La muerte de un joven estudiante durante una movilización de protesta contra el gobierno en la ciudad de San Cristóbal, Táchira, aumentó la tensión política que se vive Venezuela tras el arresto, por parte del gobierno de Maduro, del alcalde opositor derechista Antonio Ledezma acusado de ser parte de un plan golpista, el jueves de la semana pasada.
La ministra del Interior, Carmen Meléndez, rápidamente condenó el hecho en un contacto con la televisora estatal VTV informando primeramente que había un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) detenido por la muerte del joven.
La nueva denuncia de Maduro sobre un plan golpista se produce a pocos días de que una nueva devaluación y posibles aumentos de combustible que afectan a los trabajadores y los sectores populares.
Sin capacidad de organizar un golpe la derecha y el imperialismo buscan aprovechar la crisis económica
Las declaraciones denunciando la detención de Ledezma de los principales dirigentes de la oposición de derecha venezolana y de distintos países del continente no se hicieron esperar. A estas se sumaron las voces desde Estados Unidos y otros países imperialistas denunciando el “autoritarismo” del gobierno de Maduro.
Bajo un discurso de defensa de la “democracia” la derecha venezolana busca aprovechar el malestar que produce la crisis económica, la perdida de poder adquisitivo que genera la inflación, la devaluación y el descontento que generan las medidas del gobierno de Maduro (la derecha venezolana actúa de forma muy similar al aprovechamiento que ha hecho la derecha argentina con la crisis del caso Nisman) que afectan a los trabajadores y el pueblo pobre.
La derecha venezolana cuenta con el aval imperialista que parece ver hoy, al no tener condiciones para destituir directamente a los actuales gobiernos vía un golpe, en la opción de que esta se organice para las elecciones y las gane la mejor forma de forzar una salida de Maduro.
El intento de ingerencia norteamericano ha sido permanente en los últimos años manteniendo las presiones, sanciones y hostigamiento en la búsqueda de sacar al actual gobierno venezolano. Una muestra de esto fueron las declaraciones de Kerry ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes "Venezuela sigue marchando en la dirección equivocada y tomando las opciones equivocadas".
Una de las dificultades que enfrenta la derecha venezolana, para capitalizar el descontento con el gobierno, es la división entre sus principales figuras. Un sector encabezado por Capriles, busca fortalecerse de cara a las elecciones legislativas de fin de año y en el mejor de los casos forzar una salida anticipada de Maduro (en 2016 podrían llamar a un referéndum revocatorio) y así lograr imponer un gobierno alineado a los intereses norteamericanos. Mientras se mantiene el sector abiertamente golpista encabezado por López, Ledezma y Machado. La otra es que no ha tenido capacidad de convocatoria frente a sus llamados movilización masiva frente al arresto de Ledezma. Tanto es así que al buscar mostrar su rechazo a la medida con acciones de calle apenas consiguió juntar a unas 200 personas en la ciudad de Caracas. Esta circunstancia también es aprovechada por el gobierno.
Entre la denuncia de golpe contra Maduro y las medidas de ajuste
Tras la detención del alcalde de Caracas, Maduro, anuncio que habían desbaratado un intento de golpe contra su gobierno encabezado por un sector de la derecha venezolana cuyas principales figuras eran Ledezma, el detenido Leopoldo López y que contaba con apoyo extranjero desde “Miami, Madrid y Bogota” denunciando la injerencia imperialista contra su gobierno.
El Gobierno de Maduro continúa con la tesis del golpe de Estado, y es en este marco que se rige su ofensiva contra los políticos de la oposición, pero aunque si bien Antonio Ledezma, como también Julio Borges, tienen antecedentes de golpismo en otros momentos políticos, hasta el día de hoy no se han hecho públicas el conjunto de pruebas que Maduro dice sostener, y que ha prometido que lo hará en cadena nacional. Es por eso que surge con fuerza también la idea de que la actual política del gobierno busca tensionar al máximo la situación nacional, para armar toda la cantinela de golpe de Estado con el objetivo de montar una cortina de humo para cubrir la severa crisis económica que golpea al pueblo venezolano. En el actual contexto de la situación traumática que vive el país, ninguna de estas variantes se puede descartar
Si efectivamente en Venezuela se estuviera preparando un golpe contra Maduro todas las medidas tomadas por el gobierno están lejos de favorecer la organización de los trabajadores y el pueblo pobre para enfrentarlo y atacar los intereses de los capitalistas nacionales e imperialista.
Por el contrario sin tocar los intereses de los capitalistas que se han beneficiado durante estos años, con la fuga de capitales a llegado a niveles record (se calcula entre 150 y 200 mil millones de dólares en la última década), los negocios con el estado y recientemente con un extendido mercado negro, los anuncios oficiales apuntan bajar las condiciones de vida de las masas y aumentar el poder represivo del estado.
Las medidas del gobierno han llevado a una fuerte recesión económica que no encuentra salida y amenaza profundizarse este año, precios arreciados por una alta inflación que oficialmente cerró en 68,5% para el 2014, donde el rubro alimentos alcanzó el 86,7%, y si lo relacionamos con la inflación anualizada del 2013, tenemos un salto del 124% en el costo de vida. El desabastecimiento va en aumento, obligando a miles de personas a hacer colas en busca de bienes básicos. La canasta básica se fue por las nubes mientras los salarios e ingresos de los hogares populares se van para abajo, devaluándose permanentemente.
A esto se suma el reciente decreto que permite a las fuerzas de seguridad utilizar armas de fuego en las manifestaciones dándoles mayor libertad para reprimir que se suma a la criminalización principalmente a los trabajadores que realizan huelgas, a los indígenas que recuperan tierras, y a los campesinos que ocupan latifundios. Calificando de "anarcosindicalistas" y "golpistas" a los trabajadores de Sidor, por ejemplo.
Ante la creciente polarización los trabajadores deben apostar a una salida independiente
Mientras la situación continúa su curso, con crisis económica de fondo reinante que la sufre el pueblo, se mantiene una dinámica abierta del momento político nacional que puede tomar cursos inesperados, no solo por intentos de golpe, tampoco se puede descartar movilizaciones en rechazo a las nuevas medidas de ajuste basta recordar como el aumento de combustible fue el motor del llamado “Caracazo” en 1998.
En esta situación de profunda crisis económica no se puede descartar nuevas convulsiones aceleren los tiempos y profundicen la crisis del gobierno dando aire a nuevas variantes destituyentes. Como expresamos durante las jornadas de febrero del 2014, si existiera algún escenario de este tipo (que no es el actual) estaríamos en la primera línea contra la reacción y la injerencia del imperialismo, sin que eso signifique prestarle apoyo al gobierno de Maduro que como viene demostrando, mientras llama a los trabajadores y el pueblo a defender su gobierno en nombre del socialismo y la revolución “bolivariana” contra la oposición de derecha y el imperialismo, en su giro a la derecha el chavismo descarga el ajuste contra los trabajadores y el pueblo pobre y fortalece las posibilidades de la oposición como recambio político.
Los trabajadores y el conjunto de los sectores explotados, deben apostar a una salida independiente en función de sus propios intereses, independiente tanto del gobierno como de la oposición, pues en ningún lugar está escrito que la crisis que vive el chavismo termine siendo capitalizado por la derecha. En esta perspectiva es que el pueblo trabajador debe apuntar su política si no quiere que todos los problemas, fundamentalmente los generados por la crisis económica, les sean descargados sobre sus espaldas.
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