Los días 23 y 24 de octubre han sido los días de dos enormes y poderosas jornadas de lucha en contra del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, como también contra el gobierno de Óscar y Rodrigo Arias Sánchez; representantes estelares de la burguesía nacional y el imperialismo yanqui.

En el marco de la Asamblea Nacional de la Coordinadora Nacional, realizada el jueves 28 de setiembre en la Clínica Carlos Quesada Durán, se discutió y se convocó a todas las organizaciones a la huelga nacional de los días 23 y 24 de octubre. A la asamblea asistieron organizaciones de trabajadores, campesinos, estudiantes, indígenas, mujeres y otras agrupaciones.

El lunes 23 de octubre se dieron movilizaciones gigantescas, en las siete provincias del territorio nacional. En San José las marchas partieron desde cuatro puntos: desde las instalaciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en el parque “la Sabana”, desde la estación de trenes al Pacífico (cercanías de barrio Cristo Rey), desde “la República”, desde el Instituto Nacional de Seguros (INS), y finalmente otra marcha salió de la Universidad de Costa Rica, en San Pedro de Montes de Oca.
Por otra parte se dieron grandes movilizaciones y bloqueos en el resto de provincias: en Barranca, Puntarenas; en Ochomogo, Cartago; en Cañas y Bagaces, Guanacaste; en Pirro, la entrada principal al centro de Heredia, en las cercanías del aeropuerto Juan Santamaría en Alajuela; y no debe dejar de mencionarse la huelga general indefinida convocada en Limón por los trabajadores de SINTRAJAP, el Sindicato de Trabajadores de JAPDEVA.

Pero en qué momento se dan estas marchas y acciones de lucha de la clase trabajadora costarricense y demás sectores empobrecidos

Las movilizaciones de Costa Rica no se dan de forma aislada, ni a nivel regional, ni a nivel mundial.
En los últimos meses los trabajadores, en conjunto con otros sectores empobrecidos de la sociedad, tales como estudiantes y campesinos; han protagonizado heroicas luchas, que han golpeado o cuestionado a los distintos gobiernos y regímenes burgueses. Alrededor del mundo los revolucionarios hemos sido testigos de las movilizaciones de trabajadores y estudiantes en Francia, contra el contrato del “primer empleo”; de las gigantescas jornadas de lucha de los inmigrantes latinoamericanos que viven en los Estados Unidos contra las leyes antiinmigrantes reaccionarias, y de luchas de los estudiantes de secundaria chilenos contra la estructuración elitista y excluyente de la educación pública representada en la LOCE. Además, los últimos acontecimientos desarrollados en México con la APPO a la cabeza de la Comuna de Oaxaca, en conjunto con la valerosa huelga de mineros de Huanuni; son las acciones que conforman el actual escenario internacional de la lucha de clases en el que se desarrolla la situación vivida en Costa Rica.

Todos los países tienen un detonante común de las movilizaciones y las distintas luchas protagonizadas por los oprimidos: el virulento ataque de la burguesía explotadora. Conforme la burguesía ha atacado o ha intentado profundizar la explotación y el robo sobre los trabajadores, estos han respondido con movilización y más organización; además colocándose en muchos países, como la columna vertebral de las más importantes acciones, reivindicándose como la verdadera clase progresiva y revolucionaria; esto es claro en el caso de la APPO en Oaxaca, del proletariado latino en Estados Unidos, y de los valientes mineros de Huanuni (que además enfrentan la explotación de un gobierno “indígena” y “socialista”).

Cual ha sido la demanda central de las dos grandes jornadas de lucha convocadas en Costa Rica

En el caso de Costa Rica, las jornadas de lucha del 23 y 24 de octubre tienen como objetivo central el retiro inmediato del TLC con Estados Unidos de la Asamblea Legislativa (A.L). Este planteamiento del “retiro inmediato del TLC de la A.L”, constituye toda una táctica de lucha; ya que si el TLC no se retira de inmediato de la institución parlamentaria, el gobierno podría aprobarlo en el mes de diciembre de este año o en enero del próximo; lo que sería una derrota muy significativa para los trabajadores y el conjunto del movimiento popular.

El TLC con los Estados Unidos condensa el ataque demoledor que quieren propinar el imperialismo, conjuntamente con la burguesía nacional. El TLC está dirigido a privatizar servicios que aún son públicos en Costa Rica, tales como la energía y las telecomunicaciones (ICE); los acueductos y alcantarillados (AyA); los seguros (INS), el puerto de Moín en Limón; la educación por medio de la penetración del capital privado y municipalizaciones; y se estaría destruyendo de manera violenta también el medio ambiente por medio de exploraciones petroleras, y explotaciones mineras a cielo abierto. Todos estos servicios, se han mantenido como públicos por las movilizaciones de los trabajadores, y en otros casos, como en el caso de la educación secundaria; por la movilización de los estudiantes. A pesar de los PAES, aplicados en Costa Rica a mediados de 1980, se mantienen estos servicios como públicos; y además con un monopolio por parte de las instituciones estatales.

Lo que precisamente busca la burguesía nacional y el imperialismo, es privatizar las instituciones públicas; y lograr con esto que sean las empresas transnacionales las que hagan el negocio con los servicios públicos. Burgueses como Carlos Slim de México, han aplicado una presión enorme por que sea urgentemente aprobado el TLC, ya que le urge apoderarse de la infraestructura y el mercado de las telecomunicaciones a cargo del ICE, también baluartes de la burguesía centroamericana como los Lacayo del Grupo CALSA, esperan desde ya la “apertura” del mercado de la energía; otras fracciones guerreristas de la burguesía estadounidense por ejemplo, están presionando también, por que con el TLC se le daría luz verde a la producción de armas de destrucción masiva, incluso permitiendo la extracción de uranio, combustible nuclear, y armas y municiones.

El TLC además, viene acompañado de una violenta “Agenda Complementaria” (AC), que lo que pretende es facilitar la eliminación de las instituciones públicas. La A.C consiste en reformas al código de trabajo para lograr la “flexibilización laboral”, en la penetración de capitales privados en los acueductos, la energía y las telecomunicaciones, y en leyes de “concesión de obra pública”.

Un despertar de la clase trabajadora

La magnitud de las dos grandes jornadas de lucha de los días 23 y 24 de octubre, no se ven desde el 17 de noviembre de 2005; en donde se movilizaron en la Avenida Segunda de San José entre sesenta mil y setenta mil manifestantes en contra del TLC. Desde el 17 de noviembre pasado sólo se han realizado acciones de pequeña envergadura, como es el caso de los mítines y movilizaciones de vanguardia política, que no han sorprendido siquiera al gobierno. Además de una que otra huelga económica, que aunque heroica, pequeña.

La diferencia de la jornada de lucha del 17 de noviembre de 2005, con las acciones del 23 y 24, es que éstas últimas son más desarrolladas, ya que el 17/11/2005 varios buses vinieron de zonas regionales a la capital (San José) para movilizarse unificadamente. En esta nueva ocasión de acción de masas, se realizaron movilizaciones y cortes de ruta de cabo a rabo del territorio nacional, lo que representa un avance en el nivel de organización y también de combatividad del movimiento.

La columna vertebral de las movilizaciones, lo han constituido los trabajadores estatales de sectores como magisterio, telecomunicaciones, puerto de Moín, universidades estatales, campesinos, y estudiantes universitarios.

Los trabajadores del ICE se han movilizado en todas las regiones del país, por medio de sus sucursales, y en conjunto con otros sectores; así también ha pasado con los trabajadores del magisterio y de otras instituciones estatales, como las universitarias.

Amenazas del gobierno de Arias al movimiento de los trabajadores y oprimidos con represión y represalias

El gobierno de Óscar Arias es una continuación del gobierno de su antecesor Abel Pacheco, pero una continuación más beligerante y agresiva. Arias se ha comportado muy violentamente, y ha demostrado no solo saber trabajar con la lengua, sino también con los puños: privatizando Puerto Caldera, eliminando el derecho a convención colectiva de los trabajadores del INS, JPS; otorgando un aumento a los trabajadores públicos de un 3%, mientras él se sube un 45%; eliminando prácticamente la Fábrica Nacional de Licores (FANAL), demoliendo el Consejo Nacional de Producción (CNP), y agilizando el establecimiento de nuevos impuestos para la clase trabajadora. El gobierno de Arias ha demostrado que actúa, no sólo que habla.

En medio de tales circunstancias los hermanos Óscar y Rodrigo Arias, amenazaron con usar todo el peso de la ley y la fuerza los días de movilización si se interrumpía “el libre tránsito y la paz social”. Óscar Arias en cadena nacional el domingo 22 de octubre llamó a que las marchas se realizaran tomando una sola vía de las carreteras, y que si se daba lo contrario, iba a proceder al uso de la fuerza. Las acciones masivas de los dos días paralizaron al país, cortando tramos importantes de la carretera interamericana, y cerrando completamente el paso al centro de las provincias; valga decir centros de la economía, el comercio y también de la política.

En todo el territorio nacional las movilizaciones fueron firmemente vigiladas por el Ministerio de Seguridad Pública (MSP), en Limón y San José los helicópteros del MSP y los medios de prensa burgueses; sobrevolaron las principales vías tomadas en actitud claramente amenazante. Las dos vías fueron tomadas en todo el país, a pesar de las advertencias de Óscar Arias; a Ochomogo llegaron los policías antimotines, pero al analizar la situación y ver que era una acción enorme de masas, mejor decidieron irse. Las vías y las calles en el país fueron tomadas por los trabajadores y por todas aquellas capas pertenecientes al pueblo pobre.

Durante el bloqueo realizado en las afueras del campus universitario de la UCR, hubo constante presencia de los antimotines y sobrevuelo de helicópteros de la Fuerza Pública. Las fuerzas de choque de la policía retrocedieron al ver que en vez de debilitarse el bloqueo y disminuir la cantidad de asistentes más bien se fortalecía; y optó por una campaña de mentiras y desprestigio a través de la televisión nacional. Berrocal, el Ministro de Gobernación y Seguridad dijo que los estudiantes tenían bombas molotov, y que la acción estaba nutrida de manifestantes que no pertenecían a la universidad los cuales solo eran provocadores y que por eso no intervinieron.

Aunque el gobierno hizo una intensa campaña contra los huelguistas, y advirtió de la baja de salarios; no hubo, por lo menos en estos dos días represión en masa, pero si se reportaron algunos casos de agresión a compañeros luchadores por parte de la policía. El movimiento como un todo parece ser que dejó sin respuesta inmediata al gobierno.

23 de octubre: movilizaciones, 24 día de bloqueos

El carácter de ambos días, aunque fue de lucha; se realizó con diferentes métodos. El 23 se dieron movilizaciones en todo el país, con una central. La marcha de San José, avanzó hacia varios sitios estratégicos en medio de la lucha de clases nacional e internacional; se marchó desde la Universidad de Costa Rica (UCR) hasta la embajada de México, en solidaridad con los hermanos luchadores de Oaxaca; posteriormente se marchó hasta el INS para manifestar la oposición a la privatización de los seguros, y luego se avanzó hasta las oficinas de JAPDEVA, para apoyar a los trabajadores portuarios de Limón; para finalizar con un encuentro con los trabajadores de las telecomunicaciones, magisterio y campesinos en las afueras de la A.L. En ambos casos la marcha topó a los buses llenos de antimotines, que no tuvieron más opción que retroceder sutilmente.

El día 24 se realizaron bloqueos en todo el país, ya que esto fue lo definido a lo interno de la Coordinadora Nacional. Se dieron bloqueos en San Ramón, Limón, Alajuela y en el puente de Barranca, Puntarenas.

En la UCR (Sede Central) se había definido ya realizar un bloqueo en la Fuente de la Hispanidad como ha sido tradicional para los estudiantes universitarios, en consonancia con lo definido por la CN. A esta marcha se unirían trabajadores del Hospital San Juan de Dios (HSJD), de la Central General de Trabajadores (CGT), y algunos representantes de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES). Por algunas maniobras del “merinismo” , que actúa en la UCR por medio del Movimiento Popular del Sur (MOPS-César López), y de Milpa Universitaria; tuvo que marcharse nuevamente hasta la A.L, desgastando con esto al movimiento. Los trabajadores de la CGT, conjuntamente con alguna vanguardia del INS, estudiantes de secundaria, y trabajadores del HSJD; tuvieron nuevamente que devolverse, para poder marchar con la movilización.

En el caso del MOPS, las intenciones eran claras: por un lado huir a las acciones de defensa necesarias para no cederle a las amenazas de la burguesía y Óscar Arias respecto a no permitir bloqueos; y por otro lado servir de furgón de cola al discurso conciliador del reformista José Merino del Río, el cual tiene la perspectiva puesta en la renegociación del TLC, o cuando menos definir miserablemente cláusulas interpretativas a lo interno de la A.L.

A combatir la trampa de la conciliación de clases y la concertación con el gobierno. A derrotar a la burocracia sindical y a los reformistas parlamentarios como Merino del Río

Aunque las acciones del 23 y 24 han sido gigantescas, y han disparado a lo alto el ánimo y la confianza de los trabajadores en sus fuerzas, hay una serie de peligros, que por supuesto deben combatirse.

En primer lugar Fabio Chávez, dirigente sindical de ASDEICE y Albino Vargas Barrantes de ANEP; han sido insistentemente llamados a la mesa de negociación por Óscar Arias. Fabio y Albino han querido lograr que las movilizaciones del 23 y 24 sean únicamente demostraciones de fuerza para sentarse en mejores condiciones a negociar con el gobierno. En el caso de Chávez, este lo que busca de la forma más reaccionaria, es que se saquen las telecomunicaciones del TLC; ya que él es representante del ICE. Y en el caso de Albino, este pretende aprovechar el movimiento de masas para constituir un proyecto de conciliación de clases, como sucedió en el 2000 con la Comisión Mixta, o como intentó en el 2003 por medio de un pacto con Abel Pacheco para constituir “la Tercera República”.

Estos burócratas sindicales, que giran en torno a Merino como su expresión reformista y burocrática en el parlamento; han sido los principales opositores a un llamado a una verdadera huelga general, que además sea indefinida. Se han conformado a llamar a acciones episódicas, para tratar de asustar al gobierno y lograr pequeñas concesiones sectoriales.

En este plano, varias tendencias estudiantiles e intelectuales, como el grupo “Frente Cultural contra el TLC”, como así también el MOPS y Milpa U; se han colocado a la cola del reformismo, y se han unido a la dinámica demostrativa, no precisamente combativa. Se han opuesto rabiosamente a desplegar una campaña por la huelga general, se han opuesto a la unidad con las tendencias que se inclinan más a la izquierda de los trabajadores; y le han servido de plataforma al reformismo.

El 24 se marchó con los trabajadores, a pesar de que algunos grupos en tendencia ultraizquierdista quisieron aislarse y no marchar con estos, en nombre de una aberrante “autonomía estudiantil”; estos sectores se quedaron solos bloqueando la Facultad de Derecho, en vez de orientarse a acompañar a los trabajadores y denunciar a Merino y a los elementos más reformistas. En realidad una mayoría de organizaciones, no tuvo más opción que seguir con la marcha; de lo contrario se hubieran quedado completamente aislados. Posteriormente se devolvieron, acompañando el bloqueo; pero solo después de que se disperso la marcha que ya había llegado a la A.L.

El bloqueo del 24 en las afueras de Derecho de la UCR, fue nutriéndose vertiginosamente; primero con la llegada de quienes habían marchado hasta la A.L, y después por la asistencia de los compañeros de la Universidad Nacional de Heredia; los cuales se transportaron desde esta provincia para sumarse a las acciones de lucha que todavía quedaban en pie.

Los trabajadores de JAPDEVA, siguen en lucha

Las acciones del día 23 y 24 de octubre deben servir para darle un apoyo efectivo políticamente a los trabajadores en huelga de Limón, es decir extendiendo la lucha a más días; y ojalá sumando más sectores.

Después de los bloqueos del 24, y especialmente el bloqueo frente a Derecho de la UCR; las acciones que han seguido en pie son las de los trabajadores de JAPDEVA en Limón. El gran peligro que se debate con frecuencia, es el de que puedan quedarse solos políticamente; y que el gobierno apueste por desgastarlos o reprimirlos.

En las últimas horas del 25/10/2006, todavía se reportaban bloqueos en la altura de la Cieneguita de Limón, y en las inmediaciones del Muelle #70. Se dio además la quema de un furgón que quiso pasar sobre las barricadas, y un duro enfrentamiento con la policía.

Lo peor es que a pesar de que todos los trabajadores de SINTRAJAP están en huelga, hay una buena cantidad de asalariados que no están sindicalizados; y que tampoco ha demostrado SINTRAJAP poder movilizar, por lo que la lucha más allá de los trabajadores sindicalizados, no se ha podido extender.

La represión está incrementándose, pues apenas han disminuido las acciones de lucha en todo el territorio costarricense, y conforme ha quedado en soledad el conflicto en Limón; la policía y el gobierno han contragolpeado. Ya son cuatro los detenidos por las fuerzas policiales, los cuatro son dirigentes sindicales de SINTRAJAP, y se está buscando vincularlos a otros “delitos” y “crímenes”.

A pesar de que una buena cantidad de dirigentes sindicales han anunciado solidarizarse con el conflicto y apoyar la lucha en Limón, parece que no quieren llevar la lucha hasta el final, por lo que el apoyo sería únicamente de vanguardia política: dirigencias sindicales, partidos políticos, federaciones de estudiantes.

Por otro lado varios cruceros se han desviado hacia Panamá y Jamaica, por el conflicto con los trabajadores de JAPDEVA. Este hecho ha sido ampliamente explotado por la burguesía, colocando en perspectiva de choque a los artesanos y pequeños comerciantes de la zona en contra de los trabajadores; ya que estos artesanos dependen del turismo para poder subsistir.

SITRAJAP debe formular una táctica para luchar no sólo por sus demandas y reivincaciones, sino que sumen al conjunto de los trabajadores privados y públicos, a los pequeños comerciantes y a los artesanos; en la perspectiva de una poderosa huelga general en todo Limón.

La huelga general de los trabajadores de SINTRAJAP debe servir para generar la huelga general a nivel nacional, y para preparar la milicia obrera y sindical.

La única salida para asegurar la derrota del TLC y la burguesía, la única salida para lograr la victoria de los trabajadores de JAPDEVA; es la huelga general indefinida en todo el país. Solo mediante este poderoso método de lucha del proletariado se logrará derrotar a la burguesía. La huelga general -si pretende ser tal- no debe quedarse únicamente en la denuncia y la derrota del TLC, sino que más bien debe sumar el conjunto de demandas y reivindicaciones de los distintos sectores. Debe incorporar la expulsión de RITEVE del país, así como la no concesión de los puertos; debe ubicarse en una perspectiva de enfrentamiento contra la “Agenda Complementaria”, y los planes tributarios que pretenden cargar de más impuestos a los trabajadores y al pueblo pobre.

Por otro lado hay que partir de que la burocracia sindical y los sectores pequeño burgueses no quieren convocar -y no les sirve- a huelga general. Ante este panorama deben desarrollarse instrumentos auxiliares que sirvan para convocar a la masa de explotados a la lucha, esos instrumentos deben tener características soviéticas; donde sea la clase trabajadora el dirigente político, donde confluyan todas las tendencias y todos los oprimidos sean unificados contra su enemigo de clase.

La posibilidad de la represión también debe encararse, con una solución valiente y decidida: la creación de la milicia obrera y sindical, y además preparando, como planteaba Lenin, el “armamento general de los obreros y campesinos revolucionarios”. Esta es la única forma, en medio de la situación actual, para poder hacer frente a la inevitable represión que estaría poniendo en práctica el gobierno al ver que la situación se le sale de las manos.

El partido revolucionario

El eje de una política revolucionaria debe ser defendida por un partido revolucionario. Debe constituirse una genuina organización revolucionaria en Costa Rica, que sea parte integrante de una organización internacional, que a la vez se apoye en el preciso Programa de Transición de León Trotsky; inspirado y construido de acuerdo a la conquista de la Teoría de la Revolución Permanente.

Esta organización nueva en Costa Rica, debe ser intransigente con las corrientes oportunistas o nacional trotskistas que se reivindican del “marxismo revolucionario”; debe rechazar la conciliación de clases, y cualquier formulación de revoluciones socialistas realizadas por etapas. Igual que Trotsky defendemos la revolución permanente, y creemos que ni uno sólo de los problemas de la clase trabajadora costarricense o mundial será resuelto sosteniblemente bajo el capitalismo. Solo mediante la dictadura del proletariado los trabajadores lograrán su liberación.

¡Por la derrota de la burocracia sindical y su expresión parlamentaria!

¡Abajo Merino del Río, Fabio Chávez y Albino Vargas!

¡Por la Huelga General indefinida en todo el país contra la conciliación de clases!

¡Por la construcción de una milicia obrera y sindical!

¡Por la construcción de comités de trabajadores, campesinos, estudiantes, desempleados en todo el país para organizar la Huelga General!

¡Por la construcción del Partido Revolucionario en Costa Rica!