DECLARACIÓN DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES SOCIALISTAS EN EL FRENTE DE IZQUIERDA
Cortes de luz y crisis energética. Estatización YA sin indemnización, bajo gestión de los trabajadores y control de usuarios populares
27/12/2013
Durante todas las noches de las últimas dos semanas, en muchas esquinas porteñas, se repite la escena de vecinos armando piquetes para manifestar su indignación frente a los cortes de luz. En la mañana del jueves 26, los habitantes de Lugano salieron a cortar la Avenida Dellepiane para protestar. En la zona hay viviendas que ya llevan seis días sin luz. Los cortes se repitieron en Villa Crespo y Parque Centenario. Allí llevan quince días con cortes intermitentes. El hecho más trágico se vivió el martes 23, en el barrio de Flores, donde un policía mató a un vecino que protestaba para que le repongan la luz. El “gatillo fácil” asesina los reclamos más elementales. Sectores enteros de los barrios de Flores, Floresta, Caballito, La Paternal, Liniers y Parque Chacabuco no tuvieron suministro durante Nochebuena. En Barracas y La Boca, entre tantos otros barrios, se suceden los actos de disgusto en la noche del jueves 26.
La crisis energética, con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, pero que también se extendió al conurbano bonaerense, ya afecta a miles de personas. En Villa Domínico se cortaron las vías del ferrocarril Roca. La crisis energética y la del transporte se unen en un mismo espacio geográfico. En la noche del jueves 26, los cortes se extendieron a la línea Sarmiento a la altura de Floresta. En Lanús, los vecinos salieron a interrumpir el tránsito sobre la principal arteria, la Avenida Hipólito Yrigoyen, frente a la sede de Edesur. Hacia el oeste las protestas se hicieron oír en La Matanza, al igual que hacia el sur en Adrogué y otras localidades. Allí los intendentes comenzaron una feroz competencia por obtener camiones generadores para acotar el malestar. La falta y escasez de agua se está haciendo notar porque las bombas que la absorben no funcionan sin electricidad. Pero la situación se torna más grave porque la red del servicio domiciliario de agua perdió potencia con los cortes de energía.
La crisis también afectó a otras provincias como Santa Fe y Córdoba. En esta última, la empresa es estatal (EPEC); sin embargo, la gestión de los funcionarios delasotistas avala que mientras se subsidia a las grandes multinacionales (como las terminales automotrices), no exista la inversión necesaria para garantizar el servicio a la población.
Mientras los cortes de luz se extienden, la ola de calor se hace sentir fuerte; las soluciones no llegan y más se eleva la temperatura contra el gobierno. Edenor y Edesur no hacen más que buscar argumentos evasivos a una situación por ellos mismos generada. Por eso, desde todos los barrios va creciendo una profunda indignación que apunta al gobierno y a las empresa como responsables.
Las compañías le echan la culpa a las temperaturas extremas. Incluso Edenor se atrevió a lanzar una provocación diciendo que había que “evitar el derroche de energía”. No sólo eso. Además, las empresas advirtieron que la situación no se resolvería si no aumentan las tarifas. Así como el crimen social de Once puso un límite al tarifazo en el transporte, la crisis energética en curso dificulta la tarea de aplicar un tarifazo en el suministro de energía eléctrica, algo que el gobierno viene preparando desde largo tiempo atrás. Los planes se podrán postergar, pero la convicción del elenco oficial de aplicar un ajuste tarifario sigue en pie y es prioritaria incluso frente a la urgencia de resolver la crisis energética. Y esto lo demuestran autorizando, en medio de esta crisis, un aumento del 66% del boleto mínimo en el transporte de pasajeros. Esta certeza, que está detrás de la especulación de las empresas eléctricas, impactó en el alza de sus acciones en la Bolsa de Buenos Aires. Pese a que en términos operativos las empresas reportan pérdidas, entre enero y septiembre acumularon ganancias especulativas por $1.892 millones, por la apuesta a la suba de tarifas. Sus ganancias crecen al ritmo de la crisis energética y la especulación a futuro de lo que van obtener del bolsillo del pueblo trabajador. Hay que terminar con este pillaje.
Por su parte, el gobierno dejó de sostener, como lo hacía una semana atrás, que los cortes se deben al crecimiento económico, al mayor empleo y consumo (en particular de aires acondicionados). Es que en el comienzo de las vacaciones una gran parte de la población se desplazó del área metropolitana a los centros de turismo, sacando presión al sistema eléctrico del área metropolitana de Buenos Aires, mostrando rápidamente lo inverosímil del argumento.
Resulta cada vez más evidente que la crisis energética es resultado de la política oficial. Entre 2003 y 2012 la economía creció 82%. Es notable el contraste con la expansión de apenas 16% en la potencia instalada para generar energía eléctrica. El resultado de la escasa inversión es una mayor carga de generación sobre una potencia que crece lentamente. Es falso que sólo la insuficiente distribución que realizan Edenor y Edesur explique los cortes de luz. Claro que estas empresas tienen una parte importante de responsabilidad. Realizaron inversiones ínfimas, cosméticas y totalmente insuficientes para sostener el ritmo de crecimiento de la demanda. Pero el gobierno alimentó esa estrategia empresarial –equivalente al saqueo de Repsol con los hidrocarburos y de los Cirigliano con el transporte- entregándoles generosos subsidios. Suman más de $20 mil millones los subsidios destinados a la energía desembolsados hasta septiembre. Un verdadero despilfarro de recursos. La política de subsidios tuvo como fin alimentar las ganancias de las eléctricas de manera directa y de forma indirecta mejorar las condiciones de ganancias del conjunto de la clase empresarial reduciendo el componente del costo de los servicios públicos en el salario. Los pésimos servicios para la población trabajadora son la conclusión lógica de esa ecuación.
El esquema privatizador que dejó Carlos Menem fue sostenido por los Kirchner casi sin cambios (a excepción, si se quiere, del agregado de jugosos subsidios). El sistema quedó fraccionado en empresas dedicadas a la generación de energía, otras a su transporte y, por último, las que distribuyen. En este último segmento es donde operan Edesur, Edenor y Edelap, las involucradas en los cortes. La continuidad menemista sigue viva hasta en las condiciones laborales: precarización y contratistas tercerizados. La burocracia sindical de Luz y Fuerza brindó un servicio muy valioso a las empresas entregando conquistas obreras históricas.
Los problemas estructurales irresueltos en la “década ganada” brotan uno tras otro. Capitales italianos dirigen Edesur. La misma preponderancia imperialista que rige en otros sectores estratégicos, como el petróleo, la minería, el agrobusiness y la industria. El pase a un grupo capitalista “nacional” de la empresa Edenor, realizado hace unos años a manos de Pampa Holding, grupo signado como afín al gobierno, también muestra a la “burguesía nacional” opuesta a los intereses populares. Frente a la crisis energética creciente el gobierno amenazó a las empresas hablando de una “estatización” o una transferencia de los servicios de la ciudad al gobierno de Mauricio Macri y los de la provincia a Daniel Scioli. Ninguna solución se puede esperar de ellos. Recordemos que la primera medida que tomó el macrismo cuando recibió la transferencia de los subtes fue subir los pasajes.
En este fin de año, los piquetes y acciones contra los cortes de luz, las luchas que comienzan a librar los trabajadores –como los municipales de Mendoza, los de la salud de Neuquén, los trabajadores y trabajadoras metalúrgicas de Liliana- por los bajos salarios, la inflación y encima las penurias en la vida cotidiana que implican los cortes de luz y de agua, ya están mostrando las tensiones sociales que se desplegarán el próximo año.
Fuera Edenor, Edesur y todas las privatizadas
La única salida favorable a los intereses del pueblo trabajador es pelear la anulación de todas las concesiones a las generadoras, transportadoras y distribuidores de energía y su nacionalización y estatización sin ningún tipo de indemnización. En el caso de las empresas públicas, como la de Santa Fe o Córdoba, estamos porque se aumente el presupuesto y se pongan a funcionar ya bajo control obrero y de usuarios.
Ya vimos en qué terminó la “seminacionalización” de Repsol, llevada adelante por el gobierno, que finalmente terminó acordando una jugosa indemnización que es un negocio redondo para la empresa española. Se deben nacionalizar sin pagar un peso a estos especuladores que jugaron todos estos años con la salud y la vida de la población.
En lo inmediato hay que garantizar YA la energía en todos los hogares, mediante un plan de emergencia, bajo gestión de los trabajadores y técnicos, que en estrecha colaboración con comités de usuarios por barrios, aborde los problemas de cableado, reemplazo y reparación de las cámaras y subestaciones afectados. Además, hay que reducir el consumo tomando medidas de emergencia como el cierre de las reparticiones públicas, el corte de iluminación de monumentos y edificios públicos, la suspensión (de una o dos horas) de la actividad en las grandes empresas y lugares de esparcimiento (como bingos, casinos, hoteles de lujo, etc.), además de las industrias, sin afectar el salario, ni las condiciones de los trabajadores. La plata que se despilfarra en subsidios debe ir indemnizar a los trabajadores y pequeños comercios que sufrieron grandes pérdidas por los cortes.
La única salida de fondo es la puesta en pie de una empresa estatal única, bajo gestión de los trabajadores con participación de comités de usuarios populares, que integre el conjunto del sistema energético, incluidos los recursos petroleros y gasíferos, que obtenga financiación de impuestos progresivos a los grandes empresarios y banqueros y del no pago de la deuda externa, que permitan las inversiones necesarias para garantizar el servicio a toda la población.
PARTIDO DE LOS TRABAJADORES SOCIALISTAS (PTS) EN EL FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES (FIT)
27/12/13