Venezuela: Polémica con la dirección mayoritaria del PRS
A una semana de las presidenciales
23/11/2006 En Clave Obrera N° 8
Continuando con el debate en torno a las próximas elecciones en Venezuela (ver LVO N° 208, 198 y 188), presentamos un artículo publicado en el periódico En Clave Obrera N° 8 de la JIR (Juventud de Izquierda Revolucionaria), organización hermana del PTS en Venezuela y miembro de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional. La JIR se declaró en julio de este año como “Fracción Pública del Partido Revolución y Socialismo (PRS) por una real independencia de clase”, tras la decisión de la mayoría de apoyar la candidatura de Chávez, entre otros temas. Se pueden leer más artículos de la JIR en www.jir.org.ve.
Hemos venido discutiendo la política impulsada por la dirección mayoritaria del PRS en la situación política nacional como ajena a la lucha por una real independencia de clase. Esto se ha expresado más contundentemente en su negativa a levantar una candidatura obrera independiente en las elecciones presidenciales, prefiriendo encolumnarse tras la política oficial del gobierno de Chávez y la campaña por los “10 millones de votos” para su reelección, haciendo un llamado a “reventar las urnas con millones de votos para reelegir a Chávez”. Es más, llegaron a considerar “un disparate” que los trabajadores tuvieran un candidato obrero propio. Pero no les bastó sumarse a la campaña oficial del gobierno sino que avanzaron aún más con esta política, llegando a establecer una alianza electoral con el agrupamiento UPV de Lina Ron, quien tiene como consigna fundamental “Con Chávez todo, sin Chávez nada”. Vemos así que ni siquiera, como solían afirmar al principio, han tratado de impulsar un supuesto “voto crítico”.
Tras el chavismo en las elecciones
A lo largo de esta campaña electoral la dirección mayoritaria del PRS ha venido de fracaso en fracaso, como expresión clara de su desastrosa orientación política. Su máxima expresión ha sido el fiasco del acto programado en Valencia, bastión del sindicalismo de C-CURA (donde no consiguió movilizar más que una veintena de compañeros), y donde el monopolio absoluto lo tuvo la UPV con sus seguidores. Peor aún, dirigentes sindicales vestían la camiseta del partido UPV donde se podía leer “garantía de chavismo y revolución”.
Probablemente en lo que queda de campaña electoral, los compañeros de la mayoría de PRS podrán realizar sus actos por Chávez que aún les restan. Pero no se trata de “corregir” errores organizativos garantizando actos por el Comandante, queriendo demostrar con esto lo “acertado” de su política como argumentan algunos de sus dirigentes, sino de una política escandalosa de llevar a los trabajadores alegremente tras el proyecto de Chávez. Estos compañeros insisten en que hay que dejar que los trabajadores hagan su experiencia y adaptarse a la situación. Si los trabajadores en cuanto clase, por su simple acción y los golpes de las experiencias, fueran capaces de comprender inmediatamente su tarea histórica no serían necesarios el partido ni los sindicatos. Con esta lógica la revolución habría nacido simultáneamente con la clase obrera. Por el contrario, hay que luchar férreamente contra las ideologías y programas ajenos a los trabajadores como es el nacionalismo burgués del chavismo que pugnan tras la conciliación con los patrones, diciendo que es posible una convivencia pacífica con los sectores empresariales y demás capitalistas nacionales y extranjeros. Al no combatir la ideología del chavismo, y muy por el contrario querer demostrarles que se es “chavista consecuente”, se vuelven en los hechos seguidores del propio nacionalismo burgués de Chávez.
Bajo el paraguas del chavismo en el plano sindical
Mientras los compañeros mantienen un discurso combativo en la medida que las luchas van contra la patronal, es completamente impotente su política frente a las propias medidas del gobierno de Hugo Chávez, no sólo con respecto a los trabajadores sino en lo que hace a la política nacional de conjunto. En la corriente sindical C-CURA -que influyen los compañeros- no existe la más mínima crítica o delimitación de las políticas de Chávez, no se devela el verdadero papel político que juega de concertación con los grandes empresarios y terratenientes, de los acuerdos con las grandes transnacionales.
Los trabajadores vienen arreciando con un conjunto de luchas, peleas cruciales que se libran por reivindicaciones salariales, derechos sindicales, mejores condiciones de vida, en fin, por sus reivindicaciones fundamentales. Pero no existe ninguna política de coordinación y centralización de estas luchas llamando a verdaderos encuentros obreros con delegados mandatados por la base en cada fábrica, en cada lugar de trabajo, y discutir cuál es el plan de lucha de los trabajadores para enfrentar las políticas no sólo de la patronal sino también la del gobierno nacional. Desde la crisis que dio origen a la ruptura de la UNT (ver LVO N° 192), mientras se desarrollaron este conjunto de luchas obreras, a lo único que se ha llamado es a actos para ratificar el apoyo a Chávez y llamados a la unidad a las otras tendencias burocráticas de la UNT.
Pareciera que la consigna abstracta de la “unidad” es más importante que las tareas revolucionarias de la clase obrera. Han pasado casi 10 meses de la ruptura en la UNT y desde entonces el sector de Marcela Máspero y compañía se ha orientado hacia políticas directamente del Estado y del gobierno, políticas hostiles a los trabajadores. ¿De qué tipo de llamados a la unidad hablan los compañeros? Hemos dicho e insistido muchas veces, justamente a los compañeros de la dirección mayoritaria del PRS que tanto hablan de “revolución” en nuestro país, que el futuro de cualquier revolución no depende de la fusión de los aparatos sindicales sino de la unificación de la mayoría de la clase obrera alrededor de consignas y métodos de lucha revolucionarios. Por eso, la unificación de los trabajadores sólo es posible mediante la lucha contra estos sectores de la burocracia como Marcela Máspero, los más adictos a la colaboración de clases. Hay que librar a los trabajadores de la influencia reaccionaria de la burocracia sindical.
Desde la importante marcha del 19 de julio, la corriente sindical C-CURA ha estado prácticamente sin política justo cuando más se han desarrollado las luchas de los trabajadores y la represión de la Guardia Nacional. Se reprimen y encarcelan trabajadores, pero en ningún momento se ha responsabilizado al gobierno de Chávez por tal situación. Solamente el mismo discurso de siempre, que la responsabilidad es de la burocracia, de la corrupción y de los gobernadores y alcaldes, como si no existiera gobierno nacional. Esta es la consecuencia de querer construirse bajo el paraguas del chavismo en el movimiento obrero, política que no sólo va en contra de la lucha por la independencia de clase sino que refuerza la ilusión de los trabajadores en el gobierno de Chávez.
Basta de convivencia pacifica con los sectores burocráticos y ultrachavistas de la UNT y de no coordinar los conflictos obreros. Hay que sacar a la C-Cura y la UNT de la parálisis en que están inmersas. Es necesario coordinar las luchas en curso para que estas triunfen y aceleren la experiencia con la dirección burocrática de la central y también con el chavismo. Es necesario un congreso de delegados de base electos en cada fábrica y lugar de trabajo para definir un plan de lucha de conjunto para la UNT.
Un camino peligroso hacia la liquidación del partido
Un resultado de toda esta política escandalosa ha sido que en los hechos se haya dejado de lado la construcción del PRS, proyecto político al que muchos trabajadores se sumaron en el Encuentro del 19 de julio del año pasado. La construcción fue dejada de lado para ceder al más liso y llano sindicalismo, diluyendo lo que era originalmente el PRS en la corriente sindical. De esta manera, la política adoptada de conjunto por los sectores mayoritarios del PRS lleva a frustrar y abortar en los hechos el desarrollo partidario.
Ya en el balance de las elecciones de la UNT, la dirección había hecho un balance negativo en cuanto a la construcción partidaria, y una de las resoluciones a tomar era la de dar un nuevo impulso a la construcción del PRS. Sin embargo, la política profundamente sindicalista de la dirección, y el seguidismo desesperado al chavismo, hizo que esta sea completamente impotente para impulsar siquiera un congreso partidario, que permita reorganizar las filas del PRS y discutir todos nuestros acuerdos y diferencias para poder poner de pie un partido revolucionario de los trabajadores. Es necesaria la convocatoria urgente de un Congreso Extraordinario con todas las garantías democráticas para revertir las políticas y orientaciones en curso.
– CLAVES
PRS: Partido Revolución y Socialismo, sus dirigentes más conocidos son Orlando Chirino y Stalin Pérez Borges. El sector mayoritario mantiene relaciones internacionales con los dos MST argentinos.
C-CURA: Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma, agrupación sindical impulsada por el PRS.
Unión Nacional de Trabajadores: central sindical opositora a la vieja CTV (Central de Trabajadores Venezolanos).
UPV: Unidad Popular Venezolana.