"Construir la fuerza social y política que necesitamos para vencer"

Por Raúl Godoy, obrero de Zanon y dirigente del PTS

Las últimas semanas han estallado en las pantallas de televisión, en los titulares de los diarios, en radios e internet, las noticias sobre la detención de algunos monstruos del sindicalismo argentino. Ese sindicalismo tan “nacional y popular”. El “Momo” Venegas por un lado, con todas las causas de corrupción y negociados con medicamentos truchos y Pedraza, uno de los principales responsables del asesinato del compañero Mariano Ferreyra.

A Venegas salió a respaldarlo no sólo Duhalde, que organizó junto a la oposición patronal y las cámaras empresariales un movimiento de presión, sino la misma CGT y Moyano en persona que fue parte del lobby para su liberación. El mismo Venegas en un reportaje radial, explicaba que su fianza (500 mil pesos) la pusieron sus amigos empresarios. Esto lo saben los obreros y obreras rurales que pagan esa amistad literalmente con su sangre y sudor. Como dijeron desde el entorno de Moyano, lo de Venegas no lo podían dejar pasar porque todos defienden el control de la millonaria caja de las obras sociales.

Con Pedraza, ya era mucho. El mismo Pedraza que fue felicitado y presentado como modelo por Cristina en un acto en la Unión Ferroviaria. El mismo Pedraza que puso a disposición de Cristina sus banderas y “su gente” llevada casi de las narices al acto de River. El mismo Pedraza, burócrata empresario que lucra con el trabajo terciarizado y en negro, el mismo que no dudaba en mandar matones contra los obreros que reclamaban. Una y otra vez, hasta que “se pasó” y asesinó a Mariano Ferreyra. El mismo Pedraza, “retirado” en su piso en Puerto Madero valuado en mas de un millón de pesos.

El gobierno de Cristina y la oposición patronal, padrinos de este sindicalismo, tuvieron que “entregar” dos de sus criaturas. Y lo lamentan. Tanto el gobierno, la oposición y las cámaras empresarias, lamentan esta verdadera crisis que se les abre con una burocracia sindical cada vez mas desprestigiada. Sobre todo lo lamentan porque saben que en las fábricas, en los lugares de trabajo, en las líneas de producción, en los fogones de las obras, en las “covachas”, en los comedores de las fábricas se habla de esto. Se toma nota de que no son invencibles.

Analistas burgueses vienen alertando sobre el sindicalismo de base. Tomando nota de acontecimientos que van siendo pilotes, piedras fundacionales de un nuevo movimiento obrero. Como lo marcara el conflicto de Kraft – Terrabusi y esa alianza de clases generada a partir de la huelga entre obreros y obreras de la fábrica, compañeros de movimientos de desocupados, acciones en distintos lugares del país encabezadas por comisiones internas, delegados, etc. y la unidad obrero- estudiantil plasmada en Callao y Corrientes, y en universidades de todo el país. Ese sindicalismo de base y de izquierda que se expresó en el parque Indoamericano, llevando la solidaridad a los compañeros sin techo, enfrentando a la represión policial y el discurso derechista de los medios y los gobiernos.

La burguesía y el gobierno son conscientes de que estas ideas y estas acciones se van plasmando lentamente en organización. Por eso la saña contra el compañero Hermosilla de Kraft, por lo que representa. Por eso mas de 30 obreros ceramistas procesados con causas penales tanto provinciales, como federales y hasta una de sus abogadas Natalia Hormazábal procesada junto a los obreros. Por eso la persecución a Víctor Ottoboni de FATE, a los estudiantes que se han solidarizado con la lucha de los trabajadores.

Estamos planteando una gran campaña por el desprocesamiento de los luchadores populares, y por supuesto la libertad de los presos políticos como Roberto Martino. Esto lo ligamos a la avanzada judicial contra delegados y dirigentes combativos a los que intentan sacarles los fueros para despedirlos. Hay que exigirle a los sindicatos y en particular a la CTA, se pongan a la cabeza de esta lucha. Es necesario responder con nuestros métodos, el paro y la movilización popular, porque si bien se manifiesta en causas individuales, es una ataque a toda la clase obrera.

Somos parte de un nuevo movimiento obrero que ha comenzado a salir. Pero somos concientes de que todavía no es una lucha generalizada, todavía hay mucho conformismo en los sectores en blanco y bajo convenio, que contrasta con la situación de tercerizados, precarios, trabajadores en negro y pobres de los barrios, pero en lo profundo, nuevas fuerzas comienzan a organizarse para unir lo que la burocracia divide y pelear por constituir la fuerza social y política que necesitamos para vencer.

Entrevista a Raúl Godoy

¿En que causa estás imputado?

Estoy acusado en dos causas por corte de ruta. Una causa tramita en la justicia provincial, es por un corte que hicimos el año pasado frente a la fábrica Zanon para exigir que se haga efectiva la ley de expropiación que se votó en la legislatura. En esa causa, estoy imputado junto a Alejandro López, además del Presidente de la Cooperativa y dos compañeros más, somos cinco que fuimos citados a indagatoria por corte de ruta y se da la paradoja que el fiscal que nos acusa, Ignacio Di Maggio, es el mismo fiscal que en la causa por la zona liberada, no acusó a los policías y ya anticipó que tampoco pensaba acusar a Jorge Sobisch. Es decir, que mientras le garantiza la impunidad al responsable político del asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba, acusa a los trabajadores que defendemos nuestra fuente de trabajo. Por intermedio de nuestros abogados lo recusamos, pero por supuesto no aceptó la recusación y ahí estamos en la pelea.

¿Y la otra causa?

La otra causa es por un corte de ruta en el año 2009, frente a la fábrica Cerámica Stefani en Cutral Có, al inicio del conflicto, tiempo antes de que la patronal abandonara la fábrica. Los trabajadores llevan más de un año de lucha, mientras que la respuesta de los gobiernos a esta lucha es que hoy haya 30 imputaciones por corte de ruta contra los trabajadores de Cerámica Stefani. Entre estas causas está imputada Natalia Hormazábal, una de las compañeras abogadas de los trabajadores y del Ceprodh que ya tiene pedido de elevación a juicio. En este caso, la que avanza es la justicia federal, lo que muestra claramente que tanto el gobierno provincial como el nacional tienen la misma política: la criminalización a los que luchan.