Venezuela: Un Debate con la Mayoría en la dirección del PRS
¿Con Chávez hacia el socialismo?
27/09/2006 En Clave Obrera N° 7
Ante el acuerdo electoral CCURA-UPV: Un Debate con la Mayoría en la dirección del PRS
Como es sabido, la dirección mayoritaria del PRS ha decidido apoyar a Chávez en la campaña por los «10 millones» de votos para su reelección. Hemos expuesto las razones por las cuales los trabajadores y trabajadoras no tenemos en la figura de Chávez y su proyecto, la representación de nuestros intereses. Hemos explicado que debimos haber tenido una candidatura obrera independiente, con un programa verdaderamente revolucionario, proponiendo una salida obrera y popular a la situación de explotación y pobreza a las que seguimos sometidos. Una candidatura para contraponerla a los proyectos proimperialistas de la oposición, pero también para oponerla al programa de Chávez que, por más de «socialismo» y «revolución» que hable, sólo plantea reformas que dejan intactas las bases de la economía capitalista, como se ve hoy cuando en medio de tanto crecimiento económico y altos ingresos petroleros, siguen siendo los empresarios y banqueros los más beneficiados, mientras el pueblo trabajador y pobre sigue soportando explotación y pobreza. La dirección mayoritaria del PRS se negó siempre a esta posibilidad, impidiendo así el desarrollo de una política obrera independiente en el escenario electoral.
LA DIRECCIÓN MAYORITARIA DEL PRS TRAS EL LEMA: «¡CON CHáVEZ TODO, SIN CHáVEZ NADA!»
La C-CURA es sin duda la expresión más avanzada de un importante proceso de luchas, con signos de incipiente recomposición política del movimiento obrero, que lleva al enfrentamiento con la burocracia sindical, ya no sólo de la CTV, sino también la que vive al amparo del gobierno, o que directamente es gobierno. La C-CURA reúne en su seno a los trabajadores con más propensión hacia la autonomía de la UNT, y esto le vale el encono y la hostilidad de los burócratas sindicales chavistas, así como del gobierno en general, que han desatado toda una campaña de ataques contra los principales referentes de la misma, en su mayoría del PRS. Ante esta situación, la dirección mayoritaria del PRS ha convenido en que debe despejar las dudas sobre si sus dirigentes están o no con Chávez, buscar la manera de demostrar que en verdad C-CURA, y también el PRS, están por «reventar las urnas con millones de votos para Chávez».
En las muchas luchas que hoy se desarrollan, los trabajadores y trabajadoras se enfrentan a todos los niveles de la burocracia gubernamental, lo que los hace cuestionar con mucha fuerza a las instituciones y funcionarios con los que gobierna Chávez, aunque aún sin responsabilizar directamente a este por su situación. En este escenario es posible intervenir con una política que, partiendo de esas tendencias, luchando por elevar las luchas reivindicativas y antiburocráticas hasta un plano anticapitalista y antigubernamental, forjando una alternativa obrera revolucionaria en el seno de la clase. Es posible y necesario explicar que no sólo se trata de la corrupción y la burocracia de los funcionarios medios con los que éste gobierna, sino que el proyecto estratégico de Chávez es el «desarrollo nacional» en convivencia con los empresarios, por eso su política económica sólo pone paños calientes a los problemas obreros y populares, mientras permite que los capitalistas acumulen grandes ganancias. Más aún, debemos decir a los trabajadores: ¿acaso no ha sido el mismo Chávez quien designó a los burócratas sindicales que hoy son diputados?, ¿no son sus ministros los que impulsan y protegen a los burócratas de la UNT?, ¿acaso los ministros actúan con independencia de la voluntad de Chávez o éstos le imponen a él la política?
Con una intervención política en este sentido es posible contrarrestar la confianza y las ilusiones que los trabajadores tienen en Chávez, luchando para que sectores de la vanguardia obrera levanten una política de independencia de clase. Contrario a esto, la dirección mayoritaria del PRS viene negando en la práctica una «independencia de clase» que mantiene sólo en los artículos y discursos. Han avanzando kilómetros en esta senda al promover e impulsar un acuerdo electoral de la C-CURA con la Unidad Popular Venezolana (UPV), el partido de Lina Ron, una organización conocida, en la figura de su líder, por su incondicional apego a las «órdenes» del «Comandante» y levantar la consigna: «¡con Chávez todo, sin Chávez nada!». Colocan a la corriente detrás de un lema diametralmente opuesto a la independencia política de los trabajadores y un programa clasista revolucionario. Incluso, echan por tierra la expectativa de quienes en el PRS, aún compartiendo la política de dar apoyo a Chávez en las elecciones, pretendían un dudoso «apoyo crítico». Es este un apoyo completo e incondicional, pues eso es lo que expresa la consigna del partido con quien piensan hacer toda la campaña «común» y en cuya tarjeta llaman a votar a los trabajadores.
¿QUÉ REPRESENTAN LINA RON Y LA UPV?
Si se parte de que el objetivo es demostrar que los dirigentes del PRS en C-CURA sí están con Chávez, este acuerdo cumple bien el cometido, pues Lina Ron y su partido son, a diferencia de la C-CURA, expresión de sectores férreamente chavistas, que no tienen la más mínima independencia política frente al gobierno. La «comandante» Lina Ron, saltó a la palestra pública nacional por encabezar grupos de choque que enfrentaban a las hordas de la oposición de derecha, pero también se ha opuesto a movilizaciones de trabajadores que han ido a protestar hacia Miraflores, erigiéndose como la guardiana de los alrededores del Palacio Presidencial frente a cualquier protesta, así sean sectores obreros que luchan por sus reivindicaciones.
Lina Ron aparece no sólo completamente incondicional a Chávez, sino que dentro de la nomenclatura del chavismo se ubica con los sectores más de derecha, como por ejemplo Diosdado Cabello, gobernador de Miranda, y el Vicepresidente, José Vicente Rangel. Recientemente fue puesta en la coordinación regional del Fondo Único Social (FUS) de Miranda, cargo donde, en coordinación con el gobernador, dispone directamente de los recursos para «ayuda social» a los más pobres -que son el grueso de su base social.
Lina Ron accede hoy a este acuerdo electoral, no sólo porque un sector de los trabajadores de la economía informal que la siguen está en C-CURA, sino centralmente porque le permite recuperar votos para su tarjeta, perdidos en las últimas elecciones parlamentarias donde formó parte del bloque impuesto por Chávez y el MVR, contra sectores chavistas «disidentes» de la maquinaria burocrática de los «partidos del cambio».
¿DÓNDE QUEDA LA LUCHA DEL PRS POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES?
Los compañeros de la dirección mayoritaria del PRS, para no aparecer completamente asimilados a la lógica de incondicionalidad a Chávez sostenida por Lina Ron y la UPV, pretenden saldar una posición de supuesta independencia clasista con frases como que: «el respaldo a la re-elección del Presidente Chávez, debe ir acompañado del impulso de un programa político en el que se exija solución a las demandas urgentes de los trabajadores y el pueblo, y siente las bases para avanzar hacia el socialismo»1. Pero en realidad no hacen más que seguir alimentando ilusiones en el proyecto limitadamente nacionalista burgués de Chávez, refuerzan entre la vanguardia obrera la idea de que de la mano de Chávez se puede «avanzar hacia el socialismo». Nada más lejos de la realidad.
Correctamente el documento fundacional del PRS afirma que «sólo bajo un gobierno de los trabajadores» se podrán resolver los problemas fundamentales del conjunto de las masas explotadas. Sólo un gobierno directo de la clase obrera y el conjunto del pueblo pobre, que expropie a los capitalistas, socializando los medios de producción y cambio como condición indispensable para que la economía nacional sea controlada y planificada en beneficio de los intereses de las mayorías, se podrán «sentar las bases para avanzar hacia el socialismo». Es por eso que los socialistas revolucionarios luchamos por un gobierno de los trabajadores.
La dirección mayoritaria bien sabe que Chávez no plantea nada de esto, y por supuesto tampoco Lina Ron, pues «sin Chávez nada». Pero se niega a decir de manera clara esta verdad ante los trabajadores, no tiene como política criticar y denunciar abiertamente a Chávez, así como tampoco llama a la movilización contra las políticas del gobierno que golpean a los trabajadores. Mientras afirman: «La candidatura del actual Presidente de la República y Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías representa la esperanza de un pueblo que lucha por una transformación social radical que permita alcanzar un nuevo modelo económico de justicia social y lo considera su principal instrumento en la batalla contra el imperialismo y la oposición golpista»2. Y con toda esta línea de actuación, insisten en declarar que su voto en Chávez es una cuestión meramente táctica, que no impugna al PRS como partido independiente que pelea por la revolución socialista.
Como vemos, no sólo se trata del apoyo a Chávez, sino que la dirección mayoritaria marca un camino que diluye el contenido político revolucionario que debe tener un «partido de trabajadores que lucha por el socialismo», como se afirma en los documentos fundacionales del PRS. Estos acuerdos son todo un desastre que amenaza cada vez más con frustrar y abortar el desarrollo del PRS en sentido revolucionario, dejando atrás definiciones programáticas tan fundamentales como la lucha por la revolución obrera para implantar un gobierno de los trabajadores. Con la excusa de «dialogar» con las masas y «acompañarlas» en su experiencia política con Chávez, llevan adelante una política que no puede más que calificarse de oportunista y diluyente de la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores. Desde una perspectiva marxista revolucionaria, una verdadera capitulación al nacionalismo burgués.
1 «Orlando Chirino (CCURA/UNT) y Lina Ron (UPV) establecen alianza electoral para respaldar la re-elección del Presidente Chávez», ver: www.aporrea.org/trabajadores/n83287.html
2 Protocolo de Unidad Electoral, Opción Socialista N° 8.