Gran Bretaña
Huelga de los trabajadores de la Royal Mail
22/10/2009
Los días 22 y 23 de octubre se espera un masivo acatamiento a la huelga de los 120.000 trabajadores de Royal Mail, la empresa de correo estatal de Gran Bretaña, luego de que un 76% votó a favor de la medida por mejores condiciones laborales, aumento salarial y contra el programa de modernización de la empresa. Se estima que 42,000 centros de atención cerrarán sus puertas durante 24 horas el día jueves seguido por un paro de 24 horas el día viernes de los 78,000 empleados de las secciones de reparto y colección del correo.
La imagen de Royal Mail está muy lejos de ser la de un cartero que va de puerta en puerta. Se trata de una empresa monopólica que maneja una amplia gama de servicios financieros que en los últimos años se ha expandido a nuevas áreas, abarcando desde servicios bancarios que incluyen tarjeta de crédito propia, transferencia de dinero, venta de divisas, créditos y préstamos, seguros de negocios, de hogares, de viaje y de vida, hasta rama de telefonía e internet propios. Además de esta amplia y nada despreciable gama de servicios, Royal Mail es el agente de cobranza de las jubilaciones y los planes de asistencia social. Su enorme peso se ve incrementado por el aumento de compras en internet.
El Royal Mail es una empresa estatal y a través del Banco de Irlanda, que posee el 49% de sus acciones, se respaldan los préstamos de dinero y créditos ofrecidos, reportándole este año una ganancia de 321 millones de libras esterlinas (533 millones de dólares).
Mientras los gerentes de Royal Mail recibieron bonificaciones por un valor de 10 millones de libras esterlinas (16 millones de dólares), sus trabajadores se encuentran entre los peores pagos y vienen enfrentando desde hace tiempo los planes de reestructuración. En los últimos meses vienen protagonizando luchas a nivel local y regional, pero ésta es la primera lucha a nivel nacional en los últimos dos años, luego de que fracasaran más de 80 reuniones entre el sindicato y la empresa.
En realidad lo que está en juego es una batalla política, porque la empresa, para seguir compitiendo y mantener el monopolio necesita cerrar oficinas y despedir a 50,000 trabajadores, pero para ello necesita barrer las conquistas de los trabajadores y sus organizaciones. Una de las medidas anunciadas por la empresa para ‘contrarrestar’ los efectos de la huelga es la contratación de 30 mil trabajadores temporarios (normalmente para las navidades Royal Mail contrata 15 mil trabajadores temporarios dado el aumento de sus actividades por las fiestas). Esto ha sido denunciado por el sindicato de la comunicación, el CWU (Communication Workers Union), como una medida rompehuelgas, una acción ilegal, ya que por ley está prohibido que una empresas contrate personal para desempeñar las tareas de trabajadores en huelga. Por supuesto la empresa se defiende diciendo que el personal va a desempeñar otras tareas, un argumento totalmente falaz. Pero el accionar de la empresa muestra su preocupación por la lucha de los trabajadores, no es para menos, ya que acaba de perder la millonaria licitación con el gigante Amazon debido a los atrasos ocasionados por las huelgas de los últimos meses. Esta semana se filtró un documento de un alto gerente que revela que la empresa “reducir a cero la relación con el CWU, retirándole el reconocimiento, manteniendo sólo su nombre y dejándole únicamente los derechos legales mínimos” – táctica conocida en el ambiente gerencial como enérgica reducción del poder sindical”. El sindicato, por su parte, ha criticado al gobierno, en particular al Ministro de Negocios, por no intervenir en el conflicto y negarse a que el ACAS (el organismo de Conciliación Laboral) actúe como mediador. El mismo documento estipula que si Royal Mail quiere implementar un cambio le será suficiente contar con la aprobación de los accionistas y los clientes, a fin de eliminar cualquier objeción por parte de los trabajadores.
No obstante, el apoyo del gobierno a Royal Mail, entre otros motivos por ser accionista, ha generado tensiones con el ala izquierda del Partido Laborista, que apoya al CWU, y ya en muchas reuniones de delegados y activistas se ha empezado a reclamar que el CWU retire sus contribuciones al Partido Laborista. El secretario general del CWU está, sin duda, preocupado, ya que de quedar el sindicato oficialmente reducido a un nivel legal mínimo perdería muchas de sus prebendas.
Hay razones de sobra para que el sindicato llame a la huelga, en particular por la bronca generada entre los trabajadores por el alcance de los cambios futuros. A su vez, hay un verdadero temor ante la implementación del programa de modernización que implicaría la reducción de los turnos y traería aparejado miles de retiros obligatorios.
Para el jueves hay planificados piquetes en las puertas de los depósitos para impedir el ingreso de los contratados y están funcionando grupos de apoyo locales para hacer extensiva la solidaridad. Se la considera una lucha testigo, ya que desde la gran huelga minera del 1984-85 no se veía en Gran Bretaña una ofensiva tan abierta por parte de la gerencia y el gobierno. De pasar por encima la instancia de negociación de los sindicatos, es de esperar una mayor ofensiva en otros sectores. Por eso, ante un ataque de tal magnitud los trabajadores del correo necesitan contar con el apoyo de los millones de trabajadores de otros sectores para frenar la ofensiva de la patronal y el gobierno.