Escocia
Escocia: el día después del Referéndum
20/09/2014
A pesar de que el “No” ganó con un margen de 10 puntos de porcentaje, el futuro de la Unión no está libre de tormentas.
El resultado del referéndum que tuvo a muchos políticos en vela durante toda la noche, fue una noticia tranquilizadora para el Primer Ministro David Cameron cuya continuidad en el gobierno estaba en la cuerda floja. Por su parte, la Reina Isabel expresó que la noticia le resultaba un ‘alivio’.
Con la totalidad de las mesas contabilizadas, el “No” logró obtener 55.30% de los votos, mientras que el “Sí” por su parte alcanzó el 44.70%. En la larga noche escocesa, partidarios de ambas posiciones esperaban con ansiedad el resultado de la consulta. A a la 1.30 de la mañana se dio a conocer el primer resultado ,del distrito de Clackmannanshire. Este condado, empobrecido, había sido considerado por los independentistas como territorio seguro. Pero no fue así, preanunciaba en cierto modo el resultado final.
Con una alta participación de voto, un 84.59% del electorado, el éxito no hace desaparecer de la escena los problemas políticos que enfrenta el primer ministro británico. No todo son rosas para Cameron, golpeado por varios frentes.
En primer lugar porque le tiene que agradecer a su ex rival, Gordon Brown, por haber logrado girar el barco luego de que una encuesta de yougov pusiera al “Sí” a la delantera. Parte de los votos del “No” se los debe al ex premier laborista, quien se negó a compartir plataforma con los conservadores y otras fuerzas de la campaña “Mejor Juntos”. Muchos analistas ponen a Brown como el político que llevó las de ganar.
Las concesiones que Cameron se vio obligado a hacer para darle un impulso al “No” y no ver rodar su cabeza, le ha ganado críticas del sector más duro de su partido. Aquellos que ven en el premier un líder moderado, a favor de la UE y fácil de hacer concesiones son un frente interno a convencer. Por otra parte, es un terreno fértil para el xenófobo y anti-europeísta UKIP.
A solo 6 meses de las elecciones generales Cameron tendrá poco tiempo para recomponer su machacado liderazgo. Lo que le juega a su favor es que no tiene quién le dispute su rol ya que el alcalde de Londres, el excéntrico Boris Johnson, no se ha propuesto enfrentar el reto.
De los 32 distritos electorales, el “Sí” ganó en 4 regiones: Glasgow, Dundee, North Lankarshire y West Dunbartorshire; mientras que en Inverclyde la diferencia porcentual fue de tan solo 0.16 a favor del “No”.
Las cinco son regiones obreras, en el caso de Inverclyde, se trata de una ciudad con un pasado industrial ahora castigada con desocupación y pobreza. Por su parte, en Dundee, bastión del Partido Nacional Escoces(SNP), la participación de voto fue menor a la esperada y junto con Glasgow son los distritos con mayor representación de las fuerzas de izquierda. Lo curioso, es que los avances hechos por el SNP en los últimos años se mantuvieron, pero no fueron suficientes para conquistar nuevos territorios y cambiar la tendencia nacional.
Un Salmond cabizbajo al reconocer el resultado del referéndum envió un mensaje a Westminster, exigiendo que las promesas se cumplieran lo antes posible. Sin embargo, su declaración "Escocia decidió por mayoría, en esta etapa, no convertirse en un país independiente.”, pareciera decir que no está dispuesto a tirar el guante independentista.
Los líderes de los partidos británicos más grandes firmaron un documento en el cual se comprometen a devolver poderes a Escocia y otras regiones. Apenas dados a conocer los resultados del referéndum han anunciado que Escocia recibirá mayor financiamiento de Westminster, en octubre se presentarán los lineamientos de la devolución de poderes, y en enero se presentará un borrador de ley en el cual se formularán las políticas concretas que será votado en el parlamento luego de las elecciones generales del 2015.
Estos esbozos de medidas son la confirmación de la tan pronunciada frase "Pase lo que pase, nada volverá a ser igual en el Reino Unido". Como evidencian las primeras horas apenas conocido el resultado del referéndum, a la clase política británica no se les presenta un camino fácil de aquí a las elecciones.