La prensa francesa celebraba el retorno, el lunes 23/3, de la empresa PSA Peugeot Citroën al CAC 40 (el índice de referencia de la Bolsa de París) después de dos años de ausencia. Lo que no se esperaba el grupo PSA era la huelga en la planta de Mulhouse, la más importante después de más de un año y medio de las huelgas que no pudieron impedir la aplicación del Nuevo Contrato Social (NCS).
Durante meses los trabajadores han tenido que aceptar trabajar a destajo, jornadas extenuantes e incluso jornadas extras y sábados sin recibir pago. Muchos esperaban que luego de 3 años de salarios congelados producto de que la multinacional automotriz argumentaba problemas económicos, ahora se obtuviera un aumento digno. Mucho más si se tiene en cuenta que siete de los miembros más importantes de la Junta Ejecutiva se han otorgado un pequeño aumento del 86%. La respuesta de la empresa fue contundente, 0% de aumento y solo se otorgarían algunos incentivos.
La bronca no tardó en estallar y comenzaron las paralizaciones en las líneas de producción. El llamado presuroso y durante el fin de semana de la dirección sindical, no impidió que los trabajadores se sumaran a la huelga.
Este paro se da en un marco de varias huelgas y luchas por salario. En este marco, el día de lucha llamado para el 9 de abril a nivel nacional por las centrales obreras CGT, FO, FSU y Solidaires será un paso importante. Varias huelgas y paros, al mismo tiempo, y con objetivos similares, puede calentar el clima social en Francia y dar la oportunidad al sindicalismo combativo de consolidar y ampliar estas luchas para hacerlas ganar.
|