01/06/2014 MIRADAS AL SUR
Frente externo y gremios internos
01/06/2014
http://beta.sur.infonews.com/nota/207/frente-externo-y-gremios-internos
Por Eduardo Anguita
Dos novedades importantes de la inserción argentina en el mundo. Una, resonante, es que se encaminó finalmente la negociación con el Club de París sin la participación del FMI, tal como lo reclamaba la Argentina, pero con un pago muy superior al que aspiraba el Gobierno. La otra, de menos impacto mediático, fue la invitación formal de Rusia para que Argentina participe de la sexta reunión del BRICS en Brasil. En efecto, los cancilleres de Argentina y Rusia, Héctor Timerman y Sergei Lavrov, brindaron una conferencia de prensa el pasado miércoles tras una reunión en Moscú. Allí se conoció que el encuentro que tendrán los mandatarios de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica contará con la presencia de Cristina Fernández de Kirchner. Esto sucederá, fútbol mediante, el 15 de julio en Fortaleza, al norte de Brasil. Para Dilma Rousseff, si la Copa del Mundo termina sin conflictos sociales, será un argumento de peso de cara a los comicios presidenciales de octubre próximo donde hasta ahora es favorita para su reelección. Brasil se convirtió en la quinta economía del mundo y la continuidad del Partido Trabalhista en el poder es un contrapeso muy importante para el avance de Estados Unidos en la región. Para la Argentina es importante porque necesita avanzar en el frente externo. El viaje de Kicillof a Francia para encauzar la deuda argentina con el Club de París tuvo una resolución inmediata.
Se sabe, desde su asunción fue uno de los asuntos que encaró el ministro de Economía. En enero pasado había viajado para dar impulso a este laberinto de una deuda en default que el país mantenía con 15 de los 19 miembros de ese club. Había diferencias sobre el monto actualizado de la deuda. La Argentina sostenía que eran unos 9.000 millones de dólares y los acreedores reclamaban 10.000. Se pactó en 9.700 millones y se pagará en cinco años con un monto inicial de 650 millones en julio mientras que en mayo de 2015 se pagará un segundo tramo de 500 millones más intereses. Para el Gobierno es un logro que el FMI no monitoree la operación. Las mismas autoridades de ese organismo se mostraron conformes con no participar. En una coyuntura donde escasea el ingreso de dólares es una posibilidad cierta de acceder al mercado voluntario de deuda. Habrá que ver si a tasas de interés punitivo –cercanas al 13% anual– como son los ofrecimientos hasta ahora. Zanjado esto, sería interesante abordar el debate de para qué deben entrar los dólares, si para auxiliar los gastos fiscales, para engrosar las reservas del Banco Central o para buscar socios en proyectos que cambien el perfil industrial de la Argentina.
El tercer asunto del frente externo es que esta semana los abogados de la Argentina presentaron en Washington un descargo para que la Corte Suprema de los Estados Unidos acceda a tratar la demanda argentina. Cabe recordar, está vigente el fallo del juez Thomas Griesa, confirmado por la Corte del Segundo Circuito de Nueva York a fines de febrero pasado. El tema es delicado porque dos fondos de inversión tenedores de títulos que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010 lograron una sentencia temeraria: tienen unos 1.400 millones de dólares en títulos y la in-Justicia resolvió que sean pagados al 100%, a diferencia de quienes tuvieron quitas voluntarias de hasta el 70% del valor nominal de los títulos. No sólo sería un golpe por el monto a pagar sino que abriría una extraña puerta que podría poner en riesgo la reestructuración de la deuda.
La Corte acepta tratar una cantidad limitada de casos y hasta ahora la petición argentina al gobierno de Estados Unidos no tuvo eco pese a haber dado pasos del agrado del capital financiero internacional como solucionar conflictos con el Ciadi (el tribunal arbitral del Banco Mundial) y de haber buscado a Chevron, una petrolera estadounidense, como socio estratégico de YPF. Es probable que la dilación permanente del gobierno de Barack Obama para tomar partido, es que el tema de la reestructuración de deudas excede la situación argentina. Muchos de los gobiernos europeos están sometidos a planes contingentes de la llamada Troika Europea –el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea– que significan una sangría social. Hasta el propio Papa Francisco acaba de hacer referencia, a la vuelta de su viaje por Medio Oriente, a los graves índices de desocupación, y en especial de la juvenil. Hizo referencias puntuales a Italia y España. Volviendo a la Argentina y la Corte de Estados Unidos, existe la posibilidad de que antes del vencimiento del plazo del 12 de junio haya un acuerdo entre partes. El fondo Elliot de Paul Singer –que junto a NML Capital llevan el litigio en los tribunales norteamericanos– hizo público su interés de negociar la deuda. También se sabe que hay otros fondos –Gramercy y Fintech– interesados en comprar a Elliot y NML Capital esos títulos defaulteados. Evitar el fallo de la Corte de Estados Unidos sería una tranquilidad. Es difícil para el público saber cuál es el precio de tener en el medio a grupos financieros que mueven dinero de refugios fiscales. Fintech, por lo pronto, es el grupo adjudicatario de Telecom Argentina y, por ahora, también es el titular del 40% de Cablevisión. Dada la incompatibilidad legal de estar en el negocio de las telecomunicaciones y de los medios audiovisuales, según fuentes oficiales, Fintech deberá vender su parte. El tema está en manos del Afsca y en poco tiempo debería haber resolución al respecto. De cualquier forma, y más allá de que Fintech ceda sus acciones de Cablevisión, con estos interlocutores del mundo financiero no hay ninguna posibilidad de avanzar en la inversión productiva, en la diversificación de la matriz o en los márgenes de soberanía que requiere la Argentina.
En este contexto, la invitación a la Argentina por parte de Rusia a la reunión de los BRICS es una buena noticia. El presidente de China, Xi Jinping, ya había agendado una escala en Buenos Aires previa a la reunión de Fortaleza antes de conocerse ese convite. Será no bien termine la Copa del Mundo. Medido en fixture futbolero, tres días antes del primer partido de Argentina en el Mundial –contra Bosnia, el domingo 15– vence el plazo para ver si la Corte de Estados Unidos acepta el reclamo argentino. Dos días después de la final de esa copa se reunirá el BRICS con presencia Argentina. Aunque esos sucesos de la política y la economía no despierten tanta pasión como las expectativas sobre los dirigidos por Alejandro Sabella, se trata de partidos donde se juegan algunas cosas del futuro argentino.
Efectos del enfriamiento. Gestamp es una empresa multinacional autopartista española fundada en 1997. Tiene presencia en 20 países y se dedica a producir carrocerías, chasis, mecanismos y piezas estampadas de todo tipo, además de soldaduras y otras ramas de la tecnología. Su planta industrial en la Argentina está en Escobar, provincia de Buenos Aires y es proveedora de General Motors, Peugeot-Citroën, Mercedes Benz y Fiat. Como parte de la caída de la demanda de esas plantas, Gestamp bajó sus ventas y decidió, en abril pasado, suspender a 70 trabajadores de la llamada Planta 4, donde trabajan unas 200 personas. Esos trabajadores cobrarían el 75% de su salario y no debían presentarse en la planta, tal como sucede en varias otras plantas del complejo automotriz y autopartista. Uno de los suspendidos fue Gustavo Ruiz, con quien dialogó este cronista. Ruiz vive en Escobar, tiene cuatro hijos, 47 años y 30 de experiencia en la industria metal mecánica. Como dato adicional, aunque no debería ser necesario aclararlo, Ruiz, no tiene militancia sindical activa.
Cuando se cumplieron los 30 días y los suspendidos se presentaron a trabajar, desde el área de Recursos Humanos les informaron que la suspensión iba a continuar. Los trabajadores de Planta 4 realizaron una asamblea y reclamaron que, al menos, se hicieran de modo rotativo. Fundamentalmente para evitar que esos 70 trabajadores quedaran con un pie en la calle, ante un panorama incierto de recuperación del ritmo de producción. Ante la falta de acuerdo, se planteó un conflicto gremial y tras cartón, el 6 de mayo, 64 trabajadores recibieron telegramas simultáneamente en los que les informaban que estaban despedidos “con causa”. Es decir, sin indemnización. Los compañeros de los echados se solidarizaron y desde ese día, los obreros de Planta 4 se declararon en huelga.
La empresa militarizó la planta con la presencia de la Guardia de Infantería de la Bonaerense y de Gendarmería Nacional. La comisión interna de Gestamp tiene tres delegados identificados con sectores de izquierda y otros tres alineados con el Smata nacional conducido por Ricardo Pignanelli. Los sectores de izquierda denuncian que, además de la presencia policial y de la presión de la empresa, hay miembros de la Lista Verde, alineada con Pignanelli, que se suman a la persecución gremial. De hecho, ante el llamado a una reunión en el Ministerio de Trabajo de la Provincia, los representantes del Smata consideraron que “no había un conflicto colectivo sino un conflicto parcial”.
La situación se puso más que tensa cuando, ante la negativa de los directivos de Gestamp de dejarlos entrar a la planta, nueve de los despedidos, el pasado martes, ingresaron a la planta con ayuda de otros compañeros y se instalaron dentro de ella. La empresa, a casi un mes de conflicto, ofreció reconocer el derecho indemnizatorio mientras que los trabajadores exigen la vuelta al trabajo. Gustavo Ruiz fue claro con quien escribe estas líneas: Voy a cumplir 48 años y no puedo estar sin trabajar, necesito llevar la comida para mis cuatro hijos.
Horas después, otro de los trabajadores que había ingresado sin permiso a la planta mandó un mensaje: “Fábrica tomada. Escribo estas líneas sobre el puente grúa. Aquí no solo hay motores y poleas. Hay hombres, con sus contradicciones y sus miedos, pero con unas ganas y una fuerza enormes. Cuando decidimos entrar, la policía nos siguió pero sacamos las fuerzas y logramos cruzar la puerta. Todos corrimos hacia el puente. Y los compañeros quedaron helados. La casualidad quiso que el puente grúa estuviera posicionado perfectamente y a pesar de que los policías manotearon a dos compañeros, entre nuestros gritos de rabia, lograron soltarse y subir. Una vez arriba, pasamos frío. Y sin buen alimento, el frío se potencia aún más. Bancamos la noche sobre cartones. Dormimos de a grupos. Tuvimos que caminar sobre los rieles del puente, mostrándoles que no jugamos. De esa forma nos ingresan cosas a cuentagotas. Las oficinas de gerencia se han trasformado en un verdadero cuartel militar. Hay uniformes de todo tipo. Y hombres dentro de esos uniformes que nos miran con odio. Se los nota nerviosos. No está descartado un desalojo, pero puedo asegurarles que sería un caos con posibilidad de una tragedia. No hay mucha superficie donde luchar, aquí arriba, en el puente grúa. En la plena noche escuchamos el agite de los piquetes. Eso nos da más fuerza, más de la que hay sobre este puente que diariamente carga toneladas. Todos estamos aprendiendo que sin miedo no hay coraje. Los negociadores intentan taladrarnos los oídos, los fiscales hacernos sentir culpables y los policías nos hostigan, al punto de la burla. Pero acá hay valor. El valor de una clase que aprende que sus enemigos llevan uniforme, y que los patrones y sus fiscales no tienen las manos sufridas como las de los obreros”. El conflicto afectó la provisión de autopartes a Ford, Volskwagen y Peugeot y motivó una convocatoria del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, ya que el ámbito de negociación es el Ministerio de Trabajo bonaerense.
El complejo automotor argentino da empleo a cerca de 100.000 trabajadores y tiene un efecto encadenado con muchos otros. El mismo Pignanelli, aunque es parte de la CGT cercana al Gobierno, el miércoles mismo salió en varias radios y dio muestras severas de inquietud. En una entrevista al programa Casi Despierto de Radio Nacional Rock dijo: “Tengo una calentura perra, parece que estamos en un país de sordos y de caprichosos. El problema no son los sordos sino los caprichosos porque, como decía el general Perón, ser caprichoso es un defecto humano. Pero peor son los brutos, que creen que se pueden arreglar las cosas de prepo”.
Ese mismo miércoles, la UOM Córdoba realizó un paro con piquetes y movilización por los 200 despidos y suspensiones en el sector. Este paro contó con el apoyo del secretario general nacional por Antonio Caló, quien afirmó que “la UOM no tolerará despidos arbitrarios que ponen en riesgo la paz social de la provincia y del país”.