Estrategia Internacional N° 9
Julio/Agosto  - 1998

SECCIÓN ABIERTA

La Sección Abierta de Estrategia Internacional está destinada a aportes de otras corrientes y centros de investigaciones históricas del movimiento trotskista que cosideramos importantes para el conocimiento de los militantes y lectores, más allá de que coincidamos o no con el conjunto de sus posiciones

DEBATE SOBRE EL CAPITALISMO DE FIN DE SIGLO Y LA TEORÍA MARXISTA

Presentamos a continuación la desgrabación de una mesa-debate realizada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires sobre los distintos artículos contenidos en el "Dossier de Economía" aparecido en el Nro. 7 de Estrategia Internacional. La charla debate, que duró cerca de tres horas y media, fue realizada como parte de la Cátedra Libre Karl Marx que se desarrolló durante mayo y junio de este año en la UBA y en la Universidad Nacional de La Plata. Cada jornada de la Cátedra contó con la participación de un público joven y entusiasta, entre 200 y 300 en cada una de las seis reuniones realizadas en Buenos Aires y entre 100 y 200 en la UNLP. La cátedra estuvo coordinada por Christian Castillo y Pablo Bonavena y contó con el impulso de la revista Lucha de Clases y la Agrupación Universitaria En Clave ROJA.
En el debate que presentamos en estas páginas participaron como panelistas Claudio Katz , economista, profesor e investigador de la UBA, y Christian Castillo, por el consejo editorial de Estrategia Internacional. En una primer intervención, que no reproducimos, Castillo presentó los artículos contenidos en el "Dossier" de Estrategia Internacional. A partir de la exposición de Katz se suscitó una rica e interesante discusión en la que participaron también Juan Chingo y Paula Bach, autores también de artículos contenidos en el dossier, y Federico Lizarrague, de la dirección nacional del PTS.

Exposición de Claudio Katz:

Agradezco a los compañeros de la cátedra y va a ser un desafío mutuo intentar debatir entre marxistas. Empecemos este debate a partir del texto "Situación actual del capitalismo" que han escrito los compañeros en Estrategia Internacional. Yo creo que el primer mérito del Dossier es la conexión de análisis que propone entre la coyuntura económica y una teoría para explicarla. Esta asociación es bastante infrecuente. Se busca esta conexión a partir de la descripción de la coyuntura, planteada con la crisis del sudeste asiático, y es interesante que hayan elegido la figura de Ernest Mandel como referencia teórica. La obra de Mandel tiene perdurabilidad y por eso eligieron a él y no a un teórico de la ex unión soviética. Mandel hizo una peculiar combinación del marxismo ortodoxo (Rubin, Rosdolsky) con los mejores descubrimientos de la economía científica burguesa (Sraffa, Schumpeter), es decir de los teóricos que permiten entender las características de la época actual. Así trabajó Marx con A. Smith y D. Ricardo. De esta combinación de marxismo abierto y ortodoxo surgió la obra totalizante en el plano teórico y empírico de Mandel. Hacer una crítica a Mandel respetuosa como lo han hecho los compañeros me parece un gran paso. Pero hay que tener en cuenta que una crítica es negativa y por eso es apenas un punto de partida. A partir de aquí hay que elaborar un pensamiento superador. El problema que veo en el Dossier es que se reiteran observaciones a Mandel que ya han sido muy discutidas en estos años y no me parece que en el texto se haya partido de este estadío de la crítica para un nuevo análisis. La otra objeción metodológica es que convendría tratar de oponer lo que dice Mandel a los teóricos de la posguerra o de la actualidad, y no enfrentarlo a Lenin y Trotsky porque de esta forma se reflexiona hacia atrás. Los marxistas tenemos nuestros puntos de partida y un ejemplo de ello es la actual discusión sobre el Manifiesto Comunista. Pero lo importante es contrastar nuestros enfoques con los teóricos del momento para que se desarrollen y enriquezcan los debates. Mi visión toma de Mandel la combinación de marxismo ortodoxo y abierto. A partir de la lectura del artículo de Estrategia pienso en 5 problemas teóricos que podríamos discutir hoy aquí.

Sin lugar a dudas el primer problema es el de las ondas largas. Quiero aclarar que la teoría de las ondas largas no nació en una discusión coyuntural de los años 20. Las primeras percepciones de esta teoría vienen de principios de siglo y fueron desarrolladas por los marxistas. Al igual que Marx cuando teorizó sobre la existencia de ciclos cada 7 o 10 años, se partió de evidencias y/o intuiciones empíricas. El economista parte de hechos. Los intuye y trata de explicarlos. Y lo que venía preocupando desde principio de siglo es que además de esos ciclos cortos, "endógenos" a la economía, también había en el capitalismo movimientos de más largo plazo. Este es el problema. Las discusiones de las ondas largas giran en torno a si existen o no en el capitalismo movimientos de más largo plazo, de ascenso y descenso de la actividad económica. Es un problema de enorme complejidad, porque medir movimientos largos no es lo mismo que medir movimientos cortos, más fáciles de comprobar empíricamente. Hay una mitad de "la biblioteca" que demuestra que hay ondas largas y otra mitad que las refuta. Es un tema de gran discusión actual en la economía y en la historiografía porque se ha percibido que tanto en el siglo pasado como en el XX, junto a los ciclos cortos hay movimientos largos que no tienen regularidad exacta pero que abarcan décadas de ascenso y descenso. Todos los que participaron de esta discusión en los años ‘20 en la U.R.S.S. terminaron muertos. Tanto a los que estaban a favor como a los que estaban en contra Stalin los fusiló. En la posguerra el tema renació y en los años ‘70 se reactivó nuevamente porque concluía el boom y comenzaba la crisis de los ‘70, que es una evidente crisis de largo plazo. En mi opinión Trotsky aceptó la existencia de movimientos de largo plazo. Porque él, a diferencia de otros que polemizaron con Kondratieff, no decía: "no tal cosa no existe", sino que afirmaba que junto a los ciclos debían concebirse "curvas de desarrollo capitalista". Trotsky simplemente rechazaba la idea de Kondratieff de interpretar los movimientos largos como simples extensiones de los ciclos cortos. Entendía que los movimientos de largo plazo están influidos por factores de naturaleza política, militar, es decir, "exógenos" a la economía.

Esta visión es distinta a la concepción schumpeteriana que deriva los movimientos largos de la innovación tecnológica. También se diferencia del enfoque institucionalista, que coloca a los tipos de institución en el centro del problema. También diverge de las visiones que hacen depender las ondas largas de la existencia o crisis de una potencia hegemónica. Hay una gran diversidad de teorías y Mandel se delimita de todas ellas. Discute por qué no hay repetitividad tecnológica, ni económica, ni secuencia de ciclos de potencias hegemónicas. En mi opinión Mandel desarrolla lo que Trotsky intuyó, es decir, que ciertos acontecimientos políticos influyen sobre la economía en el largo plazo.

Mandel afirma que el boom de la posguerra obedece a una combinación económica y política. No dice en ningún lado que existe una respiración automática del capitalismo cada 25 años como afirman ciertos regulacionistas. Mandel destaca que un "shook" político contrarrevolucionario, una desvalorización del capital en gran escala, guerras mundiales o retrocesos históricos del proletariado constituyen las condiciones para el inicio de una onda larga ascendente. Para mí esta teoría tiene la virtud de plantear la existencia y la mecánica de un movimiento de largo plazo en el capitalismo. Hasta tal punto Mandel no pensaba en una regularidad inexorable, que se opuso hasta que se murió a la idea de que una nueva onda larga debía comenzar en los ‘90 por el solo hecho de que habían transcurrido 25 años de la crisis de los ‘70 ¿De qué dependía para Mandel una nueva onda larga? : de la política, de la derrota de la clase obrera y de la restauración del capitalismo en los ex "países socialistas". Este era su esquema de análisis. Yo creo que las teorías deben medirse por los elementos que nos brindan para el análisis. No hay que hacerse ningún problema si Mandel fusionó elementos de Kondratieff con elementos de Trotsky si el resultado es una buena teoría. Lenin fusionó a Hilferding con Bujarin, Trotski fusionó a Parvus con otros austromarxistas de la época. Marx fusionó a Hegel con Ricardo.

En los artículos del Dossier de Estrategia hay un análisis bastante interesante del corto plazo, de la crisis asiática actual. Luego de analizar las dificultades de valorización del capital, que denominan "crisis de acumulación", señalan que hay tres salidas, una benévola, otra de desasceleración, y una tercera de fuerte recesión. Son tres pronósticos de corto plazo de lo que puede pasar con la situación en el Sudeste Asiático y yo creo que son tres pronósticos correctos. La situación es muy ambivalente porque ojo hoy hay una crisis en el sudeste asiático pero en el año ‘87 hubo una crisis financiera enorme en Nueva York y en el año ‘91 otra crisis financiera enorme, y en el año ‘92 una crisis cambiaria en Europa, y en el año ‘93 o ‘94 se cayó la Baring Brothers. Hemos tenido muchas crisis. Lo que hay que tratar de ver es lo sustancial: diferenciar el corto plazo del largo plazo, y en el corto plazo la situación es ambivalente porque la crisis se agrava en el Sudeste Asiático, está tocando Japón y este es un elemento clave porque una gran potencia económica ingresa a pleno en la crisis. Pero también es cierto que la hegemonía norteamericana en el plano militar y tecnológico se afianza, y que la crisis hasta ahora no se ha extendido a China, que es el gran mercado en crecimiento desde hace 20 años, a tasas espectacularmente elevadas. También aparece la Unión Económica Europea haciéndole sombra como moneda de reserva al dólar norteamericano. Todos estos son los elementos de estabilización. No es lo mismo una Europa unificada con una moneda única que una Europa partida, como no es lo mismo Estados Unidos en un proceso de recuperación económica que ya lleva siete años -aunque a tasas de la mitad de la posguerra con baja inflación y menor déficit fiscal- que la situación norteamericana de los años ‘80. Hay elementos de los dos componentes y porque existe esto es que es válida la conclusión del artículo de Estrategia.

Pero lo que la teoría de las ondas largas nos agrega a este análisis son los elementos para interpretar la caracterización de corto plazo como base de una hipótesis de largo plazo. Para eso nos sirve la teoría de las ondas largas. Entre el año ‘75 y el año ‘95 hemos atravesado una fuerte crisis capitalista, pero a la vez un fuerte proceso de reorganización del capitalismo. Se inició una revolución tecnológica en el campo de la informática, comenzó la introducción del capitalismo en Rusia y China, y por lo tanto la posibilidad de nuevos mercados. Aumentó además la tasa de plusvalía como resultado de la denominada "ofensiva neo liberal". Mucha gente dice que no hemos sufrido una crisis como la del ‘30, pero si nosotros sumamos la crisis de Latinoamérica, con la de Africa, con la crisis sufrida en Europa Oriental, tenemos varios elementos de la crisis del ‘30. La teoría de las ondas largas nos dice que miremos todos estos elementos si queremos analizar la situación del capitalismo y formular pronósticos. La teoría de las ondas largas nos dice cuáles son los elementos económicos y extraeconómicos que hay que analizar para hacer un pronóstico. Tenemos que considerar estos factores.

El segundo problema que quería plantear es la tesis de la declinación histórica del capitalismo que está planteada en la Estrategia. Hay que observarla con detenimiento, porque creo que sería incorrecto plantear la tesis de la declinación histórica del capitalismo en oposición a la teoría de las ondas largas, como si el hecho de que el capitalismo tiene una fase de ascenso histórico en el siglo pasado y una fase de descenso histórico en este siglo contradijera la posibilidad de movimientos de ascenso y descenso de largo plazo. Yo creo que en esto hay que ser cuidadosos. Mandel dice que el capitalismo en el siglo XX es un sistema que está en una fase de declinación porque sus elementos regresivos son más fuertes que los progresivos, hay más barbarie que progreso, hay más destrucción que creación. Pero dicho solamente esto, e interpretado como si a una fase de librecambio desde 1850 a 1914 de ascenso evolutivo y pacifico, le siguiera desde 1914 en adelante otra de descomposición y caída, constituye una visión que no nos ayuda mucho. Nos da un cuadro, un enfoque general que yo creo que es aceptable. Pero nada más que eso. No nos dice nada más, por la sencilla razón de que la declinación del capitalismo no es como la del feudalismo, ni como la del modo de producción esclavista. El capitalismo es un modo de producción que en su caída sigue creciendo, ésta es la diferencia. El sistema capitalista se basa en la competencia, en el crecimiento, en la producción, en la innovación tecnológica, y por ello en 1850, en 1890, en 1950, o en 1980, no existe el estancacionismo bajo el capitalismo. Este estado sería incompatible con las leyes de funcionamiento del sistema. La tesis de la declinación histórica sirve únicamente como un principio general de contextualización histórica, pero hay que llenarla de contenido. Lo importante es entenderla de manera no dogmática, evitando interpretar que lo que se dijo para 1914 o 1920, sirva para 1950 o 1990 como si nada hubiera pasado en el mundo. Un ejemplo de esta forma de razonar fue el debate sobre la declinación histórica del capitalismo que enfrentó a dos personalidades del trostkismo en los años ‘70, por un lado Ernest Mandel y por otro Pierre Lambert. La discusión se centraba en definir si las fuerzas productivas habían cesado de crecer o no. Lambert decía que el análisis Trotsky de la entreguerra debía mantenerse invariable. Esta misma idea sobre que las fuerzas productivas no crecían era compartida por muchos keynesianos en los años ‘50. Mandel dijo que no y tuvo razón. Sostuvo que el estancacionismo es incompatible con el capitalismo cuyas contradicciones surgen de su propio crecimiento. Porque las fuerzas productivas crecen existen las crisis de sobreproducción. Si las fuerzas productivas no crecieran entonces las crisis serían como en el precapitalismo, es decir, crisis de subproducción. Hay algunas ideas un poco románticas en las tesis de que las fuerzas productivas no crecen más. Se piensa de manera metafísica que el capitalismo en su declinación histórica "destruye al hombre", como si el hombre del siglo pasado no hubiera sufrido el capitalismo. En la realidad lo que hay que estudiar es cómo funciona el capitalismo y para entender el capitalismo la idea de un estancacionismo de largo plazo es incorrecta. Lo que Lenin y Trotsky veían era una etapa, ya que estaban hablando de los años 30. En la posguerra hubo un boom que introdujo una transformación importante en el funcionamiento del capitalismo. Y tomen el ejemplo que ustedes mismos recogen sobre los cambios en este funcionamiento. En Estrategia se plantea que Mandel comprendió cómo funciona el Estado en la posguerra, cómo funciona la inflación del crédito, cómo funciona la economía armamentista, cómo se transforma la ley del valor, cómo se transforma la relación salarial. Y lo pudo entender porque comprendió que no basta hablar de la declinación del capitalismo para entender cómo funcionan sus leyes en esta etapa. Una observación que retomo al pasar y que Mandel recoge a su vez de Rosdolsky es que en el capitalismo no hay una tendencia a la caída absoluta del salario. Esto es muy importante. Hay una declinación del salario relativo pero es absurdo suponer que un obrero norteamericano y/o europeo viven peor actualmente que en el siglo pasado. La economía capitalista se desarrolla polarizándose entre los sectores de los trabajadores que viven cada vez mejor y sectores de los trabajadores que viven marginados, especialmente los desocupados y en los países del tercer mundo. Pero no existe ninguna teoría consistente de la pauperización absoluta en el pensamiento marxista.

El tercer aspecto que está presente en Estrategia es la idea del rentismo financiero, una idea muy difundida entre los marxistas pero sobre todo entre los no marxistas. Especialmente entre los poskeynesianos, predomina la caracterización del capitalismo como un sistema gobernado por el capital especulativo. Un mundo que gira alrededor de plata que va y viene, en una especie de casino donde muy pocos trabajan y prácticamente nadie invierte. Esta idea de un sistema gobernado por el capital especulativo está, por otra parte, bastante asociada a la tesis de la declinación histórica del capitalismo. Este tipo de teorías pueden ser muy atractivas, pero no son marxistas. Si queremos entender los problemas no digamos que el capitalismo está gobernado por cuatro bancos porque eso está bien como una superficialidad periodística, pero Marx dijo algo más que eso. Destacó que hay que estudiar la economía capitalista en su centralidad productiva. El eje del análisis debe ser la crisis de sobreproducción y no su manifestación financiera. Lo importante es detectar el desequilibrio en la acumulación y en la producción. Yo veo un gran peligro en todas las teorías del "capital rentista" que ofrecen una representación superficial y corto-placista de lo que ocurre. En el capitalismo funcionan leyes cuyo centro de acción no está en el plano financiero. Son todas leyes en el plano de la acumulación: ley del valor, ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, ley del salario relativo, etc. En el plano financiero se manifiestan procesos que actúan a escala productiva. En general hay tres problemas que surgen de la tesis del capital especulativo. La más corriente es puramente catastrofista. La otra tesis, como dice Estrategia, es la del capital productivo versus el capital improductivo, como si hubiera hoy un capitalista que especula y otro austero al que habría que apoyar. Y la tercera es la variante mas descriptiva, que concibe al capital financiero como dominante, pero sin decirnos nada sobre los problemas que realmente hay que estudiar. Lo que los marxistas tenemos que analizar prioritariamente es la tasa de explotación, el nivel de los salarios, la tasa de ganancia, la tasa de inversión, el nivel de acumulación, las expectativas de los capitalistas, la innovación tecnológica. Debemos siempre subrayar la centralidad de la producción en el análisis.

El cuarto problema que quería planterles es el problema de la mundializacion. Está bien la critica que hace Estrategia y que hacemos todos los marxistas a las tonterías de la mundialización. Que la globalización hace que desaparezcan las fronteras, que ya no hay rivalidad entre los capitalistas, que ya no hay más Estados, son todas tesis puramente apologéticas del capitalismo. Para evitarlas yo creo que incluso convendría sustraerse del término globalizacion, porque está connotado con una serie de teorías inconsistentes. Pero de lo que sí tenemos que hablar es de la mundialización. Como reconoce Estrategia hay algo nuevo, y esto es la existencia de un salto cualitativo en la internacionalización de la economía. Esto no es globalización, pero es un dato nuevo que hay que estudiar. Y si se lo reconoce, hay dos vías para acercarse al fenómeno: la vía productiva y la vía financiera. Si uno piensa que hay preeminencia de lo financiero sobre lo productivo va a decir que el salto cualitativo en la internacionalización es un salto cualitativo en el plano financiero. Pero metodológicamente los marxistas ponemos la atención en el hecho que para mí sí es el fenómeno más sustantivo y es el de la internacionalización productiva. El texto de Estrategia menciona, aunque al pasar, el nuevo rol de las empresas transnacionales, que ha cambiado mucho en los últimos 10 o 15 años. Existen 600 empresas que se llaman transnacionales pero como bien dijo C. Castillo no significa que pertenecen a cualquiera. Seiscientas empresas dominan un tercio del producto bruto mundial, en la actualidad, y ese no es un dato de la posguerra, es un dato de los ‘90. Entonces lo que tenemos que hacer los marxistas es buscar las investigaciones de los economistas que mejor perciben este fenómeno. Atender el eje productivo, entender a la mundialización como un salto cualitativo en la conformación de la estructura productiva mundial es vital. Además, un correlato importante es observar en qué medida la internacionalización del proceso productivo modifica la acción de la ley del valor. Hay que analizar cómo la fijación de los precios deja de ser un parámetro exclusivamente guiado por los mercados nacionales y está influído por los mercados internacionales. Este problema es teóricamente esencial porque afecta la ley del valor que es el principio básico que los marxistas utilizamos para comprender al capitalismo.

Entonces yo veo estos cuatro elementos para hacer el estudio del capitalismo actual: el problema de las ondas largas, el problema de la declinación histórica, el problema del capital financiero y el problema de la internalización productiva. Querría terminar destacando un último problema que es de naturaleza un poco más política y sobre el cual sólo quiero referirme más al pasar. Esta cuestión tiene que ver con que la teoría que los marxistas utilizamos para ensamblar la economía con la política. En el texto de Estrategia se critica a Mandel porque es muy "economista", muy "reduccionista", "desatiende lo político", es muy "objetivista". Ultimamente todos los marxistas reciben este tipo de reproches. Yo creo que en el ensamble analítico de la economía con la política hay que tratar de evitar dos unilateralidades: el extremado objetivismo de tipo stalinista que ignora la autonomía de la lucha de clases presentando el socialismo como un derivado inevitable de las leyes del capitalismo. Pero también hay que evitar la variante subjetivista, la idea de que la economía no tiene importancia y que las leyes no existen (Holloway), porque lo único relevante sería la lucha de clases. Creo que Mandel evita estas dos unilateralidades al plantear que la fusión entre economía y política debe ser realizada en tres niveles de análisis. Primero el nivel objetivo, las leyes del capital. Los marxistas le damos mucha importancia a la economía, somos todos "economicistas", porque somos materialistas y entendemos que el hombre actúa en un marco de posibilidades y limitaciones estructuradas y dadas por el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Pero a este análisis económico hay que integrarle la dinámica de la lucha de clases, que es un segundo nivel de elaboración y comprender su parcial autonomía. Aquí hay que entender que la intensificacion o no de la lucha de clases no depende mecánicamente de la situación económica, sino que es relativamente independiente de este condicionamiento. Los trabajadores pueden luchar más o menos en períodos de recesión o en situaciones de auge. No hay aquí ningún determinismo absoluto. La lucha de clases es relativamente independiente de la coyuntura económica. Depende de su propia dinámica, especialmente de las tradiciones, del nivel de organización, del nivel de militancia, de la estructuración histórica de las clases. La dinámica de la lucha de clases no tiene ninguna automaticidad respecto al proceso económico y por lo tanto este segundo nivel debe ser considerado en forma parcialmente autónoma. Mandel dice que hay un tercer plano que denomina "nivel conciencia socialista" de los trabajadores y que también es parcialmente autónomo, porque no deriva directamente ni de la coyuntura económica, ni de la intensidad de la lucha de clases. Un movimiento obrero puede tener un nivel de lucha alto y nosotros lo conocemos en carne propia y su nivel de conciencia socialista puede ser muy bajo. La idea de que cuánto más crisis, más lucha y más conciencia socialista es extremadamente primivitiva. El enfoque que mencioné de tres niveles nos da un marco de análisis más rico para entender lo que pasa. En el primer plano nos sitúa en la disyuntiva actual de crisis y reorganización económica capitalista. En el segundo plano, nos llama la atención sobre lo ocurrido en la coyuntura de los 80, en la cual la clase obrera mundial sufrió golpes importantes, retrocesos y la burguesía avanzó sin lograr un avance decisivo, y respecto de los 90 nos dice que con Albania, Indonesia, etc., estamos en una fase de clara recuperación de la lucha de los trabajadores. Finalmente, en el tercer plano nadie puede ignorar que la caída de la Unión Soviética y el giro procapitalista de China y Cuba constituye un golpe a la conciencia socialista de los trabajadores. Pero también es un hecho que hay una nueva generación que no tiene la carga del stalinismo y que puede avanzar en su desarrollo político sin el lastre de esa carga. Frente a este panorama lo más conveniente en mi opinión es buscar una formulación positiva de un proyecto socialista. Decirle a los trabajadores que lo nuestro es mejor que el capitalismo y explicarles porqué. Elaborar este mensaje es nuestro gran desafío. Un proyecto socialista tiene que explicar porqué lo que nosotros proponemos es mejor y cómo funcionaría. Explicar por qué un proyecto socialista es posible, es deseable y factible.

Intervención de Christian Castillo:

Por qué volver metodológicamente a Trotsky para contradecir a Mandel? Porque el marxismo de posguerra se ha unilateralizado, se ha parcializado. En general los contradictores que ha tenido Mandel en la posguerra han tomado elementos unilaterales para rebatir sus tesis. En función de integrar el análisis de los fenómenos económicos y políticos no ha habido un pensamiento que haya superado los planteos de los "marxistas clásicos" de la Tercera Internacional. En el campo de ligar estos procesos y ponerlos en relación con la estrategia de la revolución proletaria, hay un corte, una involución en relación a lo hecho por Lenín, Trotsky, Rosa Luxemburgo... Por eso nosotros planteamos volver a cómo la III antes de su stalinización (y la IV en vida de Trotsky) pensaban, no para repetir la letra de lo que Lenín decía, pero sí intentando posicionarnos desde la estrategia de la revolución socialista internacional. No porque ninguno de nosotros piense que tenga la capacidad de los grandes marxistas clásicos de la III, sino modestamente, en la mínima medida que nos cabe, para tratar de capturar la realidad con el mismo método que ellos lo hacían.

Por ejemplo, en relación a su periodización del capitalismo la crítica central que le hacemos a Mandel es que a pesar de haber descripto la segunda guerra como un gran acontecimiento histórico, marca tres grandes ondas históricas del capitalismo en el cual cada una de ellas hubiera sobrevenido prácticamente independientemente de los acontecimientos históricos reales, es decir que los ciclos u ondas largas se hubiesen dado más allá de estos acontecimientos históricos. En Mandel la noción de la existencia de una fase imperialista del capitalismo pierde toda relevancia.

Cuando el compañero Katz dice que los marxistas tenemos que analizar la ley del valor, etc., deja de lado un aspecto que sólo menciona al pasar y que hace a la crítica central que planteamos en los artículos de Estrategia Nro. 7. Es el hecho que para ver las perspectivas del capitalismo, junto con analizar la situación de las distintas ramas de la producción, las crisis, el desarrollo de la tecnología, tenemos que integrar esto en un análisis en el que entren en juego la relación entre las distintas potencias imperialistas, la relación con la lucha de clases, la situación del proletariado, las instituciones que evitan que la lucha del proletariado se desarrolle y, ligado a esto, la posibilidad de avanzar en la construcción de una dirección revolucionaria del proletariado, es decir, lo que Trotsky llama el "relieve". No nos basta para hacer un pronóstico de hacia dónde va el capitalismo mirar sus tendencias económicas. Tenemos que ver cómo se articulan el conjunto de los factores económicos y políticos en la situación.

Es innegable que en los cambios de posición de Mandel no está sólo el aspecto que señala el compañero Katz de saber darse cuenta cuando uno se equivocó, sino que hay en Mandel un enorme impresionismo y economicismo que lo llevó a formular la noción de que vivíamos una etapa "neocapitalista", en la cual las peculiaridades del boom -pleno empleo en los países centrales, pauperización relativa y no absoluta en esos mismos países y en ciertas semicolonias, etc.- se transformaban en condiciones que ya no serían modificadas, de las que el capitalismo ya no retrocedería, y que por eso las luchas obreras en esos países serían entonces contra la alienación y no contra la miseria capitalista. Desde ya que después Mandel se ve obligado a cambiar esto, pero esto no quita que metodológicamente su análisis de los "movimientos de largo plazo" lo llevaban a absolutizar y a transformar en demostración de la existencia de una nueva "onda" de desarrollo capitalista lo que fue un crecimiento basado en condiciones de mucha singularidad, de difícil repetición.

Entonces el primer problema metodológico que quería señalar es que pese a que Mandel es uno de quienes más intenta en el plano de la teoría continuar el pensamiento de los grandes clásicos del marxismo, se va igual hacia el economicismo en sus análisis concretos y teorizaciones.

El problema es que si no superamos este punto de vista vamos a una visión muy ampliamente difundida en la izquierda que pone como características de la actual situación la existencia de una revolución tecnológica, el aumento de la hegemonía norteamericana, la debilidad del proletariado, una débil o nula "conciencia socialista" y de ahí deduce que vamos a un nuevo ciclo de desarrollo de las fuerzas productivas más o menos generalizado, o a un desarrollo como el boom de la posguerra. Es una idea que venía rondando la cabeza de un sinnúmero de pensadores marxistas en la actualidad y que se dio la cabeza contra la pared con la profundidad del crack ocurrido en el sudeste asiático. Esa posición es un pronóstico, una visión de hacia dónde vamos, que se apoya en creer que las distintas crisis del ‘73-’75, la de la deuda, el tequila y la actual no generan más contradicciones a la dominación del capital sino que han dado lugar a una nueva reorganización del capitalismo, a que éste esté meramente liquidando capital sobreacumulado y preparándose para una nueva fase expansiva de largo aliento. Para quienes sostienen esta perspectiva todas las contradicciones reales que enfrenta el capital prácticamente desaparecen o están completamente subvaluadas. Como decimos en Estrategia son los marxistas que ven la salud del capitalismo mil veces mejor que los propios capitalistas...

Tomemos ahora el problema de la relación entre la lucha de clases y la "conciencia socialista" de las masas. En esta visión sólo se señalan los efectos negativos que tuvo para el movimiento de masas la forma en que cayó el stalinismo. Pero el problema de la "conciencia" no es una cuestión meramente ideológica sino material. La conciencia de las clases y sectores de clase se expresa en instituciones. No es sólo un problema de presentar un proyecto socialista que muestre una sociedad mejor que el capitalismo. Durante lo que nosotros llamamos el "mundo de Yalta" había instituciones materiales concretas, fuertes partidos stalinistas, socialdemócratas y nacionalistas burgueses que hacían que todas las luchas de los trabajadores, lo que el compañero llama el segundo nivel del análisis, no fuesen más allá de un determinado estadío, de forma tal de impedir dar jaque mate al imperialismo. La fuerza de la burocracia stalinista estaba puesta al servicio de lograr que se estabilizara el orden imperialista de Yalta en su conjunto. Múltiples victorias y conquistas parciales estaban impedidas por la fuerza de los aparatos reformistas de avanzar hacia el triunfo final. Y la visión de Mandel se adaptó completamente a esta situación. No hay que olvidar que Mandel se dedicó sus últimos años a aconsejar a Lula y a otros reformistas de su calaña en el Foro de San Pablo. Es una muestra clara de dónde lleva políticamente esa de idea de que el problema se resuelve presentando un mejor proyecto socialista y no enfrentando sin tregua a las direcciones traidoras del movimiento obrero. Mandel durante toda la posguerra se impresionó con que cada dirección que surgía del movimiento de masas iba a ir más allá de lo que quería por la propia dinámica de la situación y se iba a transformar en revolucionaria. Se impresionó con la Yugoslavia de Tito, dijo que la dirección stalinista de Tito estaba tomando posiciones cuartainternacionalistas, hasta que Tito apareció haciéndole el juego al imperialismo norteamericano. Al mismo tiempo Mandel se impresionaba con Mao Tse Tung. La corriente política dirigida por Mandel planteó que la gran tarea no era enfrentar sin cuartel a los stalinistas sino que llevó adelante la política del "entrismo sui generis" en los partidos stalinistas que los llevó a negarse a exigir la retirada del Ejército Rojo de Berlín Oriental en 1953 cuando estas aplastaban una revolución obrera. Una linda manera de ayudar a que los obreros dejen de tener "conciencia socialista", porque si los tanques del ejército rojo reventaban a los obreros que se levantaban contra los burócratas y los trotskistas no los apoyaban era un poco difícil que se desarrollara en ellos una verdadera conciencia socialista internacionalista y no su expresión deformada en manos del stalinismo y la socialdemocracia. En los últimos años la esperanza de Mandel, que siempre alentó expectativas en que la burocracia stalinista podía autorreformarse, era que esa autorreforma podía venir de la mano de ese burócrata hoy caído en desgracia, Gorbachov. Mandel decía que la perestroika era un proceso progresivo, le dio apoyo crítico. La historia política de Mandel fue confiar en que una dirección no revolucionaria, alguna burocracia stalinista o campesina iba a transformarse en la dirección revolucionaria internacional. Y limitaba al trotskismo a ser una corriente de presión, consejera, sobre stalinistas como Tito, Mao, Castro o los sandinistas.

Volviendo a las contradicciones actuales del capitalismo tenemos que partir de que la caída del stalinismo ha tenido consecuencias contradictorias. No tenemos la visión facilista de corrientes como el MST argentino, que ven "revoluciones democráticas triunfantes" en estos acontecimientos. En Estrategia Internacional Nº 8 hemos desarrollado la magnitud del avance del proceso de restauración capitalista en los ex estados obreros. Pero también señalamos que si el capitalismo terminara por imponerse allí, va a implicar la posibilidad del desmembramiento de China, es decir un crecimiento de la rivalidad imperialista por la conquista de su mercado, aumento de las tensiones políticas y militares. Y que en Rusia es muy difícil que pacíficamente la restauración se consume, para esto hace falta que las masas sufran nuevas derrotas contrarrevolucionarias. Es decir que en estos países veremos en los próximos años el accionar de la revolución y la contrarrevolución y no un desarrollo pacífico del mercado. Y esto es consecuencia de que no ha habido triunfo de la revolución política como aspirábamos los trotskistas pero tampoco aplastamiento del movimiento de masas.

De esta circunstancia la mayoría de la izquierda extrajo la conclusión que desde entonces todo está para peor, que antes por lo menos estaba la URSS, Cuba, Vietnam, China, y que ahora no queda más que esperar que esto cambie gradualmente. Esta visión deja completamente de lado el papel central que jugaba el stalinismo en la estabilización del orden imperialista que rigió en la posguerra. El salto enorme que se produjo en el papel contrarrevolucionario en la posguerra está también completamente ausente en la visión de Mandel. En tal orden de dominio el peso del stalinismo produjo que entre lucha de clases y una estrategia internacionalista y revolucionaria del proletariado que permitiese derrotar al imperialismo mundial se levantase un muro infranqueable que hoy ha sido derribado. Fue, por ejemplo, la política nacionalista y burocrática del stalinismo compartida por la dirección del PC vietnamita lo que impidió que enormes triunfos revolucionarios cómo Vietnam en 1975 permitiesen un salto en la resolución de la crisis de dirección revolucionario de la clase obrera. El stalinismo se encargaba de frenar así todos los avances de la lucha de clases.

En cuanto al pronóstico actual, efectivamente la idea de revolución no estuvo presente en las grandes masas en los últimos años. El stalinismo jugó un gran rol en que no se vea que puede construirse una sociedad superior al capitalismo. Y todo esto ayuda a que en la lucha de clases actual no tiendan a generalizarse los fenómenos de radicalización. Pero si las condiciones que señalamos en la actualidad (tendencias al crack, crisis de dominio imperialista, incremento de la lucha de clases, etc.) dan lugar a procesos revolucionarios, ¿qué stalinismo hay para contenerlos? Ninguno, o uno muy en crisis. ¿La perspectiva de los revolucionarios tiene que ser preparar un "proyecto socialista creíble" mientras el capitalismo da lugar a una nueva fase de desarrollo? Yo creo que de ninguna manera. Incluso si se da la mejor para la burguesía mundial y logra derrotar al proletariado francés, inglés, norteamericano, y si avanza la restauración en Rusia y China, ¿a qué vamos? Muy posiblemente no a una expansión capitalista relativamente "pacífica" sino a una tercer guerra mundial por la conquista y el reparto de los mercados. Hoy no están las condiciones políticas para tal guerra, el proletariado está lejos de ser derrotado, pero en el futuro no hay impedimento técnico o económico absoluto para que ciertas condiciones empujen a Alemania o a Japón a armarse para pelear por la conquista de los mercados. Esto no es ningún catastrofismo sino partir de las tendencias generales del capitalismo imperialista hacia la guerra. Esto no excluye del análisis la posibilidad de booms parciales en algunos países, o de crecimientos como el que viene teniendo Estados Unidos en los últimos siete años. Pero en medio de un aumento de las tensiones entre los imperialismos, aún la perspectiva más favorable a la burguesía -que está lejos de ser la más probable- no augura decenios de paz y reformismo.

Porque el gran barredor de capitales que permitió una nueva reorganización y expansión capitalista en la posguerra no fue sólo el crack sino fue la segunda guerra mundial. Sólo que la guerra no tuviese una salida revolucionaria pudo permitir consolidar un imperialismo hegemónico y la destrucción de fuerzas productivas a un nivel necesario para permitir la implementación de los distintos mecanismos económicos que permitieron el boom.

Yo creo que en los próximos años están planteados combates decisivos para evitar la perspectiva que la dominación imperialista nos lleve a nuevas catástrofes, incluso en el mediano plazo una tercera guerra mundial. En este proceso no hay un muro enorme que frene el resurgimiento de una conciencia socialista internacionalista y una dirección revolucionaria del proletariado. ¿Contradicciones enormes para ello? Sí. El nivel de subjetividad de donde parte la lucha de clases es casi de cero. Pero no hay un muro infranqueable que le impida superar a saltos su situación actual. Esa es la diferencia con la situación de Yalta. En Yalta se partía de seis pero era imposible llegar a ocho. El stalinismo era un monstruo contrarrevolucionario que lo impedía. Hoy en medio de enormes contradicciones está sin embargo abierto el camino.

Intervención de Federico Lizarrague:

Quiero apuntar al segundo aspecto de los problemas que plantea Katz, el de la definición histórica del imperialismo de la Tercera Internacional de Lenin y Trotsky. La cuestión que está planteada en relación a esto en los artículos de Estrategia Internacional es la del ciclo vital del capitalismo. El problema es que no veo cómo la teoría de las ondas largas se integra a la del ciclo vital del capitalismo. El marxismo clásico de Lenin y Trotsky marcaba el ciclo vital del capitalismo diferenciando capitalismo de libre competencia y época imperialista. Ahora eso no sólo significa que en la fase imperialista "prima lo regresivo sobre lo progresivo", sino que implica muchas cosas más, o sea, es una redefinición del capitalismo. Significaba que el capitalismo había llegado a su punto máximo de desarrollo y que entonces eran otras leyes las que actuaban de conjunto. Ahora, en 1990, muchos marxistas tratan de explicar el capitalismo actual basándose sólo en El Capital de Marx y se saltean toda la elaboración de la Tercera Internacional. Basarse sólo en Marx no es suficiente ya que, por ejemplo, no pudo escribir su plan original de El Capital, que incluía, como dice Rosdolky, los tomos dedicados al Estado, al Comercio Exterior y al Mercado Mundial, es decir, aspectos más concretos del funcionamiento del sistema capitalista. En Estrategia Internacional se plantea que hay una curva vital del capitalismo que al llegar a su fase superior de desarrollo implica que el dominio de los monopolios se ha extendido al conjunto del planeta y que no hay nuevas zonas para distribuirse, entonces de ahí la tendencia a la guerra, por eso se dieron dos guerras mundiales en el siglo XX y no antes. Porque, por ejemplo, la segunda de las "ondas largas capitalistas" que por los hechos dicen demostrar los economistas, esa fase de onda larga ascendente y onda larga descendente, cuyo comienzo creo que ubican en 1890, no necesitó una guerra mundial previa para desarrollarse. En el capitalismo de libre competencia el desarrollo de un "boom" económico no se basó en la masacre y la destrucción previa generalizada de la fuerzas productivas de la II Guerra Mundial, que, aunque no seamos románticos humanistas, tiene una enorme importancia. No consideramos que la destrucción masiva de fuerzas productivas y de millones de trabajadores muertos en el campo de batalla demuestren una cierta vitalidad del capitalismo. Si el capitalismo para lograr un boom como el que vivimos de 1948 a 1968, de 20 años, necesitó tal nivel de destrucción previa está totalmente en cuestión considerar que hay ondas largas que se repiten a lo largo de la historia del capitalismo. En el imperialismo hay otras reglas. No veo cómo se puede integrar la teoría de las ondas largas y la teoría del imperialismo. El concepto de "ondas", como en la física, implica movimientos regulares. En nuestro caso, significaría oscilaciones regulares a lo largo de toda la historia del capitalismo. No puede haber teoría de "ondas largas" si no hay regularidad. En el siglo XX una de las tesis que planteamos en Estrategia Internacional es que predomina lo político por sobre lo económico o sea que tienen que haber condiciones políticas que permitan excepcionalmente períodos de crecimiento sostenido como fue el boom de la posguerra. En el sentido que se necesitan esas condiciones políticas para poder dar lugar a un cierto desenvolvimiento normal de las leyes económicas, a una serie de mecanismos que señala Mandel como específicos del boom y que no tenían que ver con el capitalismo de libre competencia, en particular rol del estado en la economía.. Si hace falta una guerra mundial para generar movimientos ascendentes, eso me parece que como teoría de las ondas largas es entonces muy débil. Bueno, si esas son las ondas largas..., repito, no veo cómo se puede unir las dos teorías.

Segunda intervención de Katz:

Te hago pequeñas observaciones. Yo creo que Mandel y todos los marxistas aceptamos la idea del ciclo vital, te diría que no está en discusión, el tema es cómo interpretarlo correctamente. Primero hay que tener cuidado en la interpretación del ciclo vital, hay una fuerte ilusión de lo que fue el ciclo de ascenso. Por ejemplo la frase que dice "un período de desarrollo pacífico y evolutivo" contra un período de guerra y masacres extraída de Lenin me parece que hay que tomarla con cuidado. No es cierto que el siglo XIX fue un período pacífico de desarrollo. Durante la revolución industrial, los obreros trabajaban 16 hs y había guerras coloniales. Y yo diría en lo que respecta al nivel de vida de la clase obrera en los países desarrollados, que fue mucho peor que el siglo XX. Para mí, la idea de ciclo vital debe ser reformulada evitando la simplificación. Es una tesis importante pero en otro sentido. La vitalidad o no de un modo de producción está dada por su capacidad espontánea para desenvolverse, es decir que no tiene que recurrir a factores extraeconómicos, inflación, intervención del Estado, etc. La diferencia entre ambas fases está ejemplificada por el grado de intervención del Estado en la economía y esto no tiene que ver con lo pacífico o lo no pacífico. Yo acepto el ciclo vital pero pongo el acento en las características del funcionamiento. Hay otro plano que es el de la barbarie y la civilización, que es un poco más complejo. Porque yo no diría que el siglo XIX fue un siglo de civilización, y el XX sea de barbarie. El problema está en la magnitud de la intensidad de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

Yo creo que la tesis del ciclo vital es insuficiente. No alcanza para entender el funcionamiento concreto de la economía en el siglo XX. Es un marco al que hay que incorporarle las nuevas características creadas por el boom de la posguerra y su crisis posterior. Hay que actualizar las teorías. Por ejemplo, lo que nosotros conocemos como "la teoría del imperialismo" es una de lss cuatro teorías de la época, la más popular, sin embargo existía una gran discusión en el año 20 acerca de lo que significaba el imperialismo. Más o menos todos acordaban en que había descomposición, barbarie, guerra, etc. Pero, sobre el funcionamiento del capitalismo Rosa Luxemburgo tenía una opinión muy distinta a la de Lenin. Para ella el gran problema era el agotamiento de los mercados no capitalistas, mientras que para Lenin el problema central estaba en la fusión del capital bancario con el industrial, idea que tomaba de Hilferding, y consideraba que no había una contradicción en el plano de la realización. Rosa ponía el acento en el sobconsumo y Lenin en la desproporcionalidad. Bujarin, por su parte, elabora otra teoría. El problema es que nosotros sólo recogimos de este debate una teoría simplificada del imperialismo que se basaba en las cinco características del libro de Lenin.

Yo no soy un fanático de las ondas largas. Hay teorías que para mí son claves y otras no tanto, aunque son interesantes y útiles. Creo que no alcanza con la teoría del imperialismo tal como fue formulada en la época de estancamiento de la entreguerra. El tema de las fuerzas productivas no es un detalle menor. Hay que responder por la afirmativa o la negativa a su desarrollo o paralización. La respuesta de que en algunos países o sectores se desarrollan y en otros no, no es satisfactoria. Creo que el estancacionismo está definitivamente refutado en el plano conceptual y empírico. Interpreto la teoría de las ondas largas como un complemento de la teoría del imperialismo. Y me parece que es esencial entenderla como un fenómeno no repetitivo, que nos sirve para comprender los fenómenos económicos de largo plazo.

Intervención de Paula Bach:

Cuando yo escribí el artículo en Estrategia Internacional sobre el "boom" de la posguerra estudié bastante el trabajo de Mandel sobre las ondas largas del desarrollo capitalista. Mandel no dice que no tiene nada que ver el ciclo vital. Al contrario, Mandel dice que hay tres marcos temporales en la época del capital imperialista: el ciclo corto, el ciclo vital y que hay que agregar el "tiempo" de las ondas largas. Pero en ese trabajo a mí me llamó mucho la atención que si bien Mandel dice que las causas de la "fase ascendente" de las ondas largas son factores exógenos y no endógenos al desarrollo capitalista, en lo cual convence bastante, en las ocho causas que provocan el "boom", y yo estoy de acuerdo con cada una de ellas, Mandel no nombra el problema de los pactos de Yalta y Postdam entre las potencias imperialistas vencedoras y el stalinismo, casi no menciona al stalinismo. No nombra el hecho que el stalinismo jugó un rol central derrotando la revolución en Grecia, Francia, Italia, etc. Y cómo estas derrotas fueron elementos esenciales para permitir una estabilización capitalista que permitiera el desarrollo posterior del boom. Cosa que está dicha por el propio general De Gaulle...

Mas allá de que Mandel hable de las causas exógenas, al no tener en cuenta causas exógenas a la economía tales como fue el rol político contrarrevolucionario del stalinismo permitiendo el desarrollo del boom, denota una subestimación importante sobre el rol cualitativo de los elementos políticos en la época imperialista. Y ahí sí se entiende que la teoría de las ondas largas de Mandel no puede ser congruente con la teoría del ciclo vital. Porque aunque Mandel ve la 2da. Guerra Mundial como causante del boom, no le asigna un valor cualitativamente distinto a otros "hechos políticos" que provocaron otras "ondas largas" en la historia del desarrollo capitalista y más aún, no nombra el pacto político de Yalta y el papel jugado por el stalinismo en la inmediata posguerra frenando y desarticulando los procesos revolucionarios desarrollados en tal período. Reconocer en general que son causas políticas las que permiten grandes períodos de desarrollo no implica necesariamente reconocer en qué momento de su ciclo vital está el capitalismo, para Trotsky incluso el problema de las causas exógenas en general no está limitado a la época imperialista, si no que son las causas que definen los grandes períodos de desarrollo de toda la historia del capitalismo mundial. Lo que me parece que es particular en la época imperialista, es el peso específico y la magnitud de esos factores en el sentido que, por ejemplo, para el boom de la segunda posguerra, no fueron suficientes ni siquiera dos guerras mundiales, fue necesario también el rol del stalinismo que fue determinante.

Segunda intervención de Christian Castillo:

No creo que sea real que uno pueda tomar mecánicamente que un obrero europeo estuvo mejor en el siglo XX que en el siglo XIX, depende en qué momento del siglo XX hablemos. Si en 1943 en Alemania uno preguntaba cómo se vivía en relación a 1880, le iban a decir peor. En medio del triunfo del nazismo uno preguntaba a cualquier obrero y te iba a decir peor. Depende en qué momento del siglo tomamos, esa definición de estar mejor o peor va a diferir, depende. Por ejemplo, si nos ubicamos en 1965 en un país de la Europa Occidental y comparamos cómo está el nivel de vida con respecto al siglo XIX, diríamos que mucho mejor. Sin embargo la tendencia del capital no es a que esto sea un hecho dado de ahí en más y para siempre y, en este sentido ese es el problema de las nociones de como "onda larga", "neocapitalismo" o "capitalismo tardío", que van en el sentido de considerar que en la postguerra hubo una nueva fase orgánica de desarrollo capitalista distinta de la fase imperialista; esto sería considerar que hay un estadío del cual no se puede retroceder, así como no podemos pasar del período imperialista de nuevo a un capitalismo de libre competencia. Mandel oscila entre la disyuntiva de si la fase imperialista fue dejada atrás o no. El hecho de que el capitalismo desarrolló las fuerzas productivas durante 17 años en Europa, Estados Unidos y Japón, no quita que el capitalismo en su fase imperialista, por su propia necesidad de acumulación no produzca nuevos retrocesos parciales y globales de las fuerzas productivas. ¿Qué otra cosa sino liquidación de fuerzas productivas estamos viendo en Rusia? ¿Qué es lo que estamos viendo en el sudeste asiático y cuál es la perspectiva si la crisis se generaliza y estalla una nueva depresión como la de los años ´30? Esta posibilidad es bien concreta y real. Categóricamente, es una de las variantes posibles de la situación actual. Así como hubo un boom que se desarrolló en los ´20, un fenómeno que dejó perplejos a los que veían una perspectiva facilista, pero que en los ´30 pegó un vuelco, ¿por qué no tomar nosotros un poco más de distancia histórica con el boom de la posguerra?

Si el boom de la posguerra fue más fuerte que la expansión capitalista de los ´20 se debió a que las condiciones de estabilización política estuvieron presentes en el primer caso; y ahí entra el papel de los grandes sistemas de dominio, la imposición de la hegemonía norteamericana y la estabilización del orden capitalista gracias al rol del stalinismo.

Desde aquí podemos ver de una forma no dogmática la perspectiva que marcó Lenín. Podemos afinar su perspectiva en el sentido que puede haber desarrollos como en el booom pero que la tendencia del capitalismo es igual a crisis, guerras y revoluciones.

En el propio siglo XX, la pregunta si se está mejor o peor que en el XIX hay que decir que la respuesta depende del momento en que pregunte. Si esto es para demostrar que en el boom hubo desarrollo parcial de las fuerzas productivas, podemos estar de acuerdo. Ahora si es para demostrar que hoy la dinámica va a ser esa, para nada.

El último aspecto para tomar es el del crecimiento del capital especulativo. Así como nos teníamos que preguntar sobre lo específico del crecimiento económico durante el boom, es obvio que la enorme masa de capital especulativo que anda dando vueltas es algo novedoso que requiere profundizar las explicaciones con que contamos. A nosotros no nos cierra la tesis de Chesnais que ve que hay un nuevo régimen de acumulación. Eso nos parece que no, pero sí es claro que el capitalismo adquiere un carácter cada vez más parasitario. Todos coincidimos que la producción es la base, pero un nivel de desarrollo tal del negocio financiero, de especulaciones, etc., es superior a lo que vimos antes, por ejemplo en relación a la importancia y las consecuencias que tiene una crisis en ese ámbito en relación a la economía "real". Para mí evidentemente superior, muy superior de la que tenía en el pasado.

Intervención de Juan Chingo:

Vos planteás la idea de la declinación histórica del capitalismo que la ligás a la discusión del estancacionismo. Yo coincido en decir que es equivocado presentar la época imperialista como época de estancamiento. Yo estoy de acuerdo en rechazar toda teoría estancacionista que dice que desde el año 1914 hasta el 2000 no hubo ningún desarrollo de las fuerzas productivas. No se puede desde aquí explicar absolutamente nada de los acontecimientos del siglo XX. Yo estoy también de acuerdo en que el capitalismo necesita crecimiento y tiene que acumular. El sistema capitalista necesita una acumulación de capital, si no deja de ser capitalista. Ahora, las contradicciones a que llega el sistema en el siglo XX, la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, por ejemplo entre el hecho innegable que las fuerzas productivas se han extendido mucho más allá de los estados nacionales, mientras estos estados nacionales existen y son una realidad histórica, y esto es una contradicción cada vez más aguda, indica un período de declinación histórica del capitalismo. Porque la idea de desarrollo evolutivo y pacífico está ligada no a si el capitalismo es malo o bueno, sino a si las contradicciones históricas de ese sistema han llegado a un punto en el cual tendencialmente sólo se pueden resolver con crisis, guerras y revoluciones como norma y no como excepción. No es una cuestión si en el siglo XIX han habido muchas excepciones, sino si hay un salto de cantidad en calidad. Si la calidad del siglo XX como norma, por la contradicción íncita al sistema entre las fuerzas productivas y los estados nacionales, ha llegado a un límite que la torna explosiva. Eso no quiere decir que el capitalismo se caiga solo, sino que quiere decir que el capitalismo plantea como necesidad la revolución proletaria como alternativa a la barbarie, cuestión que no veo en el planteamiento de Katz, en el que se liquida la especificidad del imperialismo como época de crisis, guerras y revoluciones. En el mismo sentido podemos decir que el monopolio (una centralización de las fuerzas productivas tal que Lenin dice que es un homenaje que el capitalismo le brinda al socialismo) ha llevado al máximo la contradicción íncita del capitalismo entre la socialización de la producción y la apropiación privada que genera la anarquía de la producción y que está en la base de los cracks. Yo creo que la creación de grandes fuerzas de producción mundiales algo tiene que ver con la enorme anarquía que hay en la producción actualmente. Lo que yo quiero plantear es que en el siglo XX las contradicciones a que ha llegado el sistema tienen un grado de expresividad que hacen que las crisis, las guerras y las revoluciones sean la norma. Desde aquí es que el corto período, visto en términos históricos, del "boom" de posguerra puede ser visto como una excepción, incluso en los países centrales.

Para mí la idea del ciclo vital, lo que hay que discutir, que nosotros le cuestionamos a Mandel, es que se le saca toda base objetiva a la definición del imperialismo como época de crisis, guerras y revoluciones. O el capitalismo no llegó a su limite histórico o la norma del siglo XX son las crisis la guerra y las revoluciones. ¿A qué responde el salto cualitativo en la trasnacionalización sino a la exacerbada competencia imperialista por los mercados mundiales? ¿Cuál es la fuerza motriz de esto? Liquidar a otros competidores, por la crisis de acumulación.

También tengo una crítica al compañero por subvaluar lo financiero. Estoy de acuerdo en la crítica a Chesnais, como hemos planteado en la Estrategia Internacional y que vos estás diciendo. Pero es un hecho innegable que hay una hipertrofia de lo financiero. No me como el cuento de la "sociedad casino", pero hay que dar una explicación marxista a este hecho, y es que hay dificultades en el proceso de valorización del capital, que da pie a la ideología fetichista de que el dinero crea dinero.

Lo que estamos viendo ahora a fines del siglo XX es una profundización de las tendencias de la declinación histórica capitalista. En este sentido me parece que mi crítica central es lo que Katz no dice en su análisis sobre esta cuestión. Si la tendencia no es que el capitalismo manifiesta sus contradicciones en forma exacerbada porque ha llegado a un límite pierde base objetiva la actualidad de la revolución. Porque si la norma van a ser las crisis, las guerras y las revoluciones, la conciencia del proletariado se va a ir forjando en eso. Lo que forjó la conciencia del 17 no sólo en Rusia sino en Europa fue la guerra, y lo que está forjando hoy la conciencia de masas enormemente atrasadas y con espantoso nivel de conciencia de clase es que estamos en una poderosa crisis de acumulación capitalista que arrastra a grandes sectores a la miseria. Eso en primer lugar es lo que está formando los primeros niveles y jalones de una nueva conciencia de clase en el movimiento de masas. Si liquidamos esta idea de la época la perspectiva de la revolución estaría basada en una profesión de fe.

Tercera intervención de Katz:

Hasta hace muy poco tiempo era muy corriente establecer un signo de identidad entre imperialismo y estancacionismo. Mandel fue la excepción. Y este es un aspecto clave del interés que presenta su trabajo. Hay otro aspecto de la teoría del imperial;smo que desarrolló Trotsky y que es de excepcional interés para la actualidad. Es la teoría del desarrollo desigual y combinado como explicación de la polarización mundial. En un polo las potencias imperialistas y en el otro los países atrasados. Una característica de la época actual es que ningún país logra repetir lo que hicieron Japón, Alemania y EEUU. Cuando una economía periférica intenta repetirlo se enfrenta con límites insalvables. La crisis actual de Corea es una demostración de la validez de la teoría del desarrollo desigual y combinado. La caracterización de nuestra época como una etapa de crisis, guerras y revoluciones no es incorrecta pero es insuficiente.