EN LOS MEDIOS: Le Figaro
Jubilaciones: los sindicatos divididos sobre la salida
17/10/2010
El CGC no llamará más a manifestar, el CFDT duda y el CGT tiende a endurecer su línea.
“Hay que saber terminar una huelga” reconocía Maurice Thorez después del movimiento social de 1936. Al día siguiente de la séptima jornada de movilización contra la reforma de las jubilaciones (que reunió el sábado pasado entre 825.000 y 3 millones de personas) y en la víspera de una octava jornada este martes, la máxima del viejo líder del PCF, da vuelta por las cabeza de todos los líderes sindicales.
Con el voto este miércoles en el Senado de la ley sobre las jubilaciones y el inicio de las vacaciones escolares, cambia la situación. “No se podrá hacer como si no hubiera pasado nada”, Alain Olive, el dirigente del Unsa. “Todos los líderes saben que Nicolas Sarkozy no cederá y buscan el medio para salir de este conflicto sin demasiadas fracturas”, describe un experto en relaciones sociales.
En la CFE-CGC la respuesta está dada. El martes será la última movilización a la cual la central llamará. “Si la intersindical decide nuevas manifestaciones después del voto en el Senado, será sin nosotros, anuncio Carole Couvert, su secretario general. No vamos a hacer descender a la gente a la calle para nada, tenemos otros combates”. El 40 % de las federaciones que integran la CFE-CGC se habían pronunciado la última semana contra la participación de su central los días del 16 y 19 de octubre. Y las dos más importantes, la metalurgia y la química, hasta habían pedido a sus tropas no ir a manifestar. “Nos costaba cada vez más movilizar ", justifica un responsable para el que esta "reforma está lejos de ser injusta " para el personal jerárquico. “Debimos haber salido antes ", se lamenta Philippe Jaeger, el líder de la federación química.
Los sindicatos reformistas se plantean la misma cuestión existencial. “No se romperá la unidad sindical pero la cuestión está planteada del después del voto en el Senado y no iremos allí donde no queremos ir”, como prevenimos en el CFDT. " Estaremos en otra configuración ", reconocía por otra parte desde el jueves Marcelo Grignard, el adjunto de François Chérèque. " En situación nueva, nuevas formas de protesta ", abunda Alain Olive, cansado de la repetición de las manifestaciones. “Hacer la pedagogía de esta ley para sentar las bases de una reforma menos injusta sería más eficaz ", indica, en la reunión el jueves por la tarde en el CFDT de la intersindical que debe decidir como continua al movimiento.
Base contestataria
En cambio, ni hablar de retroceder, para las centrales más a la izquierda del tablero sindical. “Las organizaciones no analizan la situación de la misma manera, reconoce Bernadette Groison, la dirigente de la FSU. Debemos mantener la presión después de las vacaciones del Día de todos los santos (de la Toussaint) para que la ley sea derogada. El mismo análisis en la CFTC, apuntalado sobre los 60 años de edad jubilatoria, y en FO que milita por "una jornada de huelga nacional " y en Solidaires donde las tropas sueñan con "extender la huelga”.
Queda la CGT que no llega a elegir entre los reformistas y los radicales. “Las organizaciones sindicales no van a decir ¡Alto! de la noche a la mañana, no es concebible”, sin embargo afirmó eñ sábado Bernard Thibault. El dirigente de la central de de Montreuil quiere dar garantías a su base contestataria, lista para las huelgas por tiempo indefinido, que le reprochan que no convoque a la huelga general. Pero debe también evitar hacer estallar su dúo con François Chérèque que, según un experto, “juzga peligroso continuarlo pero no sabe cómo salir sin pasar por un traidor”. Como en 2003…
Para la UNSA es claro: “Está fuera de discusión que ayuda a salvar al soldado Thibault llamando a endurecer el movimiento”, admite uno de sus dirigentes. “La radicalización no nos acercará al objetivo a alcanzar y deformará la opinión sobre nosotros”, afirma un jerarca de la CFDT (Confederación Francesa Democrática de Trabajo) quien no imagina a Bernard Thibault haciendo alianza con Fuerza Obrera, Solidaires y la Federación Sindical Unitaria (FSU). “Eso llevara a la CGT 15 años hacia atrás” sentencia.
Cualquiera que sea su decisión, el conflicto sobre las jubilaciones dejará marcas. “Las centrales reformistas perderán credibilidad, después de su derrota, en las elecciones del gobierno, analiza un experto. Y los más radicales saldrán fortalecidos en su estrategia de golpear más fuerte”.