Chávez ordena la adquisición forzosa de Sanitarios Maracay
30/12/2010
Luego que el gobierno combatió y derrotó la lucha de los obreros que la gestionaban sin patrón y exigían la expropiación sin pago
El pasado 19 de diciembre, en el marco de una serie de medidas para hacer frente a la emergencia habitacional puesta de manifiesto por las fuertes lluvias que dejaron 130 mil personas damnificadas, el presidente Chávez anunció la expropiación de Sanitarios Maracay –junto a otra llamada Aluven (Aluminios de Venezuela). Sí, se trata de la misma fábrica donde alrededor de 400 trabajadores desarrollaron una gran lucha desde noviembre de 2006, poniéndola a producir bajo su propio control y exigiéndole al gobierno la expropiación de la misma, sin ningún pago al patrón y manteniendo la gestión obrera. Esa fue la respuesta que dieron los trabajadores ante la decisión del empresario de cerrar la empresa y dejarlos en la calle, cuando estos no aceptaron trabajar bajo las condiciones de súper explotación que este les proponía como única manera de mantener la empresa funcionando. Han pasado más de cuatro años del inicio de aquella lucha, y más de tres desde que el gobierno conspiró para derrotarla… ahora el gobierno vuelve por los fueros de Sanitarios Maracay, de la manera más pragmática, solo empujado por la acuciante necesidad de viviendas de las mayorías obreras y pobres que no han visto resuelto este drama tras más de una década de supuesta “revolución”.
La lucha que llevaron adelante los obreros que se atrevieron a insubordinarse ante el poder capitalista, no sólo debió enfrentar al empresario Álvaro Pocaterra, sino también al propio gobierno, en la figura de sus burócratas sindicales, sus sindicalistas-diputados y la propia Asamblea Nacional, que obraron contra los obreros de diversas maneras: intentando montar un sindicato paralelo que era contrario a la gestión obrera, represión por parte de la Guardia Nacional, hasta negociaciones con el patrón, a espaldas de los obreros. Así, la gestión obrera se vio verdaderamente cercada (sin créditos, sin acceso a materia prima, sin clientes oficiales) y aunque logró sortear la situación varios meses, al mes nueve (agosto 2007) la situación se hizo desesperante para muchas de las familias obreras, pues los ingresos ya no cubrían las cuestiones elementales. El gobierno nacional, que nunca dio un bolívar de crédito a los trabajadores, que nunca compró una sala de baño a la gestión obrera (mientras sí le compró miles a una empresa privada –Vencerámica–), le consiguió un crédito a Pocaterra para que este ofreciera a los trabajadores pagarles “de inmediato” unas míseras indemnizaciones por despido, a cambio de que abandonaran la fábrica: un sector importante de los trabajadores aceptó la propuesta fraguada entre el gobierno, el ex secretario general del sindicato y el empresario, concluyendo así la experiencia de gestión obrera.
Luego de este gran retroceso, un grupo de 70 trabajadores que se negó a aceptar el chantaje, ocupó una planta menor donde se producían los componentes plásticos de las salas de baño (Saniplastic), y desde entonces a duras penas han mantenido la producción, cubriendo de manera muy precaria sus necesidades más elementales.
Es así como llegamos a la “expropiación” que decretó Chávez hace un par de semanas, que no tiene nada que ver con la lucha de los trabajadores que mostraban una salida obrera independiente ante las crisis y cierres de empresas. El gobierno combatió la lucha de los trabajadores de Sanitarios Maracay porque implicaba un gran ejemplo de lucha obrera independiente, de alternativa clasista y con potencial verdaderamente anticapitalista. Además, el empresario era para entonces parte de un selecto grupo de empresarios que exportaban a Cuba con la venia del gobierno nacional. Hoy, esta adquisición forzosa está sólo guiada por el cálculo pragmático del Estado desarrollista. “Sanitarios Maracay va a permitir recuperar 44% del mercado y proveer de las piezas sanitarias que va a utilizar el gobierno (para viviendas)”, declara el ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias. La premisa del gobierno es que la empresa le permitirá “fortalecer la capacidad de insumos destinados para la producción”, nada que ver con el poder obrero y una perspectiva de lucha contra la explotación patronal capitalista. Y es tan así, que mientras ya el ejército y los burócratas del gobierno están hace semanas instalados en la fábrica, no ha mediado ningún acercamiento ni guiño de dar participación a los trabajadores que lucharon, en la nueva gestión de la empresa estatalizada. Esta Sanitarios Maracay será pues, una empresa estatizada más, con la misma o mayor explotación patronal, con una cadena de mando burocrático-autoritaria, al servicio del proyecto de “desarrollo nacional” burgués del gobierno nacional.