Wendy Z. Goldman
Cuando los bolcheviques llegaron al poder en 1917, estaban firmemente convencidos de que bajo el socialismo la familia “se extinguiría”. Imaginaron una sociedad en la que los comedores comunales, las guarderías y lavanderías públicas reemplazarían el trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar. Esta eliminación de la carga del trabajo doméstico sentaría las bases para alcanzar la igualdad con los hombres. El afecto y el respeto mutuos reemplazarían la dependencia legal y económica como base de las relaciones entre los sexos. Fruto de los debates al interior del Partido Bolchevique y entre mujeres y hombres de las ciudades y el campo, una generación de juristas soviéticos elaboró una legislación para liberar a las mujeres y alentar la “extinción” de la familia.
Sin embargo, para 1936, el experimento social había cedido frente a soluciones crecientemente conservadoras destinadas a fortalecer los lazos familiares tradicionales y el rol reproductivo de las mujeres. Los funcionarios del partido [de esta época] denunciaron las ideas revolucionarias de la década de 1920 como “propaganda pequeñoburguesa y anarquista”.
Este libro explora –con especial énfasis en la relación dinámica entre el Estado, la sociedad y la ideología revolucionaria– los debates en el naciente Estado obrero y el amplísimo horizonte que abrió la Revolución Rusa e intenta explicar la reversión ideológica que significó la reacción estalinista, que afectó todas las esferas de la vida social, económica y política de la Unión Soviética.