Publicamos a continuación una carta que nos hizo llegar un compañero a la redacción de La Verdad Obrera y la respuesta de Milton D’León, de la Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR), sobre la no renovación de la licencia a RCTV y la política que debemos levantar los revolucionarios.

Correo de Lectores

La verdad es que no los entiendo en su artículo sobre RCTV. Ustedes tienen que tomar una posición porque si no confunden. Primera opción: apoyar la medida del gobierno, y señalar todas las limitaciones que tiene, o no apoyarla en cuyo caso deben llamar a que se restituya el canal a los antiguos dueños. ¿Cuál es su posición? ¿Qué les dicen a los trabajadores, rechacemos la intervención del gobierno burgués en la RCTV y tomémoslo nosotros bajo nuestro control? ¿Con qué política fueron uds. a la concentración que llamó Chávez para reafirmar su determinación (si es que fueron)? Yo estoy de acuerdo con uds. sobre muchas de las consideraciones que hacen acerca del contenido de clase del gobierno de Chávez, en la concepción de Trotsky acerca de la libertad de expresión, pero al no aplicar todas estas caracterizaciones a la situación revolucionaria venezolana y a las ilusiones de los trabajadores venezolanos que tienen en su conductor, uds. terminan con no tener política que oriente a esos mismos trabajadores sobre lo que tienen que hacer con la medida tomada contra la RCTV. ¿La apoyo o no la apoyo?

Max

Chávez y los medios de comunicación

En su pregunta el compañero solamente plantea dos alternativas posibles: apoyar la medida del gobierno o plantear que el canal continúe en las manos de los antiguos dueños, connotados cabecillas de la reacción interna como todos los otros dueños de los grandes medios que continúan en manos privadas. Bajo la afirmación de que “terminan con no tener política que oriente a esos mismos trabajadores sobre lo que tienen que hacer con la medida tomada contra la RCTV”, en realidad hay un pensamiento político de apoyar la medida de Chávez, pues nadie de izquierda respondería que “vuelva a sus antiguos dueños”. La supuesta “encerrona” no es más que una pregunta mal planteada desde una política revolucionaria al no ver ninguna perspectiva de salida obrera, aunque correcta desde una lógica de campos: Chávez o la reacción. En el caso concreto, el compañero no ve la posibilidad de una política obrera independiente frente a los medios reaccionarios y cree que “lleva a confundir a los trabajadores”.

En nuestra declaración del 31/05 decimos claramente: “Afirmamos que todos estos medios en manos de los grandes empresarios son una gran amenaza contra los trabajadores y el pueblo... creemos firmemente que es esencial emprender una incansable lucha contra los medios y la prensa reaccionaria. Pero creemos que el modo más efectivo de combatir a los medios y la prensa que hoy la burguesía sigue detentando para mantener su dominio y sistema de explotación, es tomarlos en nuestras propias manos, creando y extendiendo los propios medios y la prensa de la clase obrera y del pueblo pobre al servicio de sus reales intereses. No pensamos, bajo ningún punto de vista que, como resultado de medidas de prohibición de los medios y la prensa reaccionaria desde este Estado, los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre se librarán de la influencia de las ideas reaccionarias y del pensamiento dominante de la clase capitalista”.

Sostenemos, como la historia ha demostrado, que cualquier restricción de la democracia en la sociedad burguesa, como la actual en Venezuela, quienes terminan soportando las consecuencias últimas de estas medidas son los propios trabajadores y el pueblo. Por eso afirmamos que los trabajadores son los que deben librar por sus propios medios y organizaciones la total y completa libertad de prensa y no mediante el puño del aparato gubernamental como sustitución de esta lucha. Lejos de ir detrás de medidas bonapartistas, aunque sea contra un medio reaccionario, la clase obrera debe confiar solamente en sus métodos de lucha y forjarse sus espacios e instrumentos mediáticos conquistados por su propia lucha y métodos de acción directa. ¿No significa esto tomar una posición categórica? La medida de Chávez es una medida bonapartista del estado burgués, y esto no se puede perder de vista. Se adopta para fortalecer el poder del estado burgués sobre la opinión pública para convencer más aún de su proyecto de conciliación de clases y regimentación del movimiento obrero, como lo demuestran su proyecto de cercenar la autonomía sindical y construir un PSUV de la mano de empresarios. No, no apoyamos esta medida del estado burgués, por muy adornada de izquierda que esté ahora de que es contra la prensa reaccionaria (falsedad demostrada al pactar hoy con el principal golpista de los medios, Gustavo Cisneros), pues terminará cayendo sobre los trabajadores. Contrariamente a pensar que esto implicaría que el canal se mantenga con sus antiguos dueños -como única alternativa que queda para el compañero Max-, decimos categóricamente que sólo donde los medios de producción en general y los de producción de información en particular estén en manos de los trabajadores, tendremos una real libertad de expresión de todas las corrientes de la opinión pública en general, en plena condición de igualdades para garantizar realmente esta libertad.

Por eso afirmamos que una verdadera lucha a emprender, como política obrera independiente, es prepararse para tomar los medios en nuestras manos que hoy la burguesía continúa detentando, tal como lo hicieron recientemente los trabajadores y el pueblo de Oaxaca cuando se apoderaron de los medios reaccionarios y los pusieron al servicio de la lucha.

Milton D’León