El gobierno argentino repudió la “actitud belicista y armamentista” y recurrirá al Comité de Descolonización de la ONU, pero sin meterse con ninguno de los múltiples y multimillonarios negocios de las trasnacionales inglesas.
A pocos días de la injerencista Orden Ejecutiva (decreto) del presidente norteamericano Barak Obama contra Venezuela donde se tildaba al país sudamericano de ser una “amenaza contra el interés nacional” y le aplicaba nuevas sanciones económicas, el gobierno británico declaró que Argentina sigue siendo “una amenaza muy viva” y anunció un aumento del presupuesto y presencia militar en Malvinas.
La noticia la dio a conocer el famoso diario sensacionalista británico The Sun que publicó un informe del Ministerio de Defensa donde se considera que existe “un creciente riesgo de invasión” por parte de Argentina. Por su parte, el primer ministro conservador David Cámeron declaró que “está determinado a defender los derechos de los isleños que quieren seguir siendo británicos”.
La excusa estaría basada en las gestiones que supuestamente estaría realizando Argentina para la compra a Rusia de 2 buques y 18 aviones militares. Sin embargo, como señalan analistas, la realidad es que las Fuerzas Armadas argentinas no tienen ninguna capacidad para atacar ni mucho menos invadir las islas.
La causa puntual de estas agresivas declaraciones es que los conservadores quieren posicionarse como defensores del “interés nacional” de cara a las elecciones que tendrán lugar en mayo de este año y no perder votos frente al ultraderechista y xenófobo UKIP. Y lo que expresa más profundamente el aumento de la militarización de las islas es la confirmación de la política colonialista del imperialismo británico sobre esos territorios argentinos apropiados por la fuerza en 1832 y luego poblados artificialmente.
Gobierno “Nac & Pop”
El gobierno de Cristina Fernández, por boca del canciller Héctor Timerman y otros funcionarios de primera línea, condenó las falsas acusaciones y reafirmó el “reclamo pacífico” por la soberanía argentina sobre las islas Malvinas.
Pero lejos está el kirchnerismo de cualquier reclamo o actitud antimperialista y ni siquiera de defensa de la “soberanía nacional”. Por el contrario, tiene sus propios objetivos electorales y aprovecha la verborragia colonialista (luego se confirmó el envío de sólo dos helicópteros) de los conservadores británicos para tratar de refrescar el mito de un gobierno “nacional y popular” con la defensa de un reclamo histórico del pueblo argentino.
Lo cierto es que desde 2003 los gobiernos kirchneristas no tomaron una sola medida seria contra la expoliación imperialista en el país, ni contra las trasnacionales inglesas ni contra las de otras potencias imperialistas. El HSBC, Nobleza Piccardo, Unilever, Shell, la minera La Alumbrera y tantas otras gozan de la colaboración del gobierno que garantiza sus millonarios negocios, sin contar decenas de miles de hectáreas de la Patagonia que fueron vendidas a multimillonarios ingleses.
Desde la izquierda reafirmamos una vez más la necesidad de impulsar la lucha contra la opresión imperialista, ¡Fuera ingleses de Malvinas! ¡Fuera yanquis de América latina!
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