A pesar de haber ganado las elecciones, desde 2002 el Partido de los Trabajadores (PT) no terminaba una contienda tan debilitado.
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Aún cuando haya vuelto a fortalecerse en el Nordeste y habiendo ganado el importante estado de Minas Gerais, la reciente votación de Dilma fue bastante inferior a la que tuvo en 2010, y aun menor que las dos elecciones ganadas por Lula. En el Congreso Nacional también perdieron una cantidad significativa de bancas.
Pese a la derrota de su candidato, Aécio Neves, desde el ascenso de Lula el PSDB no sale tan fortalecido y legitimado como partido de oposición. Salvo en Rio de Janeiro y Minas Gerais, en casi toda la región Sur, Sudeste y Centro-oeste, los "tucanos" (partidarios del PSDB) obtuvieron una importante ventaja, en especial en el estado de San Pablo. Analizando de cerca ese resultado, podemos entender cómo se expresó en estas elecciones el enorme desgaste de la casta política que existe en el país, con una importante separación entre representantes y representados.
O resultado é um novo governo débil para enfrentar uma situação de deterioração das condições econ6omicas, principalmente levando em conta que o país recém viveu manifestações de centenas de milhares de jovens reivindicando mais e melhores direitos sociais e uma onda de greves como não ocorria desde a década de 80.
El resultado es un nuevo gobierno débil para enfrentar una situación de deterioro de las condiciones económicas, sobre todo considerando que Brasil viene de vivir manifestaciones de centenares de miles de jóvenes reivindicando más y mejores derechos sociales y una oleada de huelgas como no ocurría desde la década del 80.
¿Qué expresa el debilitamiento del PT?
El PT fue alcanzado por el enorme descontento que se expresó en las manifestaciones de junio de 2013. Eso dió lugar a una importante separación entre representantes y representados, una verdadera crisis de representatividad. Por más que haya un reflujo de las manifesetaciones, es un proceso que sigue latente, y se expresó en las elecciones en dos ideas que fueron muy fuertes a lo largo de toda la campaña. En primer lugar, el sentimiento del mal menor. Ese fue un sentimiento muy diseminado entre los trabajadores y en la juventud. La mayor parte de la gente no confiaba de hecho en que alguno de los candidatos pudiese expresar las aspiraciones que emergieron desde Junio y de las huelgas que han atravesado al país. En segundo lugar, el discurso del cambio. Todos los candidatos hablaban de cambio, tanto oficialistas como opositores.
El vertiginoso ascenso de Marina Silva tras la muerte de Eduardo Campos, que generó la ilusión de que podría representar una "nueva politica", fue una expresión de esta crisis de representatividad. Su abrupta caída cuando la gente se dió cuenta de que no tenía nada nuevo, acompañada por el ascenso acelerado de Aécio en la recta final del primer turno, también fue expresión del descontento existente, aun que en forma distorcionada.
En el segundo turno eso se expresó nuevamente en un importante debilitamiento del PT. Ese partido perdió en la suma de todas las capitales y en la mayoría de las ciudades de mayor concentración obrera. Si fuesen contabilizadas solo las capitales de del país, Dilma habría perdido las elecciones. Es un claro mensaje de descontento.
Lo que permitió que el PT no pierda las elecciones fue el voto útil a Dilma como mal menor frente a un eventual gobierno tucano. Ese voto útil se amplió mucho en la recta final del segundo turno debido al pánico que los petistas buscaron propagar, propagandizando que si Aécio ganase, se alentaría una ola conservadora y derechista en el país. Muchos sectores que pensaban abstenerse, votar en blanco o anular, terminaron votando a Dilma, disminuyendo el percentual de abstenciones y votos no válidos en relación al primer turno. El PT solo pudo lograrlo porque la inercia de las mejoras de las condiciones de vida heredadas de los últimos años de crecimiento económico todavía priman sobre las crecientes tendencias recesivas que vienen deteriorando la economía en los últimos meses.
¿Qué explica el fortalecimiento de los "tucanos"?
El aumento de los votos de Aécio se debe en gran parte a que muchos jóvenes no conocen el pasado neoliberal del PSDB. Con acentuada demagogia de cambio, ocultando los elementos más de derecha de su partido, Aécio vendió a importantes sectores de trabajadores y jóvenes la falsa ilusión de que podría representar una renovación alternativa al PT sin que eso significase necesariamente un nuevo gobierno más a la derecha, como son en general los gobiernos tucanos. Vendió la ilusión de que podría ser más eficaz en el combate a la inflación y a la corrupción, como si los tucanos no fuesen tan corruptos como los petistas y como su combate a la inflación no fuese implicar más desempleo.
Los petistas quieren que les creamos que los tucanos se recompusieron por obra divina. Los más caradura intentan incluso echarle la culpa a las manifestaciones de Junio porque habrían desgastado al PT, sin que hayan dado lugar a una alternativa política por izquierda. Es una gran cortina de humo para esconder la responsabilidad que tiene el PT en esa recomposición del PSDB.
En 2002 Lula fue elegido porque el PSDB estaba extremadamente desgastado por la ofensiva neoliberal que llevó adelante durante los años 90. Las personas depositaron muchas ilusiones y esperanzas en el arribo del PT al gobierno federal. Luego de 12 años, ¿qué cambió? Se creó un programa de asistencia social que llega a 50 millones de personas, redujo la desocupación y mejoró la renta de las familias más pobres. Pero eso fue hecho sin romper con las bases del neoliberalismo creado por los tucanos. Mitad del presupuesto está destinado al pago de intereses a los banqueros. Los empresarios aumentaron sus ganancias en proporciones mucho mayores que la mejora en la vida del pueblo pobre. La mayoría de los empleos generados son precarios, marcados por la superexplotación. Los métodos de alianzas reaccionarias y prácticas corruptas se mantuvieron para garantizar la llamada "gobernabilidad". Cuando la gente salió a la calle el año pasado reivindicando derechos sociales dignos y accesibles, protestaban objetivamente contra esas bases que unen al PT y al PSDB.
El PSDB vuelve a fortalecerse porque después de 12 años en el poder demostró que no es capaz de garantizar derechos sociales dignos y accesibles para todos, derechos democráticos elementales como el derecho al aborto o la criminalización de la homofobia y empleos que no sean precarios. El PT demostró que no es para nada distinto al PSDB en cuanto a la forma de hacer política y que ante las primeras señales de crisis económica ya vuelve el fantasea del desempleo y de la inflación. Es decir, la recomposición del PSDB es un producto de los incumplimientos del PT, de la frustración de las ilusiones y expectativas que fueron depositadas en su gobierno.
¿Por qué no surgió una alternativa por izquierda?
El principal motivo para que no haya surgido una alternativa por izquierda a las frustraciones generadas por el PT es el control que es mismo partido ejerce sobre la mayoría de los principales sindicatos del país. Cuando la juventud salió a las calles en Junio, fue la CUT la que, junto a otras centrales sindicales, impidió que los trabajadores se sumaran a las protestas en forma organizada, a través de huelgas y columnas obreras en las manifestaciones. Si eso hubiese ocurrido la crisis habría sido muy superior. Se hubiese abierto una situación pre revolucionaria en el país. El gobierno podría haber caído por la revuelta de las masas y las conquistas habrían sido de hecho muy superiores a los 20 centavos conseguidos. Sin embargo, el PT impidió que eso ocurriese.
En el último período Brasil ha vivido la mayor oleada de huelgas de los últimos 20 años. El PT y la CUT, cuando están presentes, sirven para contener la disposición de lucha de los trabajadores cuando no son directamente rechazados junto a otros sectores de la burocracia sindical. Ya está en curso una importante oleada de ataques en las industrias y la CUT no hace nada. Para ser preciso, apoya el proyecto del gobierno de flexibilizar los derechos laborales a través de la suspensión de los contratos de trabajo, con el viejo pretexto de "garantizar empleos".
Ese es el motivo del fortalecimiento del PSDB: el PT no puede cumplir y aun no logra ser un obstáculo para que surja una alternativa a partir de la movilización independiente de la clase trabajadora.
¿Qué indica el primer discurso de Dilma tras la reelección?
El mal menor ya comienza a mostrar su verdadera utilidad. No es casual que Dilma, en sus primeros discursos tras la reelección, convoque a la unidad y el diálogo con el PSDB. Desde el punto de vista de los intereses burgueses de viabilizar las mejores condiciones posibles para sus negocios, ambos partidos de hecho tienen una profunda confluencia. Eso muestra que el fantasma de la onda conservadora con el PSDB era pura retórica electoral.
No es casual que las principales promesas de Dilma en ese discurso fueron la reforma política y el combate a la corrupción. No es casual que no haya hecho cualquier promesa concreta sobre las demandas que emergieron en las calles de Junio, a la vez que se comprometió a avanzar en la responsabilidad fiscal. Eso tiene todo que ver con la declaración que hizo el lunes su ministro de Economía, Guido Mantega, para calmar los mercados financieros, insistiendo en que no van a aumentar el ajuste fiscal en los próximos años. Eso significa retroceder con respecto a las demandas de Junio.
Las promesas de plebiscito para la reforma política y nuevas leyes para el combate a la corrupción no pasan de cambios cosméticos para mantener intacto lo esencial. La prueba de esto es que nadie propone que se consulte a la población sobre una medida muy simple que alcanzaría en fundamento de este sistema político carcomido: que todo juez, parlamentario, político o funcionario público gane lo mismo que un docente.
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