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Estrategia Internacional N° 16
invierno (austral) de 2000

Mexico

ANTE LA DERROTA DEL PRIATO, SE FORTALECE OTRA VARIANTE PRO-IMPERIALISTA
Cayó el PRI, avanzó la "transición pactada"

Por Mario Caballero

El régimen del PRI, que durante más de 70 años dominó con sus instituciones en México, ha sufrido un importante cambio a raíz de la pérdida de la presidencia; de varias gubernaturas, de diputaciones, senadurías y de las 16 delegaciones políticas de esta entidad que antes dominaba totalmente. Ya en 1997 había perdido la importantísima jefatura del gobierno del Distrito Federal a manos del PRD. Así, el nuevo gobierno electo de Fox y el PAN, resultó legitimado por la votación de 35 millones de mexicanos que participaron en estas elecciones donde se mostró el hartazgo histórico contra el partido de estado. La "Alianza para el Cambio" encabezada por el PAN obtuvo el 42.52 por ciento de la votación total; el PRI, 36.10 por ciento y la Alianza por México, encabezada por el PRD, 16.44 por ciento; 68 diputados frente a los 200 del PAN).

En este contexto, las elecciones de 1997 (donde triunfó Cárdenas y el PRD en la capital y varios estados del país) y los acuerdos entre los partidos que lograron canalizar todo el descontento a las elecciones de julio del 2000, fueron parte fundamental de la política que los marxistas denominamos de "contrarrevolución democrática". Y es que el régimen del PRI, desgastado y dividido por sus pugnas internas, desprestigiado por la corrupción "institucionalizada", y su ligazón con el narcotráfico y cuestionado cada vez más por el descontento de las masas, venía siendo, cada vez más disfuncional a la aplicación de los planes imperialistas.

Por lo que, el archi-antidemocrático régimen encarnado en la presidencia priísta, fue suplantado por un régimen que, incorporando formas o elementos democrático burgueses (esencialmente la alternancia), mantiene un carácter semi-bonapartista. Otros elementos, en este sentido, son el fin del fraude electoral institucionalizado y la elección directa de los puestos de gobierno de lo que, antes era el virreinato del DF en el país. Surge así, como una alternativa burguesa a la crisis histórica del desgastado régimen.

Esta política está siendo legitimada por el imperialismo mundial. De pronto, el régimen autoritario mexicano se ha vuelto el paradigma del "cambio democrático" El rápido reconocimiento de Zedillo al triunfo de Fox y la integración de un poderoso "equipo para la transición" operando en "Los Pinos" para preparar el cambio de poderes en diciembre, muestra la importancia de esta auto-reforma. Esto es utilizado por el nuevo régimen de partidos, para presentarse como el ejemplo de democracia y como modelo a seguir por los regímenes de América Latina.

Y es que un régimen legitimado como el del 2 de julio, le garantiza más confianza a las inversiones imperialistas y a los planes del gobierno norteamericano. Pues es muy diferente al cuestionadísimo "triunfo" de Alberto Fujimori que recientemente asumió su tercer gobierno enfrentando la movilización de las masas (abriendo una probable etapa de inestabilidad en Perú, que tenga repercusiones en la ya de por sí explosiva zona andina). Y también, un "gobierno Fox" es mejor recibido por la Casa Blanca, que el triunfo del militar ex –golpista Hugo Chávez en Venezuela y su discurso demagógico y populista (que utiliza para mantener cierto margen con el imperialismo norteamericano y coquetear con los imperialismos europeos). Por ello es que Clinton, los financieros de Wall Street, el Banco Mundial y el FMI, no tardaron en dar a conocer su beneplácito por esta "consolidación de la democracia" - que venían supervisando-, expresándolo mediante sus "felices" declaraciones.

Esta legitimación del régimen de partidos es un salto cualitativo en su recomposición, con respecto al momento de las negociaciones de los "pactos de paz" entre el PRI y el EZLN con los que el régimen desactivó la movilización en el campo abierta en el 94. Pactos sobre los que se basó posteriormente la ocupación y el acoso militar en las zonas donde estaban las bases zapatistas. En ese entonces, como hoy, el mismo Marcos que llamó a votar por Cárdenas y el PRD legitimó al régimen, apoyando la política de la transición pactada.

Hoy asistimos a una profundización de las ilusiones de las masas en que basta sacar al PRI de la presidencia mediante los mecanismos que el mismo régimen establece, para avanzar en la solución de las demandas populares. Pues lamentablemente, la caída del PRI y la exigencia de real democratización, fue desviada hacia la confianza en la autorreforma de las instituciones de la burguesía y no implicó la concesión ni de nuevas libertades formales para las masas, ni se sentaron las bases para cambiar la "relación de fuerzas a favor de los trabajadores" como afirman un sector de la "izquierda" (ver recuadro). Pese a lo progresivo del rechazo mostrado por las masas contra el odiado régimen que el PRI representó durante décadas, lo que ganó fue la transición pactada entre el PRI, el PAN y el PRD.

Ahora, los medios de comunicación, los partidos políticos, el IFE, los politólogos e intelectuales del régimen, pretenden que las masas vean como un triunfo suyo la ascensión al poder de un fuerte sector oligárquico y antiobrero, profundamente ligado al imperialismo norteamericano; del que, no sólo los grandes empresarios y la clase media festejan su triunfo, sino que algunos sectores de trabajadores descontentos con el PRI y desilusionados con el PRD, ligan sus aspiraciones a esta borrachera foxista.

Sin embargo, el que surge es un régimen que profundizará la aplicación de los planes imperialistas que, el PRI debilitado y en crisis, no podía imponer sin profundizar las contradicciones y la polarización social en el campo y la ciudad, ya que podría ser rebasado, abriéndose situaciones donde las masas trabajadoras se movilizaran contra el régimen con sus propios métodos de lucha y lo derribaran en forma revolucionaria.

 

UN REGIMEN ANTIOBRERO AL SERVICIO DE LAS GRANDES TRANSNACIONALES

El panista Fox tratará de avanzar en una mayor subordinación a las transnacionales y en una mayor injerencia del capital financiero internacional (muestra de esto es la ampliación del "blindaje financiero" por el gobierno de Clinton y del FMI de 24.440 millones de dólares para garantizar la estabilidad durante el primer año del nuevo gobierno).

Ya se pronunciaron por avanzar en la privatización de la industria petrolera, eléctrica, bancos, puertos, petroquímica, ferrocarriles, así como aprobar cambios reaccionarios en la ley laboral (que afectarán el salario, antigüedad, derecho de huelga, temporalidad, etc.).

Una mayor subordinación y dependencia económica y financiera de México a los Estados Unidos tratará de acordar Fox y el republicano George Bush Jr. (si éste gana la presidencia), mediante el control de la industria petrolera (Pemex). En este sentido apunta la decisión del gobierno de Zedillo de disciplinarse a la exigencia yanqui de aumentar la producción de crudo y abaratar el precio internacional del petróleo. Política imperialista que se expresa mejor con la incorporación, como candidato a la vicepresidencia del Partido Republicano, del magnate petrolero Richard Cheney, hasta hace unos meses presidente de la "Halliburton Oil Sypply Co.". Sería un avance importante en la política de colonización para México y Latinoamérica que es el objetivo del Acuerdo de Libre Comercio para América Latina (junto con la deuda externa del país), que generaría más pobreza y desigualdad para las masas mexicanas.

En ese sentido es el anuncio del equipo económico de Fox de priorizar la "plena austeridad del gasto público y el equilibrio fiscal", buscando aumentar los impuestos (del 11 al 16% del PIB) y el crecimiento del Producto Interno Bruto al 7 %, basado en una política de aumento de la productividad laboral (es decir en altos ritmos de sobreexplotación y modernos métodos de trabajo). O la declaración de su equipo de que los exiguos salarios mínimos, serán fijados en función de la meta de la inflación que fije su gobierno y no sobre la inflación real. Por lo que el gobierno foxista será autoritario, reaccionario, basado en el recorte de los espacios democráticos, culturales y religiosos contra las masas e intentará avanzar en una mayor dependencia, subordinación y neocolonización de la nación oprimida respecto a los EE.UU. Son estos "democráticos" barones de la industria, los que se están beneficiando con la continuidad del TLC, del ataque a los sindicatos, ataque a la ley del ISSTE y del proceso gradual de privatización del IMSS, la educación y la salud.

Basta para mostrar lo que será la política económica y laboral de Fox que, al día siguiente del triunfo del PAN (el 3 de julio), las 169 enfermeras que estaban en plantón en la Macroplaza de Monterrey Nuevo León exigiendo su reinstalación en el Hospital Universitario (habiendo ya ganado el fallo en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje), fueron duramente reprimidas por el gobierno del empresario panista Fernando González Clarión. Es conocido por la prensa nacional que en Guanajuato – de donde Fox fue gobernador- es uno de los estados donde las empresas transnacionales pagan los salarios más bajos del país y proliferan los llamados "sindicatos blancos" (organizados directamente por los patrones).

Ya en su primer viaje al extranjero, Fox se hizo acompañar de los más conocidos banqueros que defraudaron al país con más de 75.225 millones de dólares, que hoy el IPABE absorbió como deuda pública que pagaremos los trabajadores.

El criterio "empresarial" de Fox y su programa económico apunta a implantar a rajatabla la productividad y la calidad total en todo el país, sería un salto en esta política antiobrera que se aplica en la industria maquiladora contra los super-explotados trabajadores, profundizando la plataforma de mano de obra barata que México constituye para las trasnacionales, en especial, las norteamericanas. El anuncio de su intención de gravar los alimentos y las medicinas (que ni el PRI se atrevió a imponer) y el rechazo generalizado que está provocando, es una muestra de lo anti-obrero de su política y del descontento y polarización que puede provocar.

Es decir, se profundizarán los planes de miseria y los compromisos que adquirió el PRI con el imperialismo. Sin embargo - y ésta es la preocupación central del imperialismo norteamericano-, las expectativas de cambio de régimen que creó, enfrentarán el riesgo de desgaste de su posicionamiento y capital político, conforme se vaya aplicando su programa pro-imperialista. El reto de las masas trabajadoras, es organizarse desde ahora para enfrentar al nuevo gobierno, claro representante de la oligarquía y el capital extranjero y combatir de conjunto al régimen pro-imperialista sostenido por el PRI, el PAN y el PRD, en el camino de conquistar las más sentidas aspiraciones que durante décadas el PRIATO siempre negó.

 

LAS CONTRADICCIONES DE UN REGIMEN QUE NO ACABA DE ASENTARSE

Sin embargo, el régimen que nació a la caída del PRI, enfrenta muchas contradicciones para asentarse.

En primer lugar, en contra de las ilusiones de las masas, este régimen no llega siquiera al carácter degradado de las democracias burguesas latinoamericanas actuales pues ¿cómo puede ser democrático un régimen que se plantea pactar con la vieja estructura porril, sindical y caciquil del viejo priato? El PAN, ya desde ahora está demostrando su carácter reaccionario y antidemocrático -en la legislación pro-patronal y clerical en los estados que dirige. Su política será acordar pactos de gobernabilidad en las cámaras a espaldas de las masas para imponer sus planes. Todo cambio u avance democrático vendrá como sub-producto de la movilización y fuertes luchas de las masas.

En segundo lugar, el asentamiento del régimen, dependerá también de la estabilidad que pueda lograr mediante los acuerdos de gobernabilidad con los demás partidos en el congreso, en el que no existe la tradición legislativa de un "sistema de partidos" (los mismos que a su vez, están cruzados por pugnas internas en torno a la negociación de puestos y cuotas de poder y su relación con el poder ejecutivo).

La paradoja del actual régimen descansa en que nace liquidando a otro con sus estructuras bonapartistas erosionadas y en crisis, pero que no cuenta con un sistema de partidos "moderno" que le garantice una transición estable como las que surgieron en los ‘80, como recambio ante las dictaduras en algunos países del Cono Sur. La crisis interna entre los grupos de poder del PRI, profundizada por la pérdida de la presidencia –el Bonaparte de turno-, amenaza dividirlo. Una fragmentación del gran aparato (el único) que todavía controla los grandes cacicazgos regionales (como los que polarizan más la situación en Chiapas), las centrales sindicales y centrales campesinas priístas y que cuenta con la mayoría de los gobernadores y alcaldes del país, junto a un número importante de diputados y senadores (además de la burocracia militar que concentra cada vez más poder), podría crear una importante inestabilidad que afectaría los planes de gobernabilidad que necesita el régimen.

Pero también, porque este régimen que asciende, lo hace en medio de mucha polarización social y económica, ya que las demandas levantadas durante años por los campesinos y los trabajadores de la ciudad, como la falta de tierras a los campesinos pobres, la dependencia del imperialismo y la limitación de libertades democráticas elementales, al no ser resueltas, mantienen la polarización e inestabilidad que el régimen de la transición anterior al dos de julio no pudo atenuar. Como la profunda miseria de 60 millones de mexicanos (ejemplificada en las muy atrasadas formas de vida de los niños indígenas de la Lacandonia, los Zongolicas y, la Mixteca o la sierra Tarahumara). O el creciente desempleo que, según el análisis sobre problemas fronterizos del "Estudio Binacional sobre Migración de 1997": "se espera que la mitad de los agricultores afectados por el TLC, pierdan sus tierras o su empleo en los próximos 10 años" ("La Jornada", 16-jul-2000).

Polarización que se agrava con la militarización del país y la represión en el campo, donde el surgimiento de grupos armados es una tendencia que expresa la desconfianza de sectores campesinos en los partidos políticos y en la salida electoral (en estas elecciones el porcentaje de abstencionismo fue superior al de 1994).

En este contexto, adquiere mucha importancia el papel del PRD que, pese al retroceso en estas elecciones, continúa siendo una variante burguesa "opositora" del régimen y un factor importante para su consolidación; aunque con un perfil cada vez más degradado como "oposición de centro-izquierda".

El PRD salió de las elecciones con crisis y desgaste, magnificados por el rol que jugó como la "pata izquierda" de la transición. Su traición a las aspiraciones democráticas de las masas en las elecciones de 1988 pactando en secreto con Salinas; su rol de contención y aislamiento de la insurrección indígena y campesina (las demandas de tierra y libertad), en 1994 desviándola a la trampa electoral; su papel en la huelga estudiantil, abiertamente en contra del CGH y de una salida independiente para democratizar la UNAM y frenar el ataque a la educación pública, mostraron que el PRD no es el agente del cambio democrático que las masas esperaban. En esa desilusión democrática reside el triunfo del derechista Vicente Fox y el católico PAN.

Pero, pese al tono opositor de su discurso, intentará mostrarse cada vez más como un partido burgués serio, pues de correrse a la "izquierda" (cosa poco probable), puede despertar tendencias radicales en un sector de las masas (y en el plano interno) que después no podría controlar; además de desacreditarse ante el imperialismo norteamericano como un partido burgués serio, al cual ya garantizó el cumplimiento de los acuerdos contraídos por el PRI (como el TLC, pago de la deuda externa, globalización, etc.).

En su reciente Consejo Nacional, hubo acuerdo en "rescatar" -entre la mayoría de las corrientes- el proyecto original del PRD. Por lo que intentará reacomodarse para impedir que ninguna fuerza política surja a la izquierda de este partido burgués, de ahí que de las "alas más críticas" o las de "centro-izquierda" propongan llamar a la conformación de "frentes amplios" para acordar con las organizaciones populares y de la "sociedad civil" (del tipo de las que existen en América Latina). Es una política preventiva que busca liquidar de antemano el surgimiento de sectores independientes que rompan los marcos del régimen en que este partido llama a actuar.

Desde el punto de vista de las masas, la gran contradicción que enfrentan los planes del imperialismo y la burguesía mexicana son las ilusiones que despertó en amplios sectores de las masas el resultado del 2 de julio, que tendrán que chocar con el verdadero carácter reaccionario del nuevo gobierno y el regimen semibonapartista.

En ese sentido, la pérdida de fuerza de los sindicatos priístas charros y, las limitaciones que enfrentan los caciques que dependían directamente del poder central, son elementos que pueden generar tendencias antiburocráticas que - aunque en una primera etapa, pueden ser encabezadas por la burocracia opositora de la UNT y el SME por la presión de las bases-, sea un fuerte elemento de polarización de la situación que tienda a enfrentar al régimen; sobre todo, si se intenta imponer la privatización del sector eléctrico.

En tanto Fox y su equipo no dominen las formas de control de las instituciones existentes de trabajadores del campo y la ciudad, tendrá que pactar con este aparato reaccionario y utilizar las instituciones oxigenadas para controlar el descontento. Ya un sector de la burocracia sindical (la UNT) se dispone a negociar con Vicente Fox. Igualmente, lo hizo un sector charro del PRI (como la CROC de Juárez Blancas, Elba Esther Gordillo del SNTE y el charro que impulsó la privatización de Ferrocarriles de México, Víctor Flores). La tarea de los trabajadores es enfrentar por igual al gobierno panista de Fox y a los otros partidos patronales para echar abajo sus pactos con el imperialismo.

 

LAS PERSPECTIVAS DE LAS MASAS ANTE EL INTENTO DEL REGIMEN DE CONSOLIDARSE

Los trabajadores del campo y la ciudad tenemos que prepararnos para rechazar los planes de ajuste que los representantes de Zedillo y Fox están acordando con el gobierno de los Estados Unidos para antes de la transición de poderes en diciembre. Es una lucha de los de abajo contra los que se reparten el país y la riqueza.

Si con Zedillo avanzó la maquilización del país, los "amigos de Fox" (industriales, banqueros, terratenientes y las transnacionales) ya están haciendo planes contra la clase obrera para alcanzar el 7% de crecimiento de la economía objetivo que trazaron para fin de sexenio.

En esta política de entrega al imperialismo, arreciará la ofensiva contra los sectores estratégicos de la economía, contra los sindicatos y las conquistas laborales y las libertades democráticas. Por lo que es necesario luchar por una unidad clasista e independiente para enfrentar la Santa Alianza encabezada por el capitalista Fox, rechazando los planes imperialistas.

Hoy está planteada más que nunca la defensa de PEMEX, CLF, CFE y el rechazo a los planes de austeridad (recortes presupuestales a la salud, la educación y la vivienda, topes salariales, cargas fiscales, etc.), así como del conjunto del ataque burgués imperialista (como la venta de PEMEX, la privatización del ISSSTE y el IMSS; la liquidación de seguridad social, el avance sobre las conquistas obreras, como el pago por horas, la legalización del trabajo eventual y por hora).

Esta lucha tenemos que darla mediante la movilización independiente contra el TLC, el FMI y contra todos los pactos que atan al país al imperialismo. Es una batalla que tiene que incorporar a nuestros hermanos latinoamericanos (cada vez más en proceso de "maquilización") y al proletariado norteamericano blanco y negro para contrarrestar la ofensiva de las transnacionales que quieren recolonizar América Latina.

Esta tarea implica luchar por reconquistar nuestras organizaciones de manos de la burocracia charra priísta que quedó debilitada con la pérdida del PRI de la presidencia, que son quienes ayudan a imponer la política del gobierno y los patrones de austeridad y productividad al servicio de los planes imperialistas acordados con los partidos patronales como el PAN, el PRI y el PRD. Tenemos que echar a los charros tradicionales y "opositores" de los sindicatos del campo y la ciudad que venden los Convenios colectivos de trabajo y están negociando las reaccionarias reformas a la Ley Laboral basadas en la productividad. Esta tarea es necesaria para conquistar la democracia sindical y la independencia del estado. Esta lucha es la mejor manera de enfrentar la miseria, la desocupación y los bajos salarios.

Pero la tarea central es lograr la unidad obrera, campesina y popular detrás de una estrategia independiente para evitar que este régimen se consolide en forma reaccionaria. Una unidad por fuera de cualquier confianza en direcciones burguesas como el PRD que lograron desviar y desactivar la movilización en el campo y la ciudad.

Desde ahí podemos los trabajadores impulsar la lucha por la tierra a los campesinos contra la represión y ocupación por el ejército y los paramilitares del PRI.

Ya el PRD y la izquierda capituladora están convocando a formar frentes amplios opositores contra el PRI y el PAN para reposicionarse y recomponerse después de su debacle electoral y para evitar que los trabajadores, obreros, campesinos, estudiantes se organicen de manera independiente por fuera de los marcos del régimen. También sectores del PRI (entre ellos la burocracia sindical "opositora") llamarán a los trabajadores a rechazar el ataque foxista neo-liberal, que afecte sus intereses y espacios de poder. La clase obrera no puede depositar su confianza en los defensores del capital y el marco de derecho burgués. Sólo la movilización independiente puede frenar los planes impulsando en las calles la Huelga General política con sus propios métodos. Así lo muestran los movimientos que en varios países han logrado parar por el momento las privatizaciones a manos de las transnacionales (como los trabajadores electricistas en Ecuador, los campesinos y estudiantes en Cochabamba, Bolivia, etc.).

En ese contexto, los trotskistas de la LTS tratamos de contribuir con nuestras modestas fuerzas a la formulación de un programa y una estrategia de la clase obrera que cuestione de raíz las bases del sistema capitalista de explotación en el camino hacia una sociedad sin clases.

POR LA MOVILIZACION REVOLUCIONARIA DE LAS MASAS

Esta política a favor del capital, implicará que las libertades democráticas formales serán atacadas por este moralista y doctrinario del catolicismo en aras de la "libre empresa", la "productividad" y las "buenas costumbres" ( ya antes dio muestras de su filosofía homofóbica y misógina cuando gobernó en Guanajuato).

Los distintos partidos patronales están proponiendo reformas a la Constitución. Ninguna medida que acuerde este régimen semi-bonapartista será democrática, ni mucho menos podrá resolver las demandas de las masas. Las decisiones serán tomadas a espaldas de los trabajadores y avaladas por los partidos patronales al servicio de los planes imperialistas, donde ni los trabajadores ni las organizaciones sociales y campesinas, ni los estudiantes podrán opinar.

Los trotskistas de la LTS luchamos por un programa que retome las demandas democráticas más sentidas por las masas mexicanas, los trabajadores del campo y la ciudad, los estudiantes, los desempleados y los jóvenes, orientando la lucha por las mismas en la perspectiva de enfrentar al régimen del 2 de julio con la movilización revolucionaria e independiente de todas las variantes de la burguesía.

Como parte de este programa luchamos por derrotar el ataque elitizador a la UNAM, y por la renuncia del represor priísta De la Fuente, su burocracia y por la desaparición del aparato represivo (Auxilio UNAM) y las bandas porriles. Ante el régimen represor y antidemocrático, luchamos por la libertad de los presos políticos de todo el país y contra la militarización en las comunidades indígenas y el desmantelamiento de los grupos paramilitares.

Enfrentamos el ataque del régimen sobre los más elementales derechos democráticos. Fox ya ha mostrado de lo que es capaz en los estados donde gobierna el PAN, como se ve en el intento de una mayor penalización del aborto contra las mujeres trabajadoras y campesinas y en el ataque clerical contra el arte y la sexualidad. Ante todo ello, luchamos por el respeto a los homosexuales y lesbianas; por los derechos de las comunidades indígenas, y por movilizarnos para frenar la reaccionaria legislación panista que prohibe el derecho al aborto a las mujeres violadas y por los derechos de la juventud.

Rechazamos el antidemocrático "Pacto de Chapultepec" que están tratando de acordar los partidos patronales contra las masas, un verdadero pacto entre los banqueros, los empresarios, los militares, la iglesia y la burocracia sindical al servicio del imperialismo. Es necesario enfrentar con la movilización independiente a este posible pacto a espaldas de los trabajadores y el pueblo oprimido y explotado, cuyo objetivo es acordar las bases de la "gobernabilidad".

Ante esa situación concreta, los marxistas revolucionarios lucharemos por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana elegida por voto directo y proporcional de la población, con distrito único y diputados constituyentes revocables cada 10.000 habitantes. Una Asamblea Constituyente que discuta los problemas más acuciantes de las masas, como las cuestiones democráticas elementales, la tierra, la vivienda, la educación, la salud y la represión.

 

ES NECESARIO COMENZAR A PONER EN PIE UN PARTIDO REVOLUCIONARIO

La heroica huelga del CGH contra la privatización de la educación pública, la movilización popular contra la represión en el Mexe; la movilización de la CNTE con su masivo Plantón en el centro del DF y varias ciudades de provincia contra la descentralización educativa, son valerosas luchas de resistencia a los planes contra las masas.

Como planteamos antes, los trabajadores tienen que avanzar hacia una estrategia independiente para frenar y derrotar el ataque de los capitalistas. Ellos tienen sus Congreso, sus partidos, sus leyes y tribunales, su prensa, su unidad estratégica contra las masas. Ya lo demostraron en la represión a los manifestantes en la embajada yanqui, en la huelga de la UNAM encarcelando a mil estudiantes, en la negativa a resolver las demandas centrales de los maestros de la CNTE. No podemos confiar en los partidos patronales que pasan como "opositores" –como el PRD- que en su Congreso discutieron como "regresar a las masas" ante el gran retroceso electoral sufrido el 2 de julio. Son los que están por pagar la deuda externa, por continuar el TLC, lo que significa mayor explotación y miseria.

La clase obrera tiene que formar su propio partido. Un partido obrero revolucionario e internacionalista, en combate con la estrategia conciliadora de las direcciones reformistas parlamentarias y armadas que sólo presionan al régimen burgués para arrancarle concesiones democráticas y coexistir con ese régimen (como el EZLN, el EPR, el EPRI, las FARP) que han declarado su reconocimiento al rol estabilizador del PRD.

Pero la lucha por este partido pasa también por enfrentar la política de las organizaciones de la "izquierda" que le capitulan a los partidos y direcciones patronales, ya sea haciendo frente único con ellas (como fue el caso del POS en la huelga de la UNAM donde junto con el PRD y Marcos se enfrentaron al CGH al que calificaron de "ultra") o, por llamar a las organizaciones influidas por el maoísmo y el populismo (como el MPI, FPFV, la UPREZ) a que rompan su apoyo a Cárdenas y el PRD por quienes llamaron a votar en estas elecciones a cambio de puestos en el gobierno y poder de gestoría; adaptándose así al mismo régimen burgués que dicen combatir.

Los marxistas revolucionarios de la LTS y de la Agrupación revolucionaria Contra-Corriente, hemos participado conjuntamente con una política revolucionaria en la grandiosa huelga de la UNAM, y hemos intervenido ante los principales hechos de la lucha de clases internacional y en México, como frente al reciente proceso electoral. Hoy la LTS y ContraCorriente hemos decidido fusionarnos en una nueva organización revolucionaria internacionalista, para comenzar a poner en pie al trotskismo en México, como parte de la lucha por formar un partido obrero revolucionario e internacionalista.


LAS CONSECUENCIAS PROGRAMATICAS Y POLITICAS DE LA ADAPTACION DEL POS AL PARTIDO DE LA REVOLUCION DEMOCRATICA

EL ILUSIONISMO DE LA SECCION MEXICANA DE LA LIT, TRANSFORMO LA LEGITIMACION DEL REGIMEN EN UN "DURO GOLPE PARA EL IMPERIALISMO"

Ante la derrota electoral del PRI y el fortalecimiento de este régimen directamente al servicio de las transnacionales, el POS ( la sección mexicana de la LIT) extrae una conclusión fuera de la realidad, pues ven el reposicionamiento del régimen de partidos, como una "revolución política", una "revolución democrática" de las masas contra el "régimen dictatorial"; comparando la caída del PRI con la caída de Porfirio Díaz en 1911.

Lo que los lleva al absurdo de afirmar que: "La caída del PRI modificó la relación de fuerzas entre los trabajadores y los oprimidos frente a los explotadores, en favor de los primeros"; y que ahora: "La lucha se librará en mejores condiciones"... Como si la estructura caciquil hubiera sido desmantelada, o la estructura estatizada de los sindicatos –aunque debilitada- hubiera sufrido una gran transformación.

Afirman, además que: "La caída del régimen significa un golpe duro político para la burguesía y el imperialismo, que se beneficiaron de éste y lo apoyaron durante décadas". Y concluyen que: "Proseguir la democratización del país, es una tarea principalmente del proletariado. ("El Socialista N° 261 -"Umbral"). ¿Acaso piensa el iluso-analista del POS Cuauhtémoc Ruiz, que Clinton despedirá a sus asesores porque el triunfo de Fox acaba de "golpear duramente" a Wall Street, al FMI, al TLC? ¿Acaso, la embajada norteamericana -junto al espíritu de Lane Wilson- están pensando cómo deshacerse del "Madero de Guanajuato" (Fox) que tiró al régimen dictatorial del que los capitales imperialistas se beneficiaron y apoyaron durante décadas?

Seguramente que la Coparmex, el Consejo Coordinación Empresarial y el Consejo de los "Hombres de los Negocios"; los Carlos Slim, Rodolfo Elizondo, Juan Sánchez Navarro, Claudio González X, los Garza Zada y el Cardenal Norberto Ribera, se revolcarían de risa, entre pacto y pacto contra los trabajadores, si leyeran "El Socialista N° 260- "Umbral".

Este es un análisis no sólo antimarxista, sino por fuera de toda lógica formal, para poder justificar su capitulación al PRD, apoyándose en última instancia, en la "teoría de la revolución democrática" del quien fuera el dirigente de la LIT, Nahuel Moreno -una revisión de las tesis de la revolución permanente de León Trotsky- pues afirmaba que "toda revolución política dentro del régimen capitalista es en el fondo socialista". Y opinaba que, lo que Trotsky no previó - en relación a los regímenes fascistas-, fue que: "en los países capitalistas era necesario hacer una revolución en el régimen político: destruir al fascismo para reconquistar las libertades de la democracia burguesa, aunque fuera en el terreno de la burguesía, del estado burgués" ("Revoluciones del Siglo XX"). Haciendo una analogía, podría decirse que es con esta lógica que el POS se ubicó a la cola del PRD, al que presentó como nacionalista y anti-TLC, pues junto con él encabezó en 1994 el llamado a un referéndum para obligar a que Salinas se retractara de la firma de ese tratado colonizador. Fue un frente POS-PRD para destruir a la dictadura priísta.

¿Acaso en su delirio democratista, la dirección del POS considera que a partir del 2 de julio, se abrió una situación "revolucionaria"; "pre-revolucionaria", "pre-revolucionaria aguda" o, una "preparatoria" –entre "no revolucionaria" y "pre-revolucionaria"? El POS le debe a sus lectores una conclusión que sea coherente con su caracterización de que, la situación actual representa un "duro golpe para el imperialismo"... Pero más le debe la explicación a sus jóvenes militantes que ahora tendrán que demostrar lo indemostrable.

Por otra parte, la interpretación teórica que de León Trotsky hacía en 1982 Manuel Aguilar Mora -quien hoy participa conjuntamente en la "Coalición Socialista" y en una misma publicación con el POS-, desarrollando lo esencial de la teoría de la Revolución Permanente, no sólo contradice lo que afirma el POS, sino que tampoco se corresponde con lo que el propio Aguilar Mora afirma hoy en dicha publicación: "La situación que hoy se abre es más fácil para los socialistas" ("Umbral No. 261- "El Socialista", primera quincena de julio del 2000).

En su obra "El Bonapartismo Mexicano" desarrollando a Trotsky decía: "La dinámica de la revolución permanente en estos países atrasados o semicoloniales significaba que la revolución democrática empalmaba, convergía y se hacía una sola con la revolución socialista". Y sostenía que Trotsky: "afirmaba, categórico, en la ‘Revolución permanente’: en estos países, si el proletariado ‘está insuficientemente preparado para unir al campesinado y para tomar el poder, la revolución democrática no puede llegar a su conclusión’". Y hablando sobre el aspecto "sui-géneris" del régimen en los países atrasados, escribía: "De la propia dependencia y subordinación de estos países se desprende que las revoluciones democráticas en ellos tienen un marcado carácter antiimperialista" (pag. 79).

Cómo vemos, la forzadísima similitud que establece el POS entre la derrota electoral del PRI y la revolución democrática en la lógica de la revolución permanente, no expresa que el voto por Fox empalme y converja con la revolución socialista, ni muestra tampoco el "nexo interno" entre los obreros y campesinos para tomar el poder; ni mucho menos muestra –el triunfo de Fox- un marcado carácter antimperialista.

Bajo esta oportunista revisión de Trotsky, en su carrera por adaptarse al régimen, el POS calificó como gran victoria la suspensión del reglamento general de pagos por parte de rectoría (una derrota del régimen), llamando a levantar la huelga de la UNAM en el mes de junio de 1999. Y ante la caída del priísta rector Barnés, provocada por la resistencia de este gran movimiento que empezaba a actuar como catalizador del descontento de las masas, el POS planteó que esa renuncia era sólo una maniobra del régimen, negando la potencialidad revolucionaria de esa lucha contra el régimen y los planes privatizadores en la UNAM, argumentando que el movimiento estaba en camino de la derrota y que había que... levantar la huelga. Bajo esta política claudicadora se unió al PRD, acusando de "ultras" a la vanguardia que enfrentaba los planes de elitización de la educación pública actuó como esquirol de la huelga universitaria junto a sus aliados cardenistas. Así le capitularon a la rectoría, al represor gobierno de Rosario Robles y al régimen de la transición pactada.

Hoy la Juventud del POS, que está siendo educada en la revisión del trotskismo y en la justificación de tanta capitulación de su dirección, también se ha ganado el repudio de la vanguardia universitaria y de otros sectores de trabajadores que los ubican como "amigos del PRD y de los agentes de rectoría".

Mala manera de conmemorar el asesinato de León Trotsky, el gran dirigente de la revolución de octubre.

 

   

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, ER (Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar