¿Cómo fue la última jornada de paros y manifestaciones del 29 de mayo contra los paquetes de ajuste del gobierno de Dilma?
Fue una importante jornada nacional de protestas, a pesar de los límites impuestos por la burocracia sindical. Hubo manifestaciones en todo el país, con cortes de rutas importantes, que dieron mayor visibilidad al movimiento, y paros de algunos sectores. Hubo un importante apoyo de la población, especialmente de los millones de trabajadores precarizados que son las principales víctimas de los ataques en curso. También se sumaron a este proceso las universidades federales y el movimiento estudiantil en algunos lugares.
En los transportes públicos de algunos centros metropolitanos, entre los petroleros de algunas refinerías, metalúrgicos del ABC paulista y de San José dos Campos, bancarios de varias agencias de San Pablo, además de otros sectores puntuales, desde los atrasos en la entrada al trabajo hasta paros de 24 horas, de conjunto se verificó que existe una importante disposición de lucha de la clase obrera. La lucha estudiantil en las universidades estadual y federal de Rio de Janeiro, se destaca como expresión más avanzada de un movimiento estudiantil universitario que comienza a resurgir nacionalmente contra los recortes en la educación.
Las principales demandas que resaltaron durante la jornada fueron el rechazo a la ley de tercerizaciones, a los decretos de Dilma que quitan varios derechos a los trabajadores (MP 664 y 665), a los recortes en las partidas presupuestarias para la educación, la salud y la vivienda y a los despidos que se extienden en la industria.
¿A qué te referís cuando hablás de los límites de la burocracia sindical?
Si lo quisiera, la CUT podría haber parado el país contra los ajustes. La disposición de lucha expresada a lo largo de la jornada demostró una vez más que no hay un verdadero paro nacional porque la burocracia contiene la movilización de sus bases para no generar mayores enfrentamientos contra el PT. A pesar de haber convocado al día de protestas y organizado varias acciones, “desde adentro” viene utilizando la movilización al servicio de sus propios intereses. Subordinan los intereses de los trabajadores a la defensa del gobierno petista del cual son parte, y direccionando las acciones para mejorar sus condiciones para regatear los ataques con el gobierno y no para generar un movimiento que realmente pueda frenarlos.
Sin embargo, el descontento de amplios sectores de masas con los ataques es tal que la burocracia cutista no fue capaz de hacer que la defensa del gobierno fuese una de las consignas más visibles de la jornada de lucha nacional.
¿Cómo se ubica la izquierda en este escenario?
Lamentablemente no tuvo visibilidad nacional una voz alternativa a la burocracia que pudiese dirigirse a los millones de trabajadores de las bases de los sindicatos de las centrales obreras CUT, de Força Sindical y de la CTB, así como a los millones de tercerizados que son los que más sufren con la precarización y los despidos, con una propuesta de plan de movilizaciones serio.
Los sindicatos de la CSP-Conlutas, una central obrera minoritaria orientada por la izquierda, tienen que movilizar a sus bases para exigir que la CUT pase de las palabras a la acción y adopte medidas de lucha a la altura de su fuerza y de los ataques en curso, dirigiéndose a los afiliados de los sindicatos cutistas para convencerlos de que sobrepasen a sus direcciones de ser necesario. EL PSOL debería utilizar sus puestos parlamentarios y sus figuras públicas como Luciana Genro para amplificar esa batalla.
Sin embargo, el PSTU se contenta con criticar y exigir a la CUT en su periódico, pero se adapta al modelo sindical que impone la burocracia, limitándose a las luchas económicas en los sindicatos donde actúan. Por su parte el PSOL, en nombre de impulsar un gran frente por mayores derechos laborales, termina sin diferenciarse de las direcciones oficialistas, lo que puede llevar a nuevas derrotas.
Se acaba de reunir el 2° Congreso Nacional de la CSP-Conlutas, ¿qué podés destacar del mismo?
Sí, se desarrolló entre el 4 y 7 de junio reuniendo a cientos de delegados obreros de varios estados del país. Los compañeros y compañeras del Movimiento Revolucionario de Trabajadores hemos batallado para que esa central sindical pudiese cumplir el papel de impulsar una alternativa a los límites impuestos por la burocracia cutista de modo de llevar la lucha contra los ajustes hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, lamentablemente los compañeros del PSTU y del PSOL insisten con su política de llamar a la burocracia sindical a organizar una “huelga general” sin ningún plan de acción que pueda hacer efectivo este llamado, como si no fuese la burocracia la principal responsable por no desarrollar un movimiento más fuerte capaz de frenar los ajustes.
También batallamos en ese Congreso para que la CSP-Conlutas adoptase el programa de efectivización de los tercerizados sin necesidad de concurso público para atraer a los millones de trabajadores precarios para que luchen con nosotros, ya que la burocracia sindical los deja completamente librados a la propia suerte. Sin embargo, incluso a eso se negaron.
Desde el MRT seguiremos dando esta batalla, ya que es la única forma de crear un movimiento que pueda hacer retroceder al gobierno con sus ataques.
|