En estas elecciones el descontento expresado en las movilizaciones de Junio de 2013 se hace evidente en la falta de entusiasmo entre los trabajadores y jóvenes en relación a la posibilidad de que su voto pueda verdaderamente cambiar algo. Desde antes de la muerte de Eduardo Campos, el voto a Dilma tenía una significativa carga de “mal menor” frente al Partido de la Socialdemocracia Brasileño (PSDB). Incluso Marina Silva que aparece como algo “nuevo” arrastra también una carga de “mal menor frente a lo que hay”, que adquiere más fuerza a medida que la nueva candidata adopta un discurso cada vez más a la derecha y conservador.
Frente a esta realidad, ninguno de los candidatos que se reivindican de izquierda se posiciona a la altura del profundo cuestionamiento al status quo expresado en Junio y a la ola de huelgas y profundas luchas obreras que se vienen dando en el país durante los últimos años. El Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Comunista Brasileño (PCB) siguen el mismo camino que el PT, de conciliación entre los trabajadores y patrones.
Es un escenario en el cual muchos trabajadores y jóvenes que no quieren dar su voto para legitimar a los partidos que dominan al país, ni siquiera como “mal menor”, ven que no hay alternativa “de izquierda” y piensan votar nulo como una forma de protesta.
Comprendemos ese sentimiento, en especial entre aquellos trabajadores que ya hicieron experiencias concretas con los partidos que se reivindican de izquierda al frente de sus sindicatos, desaprovechando la disposición de lucha de las bases y llevando las luchas a derrotas.
Sin embargo, consideramos que es fundamental pelear para que los trabajadores y la juventud no voten a los candidatos de los partidos capitalistas como “mal menor”, que según las encuestas es la forma en que una enorme mayoría utilizará su voto. Pero también es necesario pelear para que esa decisión no signifique que lo hagan en partidos que defienden la conciliación entre patrones y trabajadores.
Entendemos que la mejor forma de llevar adelante esta posición es defendiendo el voto en un partido que exprese la independencia de clase. Cada trabajador o joven que deja de votar a un partido capitalista o de conciliación de clases y lo hace en defensa de la independencia de clase da un paso en la tarea de construir una vanguardia clasista y revolucionaria.
Hoy la candidatura que mejor podría expresar ese voto es la de Zé María, del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), ya que es el candidato obrero más conocido en estas elecciones. Rui Costa Pimenta del Partido Causa Obrera (PCO) también es una candidatura obrera. Sin embargo, las posiciones que el PCO viene expresando en defensa de los petistas vinculados al “mensalào” como “perseguidos políticos” y la defensa de la Copa del Mundo y la Fifa frente a los cuestionamientos que abarcaron amplios sectores de la clase trabajadora, impiden que sea una expresión de independencia política de los trabajadores.
¿Por qué un voto crítico?
El voto a Zé María es crítico porque no es un voto a la política defendida por este partido. Como hemos señalado en varios artículos, la política del PSTU de aliarse al PSOL y el PCB y embellecerlos como “socialistas” que fortalecen las luchas de los trabajadores con el propósito de conseguir algún parlamentario es de un oportunismo electoral desenfrenado, que fortalece a los reformistas y conciliadores y no a los clasistas y revolucionarios.
Por otro lado, el PSTU tampoco puso a disposición el horario electoral gratuito de TV para dar voz a la difícil y extendida huelga de las universidades paulistas. De conjunto, el PSTU no es capaz de construir una militancia combativa y no corporativa en los sindicatos y oposiciones sindicales que dirige para que su campaña pueda ser expresión política de un proceso creciente de militancia obrera en los lugares de trabajo.
Este partido se niega sistemáticamente a poner su legalidad y peso sindical al servicio de la recomposición de una vanguardia clasista y revolucionaria, abriendo sus listas a las principales referencias obreras y de la juventud que están al frente de las principales luchas y procesos. Al contrario de lo que hicieron con el PSOL y del PCO, se negaron a nuestro pedido democrático de darnos un lugar en las listas para lanzar las candidaturas de Pablito, Diana Assunção y Marília Rocha, tirando por la borda esta tradición del movimiento obrero, de la misma forma que se negaron a constituir un frente clasista y revolucionario a partir de la CSP-Conlutas.
Zé Maria es candidato a presidente sin coalición nacional con el PSOL o el PCB. Podría haber sido una candidatura al servicio de un frente clasista. Pero en verdad esta candidatura independiente está acompañada de coaliciones estaduales con el PSOL y el PCB. Es decir, es expresión de que “los intereses electorales” no combinaban con los de sus aliados.
A pesar de la política oportunista del PSTU, la candidatura de Zé María y su lista en los Estados en que no van aliados al PSOL o al PCB, es una expresión de independencia de clase. Por eso, sin asumir ningún compromiso con las posiciones políticas del PSTU, proponemos a la vanguardia votar críticamente a Zé María a presidente y a los candidatos del PSTU donde no vayan en alianza con el PSOL y el PCB. En los estados en los que participan en alianzas oportunistas y de conciliación de clases con el PSOL y el PCB, proponemos votar nulo para gobernador, senador y diputado.
Al proponer el voto crítico al PSTU, al mismo tiempo que lo hacemos como una forma de defensa de la independencia de clase frente al proceso electoral, queremos abrir el debate con los trabajadores y jóvenes sobre la necesidad de construir una nueva organización revolucionaria que pueda constituirse en alternativa al fracaso de la izquierda brasilera.
El ejemplo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores en Argentina
Los compañeros del Partido de los Trabajadores Socialista (PTS) en Argentina (organización hermana de la LER-QI) - como parte de un frente con el Partido Obrero e Izquierda Socialista -, pusieron en pie una campaña electoral en 2010 que fue expresión de una nueva militancia obrera en las fábricas de las principales concentraciones obreras del país, en base a un programa claramente independiente de los patrones.
Hoy, los diputados electos en esa campaña son perseguidos por el Estado por estar junto a los trabajadores en todas las luchas: en sus huelgas, marchas, campamentos en puertas de fábrica y piquetes, etc. enfrentando la represión policial junto a ellos. Las leyes que proponen en el parlamento son debatidas entre los trabajadores y se constituyen como un complemento a las luchas en las fábricas. Este debe ser un ejemplo a seguir para construir una alternativa revolucionaria en Brasil.
08/09/2014
|