra reformas que ni los más importantes representantes históricos del liberalismo francés alguna vez osaron) y padre, según fuentes seguras, del Pacto de Responsabilidad.
Este pacto votado en el primer semestre reduce las cargas fiscales asociadas con el trabajo para las empresas, con el objetivo de bajar el costo laboral para el empleador de manera de aumentar la competitividad. Dicho Pacto es la expresión de la aceleración del curso derechista del gobierno de Hollande desde principios de año, que responde más y más a los reclamos del MEDEF (la principal central patronal francesa). Precisamente mañana, en otro gesto simbólico, Valls se hará presente en la escuela de verano de la organización patronal, su gran rendez-vous anual en Jouy-en-Josas, Yvelines en la periferia parisina.
De esta forma Valls, siguiendo los pasos de su antecesor en el cargo Jean-Marc Ayrault en agosto de 2012, es el segundo primer ministro en ejercicio que va a esta reunión después de la creación del MEDEF en 1998. Es decir que ni los primeros ministros de la presidencia de los conservadores Chirac y Sarkozy lo habían hecho. Toda una muestra de lo que se han convertido estos socialdemócratas, totalmente alejados de su antigua base obrera e integrados al mundo de los negocios y las finanzas. Ya casi nada diferencia a conservadores y socialdemócratas, solo una vieja tradición de izquierdas cada vez más deslucida que no logra dar la mas mínima expectativa de cambio a la desesperanza de las clases populares.
El Partido Socialista y la UMP tienen en lo esencial el mismo programa de contra reformas y las mismas prácticas. Hasta la búsqueda de su personal en los mismos medios de negocios del cual en particular la banca Rothschild ha devenido una constante. Ya en su momento Georges Pompidou fue director general de la banca Rothschild antes de transformarse en primer ministro del general de Gaulle. Más cercano en el tiempo, en la presidencia de 2007, Nicolás Sarkozy fue a buscar a su antiguo director de gabinete cuando era ministro de economía de Chirac, François Pérol, devenido banquero de affaires y asociado-gerente de la misma banca Rothschild entre 2005 y 2007, para nombrarlo secretario general adjunto de su presidencia.
El trasvase entre el personal político y los medios de negocias deviene como vemos una constante. Tanto que rompiendo una última “promesa” (digámoslo de la forma que utiliza la prensa convencional, pues todos sabemos que para un político burgués eso no existe y sus palabras son papel mojado) Emmanuel Macron deviene ministro de Hollande sin haber sido elegido previamente a ningún cargo. Los pasillos de la alta Administración de Bercy (como se llama al monstruoso edificio donde están el ministerio de Economía y el de Finanzas) que conoce hasta el dedillo cuando ejerció como Inspector de finanzas y los bureau de la banca de negocios, son cada vez más los lugares donde se forman los “cuadros” de este aún nombrado (y mal nombrado, ya sea a izquierda por obvios motivos, como a derecha tan es así que Valls quisiera modificarlo) Partido Socialista francés.
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