Sudáfrica
Luego de seis meses de lucha triunfa la huelga minera
26/06/2014
El lunes 23 de Junio J. Mathunjwa presidente de AMCU (Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción según su sigla en ingles) anunciaba la firma del acuerdo salarial que ponía fin a la huelga más larga de los mineros del cordón del platino en Sudáfrica. Casi 6 meses de paro fueron necesarios para que los trabajadores doblegaran a las patronales multinacionales de las 3 principales minas Lonmin, Anglo American Platinum e Impala Platinum y conseguir que el aumento salarial de los mineros llegue a los 12500 Rand (unos 1200 US$) mediante aumentos mensuales durante los próximos 3 años. Desde el gobierno y sectores empresariales el triunfo de los mineros fue tomado con preocupación ante la posibilidad de que el ejemplo de lucha se extienda a otros sectores de trabajadores en el país.
La huelga de más de 70000 mineros de las principales minas de platino fue una dura pulseada entre los trabajadores y las tres multinacionales que extraen platino en Sudáfrica que buscaban hacer pagar a los trabajadores las pérdidas producidas por la baja en la exportación y de esa manera mantener sus fabulosas ganancias. Durante los meses de huelga los trabajadores tuvieron que enfrentar una nefasta alianza entre la patronal imperialista, los representantes del gobierno del CNA (Congreso Nacional Africano que gobierna desde la caída del Apartheid) y sectores de la burocracia sindical que en algunos casos directamente organizaron grupos de rompehuelgas. Mientras el presidente J. Zuma encabezaba la campaña del CNA para logar su reelección bajo el slogan “Tenemos una buena historia para contar”, los mineros enfrentaban las patotas, realizaban piquetes contra los rompehuelgas enviados por la patronal y la burocracia sindical y buscaban cómo subsistir ya que cada día de huelga era un día menos de salario. El ataque patronal fue tan duro que, como si la falta de pago del salario no bastara, las empresas llegaron a cortar la ayuda médica (principalmente con medicamentos contra el HIV para los mineros y su familia) y social que reciben los trabajadores.
La huelga fue atacada una y otra vez por los voceros del gobierno y los empresarios, que acusaban a los trabajadores de atentar contra la economía sudafricana. La huelga afectó al 40% de la producción mundial de platino y un 60% de la producción anual de Sudáfrica de 4 millones de onzas. El paro de los 70000 trabajadores de la AMCU le costó a los empresarios más de 2 mil millones de dólares.
Las profundas razones de la combatividad obrera
La histórica huelga de los mineros no solo se explica por el justo reclamo salarial. Los trabajadores tienen que dejar su vida en condiciones precarizadas de trabajo en las minas para extraer el material que proporciona grandes ganancias a las empresas ya que el platino se utiliza para los discos rígidos de las PC, tablets o cables de fibra óptica por nombrar productos de uso cotidiano. A cambio reciben un salario que apenas alcanza para mantener a su familia y tienen que vivir en los barrios armados por las empresas en los alrededores de la mina con precarias condiciones sanitarias.
Para los mineros y sus familias, como para millones de trabajadores y el pueblo pobre del país, las promesas de la igualdad y mejora social y económica que traería el fin del Apartheid nunca llegaron. Mientras, ven cómo los dirigentes y funcionarios del gobierno de la Triple Alianza (CNA, el Partido Comunista y la central sindical COSATU) se transformaron en millonarios y empresarios luego de transformarse en representantes de los intereses de los empresarios y las multinacionales.
En los últimos años los trabajadores sudafricanos vienen protagonizando importantes huelgas en diferentes sectores, pero no es casualidad que sean los mineros uno de sus sectores más combativos. Los trabajadores que protagonizaron esta histórica huelga son los mismos que en 2012 protagonizaron la huelga que fue salvajemente reprimida por el gobierno del CNA y que dejó 34 muertos en Marikana, que como denunciaron organizaciones sociales y de derechos humanos, hizo recordar los tiempos del Apartheid. La huelga minera se transformó, para los trabajadores, en una lucha por conquistar sus derechos.
El impacto de la huelga
El triunfo minero ha significado un gran golpe a favor de los trabajadores en el momento en que el gobierno prepara un plan de ajuste y flexibilización laboral como respuesta a la desaceleración de la economía sudafricana. El gobierno de J. Zuma esperaba que terminara la campaña electoral y conseguir extender su mandato por un nuevo periodo para comenzar a aplicar las reformas que vienen pidiendo el FMI y las principales empresas multinacionales. Parte de este plan era mantener los aumentos salariales por debajo de la inflación que ronda un 11%.
El triunfo de la huelga ha demostrado que la conquista del más mínimo derecho (en el caso de los mineros un salario digno) está basada en la lucha de los trabajadores y el pueblo pobre, justo en el momento en que la histórica dirección política de la mayoría negra en Sudáfrica, la CNA, se encuentra cuestionada por favorecer a los empresarios y poderosos mientras millones viven en la pobreza, más del 25% no tienen trabajo (número que aumenta entre los más jóvenes) y no tienen condiciones dignas ni de salud ni de educación.