FT-CI

Elecciones en Alemania

Crisis política e incertidumbre social en el coloso europeo

24/11/2005

En el pasado, los fenómenos naturales como los eclipses de sol eran utilizados por las clases dominantes para embaucar a las clases subalternas inculcándoles el miedo y al designio divino de su pesado destino. Con esto buscaban mantener su dominio y privilegios a costa de los sufrimientos de los oprimidos. El lunes 3 de octubre, a 15 años de la reunificación alemana, y la consiguiente restauración capitalista en Alemania del Este, la luna eclipsó el sol sobre el continente europeo, ensombreciendo aún más su panorama político ya sumido en la oscuridad. Pareciera que, esta vez, este eclipse y sus sombras preanunciaran el declive irreversible de la ideología neoliberal en el viejo continente. Y es que las masas europeas empiezan a poner en tela de juicio la inevitabilidad de los designios del dios mercado (en su ropaje neoliberal) cuyo efecto anuncia el crepúsculo de la triunfal avanzada antiobrera de las burguesías tanto alemana como europeas.

El duro revés que representó para la política europea del eje renano el NO francés y en parte holandés [1], por un lado, y las elecciones anticipadas en Alemania por otro, es el reflejo de las dificultades que tienen que afrontar las burguesías y sus representantes parlamentarios ante la oposición de amplios sectores de masas a las medidas antipopulares de sus gobernantes. En Alemania, el “impasse” político producto del apretado resultado electoral y los resultados sorprendentes de la llamada “izquierda radical” cuya plataforma apareció a los ojos de los trabajadores y la juventud del Este y del Oeste como una alternativa frente a las instancias de mediación tradicionales, son el reflejo de la crisis más importante en la historia del statu quo de posguerra. Y es que las recientes elecciones, que se enmarcan en un cuadro general de profundización de la crisis de los mecanismos de representación demoburgueses, fueron la respuesta del gobierno rojiverde (Socialdemocracia y Verdes) ante la pérdida de legitimidad y consenso entre las masas. Estas empiezan a cuestionar paulatinamente las políticas neoliberales impulsadas por el gobierno y la oposición democristiana-liberal (CDU-CSU y FDP) con el beneplácito de las direcciones sindicales.

Sin embargo, este cuestionamiento no se da por igual en el Este como en el Oeste de Alemania. Alemania se encuentra dividida social y regionalmente: los datos de la Conferencia sobre la Pobreza y Riqueza (Informe del Gobierno Federal) se corresponden con los resultados electorales: “el diez por ciento de los alemanes poseen casi la mitad de la totalidad de los bienes netos del país. El diez por ciento de los alemanes no posee nada”. [2] Los resultados electorales confirman este hecho: el Linkspartei [3] sacó en el Oeste alrededor de un 5% y en el Este más del 20% de los votos, logrando instaurarse ahí como segunda fuerza delante de la CDU. Y es que, como afirma Klaus-Heiner Röhl del Instituto de la Economía Alemana (IW) “siempre se escucha que los alemanes del Este se sienten como ciudadanos de segunda categoría”. [4] Es más, el término específico para referirse a la peculiaridad germano oriental es “ostdeutsche Identität” (identidad germano-oriental), la que los representantes burgueses definen como “frustrados” y “descontentos”. [5] También en la reciente campaña electoral los políticos democristianos daban fe de esta división. En arranques de sincero cristianismo y amor por el prójimo, veían en “la proletarización de la sociedad de la RDA” el factor determinante en los casos de infanticidios cometidos por los padres, violencia y “pérdida de valores”. Para el creyente y “demócrata” Edmund Stoiber, jefe de la CSU, Unión Socialcristiana, los germano orientales son sólo unos “terneros estúpidos”. Por esto él era de la opinión de que “no puede ser que los frustrados decidan sobre el futuro de Alemania”. Es que “un tercio de la población del Este está permanentemente descontenta (...) entre los cuales cuento al sector duro de los seguidores del PDS y a los desocupados a largo plazo. Esa gente tiene una actitud de rechazo al sistema democrático”. [6] Estos “cristianos” no quieren reconocer su propio fracaso. Los ciudadanos del Este, es decir, los perdedores directos de la restauración capitalista, se quejan de que los políticos burgueses no hayan mantenido sus promesas, como los “paisajes florecientes” prometidos por el ex Canciller democristiano, Helmut Kohl, que nunca llegaron. Además, la desocupación en Alemania del Este en julio de este año llegaba al 20,4% mientras que en el Oeste era de 9,4%, es decir, unos 5 millones de trabajadores. La diferencia salarial entre los ocupados del Este y del Oeste es de 5.000 euros anuales. [7] Ante estos hechos no es sorprendente que un tercio de los ciudadanos del Este haya desarrollado un sano rechazo a la dictadura del capital bajo su manto democrático, es decir, a la democracia burguesa, algo que empieza a preocupar al mejor administrador del sistema burgués, la socialdemocracia, pues, en palabras de Münterfering, “la gente tiene la impresión de que hacia arriba hay un techo y que hacia abajo es posible la caída libre” y si los salarios bajaran por debajo de la ayuda social será peligroso: “Esto hace preocuparme por la estabilidad de la democracia”. [8]

Es justamente este rechazo lo que encontró un canal de expresión en las Marchas de los Lunes que al poco tiempo contagiaron a los “frustrados” y “descontentos” del Oeste, generando una dinámica por fuera de las mediaciones tradicionales como sindicatos y partidos. Estos síntomas de un lento pero sostenido proceso de recomposición de subjetividad y tendencia a la recuperación en las filas obreras se ha venido expresando en un aumento significativo de la actividad extraparlamentaria como las huelgas de advertencia [9] espontáneas, que son el reflejo de una creciente radicalidad en un país como Alemania donde prima ante todo la negociación sindical, marchas masivas de carácter espontáneo, como las Marchas de los Lunes, de los sectores más golpeados por las contrarreformas y, últimamente, las luchas de algunos sectores de los trabajadores por la recomposición salarial y mejores condiciones de trabajo como el compromiso tarifario alcanzado en la industria acerera, la lucha defensiva de los trabajadores de la empresa de electrodomésticos AEG de Nuremberg que amenaza con deslocalización a Polonia o, últimamente, las luchas salariales en el sector salud, donde los trabajadores de los cuatro hospitales universitarios de Baden-Wurttemberg (Heidelberg, Tubingen, Ulm y Friburgo) se encuentran desde el miércoles 5 de octubre en la primera huelga indefinida de este sector en la historia de la RFA.

¿Qué se esconde tras las elecciones anticipadas?

El llamado a elecciones anticipadas intenta relegitimar el legislativo en crisis para darle la posibilidad de seguir aplicando los planes de contrarreformas (Agenda 2010 y Hartz IV) que venía implementando el gobierno rojiverde con los votos de la oposición CDU-CSU y FDP, ahora duramente golpeado después de haber perdido sus bastiones históricos (últimamente Renania del Norte Westfalia). Como analizara un diario burgués, desde la asunción del nuevo gobierno de coalición SPD-Verdes, éste es ejecutado representativamente en las elecciones regionales. Y es que la rabia hacia las “presuntas fuerzas modernas, que en realidad son unos obsesionados por el poder, idealistas mentirosos con resentimientos nostálgicos que prefieren obstruir ante su temor al futuro” [10] llevó a un distanciamiento en las bases que “comprende la necesidad de cambios” pero que “no entiende las reformas de corte neoliberal”.

Estas elecciones anticipadas representan pues una farsa constitucional y evidencia uno de los tantos mecanismos con que cuenta la democracia burguesa para garantizar el dominio burgués.

El resultado de las elecciones es, más allá del “pavor” pequeñoburgués y el “nerviosismo” de los mercados, un reflejo desvirtuado de la realidad que, en todo caso, muestra una tendencia general a la profundización de la crisis de las instituciones del régimen de posguerra. Es decir, a los grandes pilares del régimen alemán como son la coalición CDU-CSU, por un lado, y por el otro el SPD, que desde 1998 ha perdido 130.000 miembros, (45.000 de los cuales perdío en 2004) [11], les resulta cada vez más difícil apoyarse en el consenso democrático para imponer sus políticas antiobreras. El aspecto monolítico que presentaban estos partidos algunos años atrás ha dado paso a una italianización de la vida política alemana. Es decir, por un lado mayor movilización y confrontación social, por otro derechización/neoliberalización del discurso político y mayor represión, como el allanamiento de las dependencias de la revista liberal conservadora Cicero y su posterior investigación-persecusión por la filtración de información estatal “confidencial”, la prohibición de ejercicio profesional para luchadores anarquistas/autonomistas como el docente Michael Csaszkóczy, el docente y periodista comunista (DKP) Heinz Siebold “debido a dudas sobre su fidelidad constitucional” [12], los innumerables procesos contra jóvenes antifascistas - acusados de daño a la propiedad pública y privada, o la persecución del periodista de Junge Welt y Neues Deutschland Nick Brauns, autor de varios reportajes críticos sobre el accionar de la policía bávara, como durante la Conferencia de Seguridad celebrada en Munich, así como la actividad fascista en Baviera. [13] El caso más espectacular y, tal vez, emblemático del último tiempo fue la pesquisa antiterrorista en Hamburgo a fines de agosto cuando más de mil policías hicieron una redada para dar con el paradero de tres presuntos terroristas árabes, observados por un “testigo” mientras hablaban de inmolarse en nombre de Alá. [14] Incluso el Linkspartei-PDS es observado por la Oficina Federal de Protección de la Constitución (servicio secreto del Estado) en Baden Wurttemberg debido a los “contactos con extremistas nativos y extranjeros” y porque el objetivo del partido es la “superación del sistema” porque “la organización regional está dominada por viejos cuadros comunistas”. [15]

Estos elementos junto al “peor resultado electoral posible” dan fe, entonces, de una mayor polarización social que comienza a diluir el “voto útil” que va, en parte, a los extremos. Es decir que las masas empiezan a cuestionar la capacidad de gobierno no sólo del SPD sino que también de la CDU, que ganó las elecciones por un margen estrechísimo (CDU-CSU 35,2 % y SPD 34,3 %), no alcanzando su objetivo declarado del 45% de los votos y, además, perdiendo votos con relación a las elecciones de 2002, donde la coalición CDU-CSU alcanzó el 38,5% frente al 35,2% del año en curso mientras que el SPD llegó al 38,5% frente al 34,3% actual.

Por otro lado, el Linkspartei sacó el 8,7 % de los votos, obteniendo 3.764.278 por primer voto (8,0%) y 4.118.248 por segundo voto (8,7%) [16], y el Partido Liberal-Democrático (FDP) el 9,8 %. Como tema aparte pero no menos importante es necesario mencionar que los nazis del NPD-Republikaner pudieron cimentar sus posiciones y, con respecto a las elecciones de 2002, aumentaron en un 1,6 %. En términos electorales nacionales el NPD obtuvo, entonces, su mejor resultado desde 1969 siendo actualmente el partido más fuerte entre los que no tienen representación parlamentaria. [17]

A la luz de estos resultados los representantes de la burguesía temen que el próximo gobierno sea un gobierno débil incapaz de llevar adelante, al ritmo que lo venía haciendo el SPD, el desmontaje social. Y es que “en una gran coalición el Canciller será más débil aún que antes (...) Pues un canciller en una coalición con partidos casi igual de fuertes tiene que distanciarse, tiene que moderar cautelosamente, no puede tomar partido por su tropa, no puede hacer política por vocación propia, pues esto rompería la frágil alianza.” [18] Como si esto fuera poco, la CDU estuvo dispuesta a ceder dos ministerios del gabinete a cambio de ocupar el puesto de canciller (una canciller = dos ministros). Y los problemas no se han hecho esperar. Si bien en el nuevo gabinete tanto la CDU como el SPD tendrán la misma cantidad de ministros, Merkel pretendía hacer uso de la “directiva de competencia”, es decir, una porción mayor de poder, y por ende de relativa autonomía en decisiones controvertidas, ante lo cual el jefe del SPD, Franz Müntefering, afirmó que su aplicación “no tiene futuro” que quien haga eso en una coalición sabe desde ya que la coalición no tiene futuro”. [19] En esta misma línea argumentó el próximo ministro de Economía, Edmund Stoiber (CSU) quien, lanzándole dardos a la “flamante” nueva Canciller, decía que en una coalición compuesta por dos partidos casi igual de fuertes no existe el derecho de dirección y orden clásico: “Naturalmente la Canciller tiene una responsabilidad especial pero esto hay que verlo como un deber común”. [20]

Otro elemento desestabilizador es el difícil panorama económico por el que atraviesa Alemania y la UE de conjunto. La burguesía alemana tendrá más dificultades para dirigir la alianza interburguesa europea que intenta coordinar los ataques a los proletariados europeos buscando abaratar decisivamente los costos del trabajo para aumentar y garantizar la capacidad de competencia de la UE frente a sus adversarios, EE.UU. y Japón. Los altos precios energéticos han hecho aumentar la inflación por lo que el “índice de encarecimiento es mayor que la marca del dos por ciento que representa el límite de advertencia del Banco Central Europeo (BCE) para la estabilidad de precios” [21] frenando el consumo y la ansiada recuperación económica. Además, Alemania violará por cuarto año consecutivo el Pacto de Estabilidad, que prohibe un nuevo endeudamiento público por sobre el 3%. La Oficina Estadística de la UE estima que el déficit presupuestario de este año rondará el 4%. [22] Alemania tendrá que rebajar entonces el déficit estructural en un 0,5%, esto implica ahorrar 14,5 mil millones de euros, es decir, aplicar la política del “cortacésped” para mantener el Pacto de Estabilidad en 2007 y evitar las “multas” de miles de millones de euros de la UE.

Estos elementos de inestabilidad al interior de la UE, detonantes de probables roces entre los grandes de Europa, pueden minar también la capacidad de maniobra del próximo gobierno, nacido en un difícil parto que, ante los ojos de la “opinión pública”, ha sido de todo menos decoroso. Después del interminable tira y afloje por los ámbitos de competencia entre los dos grandes de la política alemana, el SPD y la CDU/CSU que ha profundizado aún más la crisis de las mediaciones tradicionales alemanas, y a más de un mes de las elecciones, la renuncia de Franz Münterfering a seguir ocupando el cargo de presidente del SPD después del congreso socialdemócrata, -previsto para mediados de noviembre-, por perder con claridad una votación interna, y la consiguiente renuncia al ministerio de Economía por parte del hombre fuerte de Baviera, Edmund Stoiber, -para el que había sido designado por socialdemócratas y democristianos durante las negociaciones-, ensombrece más aún el panorama político alemán y provoca el nerviosismo entre sectores de la burguesía que, en grandes anuncios en los periódicos, llamaban a los políticos de la posible coalición a “asumir su responsabilidad frente a Alemania”, pues la otra opción sería la de unas elecciones anticipadas que pondría en el tablero de discusión una coalición de izquierda entre el SPD, el Linkspartei y los Verdes, como se rumorea en Berlín. Ante esta situación el SPD y la CDU/CSU fijaron la prioridad del futuro gobierno alemán en reducir el déficit presupuestario “descontrolado”, es decir, “Más impuestos. Menos subvenciones y ventajas fiscales. Una vida laboral más larga. La gran coalición entre democristianos y socialdemócratas que se apresta a gobernar Alemania empieza a preparar a los ciudadanos para nuevos recortes y sacrificios para sacar al país del estancamiento en el que se encuentra.” [23]

En el plano de las relaciones internacionales, el hecho de que la CDU tenga la cancillería y el SPD el ministerio de relaciones exteriores puede llevar a una situación de parálisis o de lentitud en la política exterior, más allá del consenso que según el diario liberal conservador Die Welt empezaría a dibujarse en torno a esta cuestión, ya que la orientación de ambos partidos sobre ésta es, si no opuesta, distinta. En las cuestiones más generales, la CDU/CSU tiene una visión más pronorteamericana que la llevó a afirmar que debería forjarse una sólida alianza trasatlántica y una fuerte amistad con EE.UU.. Con respecto a la invasión imperialista de Irak, para Merkel “había sido un error descartar la opción militar a priori” [24], algo que hoy desmiente categóricamente diciendo que “tampoco con nosotros [la CDU en el gobierno, n.d.A] hubiera habido soldados alemanes en Irak” [25]. El SPD bajo Schröder, en cambio, tuvo una política de fuerte hostilidad a Bush, motivada en parte por cuestiones electorales, siendo uno de los pilares en pos de transformar la UE en un polo contra hegemónico frente a los EE.UU.. Esta dinámica se da en el marco de que la posición geopolítica de Alemania está indefinida y en evolución, después de vivir bajo el paraguas norteamericano durante Yalta, es decir, con poca política exterior autónoma, cuestión que empezó a cambiar en la era de Schröder. El reciente viaje de Schröder a Turquía puso nuevamente de manifiesto, ya antes de la asunción del próximo gobierno, las diferencias programáticas en materia internacional: por un lado el SPD, que aboga por un ingreso de Turquía a la UE, por otro la CDU que desea sólo una “relación de privilegio” con Turquía, posición de marcado tono populista conservador que pretende canalizar el rechazo de gran parte de la población alemana a la entrada de Turquía a la UE, sobre todo por temor a un incremento de la inmigración turca a Alemania y el consiguiente crecimiento de la influencia islámica en el país. También frente a los nuevos candidatos Bulgaria y Rumania, Merkel, a nombre de la CDU, ha dejado en claro su “escepticismo”, mientras que Schröder afirmó que “(...) la República Federal apoya con énfasis” el ingreso de Rumania a la UE ya que “para la industria y economía alemana representa un mercado de gran importancia”. [26]

En cuanto a la relación con Rusia el SPD prefería tener una relación estrecha, en contraposición a la política exterior norteamericana. Para la CDU/CSU, por el contrario, “la diferencia con el gobierno actual es que (...) tiene que tener un carácter europeo global. Es decir, tenemos que llegar a un acuerdo con los socios europeos y tenemos que ver que Europa, los EE.UU. y Rusia trabajen conjuntamente y no en contra. Con Schröder teníamos una tendencia a la conformación de un eje Berlín, Moscú, Pekín. Eso fue muy nocivo”. [27]

Como si estos roces fueran poca cosa, en el plano interno, los grandes de la coalición no se verán enfrentados solamente a su respectivo rival sino que, además, tendrán que lidiar con los sectores críticos al interior de sus partidos. [28] Un gobierno de coalición dependería, además, de los votos del Bundesrat (Senado), cuyos integrantes son los respectivos presidentes de los Estados federales alemanes, para lograr hacer pasar sus políticas. En este sentido, cada presidente regional del CDU tendría de facto el derecho a veto pudiendo así ensanchar su potencial de chantaje frente al gobierno federal, y el FDP y el Linkspartei en la oposición la capacidad de torpedear las decisiones del parlamento federal. Esta situación se debe a que el total de los escaños es de 69 y una gran coalición llegaría solamente a los 36. [29]

Además, el nuevo gobierno se verá enfrentado por una oposición parlamentaria a la izquierda que les “revolverá el gallinero” que, a pesar de su reformismo, por ahora no pretende apoyar decisivamente al SPD. Es decir que les será más difícil hacer pasar políticas antisociales sin crítica alguna, si bien esa crítica será suave y tendiente no a la confrontación sino a la pacificación de los ánimos. En palabras del presidente de la Confederación Alemana de la Industria (BDI) “amargamente decepcionado”: “va a ser más difícil gobernar Alemania”. [30] En este sentido la participación del PDS en el Senado (Parlamento) de Berlín es sintomático, pues ahí donde tienen que asumir “responsabilidad política” dan muestras de “madurez política” que en términos prácticos implica la cogestión de los planes de austeridad impuestos por el gobierno en representación de la burguesía alemana.

El próximo gobierno nace, entonces, muy condicionado, lo que disminuirá objetivamente su capacidad para hacer pasar contrarreformas, ya sumamente cuestionadas por grandes franjas de la población. Esta situación representa un duro revés para las expectativas burguesas de redoblar sus ataques al movimiento de masas bajo un ejecutivo relegitimado. A pesar de que Merkel haya alcanzado la cancillería, ya es visible el alto costo a pagar por la CDU/CSU que accedió a tachar puntos centrales de su programa como los ataques a la Autonomía Tarifaria, las cláusulas de apertura para acuerdos laborales y la imposición de los premios por horas extraordinarias.

Logros y fracasos de la burguesía

El costo político de los ataques a las conquistas sociales ha sido relativamente alto para la burguesía, teniendo que dejar “varias plumas” en el camino. Los casos de corrupción en las altas esferas de la economía y, sobre todo, en los consorcios y empresas modelo como Volkswagen, Commerzbank, DaimlerChrysler, etc., han sacudido la confianza de las grandes masas en la capacidad y “lealtad” de dirección de los círculos directivos al servicio de la burguesía alemana. Entre la población crece el sentimiento de que la corrupción es un hecho muy extendido como lo demuestran los resultados de una encuesta sobre el caso de corrupción en VW, que arrojó que la confianza en los comités de empresa ha sido quebrantada entre el 52% de la población. [31]

En este sentido es muy emblemática la investigación de la vedette contrarreformista, Peter Hartz, por parte de la Fiscalía de Braunschweig por su participación en el escándalo de corrupción en VW. [32] Este “innovador del mundo del trabajo alemán, fue el diseñador de los aspectos centrales de la Agenda 2010 de Schröder y garantizó la paz social en Volkswagen”. [33] Después del escándalo sobre falsas estadísticas en la central de la oficina de colocaciones Schröder lo llamó, en 2002, para presidir la comisión encargada de la reforma de la Oficina de Colocaciones y del mercado laboral. Las sugerencias centrales fueron la introducción de las agencias de personal, es decir empresas subcontratistas, la introducción de las “Sociedades de acciones yo” (incentivo de la microempresa y cuentapropistas) que implican la renuncia a la ayuda estatal, tendiente a la reducción del trabajo en negro, y, por último, la unificación del subsidio de desocupación y de la ayuda desocupacional, es decir “Hartz IV”. Para la burguesía el nombre Hartz es sinónimo de remoción de las “costras del mercado laboral” mientras que para las grandes masas su nombre es sinónimo de desmontaje social y desigualdad social.

En todo caso, aunque la coalición rojiverde (SPD-Verdes) no haya tenido la fuerza suficiente para seguir profundizando el ataque a las conquistas sociales, los revolucionarios tenemos que estar conscientes de que lograron modificar, con la valiosa ayuda de la burocracia sindical, el tejido estatal y social de tal manera que hoy en día una “quinta parte de los alemanes trabaja en el sector de bajos salarios (...) Los costos salariales han descendido drásticamente, más que en los países anglosajones. El sector de las telecomunicaciones y de energía ha sido privatizado. Los gastos por concepto de pensiones y en sector de la salud están incluso por debajo de la media europea. Los derechos a beneficios del Estado social de los ciudadanos no han aumentado de ninguna manera sino que han disminuido drásticamente. Para las sociedades de capital, Alemania es casi un paraíso fiscal. Cada año se disminuye en uno por ciento el número de los empleados estatales (...)”. [34] Según la prestigiosa revista británica Economist “Alemania, durante mucho tiempo la plaza económica más cara de Europa, (...) ha alcanzado una ventaja competitiva frente a Francia, Italia, Holanda e, incluso, Gran Bretaña”, mientras que según la empresa de control económico de empresas Ernst & Young una encuesta realizada entre 670 empresas extranjeras dio como resultado que “Alemania ocupa este año el quinto puesto a nivel mundial” después del predilecto europeo, Polonia. [35] Como vemos, el plan de contrarreformas y sus resultados por un lado dan alas a la sed de ganancias capitalistas mientras que por otro lado significan una caída brutal en las condiciones de vida de las grandes masas asalariadas y desocupadas. Así, según los datos de la Oficina Estadística Federal, el número de personas dependientes de la ayuda social subió en un 3,3% en comparación al mismo período del año pasado mientras que la “Asociación de Beneficencia Paritaria” afirma que “desde el 31 de diciembre de 2004 (...) se ha doblado el número de personas que viven al nivel de la ayuda estatal”. [36] Según los datos del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) en marzo de este año en Alemania había tres millones de asalariados que viven por de bajo de la línea de la pobreza. Esto es 1,5 veces más la cantidad de hace doce años. [37] Y es que por medio de la Agenda 2010 y los ataques a las conquistas obreras, el capital alemán busca aumentar la competitividad de la “plaza alemana” frente a los EE.UU. y Japón, reorganizando la economía en relación con el proletariado y las clases subalternas como en su tiempo lo hicieran Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

Estamos, entonces, ante una precarización profunda del proletariado y clases subalternas en Alemania y hasta ahora una relación de fuerzas social a favor de la burguesía que le ha permitido implementar sus contrarreformas. Sin embargo, no se puede afirmar que la clase obrera alemana haya sufrido reveses irreversibles ni mucho menos derrotada. El grillete al tobillo de la clase obrera alemana sigue siendo su subjetividad socialdemócrata modelada en el período de posguerra, conocido como los “‘30 gloriosos”, en el que se observó un crecimiento parcial de las fuerzas productivas producto de su destrucción durante la guerra, periodo en el cual hubo un aumento real de la Renta nacional en 15 veces, y también por el rol de contención objetivo que representa la socialdemocracia.

Perspectivas

Para Horst Köhler, Presidente de Alemania y ex presidente del tristemente célebre FMI, ahora de lo que se trata, es de que “la política se gane nuevamente la confianza a través de la honestidad, la continuidad y la justicia”, lo que se alcanzará solamente si la política está dispuesta a decirle “a las personas que en Alemania no pueden ser logradas las mismas condiciones de vida para todos” . [38] Es decir que los trabajadores, desocupados y pobres de Alemania no sólo tendrán que asumir su pesado destino y dejar atrás la concepción de que el Estado velará por su suerte sino que tendrán que estar dispuestos a más sacrificios para asegurar la “justicia social”.

El éxito de esta empresa es poco seguro, lo que sí está seguro es que el plan burgués de adelgazar al mínimo el “Estado social” va a continuar con la coalición rojinegra (SPD-CDU/CSU) en el gobierno. Es que, como declarara el jefe del Banco de América en Europa, Holger Schmiedling, “el paciente Alemania está en camino a restablecerse pero aún está enfermo (...)” y “tendrá que tomar por mucho tiempo más la medicina para sanar definitivamente”. [39] Entre las medidas que la patronal quiere ver realizadas en el próximo período, es decir su medicina, podemos mencionar acabar tanto con la tarifa salarial sectorial y la autonomía tarifaria [40], la reforma impositiva y la reforma sanitaria y de pensiones en detrimento de los trabajadores, para así poder alivianar la carga del capital.

Una prueba de que más allá de la debilidad del gobierno la burguesía seguirá profundizando sus ataques, son los anuncios poselectorales de despidos masivos de 10.000 trabajadores en la planta Mercedes-Benz (Daimler-Chrysler) de Stuttgart, los anuncios de Siemens de deslocalizar la producción a otras regiones y el anuncio por parte de Telekom Alemania de despedir al 13% de su plantilla mundial en los próximos tres años, es decir a 33.000 empleados sobre todo en Alemania. En este sentido, el tenebroso FMI, en su pronóstico de crecimiento del PIB para Alemania, que después de la última corrección hacia abajo el Ministro de economía y trabajo, Clement, calcula en un 1,4% [41], recomienda acabar con protección contra despidos, y rebajar la cotización a la Seguridad Social. Por su parte, la experta en economía del Consejo económico gubernamental, Beatrice Weber di Mauro, exige además “...un saneamiento de las arcas fiscales y una flexibilización del mercado laboral”. Estas “reformas” tendrían que ser introducidas “de una vez y no poco a poco” tal como en los países del Este donde “esto funcionó también” [42]. El ministro de Hesse (CDU) exige una “masiva ley estructural presupuestaria con enormes recortes” refiriéndose a la lista hecha por él y el favorito del SPD para el cargo de Ministro de Finanzas, Steinbrück, que implica recortes draconianos que podrían ascender al “(...) 12, 24, o incluso 30 por ciento” de las subvenciones estatales “incluyendo los subsidios sociales” [43] lo que a su vez significará “(...) llevar adelante una serie de medidas incómodas e impopulares” [44] para solucionar de aquí al 2007 el “dramático” déficit presupuestario de 35.000 millones de Euros.

La profundización y radicalidad de los ataques generarán naturalmente la respuesta de sectores de masas cansadas de ver perder cada una de las conquistas que creían aseguradas para siempre. En este sentido es que son interesantes las declaraciones de Münterfering que, durante la conferencia de la patronal alemana, afirmó que el “Estado de bienestar está actuando al límite de su maniobrabilidad” y, en clara alusión a la creciente desigualdad, que “necesitamos una sociedad con solidaridad organizada”. [45]

La cuestión central es si el nuevo gobierno estará en condiciones de llevar adelante esta política de confrontación sin sufrir duros reveses en el camino. Y es que estamos ante los síntomas iniciales de cambios profundos en el régimen de la segunda potencia mundial. El resultado electoral pone de manifiesto los elementos de crisis orgánica que vienen polarizando la sociedad alemana. Esta dinámica (gobierno relativamente débil y oposición de masas) puede ser el preanuncio de grandes convulsiones sociales que, de ser aprovechadas por la clase obrera, marquen una inversión en la relación de fuerza entre las clases.

Por esto es necesario construir una alternativa política a la conciliación de clases y la cogestión de la miseria. Es necesario enarbolar las banderas del clasismo proletario dando una lucha política al interior de los sindicatos para depurarlos de los traidores y convertirlos en verdaderos instrumentos de lucha.

Linkspartei: nueva “alternativa” con viejas recetas reformistas

Los resultados de las elecciones han significado un terremoto en el panorama partidario alemán. Lo más sobresaliente de estas últimas elecciones es el hecho que un millón de votos de la socialdemocracia fueron a parar al Linkspartei-PDS. Pero, ¿cómo es que en un país tradicionalmente conservador, la “izquierda” haya podido crecer tanto?

Los buenos resultados alcanzados por la coalición compuesta por el PDS y el WASG, Linkspartei, son producto de un proceso largo y tortuoso. En este sentido vemos como punto de inflexión la huelga de los metalúrgicos del Este en 2003. En aquella ocasión, participaron de las huelgas alrededor de 28.000 metalúrgicos germano-orientales que exigían el aumento salarial para este sector al nivel del de sus colegas del Oeste. Durante este conflicto, la política impulsada por la burocracia sindical era la de llamar a huelgas de aviso para “obligar a la patronal a regresar a la mesa de negociaciones”. Los trabajadores exigían la huelga de todo el sector. Para la burocracia metalúrgica se trataba, sin embargo, de “realizar huelgas sólo en algunas fábricas”. Con esto pretendían lograr alcanzar una posición de “fuerza” para poder negociar mejor descomprimiendo y evitando, por todos los medios, la confrontación abierta con la patronal. Este hecho se hizo patente cuando los metalúrgicos del Oeste empezaron a mostrar su solidaridad y disposición a la lucha para ir en ayuda de sus hermanos en el Este. En aquella ocasión la burocracia logró parar un conflicto que amenazaba con escapársele de las manos, traicionando en medio del conflicto y ante la inminente radicalización la lucha, aceptando las directivas patronales y culpando a los trabajadores por la falta de “solidaridad”. La consecuencia fue la desafiliación sindical de muchos trabajadores. [46]

Después de esta derrota, la patronal envalentonada pasó al ataque abierto pasando a implementar la Agenda 2010 [47]. La respuesta a esta ofensiva, esta vez, fue organizada por fuera de las instancias de mediación tradicionales, como por ejemplo el activismo sindical de izquierda más expuesto a la presión de las bases, la izquierda en general, etc.. Estos grupos lograron organizar una gran marcha en Berlín a pesar del mal agüero de la burocracia sindical de que no iría nadie después de la derrota de los metalúrgicos.

Esta marcha realizada el 1 de noviembre (2003) fue un rotundo éxito pues se manifestaron alrededor de 100.000 personas con exigencias mucho más radicales que las impulsadas por la burocracia sindical, como “abajo la Agenda 2010” y “huelga general”.

La respuesta del aparato sindical, alarmado por la predisposición a la lucha y la capacidad de movilización de sectores medios del aparato sindical, que a principios de marzo habían anunciado la conformación de la Iniciativa Trabajo y Justicia Social, impulsó una política de cooptación del movimiento de masas poniéndose a la cabeza del mismo para, acto seguido, organizar una nueva movilización, en la que participaron alrededor de medio millón de personas en toda Alemania. Fue la manifestación más grande contra un gobierno socialdemócrata en la posguerra, el 3 de abril de 2004 en Stuttgart, Berlín y Colonia y el discurso central giró en torno a la necesidad e inevitabilidad de las reformas mientras que para la masa de manifestantes la exigencia inmediata era la de “fuera Schröder”. De esta manera, la burocracia sindical logró reposicionarse y bajar el perfil de las consignas alcanzando su objetivo de descomprimir y pasivizar los ánimos. Esta situación es aprovechada por la burguesía que redobla, nuevamente, los ataques a las conquistas sociales.

Ante esta situación un grupo de funcionarios sindicalistas bávaros entre los cuales se encontraban miembros del comité nacional y de las regionales del IG Metall anunciaron, el 4 de julio de 2004, la conformación de la Alternativa Electoral Trabajo y Justicia Social (WASG) que se apoya en las ya existentes “Iniciativa Trabajo y Justicia Social” y en la “Alternativa Electoral”. [48] Sin embargo, estos funcionarios de “izquierda” explicitaron que su objetivo no era el de participar en las elecciones en oposición al SPD sino el de discutir las alternativas a las anunciadas (contra) reformas con el ala izquierda del SPD y así hacer presión sobre la dirección del partido. “Deseamos elevar la presión sobre los líderes del SPD para que cambien el curso de las reformas”, decía Klaus Ernst, uno de los iniciadores de la WASG, hoy presidente del WASG. Entre las primeras medidas exigen que el Gobierno grave con nuevos impuestos a los ricos y eche marcha atrás en las reformas. Varios de los iniciadores habían sido miembros del SPD por más de 35 años siendo el pilar de la influencia socialdemócrata entre las filas obreras. Quince de los 16 iniciadores del WASG eran miembros del SPD mientras que el 80% de la dirigencia que conforma el DGB (la Confederación Sindical Alemana) es de matriz socialdemócrata y el 90% de los parlamentarios del SPD pertenecen al DGB. La relación que une los sindicatos al SPD, y viceversa, consiste en que los sindicatos dan la posibilidad de que el SPD alcance escaños parlamentarios mientras que el SPD reparte los puestos parlamentarios entre la dirección sindical. [49]

Con el anuncio de implementar las medidas sugeridas por la Comisión Hartz, es decir, Hartz IV, se produce una ola de marchas espontaneas en el Este, Leipzig, y que luego se extenderán a todo el país pues “en vez de paisajes floridos [en el Este, hay sólo] oficinas de paro floridas” [50] en todo el país. Cuando empieza a decantar este movimiento y aún en un ambiente político caldeado se da la gran huelga salvaje en la planta automotriz de Opel en Bochum (14 de octubre), que pone en relieve la centralidad del proletariado en la producción capitalista, y que es derrotada después de una semana de huelga por medio de las maniobras de la burocracia sindical. [51]

Ante esta derrota y la evidencia de la inefectividad de las marchas de los lunes para frenar los ataques de la burguesía (el único logro fue el de haber logrado el adelanto del pago del subsidio, pensado para principios de febrero, a los primeros días de enero), decanta este movimiento extinguiéndose poco a poco. Su mayor logro fue el de canalizar el descontento social dando fuerza al WASG que, para sectores de masas, se convierte en una alternativa a las direcciones tradicionales. La prueba de fuego y su ingreso triunfal a la arena política lo hizo en las elecciones de Renania del Norte Westfalia, donde el SPD obtuvo el 37,1 % de los votos, el peor resultado en 50 años, siendo altas las pérdidas entre los trabajadores (-9%) y la franja de edad de 30-40 años (-8%), mientras que la WASG obtuvo 180.000 votos, o sea, el 2,2% en su primera intervención electoral. Estos datos representan el mejor resultado de un partido con posiciones políticas a la izquierda del SPD en la posguerra. Dos horas después de conocidos los resultados, la debacle electoral hace que Schröder llame a elecciones anticipadas provocando desconcierto en la oposición pero también en las propias filas. El jefe del SPD, Franz Münterfering, encontró en la resistencia interna al curso neoliberal uno de los quiebres del partido y el líder del ala laboral del SPD, Ottmar Schreiner, amenazó con abandonar el partido.

Con el llamado a elecciones anticipadas y a la luz de los buenos resultados obtenidos por el WASG, toma fuerza la idea de participar con una lista única en las elecciones, proceso potenciado por las bases que consideran que es hora de levantar una alternativa a la política neoliberal de la coalición de gobierno y oposición.

Esta alianza electoral, dominada por los viejos cuadros del SED y los nuevos oportunistas de hoy en el Este y por la burocracia sindical socialdemócrata de “izquierda” en el Oeste, bajo el nombre “Linkspartei-PDS”, apunta, sin embargo, a frenar el proceso de descomposición que afecta a la socialdemocracia brindándole un hogar a los burócratas sindicales medios, descontentos con el curso demasiado neoliberal que había adoptado el SPD. En palabras de Lafontaine, el SPD puede convertirse en un buen aliado de los sectores críticos al curso neoliberal en caso de cambiar su estrategia y volver a los verdaderos principios socialdemócratas o, como afirmara Klaus Ernst, “el SPD se ha desplazado tanto a la derecha que ha dejado mucho espacio libre por la izquierda y nosotros queremos llenarlo”. Y es que el WASG junto al PDS reflejan, en primer lugar, las posiciones políticas socialdemócratas típicas que, ante los ojos de los sindicalistas críticos que se han desafiliado, el SPD ha abandonado.

El WASG-PDS se perfila como instancia de contención de futuras luchas y de sostén por izquierda de la socialdemocracia, algo que ya veníamos analizando. Este proyecto neo reformista sólo apunta a frenar el proceso de descomposición que afecta a la socialdemocracia y, como en el Senado de Berlín, convertirse en el sostén por izquierda del régimen y Estado burgueses.

Entre las varias pruebas de adaptación del PDS a la gobernabilidad burguesa podemos mencionar el rol que viene teniendo ante las luchas obreras que se han venido dando desde su conformación. Ahí donde tienen responsabilidad política debido a su participación en el gobierno de Berlín, se destacan por su antiobrerismo. En este sentido destacamos, por ejemplo, la lucha de los empleados del BVG (Sociedad de locomoción pública de Berlín) contra el gobierno regional, propietario del BVG, contra el plan de reducción horaria sin mantenimiento del salario, la anulación de la paga de vacaciones entre otras medidas que implican la renuncia al 8% del salario para los empleados antiguos y del 25% para los nuevos contratados. Los empleados estatales, por su parte, deberán trabajar en vez de 38 horas 42 horas por semana sin recompensación salarial. Como si no bastara, el Senado de Berlín junto a la gerencia del Hospital Universitario Charité en Berlín decidió “rebajar el presupuesto anual en 40 millones de euros, disminuir el personal y privatizar algunos sectores”. [52] Y mientras suceden estos recortes “necesarios y dolorosos” los trabajadores de las cuatro dependencias en que se divide el hospital hicieron una asamblea-manifestación en la que participaron más de mil trabajadores contra estos planes, adhiriendo a la huelga indefinida en el sector.

Es que el PDS “(...) actúa como un baluarte que evita que el movimiento obrero vaya más allá en el sendero del parlamentarismo burgués. Para triunfar, estas tendencias tienen que destruir el baluarte. Tienen que disolver el sector activo y consciente del proletariado en la masa amorfa de un ‘electorado’”. [53] Pero mejor dejemos hablar a Klaus Hummitzsch, alcalde del PDS en la ciudad de Werther en Nordhausen, que afirma que desde que está en el gobierno de su ciudad se ha dado cuenta “que la doctrina pura encuentra sus límites en la realidad”. [54] Para este alcalde de “izquierda” Hartz IV es “sólo estiércol” pero su Municipio usufructúa de los puestos de trabajo adicionales. Werther ocupa a jóvenes y ancianos en trabajos de cuidado de parques y zonas verdes por los puestos de trabajo a un euro la hora. [55]

Los buenos resultados electorales que obtuvo el Linkspartei-PDS corresponden, entonces, a un sentimiento generalizado entre los perdedores de las contrarreformas: los trabajadores precarizados, desocupados, trabajadores extranjeros, jóvenes y ancianos, madres solteras, y el deber de los revolucionarios en Alemania es el de ofrecer una alternativa viable y distinta a la que pregonan los Lafontaine y Gysi de turno, es decir, la adaptación a la “realidad” burguesa.

Es necesario construir partidos revolucionarios cuartainternacionalistas que, enarbolando las banderas del socialismo revolucionario, ofrezcan una alternativa clasista a la traición de las direcciones sindicales y políticas, como el PDS en Berlín.

Es necesario librar una lucha política al interior de los sindicatos para echar a la burocracia, agente patronal entre las filas obreras, en pos de construir sindicatos clasistas de lucha que junto a la vanguardia proletaria agrupada en un partido revolucionario brinde a los explotados y oprimidos en Alemania, Europa y el mundo, una alternativa a la barbarie capitalista.

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  • [1Ver artículo de Lucas Pizzutti en esta revista.

    [2ZEIT online, 13/10/2005.

    [3El Linkspartei-PDS es una alianza electoral compuesta por el reformista PDS, sucesor del partido de gobierno de la RDA, y la agrupación WASG (Alternativa Electoral Igualdad Social), nacida a partir del proceso de descomposición del SPD.

    [4FAZ, 09/10/2005.

    [5Ibid.

    [6Ibid.

    [7Ibid.

    [8Spiegel Online, 03/11/2005.

    [9La huelga de advertencia se refiere a una huelga en la que diferentes sectores de una empresa o diferentes filiales se turnan (por ej., un día/semana un sector, el/la siguiente otro sector, etc.) en su huelga para no paralizar totalmente el funcionamiento de actividades. Los sindicatos usan esta forma de huelga para presionar suavemente a la empresa para acelerar las negociaciones evitando, por un lado, la radicalización de los huelguistas, y por otro, disminuir los daños financieros.

    [10Welt am Sonntag, 29/05/2005.

    [11El SPD es el partido más fuerte en términos de militancia: aún tiene alrededor de 605.000 miembros. La cuota de los militantes con menos de 35 años es de algo más del 8%. Tres cuartos de las pérdidas del SPD, es decir, 33.000, ocurrieron en la primera mitad del año pasado. La CDU, por su parte, perdió 12.718 militantes. Ahora cuenta con 574.526 miembros. Los inscritos a la CSU ascienden a 173.000, es decir, alrededor de 3.500 menos que hace un año. Die Welt, 02/02/2005.

    [12"El "decreto contra radicales" que estipula la prohibición del ejercicio profesional fue promulgado en 1972 bajo el gobierno del Canciller y presidente del SPD, Willy Brandt. Desde entonces se han procesado 11.000 casos que arrojaron 2.200 procesos disciplinarios, 1.250 postulaciones rechazadas y 265 despidos. Estos datos los proporcionó en 1987 el Gobierno federal a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que condenó la prohibición de ejercicio profesional". Junge Welt, 28/01/2002.

    [13Si se quiere mostrar solidaridad con este compañero se ruega enviar fax de protesta a la Fiscalía de Munich I. PF 80997 Munich (Staatsanwaltschaft München I. PF 80997 München) Telefax: 089/55974131 con copia e-mail a [email protected]

    [14Después de acudir voluntariamente a las oficinas de la policía de Hamburgo se "descubrió" que se había tratado de un "error". Los presuntos terroristas árabes resultaron ser tres chechenos.

    [15Hans Jürgen Doll, Vicepresidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución de Baden-Wurttemberg al programa de televisión de la cadena ZDF "ML Mona Lisa", 22/10/2005.

    [16Actualmente, el parlamento Alemán (Bundestag) tiene 614 asientos. Cada votante tiene dos votos. El primer voto (Erststimme) es un voto personal, dado a un candidato particular en uno de los 328 distritos uninominales. El segundo voto (Zweitstimme) es un voto de partido, dado a una lista de partido al nivel estatal federal (Landesliste). A los candidatos se les permite competir en distritos uninominales así como simultáneamente para la lista del partido. El candidato que logra la pluralidad en los distritos uninominales es elegido (Direktmandate). Sin embargo el segundo voto determina cuántos representantes de cada partido serán enviados al Bundestag.
    A nivel nacional, se totalizan todos los segundos votos para los partidos y únicamente los que obtienen más del cinco por ciento de los votos al nivel nacional o, alternativamente, los que tienen tres miembros electos directamente en distritos uninominales, son considerados en la distribución de los escaños RP de lista. El número de representantes de cada partido que ha pasado el umbral legal se calcula de acuerdo a la fórmula Hare. Los escaños son distribuidos dentro de 16 estados federales.
    El número de escaños ganados directamente por un partido, en los distritos uninominales de un Estado federal en particular, son sustraídos del número total de escaños distribuidos a esa lista de partido. Los escaños restantes son asignados a la lista cerrada del partido. Si un partido ganara más escaños Direktmandate en un estado federal particular, que el número de escaños que le han sido asignados por medio de segundos votos, el partido se queda con estos asientos adicionales (Berhangmandate). En tal caso, el número total de escaños en el Bundestag se incrementa temporalmente.

    [17En el Este de Alemania y Berlín Este el NPD obtuvo 334.029 por primer voto (57.326 en 2002) y 319.117 (104.059 en 2002) por segundo voto. Esto representa una diferencia porcentual de 3,1% frente a los resultados de 2002. Datos extraídos de la página electoral oficial www.bundeswahlleiter.de

    [18Spiegel Online, 10/10/2005.

    [19Spiegel Online, 11/10/2005.

    [20Ibid.

    [21Spiegel Online, 26/09/2005.

    [22Ibid.

    [23Süddeutsche Zeitung, 28/07/2005.

    [24La Vanguardia de Barcelona, 30/10/2005.

    [25Ibid.

    [26Página del Gobierno Federal, 25/09/2003.

    [27Fracción parlamentaria de la CDU/CSU, 08/09/2005.

    [28Como la fracción de "izquierda" del SPD y figurines democristianos como Merz y otros, tibiamente "reacios" a la cogobernabilidad.

    [29En las regiones de Baden-Wurttemberg, Baja Sajonia, Renania del Norte Westfalia y Sajonia-Anhalt gobierna una coalición negro-amarilla sumando 22 votos. En Renania Palatinado gobierna una coalición rojo-amarilla (SPD-FDP) que suma 4 votos. En Berlín y Meclenburgo Pomerania, la coalición rojo-roja (SPD-Linkspartei.PDS) llega a los 7 votos.
    En el caso de que el FDP y el Linkspartei pasaran a la oposición o se abstuvieran en decisiones importantes serían justamente estos 33 votos los que faltarían para ratificar las decisiones del parlamento federal.
    Además, sólo los gobiernos regionales de Brandenburgo, Bremen, Sajonia y Schleswig-Holstein poseen coaliciones rojinegras (SPD y CDU) que suman 15 votos en el Bundesrat. En los gobiernos regionales de Baviera, Hamburgo, Hessen, Saarland y Turingia gobierna sólo el CDU llegando a los 21 votos. Recién después de las elecciones a parlamento regional y comunal de 2006 podría haber una solución a esta situación donde en el mejor de los casos la gran coalición podría alcanzar la mayoría de 50 contra 19 escaños en el Bundesrat. El 26 de marzo de 2006 se votará el parlamento regional de Baden-Wurttemberg, Renania Palatinado y Sajonia-Anhalt - así como la elección comunal de Hessen. En otoño (hemisferio norte) de 2006 se votará el parlamento regional de Mecklenburgo-Pomerania, el parlamento regional y comunal de Berlín y las elecciones comunales en Baja Sajonia.

    [30Focus Online, 19/09/05.

    [31Spiegel Online, 05/10/2005.

    [32El ex encargado del personal de VW, Klaus-Joachim Gebauer, es investigado por malversación de fondos y estafa. Junto al presidente de personal de Skoda (sociedad filial de VW), Helmuth Schuster, habrían fundado empresas pantallas en varios países para enriquecerse a costa del consorcio VW. Habrían organizado viajes sexuales para altos dirigentes de VW, como Peter Hartz, también investigado por la Fiscalía.

    [33Spiegel Online, 07/10/2005.

    [34Spiegel Online, 02/10/2005.

    [35Spiegel Online, 19/08/2005.

    [36Ibid.

    [37ZEIT online, 13/10/2005.

    [38Schweriner Volkszeitung, 01/10/2005.

    [39Spiegel Online, 10/09/2005.

    [40Para lo cual esperan dotar de más poder a las Comisiones Internas, cuyos integrantes son más susceptibles aún a la presión patronal debido al reducido margen de maniobra que poseen y, debido a la cercanía con la patronal, más susceptibles a la corrupción.

    [41Spiegel Online, 15/10/2005.

    [42Spiegel Online, 10/09/2005.

    [43Spiegel Online, 15/10/2005.

    [44Spiegel Online, 29/10/2005.

    [45El número de afiliados sindicales disminuyó en 200.000 entre 2002 y 2003. En 2001 el DGB perdió más de 320.000 afiliados. Sólo el sindicato de la construcción IG-BAU perdió 300.000 afiliados en los últimos nueve años.

    [46La declaración gubernamental sobre los puntos centrales de la Agenda 2010 fue dada a conocer por Schröder ante el Parlamento el 14/03/2003.

    [47Spiegel Online, 03.11.2005.

    [48Los máximos exponentes de la Iniciativa Trabajo y Justicia Social eran los funcionarios del IG-Metall con libro partidario socialdemócrata Klaus Ernst (Schweinfurt), Thomas Händel (Fuert), Gerd Lobodda (Nuremberg), el profesor Schui y el consejo de ATTAC Alemania.
    Por su parte, los máximos exponentes de la "Alternativa Electoral" eran los conocidos funcionarios del aparato sindical de la directiva del sindicato ver.di (Sindicato de servicios y bancarios), sindicato nacido de la unión de cinco sindicatos alemanes de servicios, y de la corriente "Socialismo", de mucha influencia entre el aparato sindical y entre los que se cuentan a Ralf Krämer, Joachim Bischoff y otros.

    [49Uno de los más notables bajo el gobierno de Schröder fue el vicepresidente del sindicato IG Metall, Walter Riester, que fue Ministro Federal de Trabajo y Asuntos Sociales a partir de la victoria electoral del SPD en 1998. Riester conquistó una triste celebridad al idear e introducir la ’Riester-Rente’, es decir, la privatización de las pensiones en 1999.

    [50Así rezaba una de las tantas pancartas.

    [51Ver "Crónica de una ’huelga salvaje’ en Alemania"; La Verdad Obrera, 29/10/2004.

    [52JungeWelt, 06/10/2005.

    [53Rosa Luxemburgo, Leninism or Marxism? pág. 98.

    [54MDR.de Nachrichten, 11/06/2005.

    [55El programa Hartz IV prevé, entre otras barbaridades, la "contratación" de desocupados por un euro por hora. Este dinero no se les descuenta de la ayuda social. El plan del Ministro de Economía, Clement, espera introducir 600.000 puestos de trabajo a un euro por hora. Hasta la fecha han sido "creados" 150.000.

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