El "empoderamiento del pueblo" es un verso
10 años de poder para patrones, gobernadores represores y burócratas
29/05/2013
El palco…
Cristina utilizó el acto del 25 en Plaza de Mayo para lanzar al Frente para la Victoria a la campaña electoral. Con un discurso contra las corporaciones y llamando al “empoderamiento popular” convocó a ganar otra década para defender el “modelo”. ¿“Década ganada”? Un fraude cada vez menos creíble. El palco del 25 lo demuestra: gobernadores que son “señores feudales”, burócratas sindicales como el servicio de la dictadura Gerardo Martínez y movimientos de derechos humanos y sociales cooptados por el Estado. “Yo no voy a ser una presidenta que le dé palos a nadie” dijo. Alcanza medio metro para desmentirla. Ahí estaban Gildo Insfrán, Jorge Capitanich y Gerardo Zamora (el radical K de Santiago del Estero), todos represores de los pueblos originarios y campesinos pobres a quienes asesinan para extender la frontera sojera a favor de la oligarquía y la burguesía agraria. Lo que importa es repetir la farsa discursiva contra las corporaciones. El gobernador de San Juan, José Luis Gioja, también en el palco, sonríe. Es el máximo agente de la Barrick Gold, a quien como al resto de las mineras se le cobra una miseria de impuestos y goza de libre disponibilidad de nuestros recursos. Todo gracias a una ley de la “década perdida”, los ‘90, que los K mantuvieron a rajatabla.
...y la Plaza
La Cámpora y los movimientos sociales aportaron importantes columnas. A ellos la presidenta les habló de “empoderamiento popular” y convocó a organizarse. Para darle supervivencia al “proyecto” el kirchnerismo quiere construir una burocracia “desde arriba”, con tránsfugas, como Mariano Recalde de Aerolíneas, que vive de su puesto en el Estado con un salario millonario. Ese es el “empoderamiento”, al servicio de administrar el “modelo” de alianza con las mineras, el capital extranjero y empresarios amigos. Cristina comparó los ataques de la oposición con las injurias gorilas al peronismo del ’45. El paralelo no resiste la más mínima prueba histórica. La persecución de la oligarquía a las bases del peronismo tenía que ver con que en esa etapa los sindicatos fueron cooptados a la vida política estatal, reconociéndoles su peso, aunque castrándolos de independencia. Sobre ese sustento el peronismo intentó, en las condiciones internacionales de su época, una tibia resistencia a las pretensiones del imperialismo norteamericano en nombre de los intereses de la burguesía nacional. Pero el kirchnerismo no llegó siquiera a eso porque no cambió en casi nada el estatus noventista y la sumisión semicolonial al imperialismo. El “desendeudamiento” es otra mentira y la sangría sigue: entre 2005 y 2012 el 37% promedio de los recursos del Estado se fueron en pagos de la deuda externa.
Peleas de camarillas
Entre la defensa del modelo K y la “década robada” que predica Jorge Lanata desde los medios del Grupo Clarín, se tensa el escenario nacional destacándose la pelea entre las camarillas de los políticos patronales. Unos critican sólo al oficialismo y otros sólo a los opositores. Pero la corrupción los junta: a los kirchneristas, al peronismo que milita junto al empresario De Narváez, a la UCR y hasta el FAP que gobierna Santa Fe con una de las policías más represivas y corruptas, asociada al narcotráfico y la trata de personas. Todos tienen facilidades para hacer negocios, fugar dinero y maniobrar, legal e ilegalmente, para enriquecerse. Es una casta que gobierna para los patrones y le gusta vivir como ellos. Puestos a controlar los fondos públicos llegan a ser como Jaime y Schiavi. O como los funcionarios macristas que auditan las licitaciones de obras públicas que siempre acaban en manos de los amigos de Mauricio. Ninguno de estos partidos está dispuesto a tomar medidas serias contra el robo descarado de los recursos del Estado.
Atacar los intereses de los capitalistas
Si la lucha de los trabajadores que se venía instalando desde el paro del 20N no avanzó es por responsabilidad de los dirigentes de ambas CGTs. Unos se subordinaron al gobierno mientras Hugo Moyano abandonó la pelea en las calles para dedicarse a la política electoral con De Narváez y De La Sota, el gobernador que tiene como ministro de Trabajo al burócrata del SMATA, Omar Dragún, que acaba de renunciar tras haberle mandado la patota a los luchadores de VW que pelean contra los despidos. Al cierre de esta edición se cumplía la jornada de lucha de la CTA opositora. Los trabajadores estatales, de la salud y docentes de las agrupaciones que impulsa el PTS paramos y fuimos parte de los cortes, aunque no acordamos con los puntos del programa convocante que enunciaba consignas favorables a los productores sojeros. Tampoco con que Eduardo Buzzi, de la Mesa de Enlace fuera vocero de la marcha. Por eso nos retiramos de Plaza de Mayo cuando hizo uso de la palabra. Lamentablemente, no sólo conocidos socios de la CTA Micheli (MST y PCR) fueron parte del acto con Buzzi sino también el nuevo aliado K del michelismo, Marea Popular, que antes justificaba su apoyo al gobierno por el rechazo a las patronales agrarias. Por su parte, la flamante Secretaria General de SUTEBA Matanza, Romina Del Plá (PO), habló desde el palco sin señalar este grave problema de la movilización, algo inexplicable, más aún teniendo en cuenta que PO definió (exageradamente) como “clasistas” los triunfos en 11 seccionales del SUTEBA la semana pasada.
Nuestro programa no es para juntar a los trabajadores con los patrones. Un verdadero “empoderamiento” de los trabajadores y el pueblo pobre significa construir organizaciones de lucha independientes de la burguesía y su Estado, y un partido propio, para que sean los oprimidos los que tomen en sus manos el destino de la nación.
Frente a la camarilla corrompida de políticos capitalistas, Raúl Godoy, diputado del FIT y dirigente del PTS, lanzó desde Neuquén un proyecto de ley para que todos los diputados y funcionarios públicos ganen lo mismo que una maestra. Proyecto que hay que impulsar en todo el país. Planteamos además que las organizaciones obreras y sociales combativas peleen por un programa contra la corrupción estatal, que exija en primer lugar que todas las obras públicas y licitaciones sean controladas por las organizaciones obreras y populares, para evitar los sobreprecios y las estafas habituales. Además serviría para demostrar la necesidad de un plan de obras públicas, bajo gestión obrera, para hacer las obras indispensables que, como mínimo, eviten los crímenes sociales que sufre el pueblo trabajador.
El gobierno anunció que enviará a los jóvenes de La Cámpora a controlar los precios. Pero sólo busca negociar con las cámaras de los supermercados el congelamiento de 500 productos mientras el resto sigue en disparada. El camino de los trabajadores y el pueblo pobre para derrotar la inflación pasa por romper los techos salariales del gobierno e imponer la escala móvil de salarios, es decir, que los sueldos se indexen según la inflación real. Además hay que pelear por que se abran los libros de contabilidad de las grandes cadenas de supermercados, por abolir el secreto comercial, de los pulpos de la industria alimenticia, de los terratenientes, de la gran burguesía agraria exportadora para que se conozcan las ganancias de estos verdaderos ganadores del “modelo”.
Hay que atacar esos intereses. La nacionalización de la banca y la creación de un banco estatal único gestionado por los trabajadores es una medida eficaz para evitar la fuga de capitales que realizaron todas las empresas y que fue permitida por todos los gobiernos, noventistas y kirchneristas. Desde el PTS propondremos a los partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores un programa integral de salida obrera que incluya, entre otras, estas demandas. Hay que fortalecer una perspectiva de independencia de clase para que los trabajadores y la juventud le den la espalda a toda variante patronal, para pelear por el verdadero poder para los explotados, un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre.