Frente a los dos actos que están siendo convocados por sectores de derecha y sectores oficialistas, está planteado construir fracciones independientes, de la izquierda y de los trabajadores, que puedan aparecer verdaderamente como una alternativa de los trabajadores independiente del gobierno, que no permita que la insatisfacción popular sea capitalizada por la derecha sino que dialogue con todo el descontento frente a la crisis del gobierno y del PT.
Los dos paros nacionales convocados por las centrales sindicales este año muestran con urgencia la necesidad de un polo clasista, antigubernamental y antiburocrático. Las acciones que ocurrieron los días 15 de abril y 29 de mayo lamentablemente no se configuran como puntos de inflexión en la lucha obrera en Brasil, y tampoco las organizaciones de la izquierda antigubernamental lograron aparecer frente a las masas trabajadoras como una alternativa independiente frente al PT y a los sectores de la derecha.
En ese momento ya planteábamos la necesidad de no mezclar las banderas clasistas con las banderas de la burocracia sindical de la CUT, CTB y otras centrales. Eso porque, si era correcto atender al llamado a paro contra los ataques específicos, era necesario hacerlo en forma crítica. Las centrales sindicales oficialistas no tenían el objetivo de organizar verdaderamente la lucha contra los ajustes sino atender a una presión de la base - que expresa la insatisfacción popular con el gobierno de Dilma - y al mismo tiempo "blindar" al gobierno de cualquier tipo de enfrentamiento directo, siempre intentando que los paros y actos unificados terminen siendo en defensa de la "democracia", o sea, defiendan directamente el gobierno de Dilma y los empresarios corruptos.
La cuestión es que, pasados menos de dos meses, la CUT, con la que varios sectores de la izquierda buscaron "unidad de acción", pasó a implementar directamente parte de los ajustes del gobierno de Dilma. A través de importantes sindicatos que dirigen, están implementando el Plan de Protección del Empleo (PPE, que en verdad protege a los empresarios) pero fueron derrotados por amplia mayoría de los trabajadores en algunas fábricas. En una nota la CUT cínicamente dice que su bandera histórica es la reducción de la jornada sin reducción salarial, sin embargo "autoriza a las Confederaciones Nacionales del area de industria a negociar con el gobierno una propuesta experimental y limitada en el tiempo (1 año) de PPE". Terminan, a pesar de eso, diciendo que "la posición de la CUT sigue siendo contra la política económica recesiva implementada por el ajuste fiscal del ministro de Hacienda, Joaquim Levy". O sea, la CUT no cita la presidenta Dilma justamente para intentar salvarla frente a su baja popularidad y los debates sobre el impeachment (destitución).
Frente a este escenario, es urgente la formación de un polo clasista, antigubernamental y antiburocrático, que pueda dirigirse e influenciar a las bases de los grandes bastiones de la clase obrera brasilera, todavía bajo dirección de la burocracia. Consideramos que el Segundo Congreso de la Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas) podría haber sido un importante momento de organización de este polo pensando políticas concretas. Sin embargo, la dirección del PSTU, que es mayoría en la CSP-Conlutas, insistió en la consigna de "huelga general ya" sin un debate concreto de cómo prepararla y qué relación de denuncia y exigencia habría con las centrales sindicales oficialistas. El resultado es que el conjunto de los luchadores y luchadoras de todo el país que estuvieron en ese Congreso terminaron desarmados frente a la actual situación.
En el Primer Congreso del MRT votamos un llamado a toda la izquierda a construir un polo clasista, antigubernamental y antiburocrático en todo el país. Consideramos que la CSP-Consultas, las Intersidicales y todos los sindicatos y corrientes opositoras dirigidas por la izquierda, junto con los parlamentarios del PSOL, podrían constituirse como un polo que pueda exigir que las direcciones de las centrales sindicales rompan con el gobierno de Dilma y se integren a un plan de lucha efectivo para enfrentar los ajustes. Ese polo también podría dirigirse a los batallones de la clase obrera brasilera, que todavía no son dominados por las burocracias sindicales, llamando a que enfrenten a sus direcciones en la lucha para que los trabajadores no sean obligados a pagar por la crisis.
La conformación de ese polo no va a darse por fuera de la postura que tenga la izquierda frente a los actos que volvieron a ser convocados nacionalmente y que han marcado profundamente el escenario político nacional desde marzo. Muchos sectores de la derecha han venido construyendo actos con el apoyo tímido de la oposición al gobierno de Dilma, para buscar canalizar el descontento e insatisfacción popular exigiendo el impeachment de la presidenta. En respuesta a eso las centrales sindicales y estudiantiles atadas al gobierno buscan organizar actos en defensa de la "democracia" y contra la "onda conservadora" (ajustes fiscales, agendas conservadoras en el Congreso) englobando a toda la izquierda en este "frente único". No es por nada que el paro del 29 contó con un llamado de Vagner Freitas, presidente de la CUT, a que todos los trabajadores paren en apoyo a la "agenda positiva de Dilma".
El hecho es que ya hay convocada una nueva manifestación de sectores de la derecha para el 16 de agosto. La diferencia está en que esta manifestación va a ocurrir en el momento en que la popularidad de Dilma alcanzó el porcentaje más bajo de 7,7% al mismo tiempo que contará con el apoyo oficial de Aécio Neves del PSDB, que va a pagar tiempo en TV y radio para convocar a esas manifestaciones. No está descartado que este acto pueda canalizar "por derecha" parte de la insatisfacción popular con el gobierno. Será claramente un acto de la oposición burguesa y de la derecha. Debemos denunciar firmemente esta manifestación que da una respuesta por derecha a la crisis que vivimos en el país. Debemos convencer a los trabajadores a no embarcarse en esta alternativa de derecha.
Al mismo tiempo, como respuesta a este acto comienza a articularse una manifestación para el 20 de agosto bajo el lema "Tomar las calles por más derechos, libertad y democracia". El acto, originalmente convocado por el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) ya está siendo divulgado desde la Central de Trabajadores Brasileros (CTB, ligada al PCdoB, partido de la base oficialista) y por la Unión Nacional de Estudiantes (UNE). La CUT todavía no se pronunció oficialmente. Pero a diferencia de los paros del 15 de abril y 29 de mayo, esta acción del 20 de agosto no se trata de una convocatoria unitaria de las centrales sindicales contra los ajustes. El contenido del llamado no nombra a la presidenta Dilma, y no es por acaso. El MTST a pesar del importante poder de movilización y organización que tiene en especial en San Pablo, ha buscado ser un puente entre la izquierda antigubernamental y los sectores ligados al gobierno, unificando a todos en la lucha contra la "ola conservadora" y en "defensa de la democracia", lo que termina impidiendo el surgimiento de una tercera alternativa independiente de los trabajadores, de la juventud y del pueblo pobre. Aun cuando en declaraciones de Guilherme Boulous, dirigente del MTST, o en otros textos en su página denuncie al gobierno, el hecho es que el acto del 20 tiene todo para ser una manifestación en defensa de la gobernabilidad de Dilma, a pesar de las correctas consignas contra el ajuste y las medidas conservadoras del Congreso Nacional.
Siendo así, más aun está planteado construir, frente a estos dos actos, acciones independientes de la izquierda y de los trabajadores que puedan aparecer verdaderamente independiente del gobierno como una alternativa de los trabajadores, que no permita que la insatisfacción popular sea capitalizada por la derecha que dialogue con todo el descontento frente a la crisis del gobierno y del PT. Un polo clasista, antigubernamental y antiburocrático podría hacer un llamado concreto a actos, paros, volanteos, piquetes y cortes de calle, llamando al MTST a romper con las manifestaciones unificadas con la CUT, CTB y UNE, y a aliarse a la izquierda antigubernamental, fortaleciendo las manifestaciones con toda su lucha por viviendas populares y su poder de movilización. En San Pablo, este polo podría concretarse con acciones coordinadas del Sindicato de trabajadores del subterráneo de San Pablo (metroviários), el Sindicato de Trabajadores de la USP, la oposición del sindicato de profestores del estado (APEOESP) y todos los sindicatos y corrientes opositoras dirigidas por la CSP-Conlutas e Intersindicales. Acciones independientes, que se pongan como objetivo ganar influencia en la base de las centrales sindicales, podrían aparecer nacionalmente como una tercera voz que no sea ni la derecha ni la defensa del gobierno y las burocracias que implementan los ajustes. Una salida de los trabajadores y por izquierda.
El 30 de julio, Espacio Unidad de Acción, realizó un plenario abierto para debatir la lucha contra el PPE y del que el MRT participó con el objetivo de luchar por ese polo clasista, antigubernamental y antiburocrático. En él, Bruno Gilga, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo, intervino diciendo que "En el Sintusp venimos participando de las acciones nacionales desde el 6 de marzo, cargando una bandera que dice ’Ni con el gobierno antiobrero ni con la oposición de derecha. Por la movilización independiente de los trabajadores’. Incluso el 29 de mayo frente a la USP sufrimos una fuerte violencia policial, levantando como una de nuestras banderas centrales ’contra el PPE’, denunciando en particular el papel no solo de Dilma sino de la CUT en la aplicación de este gran ataque a los trabajadores. Otra posición que el Sintusp vino levantando fue justamente la organización de plenarios y encuentros regionales para construir un polo alternativo. Es en este sentido que nuestro sindicato viene apuntando a lo largo de todo el último período".
El MRT planteó la necesidad de que las acciones independientes sean organizadas desde los lugares de trabajo, construidas con la base, buscando su participación activa, y exigir que las centrales sindicales oficialistas rompan inmediatamente con el gobierno y que la conformación de ese polo de izquierda se de en diálogo abierto con las bases de las centrales que están del lado de los gobiernos y los patrones, disputando la conciencia de los trabajadores y mostrando que existe una alternativa que no sea de conciliación.
Hacemos el llamado a la conformación de este polo ya que los trabajadores deben ser sujetos de su propia lucha, sin defender a este gobierno y sin caer en las variantes de derecha que están siendo presentadas. ¡Los trabajadores no pueden ser quienes paguen la crisis!
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