LA NACION - 15-11-2011
Los coletazos, cada vez más cerca de Francia
15/11/2011
Por Luisa Corradini | LA NACION
¿Francia podría seguir el camino de Italia, Grecia, Irlanda o Portugal? Los ataques especulativos que padeció la segunda economía de la eurozona la semana pasada, la exposición de sus bancos a las deudas soberanas de otros países en dificultades, su economía casi paralizada y el enorme volumen de su propia deuda pública parecen justificar esa posibilidad.
Desde hace días, la inquietud que despierta Francia en los mercados es cada vez mayor. En privado, los gestores financieros confiesan que no quieren saber nada con la deuda francesa. En claro: Francia está siendo seriamente contaminada por la crisis de las deudas soberanas de la zona euro.
El resultado es que, desde hace una semana, la diferencia ( spread ) entre los títulos de su deuda (OAT) y su equivalente alemán (Bund) -referencia en Europa- alcanza niveles récord. El jueves pasado, ese spread llegó a los 170 puntos de base, un nivel jamás alcanzado desde 1997. Hace un año, esa diferencia se situaba en 45 puntos. Eso significa que los inversores temen hoy mucho más prestarle dinero a Francia y exigen una remuneración mayor para compensar el riesgo.
Aun cuando París y Berlín poseen la mejor nota posible atribuida por las agencias de notación (triple A), la percepción que tienen los mercados de ambos países es totalmente diferente. En este momento, la situación francesa se asemeja más a la de Italia que a la de Alemania. Pero ¿por qué suben esas tasas? "Probablemente un tercio de ese spread responda únicamente a las dificultades de Italia y a los temores de contagio", descifra Cyril Regnat, estratego de Natixis.
Y los riesgos son serios. Si cayera ese pilar de Europa -la tercera economía de la zona euro-, sería todo el sector bancario francés que el podría derrumbarse. La exposición de los bancos franceses a la deuda italiana supera los 22.000 millones de euros. Una situación que tendría consecuencias inmediatas sobre la economía francesa. La primera de ellas sería un credit crunch , una reducción de los créditos consentidos por los bancos a la industria y a los particulares.
Pero el problema de Francia no responde sólo al "peligro italiano". Los mercados tampoco confían en el saneamiento de la economía anunciado todas las semanas por el presidente Nicolas Sarkozy. La semana pasada, la Comisión Europea anunció un déficit para Francia de 5,1% y una deuda pública de 92% del PBI para 2013, muy lejos de los objetivos fijados por París (3% de déficit). Esas previsiones se realizaron sobre la base de un crecimiento del 1% en 2012. La Comisión Europea también aplicó una corrección a esa cifra y la situó en 0,6%.
Como la mayoría de sus socios de la eurozona, el gobierno francés está tratando de resolver la cuadratura del círculo: ante el estancamiento del crecimiento, anuncia cada vez mayores medidas de ajuste con la esperanza de convencer a los mercados de que más rigor presupuestario reducirá el déficit.
Los esfuerzos desesperados de Sarkozy estas últimas semanas tienen además un objetivo preciso: evitar que el país pierda la tan preciada nota triple A, que le permite mantener controlada su enorme deuda pública.
Pero la fragilidad francesa no termina aquí. También inquieta a los mercados el riesgo político. Las próximas elecciones presidenciales que deben realizarse en menos de seis meses son un motivo suplementario de preocupación para los inversores, que temen ver llegar al Palacio del Elíseo al candidato socialista. Hasta ahora favorito en los sondeos, François Hollande podría -afirman- renegar de todos los compromisos presupuestarios asumidos por el equipo actual de gobierno.