La mujer y el imperialismo
08/03/2007
Este año, el 8 de marzo estará marcado por la presencia en Brasil del presidente norteamericano George W. Bush, tan odiado por las mujeres en lucha como por los pueblos y clases oprimidas. Mientras bush intenta retomar sus políticas para América Latina, debilitadas por la crisis que enfrenta en Medio Oriente, surge el mayor proceso laboral por discriminación sexual de la historia de Estados Unidos, en el cual cerca de 2 millones de trabajadoras de la red de supermercados Wal-Mart se movilizaron contra la disparidad salarial entre hombres y mujeres que ocupan el mismo cargo.
EEUU está entre los países con el índice más elevado de violencia contra la mujer, donde una mujer es golpeada a cada 15 segundos y una mujer es violada a cada 90. La "tierra de los sueños" se torna en la tierra de las pesadillas que son exportadas a todos los rincones del mundo. La política externa de Bush resulta en centenares de muertes y violaciones de mujeres en el mundo entero, en nombre de una "democracia" bañada en sangre.
La nueva ofensiva reaccionaria de Bush se hace evidente con una ley, que legitima y reconoce las "pruebas" obtenidas mediante tortura e interrogatorios coercitivos a tod@ y cualquier "sospechos@" de terrorismo. Esta ley permite prácticas atroces, como en Abu Ghraib en Irak, donde mujeres fueron víctimas de violaciones y humillación.
El clima de inseguirdad que prima en Medio Oriente, en especial en Irak desde la incusión imperialista ha favorecido una oleada de secuestros y violaciones. En Israel, Moshe Katsav, presidente y gran aliado de la Casa Blanca, fue obligado a salir del cargo por acusaciones de violación y agresión sexual de sus funcionarias, sin contar las agresiones realizadas por el ejército israelí a las mujeres palestinas y libanesas.
En Sudan y en la República Democrática del Congo, "cascos azules" (soldados enviados por la misión militar de la ONU) fueron protagonistas de violaciones y abusos sexuales de menores. Denuncias llevaron al alejamiento de 192 soldados de la ONU, mientras sus tropas permanecen en estos dos países.
Haiti tamién el escenario de violaciones y abusos sexuales por soldados de misiones de "paz" de la ONU, bajo el comando de militares brasileños. Según denuncia de la BBC, cerca de 32 mil mujeres y niños fueron víctimas de violaciones en la ciudad de Puerto Príncipe, capital del país, en un período de menos de dos años, siendo uno en cada cuatro violaciones de autoría de las fuerzas de seguridad. La mayoría de las víctimas era menor de 18 años y 16% tenían edad inferior a 10 años. EEUU y la Unión Europea bloquearon los préstamos destinados a minimizar la catástrofe sanitaria haitiana, donde se constatan epidemias, como el sarampión y la dengue; la mortalidad infantil y en el parto presentan los índices más elevados del hemisferio. Con la falsa excusa de combatir la delincuencia y restablecer la seguridad, las tropas de Lula, Kirchner (Argentina) y Tabaré Vásquez vienen esparciendo el terror, sobre todo en los barrios populares. Las interminables denuncias sobre las violaciones de los derechos humanos expresan el papel nefasto que cumple la ONU en el ámbito internacional.
El imperialismo también se hace presente en cada país por las empresas transnacionales que se instalan en los países de los cuales extren la materia prima a bajos costos, explotando también a nuestra fuerza de trabajo a un precio bastante ventajoso para el gran capital. Cuando surge la oportunidad de explotar la fuerza de trabajo por un precio aún más barato, los capitalistas no dudan en aplicar despidos masivos, como bien lo observamos en la Volkswagen, en la General Motors y en la Brastemp. Estas empersas cuentan también con el apoyo de los gobiernos nacionales, como el gobierno Lula/PT, que permite estos despidos. Cuando explotan estos procesos, las mujeres son las primeras a ser echadas. Ocupan los cargos más precarizados y con menos estabilidad, siendo que muchas siquiera trabajan en blanco, siendo condenadas a la informalidad.
La lucha por nuestros derechos es la misma lucha de cada irakí, palestina, haitiana y todos los pueblos contra el imperialismo, que explota e invade sus países, viola su carne y asesina sus hijos. Este 8 de marzo tiene que mostrar que no nos callaremos ante esta realida y que nuestra voz se hará sentir cada vez que una mujer o niño sea violado por las tropas imperialistas, cada vez que nuestros derechos sean negados.
¡La lucha de las mujeres es internacional!
¡Por la expropiación de las empresas que despidan masivamente!
¡Por la derrota de Bush y su imperialismo en Irak y Lula en Haiti!