Petrobras es la empresa símbolo de Brasil. Con su tecnología y las grandes riquezas del petróleo sería posible desarrollar programas masivos de vivienda, educación y salud al servicio de la mayoría de la población. No es éste el actual rol de la empresa. Es necesario defender a Petrobras. Sin embargo defenderla no significa solo diferenciarse de los privatizadores declarados sino también del Partido de Trabajadores (PT) y su privatización encubierta.
El gobierno de Dilma, con el apoyo de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), hace demagogia del uso de una minúscula parte de la renta del petróleo destinado a la educación (los royalties, un impuesto que solo se aplica a algunos campos petroleros). Sin embargo el grueso de las ganancias reales tienen como destino Wall Street y el Bovespa, además de lo que se pierde en corrupción.
El problema no es el “uso político” de la empresa, como dicen los tucanos (miembros del opositor PSDB) para venderla al “mercado”, como si esta no fuese una forma de hacer política. El problema real es para qué política. ¿Una política privatista declarada como quiere el PSDB y los grandes medios? ¿Una política privatista encubierta como hace el PT que al mismo tiempo que privatiza el mayor campo de petróleo del país (Libra), hace demagogia nacionalista y usa a Petrobras para enriquecimiento de empresarios y comprar diputados? ¿O al servicio de una política obrera, decidida democráticamente, para poner esos recursos al servicio de la inmensa mayoría?
El capital privado va a utilizar esta crisis para avanzar aún más sobre Petrobras, sobre la renta del petróleo y las licitaciones públicas. La única forma de impedir este avance es que los trabajadores se movilicen para imponer una salida propia a la crisis abierta. Frente a esto es necesario formular una serie de propuestas:
1) Es necesaria una investigación independiente, encabezada por los sindicatos, movimientos sociales, intelectuales. No se puede confiar en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Congreso, donde el PT y el PSDB ya cerraron un acuerdo para disminuir los convocados de los dos lados, pues están los dos con la cola entre las patas. No confiamos en la empresa auditora PwC responsable por diversos fraudes contables billonarios, por los que fue condenada en todo el mundo. Uno de estos fraudes, repudiado por el Banco Mundial, fue funcional a la privatización de la empresa de aguas de Nueva Delhi (India). Tampoco confiamos en el Directorio de Petrobras para que investigue. Necesitamos una investigación independiente encabezada por los sindicatos, movimientos sociales, intelectuales. Esto solo será posible si derrotamos la posición oficialista de los sindicatos de la Federación Única de Petroleros (FUP) y la falta de una política efectiva por parte de los sindicatos disidentes de la Federación Nacional de Petroleros (FNP), recuperando la Federación como una herramienta de lucha. No basta con denunciar, es necesario organizar un movimiento en defensa de Petrobras y por una investigación independiente. Un movimiento independiente del gobierno y de los empresarios, cuya fuerza resida en la movilización de los trabajadores en alianza con el pueblo de Brasil.
2) Publicación inmediata de todos los contratos, salarios y beneficios:
a diferencia de los empresarios, directivos, contratistas y jueces, con todos sus privilegios, los trabajadores no tenemos nada que esconder. Todos los contratos de la mayor empresa del país deberían ser inmediatamente publicados online. Sin excepciones y con todos los detalles, desde los pliegos de licitación hasta los agregados contractuales, incluso salarios y ganancias. Con las informaciones públicas y disponibles podríamos, sin secretos, conocer el alcance de la corrupción que se queda con estos recursos del país.
3) Inmediata confiscación de los bienes de los directivos y gerentes de Petrobras involucrados en este esquema de corrupción, como el de los empresarios y sus empresas. Este dinero confiscado debería ser utilizado inmediatamente para impedir despidos. Con la excusa de esta crisis ya tuvieron lugar miles de despidos en las empresas que trabajan como tercerizadas en las plataformas y también en los astilleros en Río de Janeiro y en Río Grande do Sul. En Suape, Pernambuco, tercerizados de la Refinería Abreu y Lima hicieron una manifestación debido a la falta de pago. Alegando dificultades de caja, los tercerizados ya están siendo afectados y el próximo paso será avanzar también sobre los petroleros efectivos. En una crisis mucho menor ya sufrimos las consecuencias del Programa de Optimización de Costos Operacionales (PROCOP) que significó una reducción del personal y un aumento de los accidentes laborales. Si no nos defendemos tendremos un “súper-PROCOP”. ¡Los directivos de Petrobras y las empresas quieren que los trabajadores paguen por la crisis! ¡No lo aceptaremos! ¡Defendamos todos nuestros derechos!
4) Es necesario que Petrobras sea 100% estatal, que todas las áreas licitadas o vendidas sean estatizadas sin indemnización. Las empresas que prestan servicios a Petrobras también deberían ser estatizadas o incorporadas a Petrobras. La única manera real de detener la corrupción y defender Petrobras es impedir que el imperialismo y los empresarios nacionales usen recursos que pertenecen al pueblo brasilero. Necesitamos derrotar la privatización y su brazo-derecho, la tercerización. No tiene sentido, a no ser para el enriquecimiento de los empresarios y para la corrupción, que existan estas empresas parasitarias de Petrobras. ¿Por qué no organizar toda esta inmensa capacidad productiva bajo una misma empresa, para que los recursos sean gastados racionalmente, y desarrollar proyectos al servicio de la mayoría de la población? Para esto es necesario lograr la incorporación de los tercerizados a Petrobras, basta de discriminación y división, “somos todos petroleros”. Solo así detendremos la corrupción, la privatización y garantizaremos los empleos de miles de brasileros.
5) Necesitamos una gestión obrera de Petrobras, a través de la elección de todos los cargos de mando en la empresa y bajo control de las asambleas de base con mandatos revocables y recibiendo un salario igual al de un trabajador especializado. Solo así podremos organizar el uso de los recursos para contaminar menos, gastar menos, tener menos accidentes y poner las ganancias al servicio de los trabajadores y el pueblo.
No es suficiente contar con un “Directorio técnico”, la técnica siempre está al servicio de una política. La directora “técnica” Graça Foster está al servicio de atacar a los trabajadores, como se mostró con el PROCOP. El problema es cambiar la política. De una privatista y corrupta a una política al servicio de la mayoría de la población. Esto no sucederá con la empresa en manos de empresarios o de acomodados políticos del PT, PSDB, PMDB, etc., sean o no de carrera. Los trabajadores en alianza con la población son los que deberían decidir democráticamente los rumbos de la empresa.
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