Presentación

Cuba se encuentra ante una encrucijada histórica. Las conquistas sociales conseguidas por la revolución de 1959 están fuertemente degradadas luego de décadas de salvaje bloqueo imperialista, de planificación burocrática y de las concesiones al capital que implicó el Periodo Especial de los ’90. Desde la asunción de Raúl Castro al poder esta orientación ha sido reforzada junto a la imposición de fuertes medidas de ajuste presupuestario que intenta paliar los efectos de la crisis económica internacional.

El reciente Congreso del PCC, con el apoyo explícito de Fidel, aprobó los Lineamientos económicos y sociales que legitiman y profundizan la línea oficial: mayor apertura al capital y fuerte reducción del gasto fiscal que recaerá sobre los hombros de los trabajadores y trabajadoras cubanas, como los cientos de miles de despidos y el fin de la libreta de racionamiento.

La única salida progresiva para el pueblo cubano sólo podrá ser producto de su propia lucha y organización, tendiente en primer lugar a defender lo conquistado de cualquier avance del enemigo imperialista y a poner fin a los privilegios de la burocracia que desde la cúpula de las FAR controla el 60% de la economía y el 80% del comercio exterior. Sólo una nueva revolución en el plano político, que imponga un verdadero gobierno de los obreros y campesinos, basado en sus organizaciones de lucha, puede salvar las conquistas revolucionarias y poner en pie un régimen de amplia democracia obrera, con plena libertad de organización y opinión para los partidos y organizaciones que defiendan la revolución y se reclamen anticapitalistas. Para este objetivo será indispensable para las masas cubanas construir un nuevo partido, obrero revolucionario e internacionalista como Estado mayor de la revolución.

Los análisis y ejes programáticos vertidos en los artículos que aquí reunimos, intentan aportar en esta perspectiva toda vez que Cuba, como símbolo histórico de lucha antimperialista y anticapitalista para toda Latinoamérica, está siendo llevada por el camino de la restauración capitalista, cuya consumación significaría un fuerte golpe a todos los pueblos del continente, una derrota con duras consecuencias desmoralizantes para la conciencia de miles de luchadores obreros y populares y un triunfo para el enemigo imperialista.

En el heroico pueblo cubano que cuenta ya cinco décadas de resistencia a los embates norteamericanos y no en la burocracia castrista que sólo defiende sus privilegios; en los miles de luchadores obreros, campesinos y populares latinoamericanos y no en los falsos "nacionalistas y progresistas" del ALBA y la UNASUR; en definitiva en las clases proletarias de todo el continente, incluyendo al hoy dormido proletariado norteamericano, se encuentra la base material para poner nuevamente a Cuba en la senda de la revolución internacional y para conmover todo el andamiaje de la dominación imperialista en nuestro continente, en la perspectiva de una Federación de Repúblicas Obreras y Socialistas de América latina.

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La Fracción Trotskista-Cuarta Internacional está conformada por el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina, la LTS-CC (Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contracorriente) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, PTR-CcC (Partido de Trabajadores Revolucionarios) de Chile, LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela, LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica, Clase Contra Clase del Estado Español, la IK (Internationaler Klassenkampf) de Alemania y Militantes de la FT en la CCR/Plataforma 4 del NPA de Francia.

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