Argentina | Editorial La Verdad Obrera N° 587
Construyamos una izquierda de los trabajadores
27/09/2014
Acceda a la versión completa de La Verdad Obrera N° 587
Las valijas de la Presidenta, en su gira desde el Vaticano a Nueva York, fueron cargadas de problemas económicos y políticos.
En los últimos meses la economía se ha deteriorado. La inflación no afloja, y desde hace meses crece la recesión. Ante la primer baja en la demanda, en varias industrias los empresarios suspendieron o despidieron trabajadores, aunque siguen ganando.
Los tarifazos fueron el último golpe al salario, que venía de soportar un techo en las paritarias. Pero fue el fallo del juez Griesa a favor de los bonistas lo que complicó la estrategia del gobierno. La crisis de la deuda externa volvió a saltar, y trabó el intento de abrir un nuevo ciclo de endeudamiento e inversiones.
Hoy, la escasez de dólares aparece como el mayor dolor de cabeza para el oficialismo. Las grandes patronales aprovechan el momento presionando para una nueva devaluación que mejore sus negocios. Retienen granos, encanutan autos, hacen lo que quieren. Mientras tanto el gobierno convalida esas presiones dejando correr la fuga legal a través del “dólar bolsa” y el “contado con liqui”.
Nadie puede descartar que la crisis se agudice.
Moderación
En el medio de esos problemas económicos, el kirchnerismo no quiere terminar su ciclo de gobierno como Alfonsín o Menem, tiene que evitar que las cosas se le vayan de las manos en lo que queda de mandato.
Cristina llegó al Vaticano con un objetivo: que el Papa brinde un mensaje de moderación, para que la transición al 2015 sea ordenada. Un respaldo no sólo al gobierno, sino a todo el régimen político.
La Presidenta también hace los deberes. Por eso el kirchnerismo se ha moderado en los últimos tiempos. Si todos los candidatos que quieren sucederlo son de centroderecha (Scioli, Massa o Macri) el gobierno elige seguirlos como una sombra, para no perder terreno.
Entrega I
La Presidenta intenta cubrir su gira con una épica “anti-buitres”. La realidad, como suele suceder con el kirchnerismo, mata el relato. En la Asamblea de la ONU Cristina denunció “terrorismo financiero”, pero confesó que “ya pagamos U$S 190 mil millones” y “tenemos la voluntad” de seguir haciéndolo. O sea que quiere que sigamos siendo “pagadores seriales”, evitando que fallos como los de Griesa compliquen los pagos de deuda. Para eso el oficialismo hizo votar la Ley de Pago Soberano, cuyo éxito está en duda. Apenas faltan unos días para el próximo vencimiento de deuda y no está claro quienes aceptarán a Buenos Aires como sede de pago.
Por eso uno de los momentos célebres del viaje oficial fue el encuentro con el multimillonario George Soros, un célebre “terrorista financiero” al que se asoció el gobierno para intentar salir de la crisis de deuda. Increíble.
Para el gobierno nacional y popular hay algunos buitres malos y otros buenos. Para nosotros son todos buitres. Por eso ante el proyecto de Ley de Pago Soberano, desde la banca del PTS en el Frente de Izquierda rechazamos el pago de la deuda, por usuaria y fraudulenta, y exigimos una consulta popular para que el pueblo decida.
Entrega II
Además de las reuniones con el “compañero” Soros, la comitiva oficial fue a ofrecer nuevas “oportunidades de negocios” al capital extranjero. El mega-yacimiento de gas y petróleo de Vaca Muerta es la nueva “joya de la abuela” para rematar al mejor postor. Ya los yanquis de Chevron se quedaron con una parte. “Hay para todos muchachos” parece decir la Presidenta cuando ofrece visitar “la nueva Arabia Saudita”. Un nuevo saqueo de nuestros recursos naturales no renovables.
Para abrirle la puerta a la inversión extranjera, el kirchnerismo impulsa en el Parlamento una nueva Ley de Hidrocarburos, acordada con los gobernadores. Quiere generalizar el acuerdo con Chevron para las nuevas concesiones, incluso con más beneficios para las multinacionales. Esta semana, desde la banca del PTS, con el acompañamiento del resto de los diputados del Frente de Izquierda, presentamos un proyecto contra esta nueva entrega. Proponemos la nacionalización de toda la industria hidrocarburífera bajo el control de los trabajadores.
Lear y Donnelley nuestras banderas
Las emblemáticas luchas de Lear y Donnelley tienen que ser leídas como parte de la realidad nacional (ver págs 8 y 9). No sólo por su enorme reconocimiento, o por la simpatía que han despertado. Son un ejemplo cabal, concreto, de cómo enfrentar los ataques de los empresarios, buitres en este caso. Vale detenerse un minuto: tras la “década ganada” dos de cada tres grandes empresas ya están en manos extranjeras. Histórico, impresionante.
Hoy, mientras crece la recesión, el pueblo trabajador no quiere resignar sus conquistas y aspiraciones. Los dos paros generales de este año, y el malestar por la inflación y los tarifazos, muestran el rechazo en amplios sectores de la población al ajuste. Es el mayor límite que hoy tienen el gobierno y las patronales para aplicar sus planes. Por eso, las luchas de Lear y Donnelley son una avanzada contra esos ataques. Su resultado será importante para el conjunto del movimiento obrero.
El PTS, que es protagonista de esas luchas junto a compañeros independientes, se viene jugando para que triunfen. Convocamos a los compañeros de la izquierda y a todos los luchadores que se reclaman combativos, a sumarse con fuerza en estos momentos decisivos.
Una izquierda de los trabajadores
Las luchas de Lear y Donnelley también están confirmando otro hecho importantísimo. El creciente peso de la izquierda clasista en los lugares de trabajo. Es sencillo de entender para cualquier compañero o compañera: donde conduce el SMATA, los trabajadores son suspendidos o despedidos y nadie se entera. Entonces queda claro que los únicos que defendemos los puestos de trabajo, consecuentemente, somos la izquierda.
Ante las negociaciones conseguidas con la lucha, Lear y el SMATA rechazan la posibilidad de reincorporaciones. El gobierno termina cediendo a las corporaciones: las multinacionales buitres y la patota sindical mandan, el gobierno obedece.
Pero además somos los que denunciamos la criminalización de la protesta, que ha tenido como vergonzoso hito del kirchnerismo el caso del “gendarme carancho”. Incluso nos ha reprimido a los diputados del PTS-FIT que estuvimos en la Panamericana con los trabajadores. Lo hizo conmigo en la 8ª Jornada de Lucha, y en la siguiente con Christian Castillo, hecho que fue rechazado por todos los bloques de la Legislatura bonaerense, salvo por el kirchnerismo.
El protagonismo social y político de la izquierda crece en la lucha de clases, en el enfrentamiento al giro derechista del kirchnerismo, en la denuncia a la entrega de la deuda y el petróleo.
Desde el PTS nos proponemos transformar este protagonismo en influencia de la izquierda revolucionaria entre los trabajadores y la juventud.
25/09/2014