Europa
El movimiento estudiantil francés
14/11/2007
En las últimas semanas, a la preparación de la huelga del 14 de noviembre se agregó la entrada en escena del movimiento estudiantil, que en lucha contra la ley de autonomía de las universidades (LRU), apoyó desde el principio a los trabajadores. Fue un elemento “inesperado” para el gobierno, que pensaba haber evitado la resistencia estudiantil aprobando la ley en plenas vacaciones [1].
Rápidamente los estudiantes se pusieron de pie: en cerca de tres semanas se armó una huelga nacional con 36 de las 85 universidades bloqueadas total o parcialmente, o cerradas por la misma administración para impedir la organización estudiantil. El pasado martes se sumaron otras 6 y se estima que en 39 asambleas hubo más de 27 mil estudiantes. En algunos lugares se votó la ocupación para garantizar el activismo durante la huelga de transportes. Se coordinaron nacionalmente con delegados mandatados por las asambleas e incorporaron al pliego de demandas las reivindicaciones de los trabajadores y la defensa de los trabajadores inmigrantes sans-papiers.
Está claro que la lucha que derrotó el CPE en 2006 dejó importantes lecciones: es posible hacer retroceder al gobierno y para eso es clave la alianza con los trabajadores. Pero como dijo un estudiante de la facultad de Saint-Denis hay que “ir más allá de la unificación en la calle”. En la última reunión de la coordinación nacional, se propuso que los estudiantes de todo el país bloquearan las estaciones de tren en apoyo a la huelga.
La importancia de la entrada en escena del explosivo movimiento estudiantil se refleja en la política del gobierno y de las direcciones burocráticas. El gobierno desata una campaña brutal contra un movimiento al que llama minoritario y controlado por la extrema izquierda, y convoca a la acción a los sectores anti-huelga. La ministra de Educación superior considera “muy importante que todos los estudiantes vayan a las asambleas”, incluidos obviamente los que están contra los piquetes, trata de organizar plebiscitos con voto secreto o por Internet para romper la huelga, o directamente manda reprimir como en la facultad de Nanterre.
La Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF), ligada al PS, tiene un doble discurso: en las asambleas defiende la anulación de la ley e incluso los piquetes pero su dirigente nacional Bruno Julliard declara que considera “fuera de discusión” la anulación de la ley y se manifiesta a favor de los referéndums sobre los piquetes. Con respecto al bloqueo de las estaciones de tren, se vio el temor de las direcciones a la unidad obrero-estudiantil, con la UNEF y la juventud del PC oponiéndose. En los pocos lugares donde se realizó la acción, como en Rennes, apelaron a la represión.
La Asamblea de Tolbiac, una de las más radicalizadas
En la Asamblea General (AG) de Tolbiac del martes 13, con más de 2000 estudiantes el ambiente era de mucha bronca. La derogación de la LRU se planteó, pero se votó también el aumento salarial de 140% para los no docentes. Varios estudiantes reivindicaron su condición de trabajadores: se planteó que sólo el 25% de estudiantes de los primeros años son hijos de empleados u obreros, lo que se reduce a 5% en las maestrías. El planteo de unidad con los trabajadores fue una constante, y fueron muy aplaudidas las intervenciones de los ferroviarios. Uno de ellos reivindicó la democracia de la votación a mano alzada en AG contra el referendum por Internet que proponía la presidencia: fue ovacionado cuando arengó: “la huelga pertenece a los huelguistas”. Más tarde se votó el boicot a dicho instrumento. Los de la UNEF fueron cuestionados por haber negociado con la ministra.
Lo nuevo es que se habló mucho contra el colonialismo, la guerra de Argelia y la universidad como reproductora de las desigualdades sociales. También se cuestionó el funcionamiento de la universidad y se propuso gobierno tripartito, aunque no fue votado. A diferencia de las asambleas contra el CPE, se expresó un malestar general más profundo y el tema de la ley es importante pero no el único objetivo de lucha.
Nanterre, enfrentamiento con la tropa de choque
El lunes 12 la dirección de la universidad cerró la puerta que los huelguistas habían mantenido abierta y bajo control del movimiento como pretexto para la represión. Los gendarmes reprimieron con gas lacrimógeno y porrazos. A pesar de todas las maniobras y la represión para levantar los piquetes en asamblea con más de 1500 estudiantes se votó mantenerlos. Las autoridades que pretendían reunirse no lo lograron mientras que el comité de huelga reunió cerca de 200 estudiantes.
Al día siguiente hubo cierta tensión con los estudiantes rompehuelgas y la dirección de la facultad, que terminó atrayendo a las fuerzas represivas. La intervención fue más violenta que la de la víspera, y después de dos horas desarmaron el piquete. Pero tras la represión, en el comité de huelga había más de 800 estudiantes para organizar los próximos pasos de la lucha.
NOTASADICIONALES
[1] La LRU, bajo la apariencia de un mero aumento de la autonomía financiera, es en realidad la apertura a una privatización parcial, con un probable aumento de las matrículas, la consecuente elitización de las universidades, a la vez que las adapta mejor a los intereses del capital y crea un régimen universitario más antidemocrático.