En los medios: Libération
Separación
18/10/2010
Por Laurent Joffrin, director de «Libération»
Una angustia amenaza al movimiento sindical: la de la división. Hasta ahora, las principales centrales permanecían en un esquema común: revisión negociada del texto- y no retirada- por la vía de protestas masivas, con el apoyo de la opinión pública.
Esta táctica comenzaba a dar resultados insuficientes. La irrupción de los estudiantes secundarios y el bloqueo parcial de los transportes y de la distribución de nafta (combustibles) han cambiado la situación. Algunos elementos más convencidos han entrado en escena.
¿Diferencia clásica entre reformistas y radicales? Puede ser. Pero puede aparecer otra división: la separación entre los que protestan por arriba y los que protestan por abajo. Sabemos que la vida política francesa se despliega desde hace años en dos ejes: el tradicional eje “Derecha-Izquierda”, siempre pertinente, y el nuevo eje y más temible, “Elites-Pueblo”.
Es muy probable que este movimiento, después de todo, obedezca a la segunda lógica: de un lado el gobierno y las direcciones sindicales listos a un compromiso para salir del movimiento; del otro, una parte de la base, los estudiantes secundarios movilizados, ciertas profesiones con bronca, ciertas organizaciones pertenecientes a la CGT, algunos militantes radicales dispersos pero activos.
Estos serían la encarnación de un rechazo popular, desde luego minoritario, pero hostil a toda lógica de gestor. En este caso entraríamos en una fase dolorosa.