Francia: el asesinato político de Clément Méric, militante antifascista
¡La extrema derecha no pasará!
13/06/2013
¡Por la autodefensa ante los ataques de los reaccionarios contra los LGBTI, los inmigrantes y la extrema izquierda!
Por CCR
Los militantes de Courant Communiste Révolutionnaire del NPA, presentes en las concentraciones del 6 de junio, en Ciencias Políticas, Havre-Caumartin y St-Michel, expresan su profunda solidaridad y bronca luego de la agresión fascista que le costó la vida al camarada Clément Méric. Lamentablemente, este asesinato político es la culminación de una larga serie de ataques y agresiones contra la comunidad LGBTI, los inmigrantes y la extrema izquierda por grupúsculos de extrema derecha que han levantado cabeza. Reaparecieron con más fuerza, últimamente, teniendo a favor el clima reaccionario creado por las manifestaciones de derecha y el posicionamiento de la Iglesia contra la ley sobre el matrimonio igualitario, pero también por todo el discurso a favor de la seguridad y anti-terrorista con el que el gobierno y Manuel Valls, en el ministerio del Interior, tratan de rivalizar con la derecha.
Esta terrible noticia se inserta en un panorama de una crisis capitalista que dura desde hace seis años. Frente a un aumento del desempleo, la degradación de las condiciones de vida, los escándalos de todo tipo que corroen los regímenes políticos y salpican al conjunto de los sectores a su servicio, hemos visto fortalecerse a numerosas corrientes de extrema derecha en Europa. Basta con pensar en Aurora Dorada en Grecia, UKIP en Gran Bretaña o, por supuesto, en el FN en Francia. Estos partidos y formaciones atizan la xenofobia, el racismo y la homofobia. En última instancia, se preparan para desempeñar el papel de batallones de choque contra las movilizaciones obreras y populares.
En la actualidad, por supuesto, también el FN trata de mostrarse más presentable que antes. Esto forma parte de la estrategia de “desendemoniación” iniciada por Marine Le Pen en estos últimos tiempos y es la razón por la que ha declarado a la prensa que no tiene ningún vínculo con el grupúsculo responsable del asesinato de Clément. Pero se sabe bien que el FN fomenta desde siempre y sigue teniendo relación con estos canallas fascistas. Por otra parte, la nieta del fundador del FN, Marion Maréchal, electa al Parlamento, fue vista varias veces acompañada por este tipo de basuras. Inútil decir que si los enfrentamientos de clase llegan a hacerse más agudos, el FN no esperará ni un segundo para congregar a toda esta podredumbre fascista.
Por parte de los trabajadores, mientras que la crisis se profundiza, la austeridad es de rigor y los ataques de la patronal avanzan, las organizaciones sindicales asumen su rol de “parte negociadora” y convalidan las contrarreformas. Lo hemos visto con la CFDT y la ANI. Las otras confederaciones se contentan con validar, con su presencia en las negociaciones, aún cuando no firman y luego con su pasividad, la aplicación de estos ataques. Incluso a veces, dicen aceptar “la solución menos mala”, como pudimos verlo en Bosch Rodez en donde todas las organizaciones sindicales firmaron un acuerdo de competitividad que representa un retroceso histórico en la relación capital-trabajo. Para el grupo Renault, prevaleció la misma lógica en las direcciones sindicales como FO. Estas orientaciones combinadas no pueden más que desmoralizar al mundo del trabajo y abrir el camino a los reaccionarios.
Pero los llamados que consisten en buscar una nueva mayoría parlamentaria hipotética, sea o no “antiausteridad”, como propone la izquierda reformista, no ofrecen ninguna solución de fondo para responder a esta crisis y hacérsela pagar a los responsables, es decir, los capitalistas, la patronal y su gobierno. Para la extrema izquierda, el asesinato de Clément está allí para hacernos recordar, dolorosamente, que es tiempo de poner fin a la adaptación y al pacifismo que han ganado a nuestras filas desde hace años, a la militancia rutinaria en el marco del régimem burgués en el que las únicas perspectivas son las agendas electorales o parlamentarias, las manifestaciones sindicalistas, las jornadas de acción sin futuro y las declaraciones un poco más radicales reservadas para los días de fiesta y los desfiles del 1° de Mayo.
¡Abajo la utilización del asesinato de Clément por el PS y el gobierno!
Por la gran emoción suscitada por este asesinato, Hollande y el PS no demoraron en reaccionar. Pero es la política antiobrera y antipopular del gobierno PS-Verdes tanto en el terreno económico como social la que permite, en última instancia, el fortalecimiento de la extrema derecha. Basta pensar en los desmantelamientos de los campamentos de Roms por Valls, en las expulsiones que continúan y la persecución a los sin-papeles, pero también en el robo de nuestras conquistas sociales que no hace más que debilitar a nuestra clase. ¿Qué decir de la ANI, que flexibiliza el trabajo y envalentona a la patronal para que avance en su lógica de robo a las conquistas sociales, obtenidas durante décadas de combates? Para no hablar incluso de la agenda de austeridad del gobierno, que ha rechazado claramente la muy tímida propuesta “de amnistía social” que se había hecho en el Senado… El gobierno se dice consternado por la agresión perpetrada el 5 de junio pero hace meses que ha identificado a sus verdaderos enemigos: las trabajadoras y los trabajadores en lucha, a los que no ha dudado en reprimir, tirar gases, golpear, ya sea a los de PSA, los de Goodyear o los de ArcelorMittal.
El PS también juega a la indignación. Pero es el partido de Mitterrand quien primero, en los años 1980, permitió el avance del FN y de todos los canallas fascitizantes que pululan en torno a él. En primer lugar, es la política neoliberal la que está en tela de juicio, que condujo a la desmoralización de centenares de miles de trabajadores que se encontraron frente al giro del rigor, de los cierres de fábricas, de siderúrgicas, etc. Lo que está en tela de juicio, también es la política de instrumentalización del FN orquestada por Mitterrand para dividir los votos de la derecha y del RPR de esa época. Todo esto explica bien por qué Anne Hidalgo, candidata designada por Delanoë para sucederlo en la Intendencia de Paris, ha preferido retirarse de la concentración de St-Michel ante la hostilidad de los manifestantes.
¡Abajo la hipocresía de Nathalie Kosciusko-Morizet y los ataques de Copé contra la extrema izquierda!
NKM, candidata de la UMP (Unión por un Movimiento Popular) en las elecciones municipales de Paris, que trata de atraer el voto centrista, no ha dudado en presentarse en el lugar del asesinato, en Havre-Caumartin, e incluso quería decir allí un discurso “contra todas las formas de violencia”. Allí también, los manifestantes se encargaron de echarla del lugar.
En el mismo momento, el líder de la UMP, Jean-François Copé, pedía por intermedio de la prensa que se disuelvan los grupos de extrema derecha, pero también los de extrema izquierda. Esta lógica que apunta a poner un signo igual entre los “extremos”, es decir, entre los grupos fascistas y los militantes revolucionarios y los militantes obreros y populares radicales, incluso fue reproducida por Le Monde, como una manera de preparar a la opinión pública para nuevas medidas liberticidas y eventuales ataques bonapartistas.
El llamado a la disolución de los grupos de extrema derecha por el Estado: una reivindicación errónea
El Front de Gauche de Mélenchon pide al gobierno que disuelva a los grupos de extrema derecha. Esta reivindicación es totalmente equivocada en la medida en que desarma a los militantes de izquierda, obreros y revolucionarios frente al peligro que representan estas corrientes fascistoides. Apelar al Estado, es decir al enemigo de clase, es sembrar ilusiones en cuanto a su supuesta neutralidad. Esto vuelve a desarmar al mundo militante y la juventud frente a las agresiones de los grupos fascistas y a las medidas bonapartistas a las que, por ejemplo, apela Copé.
En 1968, fueron los decretos de disolución de las ligas adoptados en 1936 los que han servido para disolver 19 organizaciones. En 1936, el PCF había saludado la medida como una victoria. En 1968, fueron disueltas 18 organizaciones de extrema izquierda y solamente una de extrema derecha, Occident, y muchos de sus militantes se reconvirtieron en la derecha clásica (Devedjian, Longuet y otros). Toda medida que puede conducir a un fortalecimiento del Estado capitalista con el pretexto de golpear a los grupos de extrema derecha de manera puntual no puede ser retomada por las organizaciones obreras. Una vez más, a medida en que la lucha de clases vaya agudizándose, todo el arsenal de leyes de emergencia o medidas de excepción será empleado contra el mundo del trabajo y las clases populares. La única manera de dominar a los grupúsculos de extrema derecha, es en las calles, por la acción directa y construyendo un poderoso movimiento de trabajadores y de la juventud contra este gobierno y su austeridad, para poner en marcha una alternativa frente a la desesperanza y al repliegue que puede generar la crisis capitalista.
¡Por comités de autodefensa y por el frente único de las organizaciones obreras, sindicales y políticas, frente a la extrema derecha y las fuerzas de represión en las huelgas y los movimientos sociales!
Lo peor de esta crisis está ante nosotros. Ante los ataques venideros del gobierno, sobre la cuestión de los ferrocarriles pero sobre todo de las jubilaciones, frente al ascenso de la extrema derecha, más que nunca es necesario poner en pie el frente único de las organizaciones obreras, tanto sindicales como políticas, para oponerse a este retroceso social, cultural y democrático que nos quieren imponer. Es necesario que las confederaciones sindicales cesen immediatamente el diálogo social con el gobierno, un diálogo que sólo puede llevar a nuevas derrotas y que sirve para mantener una cierta pasividad y desarmar al mundo del trabajo. Es necesario que la clase obrera, con sus propios métodos, haga su entrada en escena para barrer toda la podredumbre que emerge de esta V República y para presentar una alternativa y una perspectiva para el conjunto de los/as explotados/as y oprimidos/as. Porque si las trabajadoras y los trabajadores no se proponen responder a la crisis, será un nuevo Bonaparte (como Sarkozy eventualmente) y la extrema derecha quienes capitalizarán la crisis del gobierno de Hollande y del PS.
En este contexto, y frente a los ataques de los grupúsculos de extrema derecha, reivindicamos el legítimo derecho a la autodefensa de las organizaciones obreras, sociales y de extrema izquierda. Lejos de todo aventurerismo político, desde ahora de lo que se trata es de comenzar a poner en marcha un trabajo sistemático de propaganda y de agitación, partiendo de la experiencia de los trabajadores y la juventud para oponerse a la pasividad y a la confianza excesiva que existe respecto de la legalidad burguesa. Únicamente de este modo podrán surgir verdaderos organismos de autodefensa, que van desde piquetes de huelga en los lugares de trabajo hasta verdaderos servicios de orden capaces de garantizar democráticamente la seguridad de los manifestantes y militantes, y llegado el caso ante la agresión y los ataques, dejar fuera de juego a los grupúsculos de extrema derecha. Únicamente de esta manera será posible volver a dar plena confianza a los trabajadores y a los explotados y desacreditar definitivamente a las corrientes fascistoides y de extrema derecha ante los sectores desclasados o desorientados de la clase obrera o incluso ante ciertas capas de las clases medias que, bajo el impacto de la crisis, podrían ser tentadas por sus sirenas. Este es el mejor homenaje que se puede rendir, hoy, al combate militante de Clément.
06/06/13
Manifestación del 8 de junio en homenaje a Clément
Por CCR
El sábado 8 de junio participamos en la manifestación en homenaje a Clément Méric, militante antifascista asasinado el miércoles por miembros de un grupúsculo fascista. Por respeto a la voluntad de sus allegados y para evitar toda aprovechamiento político, la movilización fue sin banderas, lo que evidentemente entendemos pero no compartimos. Sin embargo, la manifestación no tomó la forma de una marcha apolítica. Agrupó a varios miles de militantes y manifestantes anónimos que vinieron para rendir homenaje a Clément y al mismo tiempo, decir no al ascenso de la extrema derecha. Además de los militantes del NPA, había militantes anarquistas, antifascistas e hinchas del Stade Bauer (estadio del equipo de fútbol Stade Paris, situado en Saint-Ouen, en los suburbios parisinos, NdeE), militantes del Front de Gauche, militantes LGBT. También destacamos la presencia, al final de la columna, de militantes turcos, que habían previsto una manifestación de apoyo al movimiento que atraviesa Turquía en este momento, y se unieron a la manifestación de este sábado y cantaron consignas internacionalistas y antifascistas.
El recorrido, de Bréguet Sabin a Gambetta se realizó gritando “No pasarán”, “Basta de fachos en nuestros barrios, basta de barrios para los fachos” y “Clément, Clément, antifascista”. La llegada a Gambetta fue fuerte y emotiva, después de un minuto de silencio con el puño levantado, una gran parte de los 6000 manifestantes lanzó consignas antifacistas y cantó “O bella Ciao” y la Internacional. La amplitud de esta manifestación muestra el shock que ha producido este odioso asesinato en pleno día de un joven camarada, ocurrido después de la agresión hacia una mujer violada por un grupo fascista a principios de semana. De la manifestación emanaba un sentimiento de hartazgo frente a este crimen y a las agresiones racistas, sexistas y homofóbicas que se multiplicaron durante estos últimos meses, consecuencia directa del sentimiento de impunidad generado por la ofensiva reaccionaria contra el matrimonio igualitario.
Hay que pasar del duelo a la respuesta y preparar desde ahora una movilización de masas que nos permita retomar las calles ante los grupúsculos fascistas y los reaccionarios. Esta movilización no debe ser minoritaria y debemos exigir a las direcciones sindicales de la CGT, CFDT, FO, etc. que llamen a manifestar. Pero las organizaciones políticas como el Front de Gauche deben parar de tratar de aprovechar todo tipo de movimiento y trabajar en la construcción de un verdadero frente único contra las agresiones de los grupos fascistas; un frente único que se base en métodos democráticos entre todas las organizaciones obreras y populares.
Todas las organizaciones obreras y democráticas, sindicales y políticas deben convocar y organizar manifestaciones masivas en todas las grandes ciudades de Francia para exigir justicia para Clément y la condena por homicidio de los esbirros fascistas de la JNR. Es necesario poner en marcha, en el plazo más breve, una estructura de frente único obrero, antifascista, para proteger a los manifestantes, los militantes y los locales. Nada tenemos que esperar del Estado burgués. Sólo la relación de fuerzas entre las clases podrá hacer que los asesinos de Clément sean derrotados.
¡NI OLVIDO, NI PERDON! ¡NO PASARAN!
9/6/2013.