Venezuela | Convoquemos ya a un acto unitario
Por un 1° de Mayo obrero independiente, de lucha e internacionalista
24/04/2013
El Día Internacional de los trabajadores es un día de lucha y no un día de festejos. Como todos sabemos, en esta fecha del 1° de mayo se conmemora en honor a la memoria de los heroicos obreros que en 1886 fueran enjuiciados y ejecutados en los EE.UU. por luchar por la jornada de ocho horas y otras demandas. Se defendieron y murieron gallardamente, sin jamás bajar la frente ni la moral ante los verdugos al servicio de la burguesía yanqui. Gran ejemplo de lucha que como la Comuna de París en 1871, demostraba que los obreros estaban dispuestos a dar su sangre y vida por sus derechos y decidir sus propios destinos. Así, a 127 años de la heroica lucha de los mártires de Chicago, no nos encuentra en cualquier momento sino en medio de la crisis económica mundial y la respuesta obrera luego de la larga noche neoliberal. Las banderas de los mártires por las 8 horas flamean en las luchas que se desarrollan en muchos países a nivel mundial. En nuestro país tenemos nuestros mártires obreros por luchar y no los olvidamos. Compañeros que han sido asesinados recientemente por sicariato patronal, en medio de las más descarda y cómplice impunidad garantizada desde el Estado y el gobierno, como Richard Gallardo, Carlos Requena y Luiz Hernández en el 2008, o muchos otros que han caído por orden de los patronos, así como también obreros asesinados por las fuerzas policiales como fue el caso de los compañeros trabajadores de la Mitsubishi en el 2009, y en este caso, una policía a cargo de un gobernador del chavismo, cuando fungía en sus funciones Tarek Willian Saab. Pero también aliados de clase obrera en sus luchas han sido víctimas de la represión estatal y asesinato sicarial, como el reciente y vil asesinato de Sabino Romero en octubre de este año y demás indígenas yukpas que luchan por el derecho a su territorio, todos en total impunidad, de igual manera la cantidad de campesinos pobres asesinatos en su lucha por la tierra. Actualmente tenemos en nuestro país más de 2.000 trabajadores procesados por el “crimen” de luchar y defender sus derechos.
Es que este 1° de Mayo nos encuentra con una situación mundial marcada por una gran crisis histórica de la economía capitalista internacional, frente a la cual se vienen desarrollando importantes movilizaciones de los trabajadores frente a la ofensiva de los capitalistas que intentan descargar sobre las masas dicha crisis. Lo fundamental en estos momentos es que esta crisis capitalista y la respuesta de los trabajadores, está haciendo emerger el fantasma de la lucha de clases en muchos países de Europa, incluso en los propios Estados Unidos, así como también procesos de lucha en América Latina. La crisis capitalista en Europa generó un tendal de despidos y cierres, solo en España son más de 6 millones los desocupados. El que tiene la suerte de mantener su trabajo ve deteriorarse su nivel de vida. En EE.UU. la superexplotación de jóvenes, negros e inmigrantes es moneda corriente. En los países pobres o semicoloniales, como el nuestro las penurias de los trabajadores continúan. Es que en pleno siglo XXI el movimiento obrero tiene mucho por lo que luchar y el capitalismo solo miseria para dar. La clase obrera a nivel mundial hoy es más fuerte en número que en las últimas décadas del siglo XIX, somos una fuerza de más de 2.500 millones de personas que diariamente hacemos mover al mundo. Somos los que producimos alimentos; los que fabricamos y movemos todas las mercancías; construimos las ciudades y avenidas; damos clases en las escuelas y atendemos en los hospitales. Nada diferente es en nuestro país donde la clase obrera es una fuerza considerable: somos más de 7 millones y medio de asalariados que hacemos andar el país y producimos en las fábricas, en las empresas, en los bancos, en los centros educativos, en los hospitales, en la tierra.
Como bien sabemos, en nuestro país vivimos toda una nueva etapa política. El resultado electoral muestra que el chavismo ha entrado en una profunda crisis política pero desgraciadamente la oposición de derecha de la MUD con Capriles Radonski a la cabeza empieza a capitalizar esta crisis, al menos por ahora electoralmente. En medio de una bomba de tiempo económica que puede abrir una crisis profunda, y en el marco de la decadencia del chavismo y sin la presencia de Chávez, el gobierno de Maduro será un gobierno débil. Pero fundamentalmente el gobierno de Maduro estará sometido, sin lugar a dudas, a la resistencia de sectores de la clase trabajadora que saldrá con más fuerza a pelear por sus demandas y por mejores condiciones de vida. Más aún si, como todo indica, Maduro aplicará medidas de ajuste por la grave situación país de la economía capitalista nacional, sin contar ni de lejos con la legitimidad y autoridad de Chávez, que a la vez que concentraba las expectativas de una resolución de las demandas de los explotados a través de la acción del gobierno, era capaz de derrotar y “disciplinar” a los sectores en lucha que quisieran ir más allá.
Maduro, para buscar ajustar las cuentas del Estado temiendo una crisis económica de mayores proporciones, aplicó medidas de típico corte capitalista y que son consecuencia lógica de las políticas capitalistas sostenidas por el gobierno en estos catorce años, recurriendo a la devaluación de la moneda, medidas que no por casualidad fueron aplaudidas por organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial. La política de sobreendeudamiento estatal, tanto externo como interno, de los últimos seis años para sostener el gasto público que ha llevado el gobierno, se comienza a hacer sentir sobre el pueblo trabajador que ve devaluando su salario, ya no solo por el retraso salarial –mediante la política de aumentos miserables del salario mínimo, así como negativa a cumplir o discutir cientos de contratos colectivos vencidos en el amplio y diverso sector de trabajadores cuyo patrón directo es el Estado- y la carestía de vida con el aumento de la inflación, sino justamente con estas medidas devaluatorias que deprimen aún más el ingreso de los hogares populares. Nicolás Maduro que se presenta como continuador del proyecto del tibio nacionalismo burgués de Chávez, no tiene la misma influencia ni autoridad entre el pueblo y los trabajadores y las trabajadoras, y ya vimos cómo en menos dos meses de gobierno implementó dos devaluaciones de la moneda, es decir pechando al pueblo y no a los grandes capitalistas. Maduro, si la crisis se desata, de seguro realizará ataques al movimiento obrero y los ingresos del pueblo pobre en general, como aumentos del IVA (o aplicación de nuevos impuestos), nuevas devaluaciones, autorización de aumentos de precios, negativas de aumentos de salarios al nivel del costo de la vida, incumplimientos de derechos laborales, despidos en el sector público, coacción y represión a los que luchen decididamente por sus salarios y derechos, reducción del presupuesto público, tal como lo hizo Chávez en el período de leve crisis de 2009-2010, o incluso yendo más allá esta vez, incorporando el aumento de tarifas de los servicios públicos. Por eso los trabajadores y las trabajadoras tenemos que prepararnos para la lucha, y estar a la altura de esta nueva ola de la lucha de clases que comienza a recorrer el mundo.
Capriles y la MUD no son ninguna opción para el pueblo trabajador, ellos representan a la fracción burguesa que está en la oposición desde 1999, después de dirigir el Estado durante cuarenta años. La supuesta “solución” que proponen es dar más libertad de acción a los capitales y más subordinación a los intereses del imperialismo yanqui. Este sector cuestiona el “estatismo” del gobierno actual y propone un Estado que intervenga menos y deje hacer ¡más aún! a los empresarios. Si el tibio nacionalismo que implementó Chávez y sus inofensivas regulaciones al movimiento del capital –del que Nicolás Maduro sostiene que será su continuador- no han logrado sino paliar parcialmente las situaciones de mayor pobreza y miseria, manteniendo lo fundamental de los problemas obreros y populares, menos habrá “solución” con un programa de mayores libertades para la explotación y acumulación capitalista.
Impulsemos la mayor unidad de lucha de la clase trabajadora
Luego de pasados los días tensos que sacudieron el país luego del resultado electoral, el gobierno y la oposición por interpuesta persona del CNE llegaron a un acuerdo político para salir de la crisis de la coyuntura: Capriles, por un lado, no impugnando el resultado electoral, y el gobierno, por su parte, aceptando la auditoría de verificación sobre el 46% restante de las cajas electorales. Pero pasada la crisis de la coyuntura, desde el gobierno y toda la burocracia gubernamental está ahora en una cruzada contra los trabajadores y trabajadoras que no le votaron, incluso algunos amenazan a los pobres beneficiarios de las misiones. De esta manera, desde el alto escalón están utilizando la presión de la derecha y de los Estados Unidos, y los desmanes de los grupos más fachos de la oposición, para iniciar una cruzada persecutoria hacia los trabajadores y trabajadoras de la administración pública y las empresas estatales. Una decisión amedrentadora que obedece, no a la presión de la derecha, sino al mismo hecho del resultado electoral, donde estuvieron casi cerca de perder las elecciones presidenciales, cuando más de 700 mil personas que en octubre pasado habían votado por Chávez esta vez lo hicieron por Capriles. Así, por ejemplo el presidente de la CVG, Rafael Gil, junto a un grupo de burócratas sindicales del PSUV plantearon que había que hacer una “limpieza” política dentro de las empresas, por los malos resultados que tuvo Maduro, de igual manera se expresaron burócratas de las instituciones públicas afirmando que “vamos a botar trabajadores que no votaron por Maduro”, como lo sostuvo Leonet Cabezas del estado Zulia, y así se repite la misma amenaza en distintos lugares en las administraciones centrales de los ministerios en Caracas y en otras regiones del país. Los trabajadores y las trabajadoras, incluso aquellos que votaron por el chavismo, a darle un parao a estas tentativas de despidos, es inaceptable desde todo punto de vista dejar pasar la lógica de que los gobiernos y sus burocracias privilegiadas puedan despedir trabajadores por no comulgar con sus ideas políticas, además que este fortalecimiento del autoritarismo patronal, esta libertad para amenazar y tomar represalias, no tiene solo un contenido coyuntural político-electoral sino un contenido social y de clase más profundo, de mayor alcance, es decir, se trata de castigar el descontento y la disidencia política de los trabajadores, por lo que no solo afecta a quienes hoy, desesperanzados con las políticas antiobreras del gobierno optaron por la oposición de derecha, sino que afectará al conjunto de los trabajadores y trabajadoras que salgan mañana a defender sus conquistas y a pelear por sus demandas económicas y laborales, inclusive, por supuesto, a aquellos que continúan votando por el chavismo.
Por todo esto, y frente a los ataques del gobierno, de los empresarios privados, y también de la oposición de derecha en las distintas gobernaciones y alcaldías que dirige, tenemos que organizarnos para luchar, y dar pasos en este sentido en este 1° de Mayo. Todos estos años, si no es desde el gobierno, es de la oposición, a través de sus burocracias sindicales realizan actos del 1° de Mayo, para llevar a los trabajadores y las trabajadoras a ser furgón de cola de uno y otro proyecto patronal y burgués. Cada ala de esta burocracia sindical empuja y lleva a los trabajadores al callejón sin salida, ya sea tras las políticas del gobierno como tras el proyecto de la oposición; burócratas sindicales que hasta regimentan leyes contra la masa trabajadora desde sus cargos de diputados. En necesario dar una lucha despiadada contra esta burocracia sindical por barrerla de los sindicatos, imponiendo la mayor democracia obrera, y recuperar los sindicatos como verdaderas herramientas de lucha y totalmente independiente de los patronos y el Estado.
Por eso, desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), planteamos que hoy es clave realizar un 1° de Mayo obrero independiente, de lucha e internacionalista. Vemos que en las luchas que ya se vienen realizando los trabajadores se estan organizando y luchando unidos, sin que nadie les pida de antemano a qué corriente política pertenecen, muestran tendencias a la unidad y el frente único frente a sus demandas, y esta unidad permite y facilita el trabajo por la independencia política de clase, y desenmascarar a los partidos patronales, sean estos del gobierno o de la oposición, lugar donde le inculquemos a los trabajadoras y las trabajadoras que solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas para forjar nuestros destinos, y que nuestra liberación será obra de nosotros mismos, los trabajadores y las trabajadoras que somos los que producimos y hacemos andar todo en nuestro país y en el mundo. Así vimos cómo el pasado 4 de abril una importante marcha de los trabajadores y trabajadoras de las universidades, donde docentes, empleados y obreros se movilizaron unitariamente por aumento salarial y el cumplimiento de los contratos colectivos. En ese mismo sentido es la lucha que llevan unitariamente los trabajadores cementeros del país que se organizan y salen a la pelea, es la unidad que se expresa en la clase obrera de las industrias básicas como se expresa hoy en la Ferrominera y otras empresas, lo mismo acontecen en otras luchas están en lucha como Galletera Carabobo, trabajadores de EFE contra la empresa Polar y otras importantes peleas donde la empresa privada capitalista arremete contra la clase obrera.
Desde la LTS sostenemos que hoy más que nunca es necesaria la unidad de toda la clase trabajadora para salir a luchar y pelear por nuestras demandas. Dirigente sindicales como Marcela Máspero de la UNETE, y dirigentes sindicales como Orlando Chirino y José Bodas (secretario general de la federación petrolera -FUTPV) que dirigen CCURA y hacen vida en FADESS, se declaran autónomos con respecto al gobierno y la patronal privada. Si estas declaraciones de intenciones son ciertas deben llamar desde ya a una marcha o acto unitario alrededor de un programa de clase y por nuestras demandas, como la lucha por la escala móvil del salario y horas de trabajo, frente a la inflación y los despidos, entre otros puntos de lucha. Es hora de ponerle lugar y hora, pues los tiempos corren, que no quede en declaraciones de internet sin dar pasos concretos desde ya, y convocar a un acto, obrero, independiente, internacionalista y de lucha.
En este 1° de Mayo, es necesario convocar ya un encuentro nacional obrero de emergencia
La clase obrera no puede quedar presa de optar entre las opciones que se disputan el mando del país burgués, no puede tampoco paralizarse a la expectativa de qué hacen uno u otro bando, el gobierno de las devaluaciones, de la negativa a discutir las contrataciones colectivas y la criminalización de las luchas obreras, y la oposición proimperialista que pregona un capitalismo "sin restricciones" y mayores "libertades" para los explotadores. Lejos de ir detrás de uno u otro bando, de esperar lo que uno u otro sector decida, debemos bregar por juntarnos, coordinarnos y discutir como clase social nuestros problemas y los del país.
Los políticos burgueses de la oposición de derecha, junto a sus empresarios, se reúnen para discutir cómo se disputan el control del país, los políticos, también burgueses, que hablan hasta por los codos de "revolución" y "socialismo" pero no hacen sino gestionar y preservar la misma sociedad capitalista -y sus propios negocios como casta burocrática y privilegiada en el control del Estado-, se reúnen entre ellos, con los militares que custodian este orden burgués, y también con los empresarios chavistas, para discutir cómo siguen en el poder, ¡¿y los trabajadores, los que llevamos sobre nuestros hombros la producción social, las condiciones de explotación y humillación en los lugares de trabajo (tanto privados como públicos)?! ¡¿Por qué no tener nuestros propios espacios para pensar la situación del país, para deliberar, debatir y decidir una orientación, acciones propias, de acuerdo a nuestros intereses y los del conjunto del pueblo pobre, no desde los de la casta privilegiada del chavismo y sus empresarios "socialistas" ni desde la perspectiva de la oposición burguesa?! Esta perspectiva no se desarrolla ahora, entre otras razones, por el peso de las direcciones sindicales burocráticas que tiene actualmente al frente la mayoría del movimiento obrero, que lejos de proponer una línea de independencia política de la clase obrera, son parte de los principales proyectos políticos burgueses en pugna, por lo que llevan a los trabajadores detrás de uno u otro bando del orden actual, o sencillamente condenan a los trabajadores a la pasividad ante crisis de magnitudes como la actual. Por eso es importante abrir esta discusión en todos los lugares de trabajo, y hacerle exigencias a las direcciones sindicales que tienen en sus manos los recursos y las posibilidades de impulsar una política en este sentido.
Debemos proponernos y exigir a las organizaciones sindicales que se reclaman representantes de la clase obrera, un encuentro nacional de trabajadores de emergencia, que plantee la lucha contra toda injerencia imperialista, y dé una respuesta como clase ante la actual crisis y la realidad económica y social del país, que se descarga sobre los salarios y derechos laborales. Un verdadero encuentro nacional de trabajadores, no un “encuentro” limitado a la presencia de las direcciones sindicales burocráticas, como acostumbran hacer, esas direcciones sindicales que en la gran mayoría de los casos actúan totalmente de espaldas a los trabajadores a quienes dicen representar, pero a quienes no consultan prácticamente nada de lo que hacen o dejan de hacer. Un encuentro con delegados/as votados en asambleas en cada lugar de trabajo, deliberativas, ¡no solo informativas, como acostumbran hacer por lo general los dirigentes burocráticos!, y abiertas a toda la base de los trabajadores, sin ningún tipo de requisito previo más que el de ser trabajador, sin ninguna precondición de estar o no con determinada opción política, con base a la más clara democracia obrera, con libertad de opinión y discusión. Asambleas de trabajadores que así discutan y escojan delegados y delegadas que vayan a los encuentros con mandato de las bases, y que sean revocables.
Las direcciones sindicales tienen una responsabilidad principal en impulsar o impedir un encuentro de estas características. Sectores como de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) que tienen a su frente a Marcela Máspero y Eduardo Sánchez, y la corriente C-CURA –que hace vida en el FADESS-, referenciada en Orlando Chirino y José Bodas, que se reclaman autónomos con respecto al gobierno y la oposición tienen que ponerse al frente y convocar un encuentro obrero de emergencia como el que está planteando aquí, más aún en los actuales momentos del país. Incluso, allí donde haya condiciones para ir concretando encuentros regionales, por ciudad, o por rama de producción, debemos alentarlos, para dar pasos reales en el camino de este encuentro nacional.
Un encuentro nacional de trabajadores de estas características sería por ahora la única alternativa real para dar pasos concretos en soldar la unidad de los trabajadores en lucha, sin quedar paralizados o a la suerte de los bandos que hoy quieren subordinar todas nuestras necesidades e intereses a su lucha por el control del país. Un encuentro nacional de trabajadores donde discutamos inflación, endeudamiento estatal, devaluación, postergación salarial, incumplimiento o negativa a la discusión de las contrataciones colectivas, los ataques a los que luchan tanto en la empresa privada como en el sector estatal, la criminalización de las luchas y el amedrentamiento patronal, etcétera. Un encuentro para compartir experiencias de lucha, para juntar la rabia obrera contenida, para discutir la coordinación de las luchas, de los reclamos, y un verdadero plan nacional de lucha unificado. Es una discusión que planteamos a los compañeros y compañeras trabajadores que abramos en los lugares de trabajo, que discutamos en esta perspectiva, para avanzar hacia una política de independencia de clase, de una perspectiva propia de los trabajadores, que nos ubique confiando en nuestros propios métodos de lucha, en nuestras propias fuerzas, en nuestros propios dirigentes de lucha, en una perspectiva muy superior a la que nos llevan actualmente el gobierno y la oposición, que nos quieren pensando solo en las perspectivas que cada uno nos ofrece.
Por la independencia política de los trabajadores construyamos una herramienta política de los trabajadores.
El descontento de franjas del pueblo trabajador con la realidad que vivimos tras casi una década y media de supuesta “revolución” muestra el fracaso del nacionalismo burgués, al que ahora dice darle continuidad Nicolás Maduro, un régimen que no hizo sino dilapidar el enorme y contundente apoyo de masas con que contó, pues en lugar de llevar adelante un proceso de abolición de la propiedad burguesa (nacional y extranjera) y socialización de las riquezas como base para la resolución de los problemas nacionales y de las masas obreras y populares, mantuvo todo lo fundamental de la sociedad de explotación, además subordinada a la dinámica de la expoliación por parte de los capitales imperialistas, por lo cual siguieron en pie la gran cantidad de problemas obreros y populares que hoy hacen que, después de casi década y media, crezcan los sectores del pueblo trabajador que ven en la oposición burguesa una alternativa. Un proyecto que, por su propio carácter de clase, con su idea de “desarrollo nacional” burgués, se detuvo siempre en el umbral de la propiedad privada, razón por la cual no logró dar respuesta de fondo a las necesidades obreras y populares, apenas paliando los problemas más acuciantes con base, entre otras cosas, en un fuerte endeudamiento estatal con la banca privada y gobiernos capitalistas, un endeudamiento que buscan descargar sobre el pueblo trabajador con la devaluación, las negativas a discutir cientos de contratos colectivos vencidos, y otras medidas que preparan.
Pero este descontento no puede tener ninguna canalización progresiva a través del proyecto que representa Capriles Radonski, sino más bien virando hacia una alternativa política de clase, propia de los trabajadores. En estas elecciones hemos visto como algunos sectores trabajadores y del pueblo pobre frente al descontento con el chavismo han orientado su voto hacia otra variante patronal como la de Capriles, justamente porque los trabajadores a estas alturas no han forjado una herramienta política propia que luche por la independencia de clase. Consideramos que frente a este fenómeno de descontento, y los procesos de ruptura que comienzan a darse en el chavismo, y que seguramente se acelerará con el gobierno de Maduro, la tarea de los revoluciones hoy más que nunca es luchar con todas las fuerzas por la construcción de una herramienta política propia, un partido propio de los trabajadores, con un programa claro de salida obrera a la crisis y por la independencia de clase.
Los trabajadores y trabajadoras del país, que constituimos, con unos 7 millones de asalariados y asalariadas, la clase social más grande del país y potencialmente la más poderosa, la clase social que lleva sobre sus hombros diaria y constantemente la producción de la inmensa mayoría de las riquezas, la clase que hace andar las ruedas del país, debe generar sus propios espacios de encuentro, discusión y decisiones políticas y de lucha. La clase obrera deberá conquistar su independencia política, tanto frente a la derecha como ante las distintas variantes del chavismo ahora con Maduro y su entorno, para convertirse en un factor político que pueda dar respuesta a la situación actual evitando ser furgón de cola de alguno de los proyectos burgueses se disputan hoy el mando del país. Una herramienta política propia de los trabajadores facilitaría el camino a la construcción de un partido obrero revolucionario e internacionalista, que lleve la lucha hasta el final, pues no habrá solución a las demandas fundamentales si no es en el combate decidido en la perspectiva de la lucha por un gobierno propio de los trabajadores y el pueblo pobre, sobre la base de la destrucción del Estado burgués y la abolición de la propiedad privada capitalista, tanto nacional como imperialista, poniendo las riquezas sociales al servicio de las mayorías, de quienes las producen, como parte de la lucha por la derrota del capitalismo a escala internacional y mundial.
Por un 1° de Mayo de lucha e internacionalista, con independencia de clase, que lucha por:
¡Aumento general de sueldos y salarios igual al costo de la canasta básica familiar! ¡Escala móvil de salarios!
¡Discusión y cumplimiento de todas las contrataciones colectivas vencidas en el sector estatal y en las empresas privadas!
¡Basta de criminalización de las luchas obreras y populares! ¡Anulación de las leyes que criminalizan las luchas obreras! ¡Anulación de los juicios contra centenares de trabajadores presos por luchar!
¡Basta de impunidad en los asesinatos de obreros! ¡Basta de impunidad y complicidad estatal en los asesinatos de indígenas Yukpa!
¡Justicia para Sabino Romero! ¡Por comisiones investigadoras independientes del Estado y los patrones!
¡No al pago de la deuda externa! ¡Dinero para educación, salud, viviendas y salarios, no para la banca y gobiernos imperialistas!
¡Repudio y rechazo a los ataques de grupos de ultraderecha contra los centros de salud públicos y militantes afines al gobierno! ¡Rechazo a la injerencia imperialista en nuestro país!
¡Rechazo y repudio a la persecución, estigmatización y hostigamiento en la administración pública y las empresas estatales a trabajadores y trabajadoras por sus ideas políticas y sindicales!
¡Por en encuentro nacional de trabajadores en lucha! ¡Por la coordinación y unidad de las luchas! ¡Por un plan de lucha y movilización nacional unificado!
¡Por la independencia política de los trabajadores construyamos una herramienta política de los trabajadores!
¡Alto a los ataques capitalistas en contra las conquistas obreras en Europa y Estados Unidos! ¡Viva la resistencia obrera y popular europea contra los ataques del Banco Mundial, la Unión Europea y el Banco Central Europeo! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
¡Por la unidad de la clase obrera mundial, por el triunfo de todas sus luchas!