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Desafiando a las FF.AA. enviadas por el presidente Alan García a los principales centros urbanos y productivos del país se llevó a cabo la Jornada Nacional de Protesta convocada por la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP). A pesar de la huelga y las protestas, García promulgó la Ley de Educación (acorde con los requerimientos del Banco Mundial) pasando por encima del reglamento del Parlamento con el apoyo de la bancada fujimorista. Al cierre de esta edición el sindicato de maestros había votado mantener la huelga por tiempo indefinido.
A punto de cumplirse un año de la asunción de Alan García y de su partido Alianza Popular Revolucionaria Antiimperialista (APRA), y tras prometer cambios en el modelo económico fujimorista la paciencia se le está terminando a gran parte de la población. Así parecen confirmarlo las últimas encuestas (40% de aprobación). Esta baja popularidad ya se viene expresando desde principios de año.
Es que las “alentadoras” cifras económicas como el 8% de crecimiento del PBI en 2006 (el mayor crecimiento en 11 años), superávit de comercio exterior record y de reservas internacionales, que ya superan los 20.000 millones de dólares, no pueden ocultar que en Perú la mitad de la población vive en extrema pobreza. En 72 meses de crecimiento económico ininterrumpidos, los únicos beneficiados han sido los capitalistas y las grandes trasnacionales, sobre todo mineras, que desde 1992 han visto triplicar el producto que genera esta rentable industria. La magnitud del negocio puede verse en el enorme capital invertido por los monopolios. Desde 1993 inyectaron en el sector casi 7.000 millones de dólares y se estiman otros 10.000 sólo en los próximos 3 años.
Hace unos meses el gobierno de García viene enfrentando medidas de fuerza de distintos sectores obreros y populares. Las movilizaciones se extienden en todo el país, algunas durante bastante tiempo, se caracterizan por los métodos combativos como los cortes de carreteras y enfrentamientos con la policía. En este marco, adhirieron a la Jornada Nacional varios sindicatos campesinos y cocaleros, gremios de la construcción, docentes universitarios, no docentes de universidades nacionales, municipales, obras sanitarias y estudiantes. La CGTP elaboró un petitorio por aumento de salarios, suspensión de despidos, cárcel a Fujimori y el rechazo al TLC (Tratado de Libre Comercio) entre otros puntos.
A último momento la Federación Minera adhirió a los actos pero levantó el paro, “debido a que se ha empezado a atender los reclamos de los mineros de Casapalca”, según argumentaron sus dirigentes.
La Jornada del 11 de julio, despertar minero y represión
La Jornada se caracterizó por movilizaciones y enfrentamientos. En Lima, la capital, miles de manifestantes repudiaron al gobierno. Luego del masivo acto convocado por la CGTP se produjeron enfrentamientos con la policía, con un saldo de 16 detenidos (LR, 12/07). En el interior, manifestantes del SUTEP y de la CGTP marcharon juntos y bloquearon carreteras y puentes en distintas regiones, como en Puno (sur), donde miles de manifestantes tomaron el aeropuerto local impidiendo la circulación aérea y cortaron las principales carreteras.
El 15 de junio los trabajadores mineros contratados de Casapalca ubicada en la serranía limeña, productora de plata y plomo, llevaban dos semanas de huelga contra el régimen de contrataciones, por aumento salarial, y la reincorporación de más de 100 despedidos, cuando fueron atacados en medio de una protesta por la policía dejando cuatro obreros muertos. Es que el régimen de contratación es lo que permite a las transnacionales mineras y empresarios locales las superganancias en base a una mayor explotación de los trabajadores en una coyuntura de enorme alza de los minerales en el mercado mundial. En este marco, las huelgas mineras son las que más preocupaciones generan a García, cuya única respuesta ha sido la represión.
A principios de junio los mineros contratados de la mina de Shougang Hierro Perú en la región de Ica, que llevaban 58 días de huelga, recibieron un duro golpe del gobierno y la empresa. Intentaron descabezar el movimiento de huelga con la detención del principal dirigente minero Rony Cueto, que sigue preso hasta el día hoy.
Otro hito en la lucha minera fueron las huelgas de junio en las tres empresas del cobre de la Southern Copper que reclamaban convenio colectivo, mayores salarios y mejoras en salud y educación. Los contratados mineros no están solos, la contaminación ambiental, producto de la nula planificación empresarial -que envenenan agua y tierras de los campesinos pobres- está forjando la unidad obrera-campesina.
La lucha del magisterio
Las bases del magisterio encabezan la oposición al gobierno desde que asumió Alan García, quien venía intentando pasar las conocidas leyes del Banco Mundial para la Educación y quebrar a su sindicato. El SUTEP (sindicato del magisterio) cuenta con 300.000 afiliados y es uno de los más importantes del país. Desde principios de año las huelgas y las movilizaciones de los maestros intentaron enfrentar el plan del gobierno. Mediante un decreto el Estado intentó tomar una evaluación para demostrar las fallas en la formación, buscando responsabilizar a los docentes de las falencias del sistema educativo. La disposición de lucha de los maestros dejó de lado ese intento.
Ahora el gobierno volvió a la carga. El sindicato lanzó una huelga general indefinida contra la ley educativa que deja la puerta abierta a la flexibilización del trabajo docente y la prohibición de las huelgas. El gobierno declaró ilegal la huelga, encarceló a varios activistas y reprimió las manifestaciones. En una muestra más de su giro reaccionario promulgó la ley -mientras miles marchaban por las calles- sin esperar a un segundo debate en el parlamento, apoyado por la bancada fujimorista.
Los paros regionales, las huelgas mineras y la lucha del magisterio dan cuenta de un reverdecer del movimiento obrero peruano luego de la larga noche fujimorista de los 90s y el gobierno antiobrero de Alejandro Toledo (2001-2006).
Las demandas obreras y populares sólo serán resueltas como producto de una gran lucha unificada que ponga a García contra las cuerdas ya que los bajos salarios, la falta de presupuesto y la entrega a las transnacionales de los recursos naturales son tres pilares de la obra económica de Fujimori que el actual gobierno administra y pretende profundizar
Las direcciones del movimiento obrero y popular
Esta Jornada, que la CGTP se vio obligada a convocar, debe servir como punto de apoyo para hacer un recuento de fuerzas en el camino de preparar la huelga general política que ponga contra las cuerdas al gobierno.
Sin embargo, la dirección del SUTEP influenciada por el grupo maoísta Patria Roja ha venido negociando y conciliando con los gobiernos de turno. No se propone derrotar el proyecto de ley de educación sino consensuar y dialogar con el gobierno. A pesar de la política conciliadora de la dirección, la base del magisterio ha votado mantener la huelga por tiempo indefinido. Por su parte la dirección de la CGTP, influenciada por el viejo Partido Comunista pro Moscú, pretende utilizar la fuerza de la movilización para obligar a García a cumplir sus promesas electorales y propugna un frente con el empresariado nacional perjudicado por el “modelo” y los sectores progresistas de la iglesia católica.
La dirección de la Federación Minera, si bien asistió a la manifestación central en Lima, levantó la huelga, aun cuando su gremio cuenta con 4 obreros muertos y decenas de detenidos. Párrafo aparte merece el ex candidato presidencial Ollanta Humala. El ex militar nacionalista y su bancada parlamentaria hicieron apariciones mediáticas, pero lejos de apoyar a los mineros, se limita a esperar el desgaste del gobierno para aparecer luego como oposición electoral.
Preparar la huelga general
Alan García se apoya en Bush, las transnacionales mineras y los restos del fujimorismo en el Parlamento. Le ha otorgado a las FF.AA. la potestad de intervenir junto a la policía por treinta días para garantizar el orden en todo el país, es decir un virtual estado de sitio.
Para enfrentar consecuentemente al gobierno es preciso poner en pie un comando nacional de lucha que prepare la huelga general política, y tome medidas como la autodefensa de los trabajadores, garantice la unidad obrera y campesina y levante un programa de salida a la situación de hambre y entrega a la que han sometido al Perú Fujimori, Toledo y por segunda vez el APRA de Alan García. La lucha por la independencia política de la clase obrera peruana y la confianza en sus propias fuerzas es una tarea imprescindible para no caer en las trampas de opositores nacionalistas, alcaldes y la burocracia sindical para contener y desviar la movilización de los trabajadores y de los pobres del campo y la ciudad.
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