ENTREVISTAMOS A CHRISTIAN CASTILLO Y CLAUDIA CINATTI, DESPUÉS DE LA GIRA INTERNACIONALISTA POR EUROPA
“Cualquier chispa puede hacer arder la pradera”
06/02/2014
06 FEB 2014 | Durante el mes de enero Christian Castillo y Claudia Cinatti realizaron una intensa actividad política por Europa. Se entrevistaron con los principales dirigentes de las fuerzas que se reclaman de la izquierda anticapitalista en los distintos países en los que estuvieron y con referentes de la izquierda sindical e intelectual. Por su parte, Castillo participó en once charlas públicas en siete ciudades (Londres, Berlín, Toulouse, Barcelona, Madrid, Atenas y París) para transmitir la experiencia del FIT y del PTS en Argentina. LVO conversó con ellos acerca de las conclusiones sacadas a partir del viaje.
¿Qué situación se está viviendo en Europa en este momento?
Claudia Cinatti: Si bien cada país tiene su especificidad, lo cierto es que Europa está signada por la aplicación de políticas basadas en lo que podríamos llamar el “consenso de Berlín”, similar a lo que conocimos en América Latina en los ’90 con el “consenso de Washington”. Mientras los estados están fuertemente endeudados por los salvatajes a bancos y monopolios, por todos lados uno ve repetirse los recortes a los presupuestos sociales, medidas de “flexibilización” laboral que acentúan la precarización del trabajo, despidos, pérdidas de conquistas, aumento de la pobreza… En los países más al norte del continente, como Gran Bretaña y Alemania, la desocupación es más baja que en los del sur, donde el Estado Español y Grecia encabezan los países con tasas de desempleo mayores, cercanas al 26 y 28 % respectivamente. Sobre Alemania su clase dominante ha echado a correr el gran mito de que quedó a salvo de la crisis. Pero si bien es verdad que Alemania utilizó su papel de potencia imperialista dominante en la Unión Europea para trasladar parte de la crisis a otros países, lo cierto es que la clase trabajadora alemana se ha empobrecido crecientemente en los últimos años y que el ya bajo crecimiento de 2012 cayó a casi la mitad en 2013, de 0,7% a 0,4%. Parte importante de los habitantes de Berlín han tenido que mudarse a la periferia o a otras ciudades debido a los aumentos de los alquileres. La desigualdad social ha crecido al igual que la pobreza, que ya abarca al 15% de la población. Los jóvenes tienen en general trabajos precarios y mal pagos, a partir de las reformas antiobreras que había emprendido desde de 2003 el gobierno del socialdemócrata Schröeder, la “agenda 2010”, que llevó a una degradación en las condiciones de trabajo que se continuó con los gobiernos de la conservadora Merkel, hoy parte de una “gran coalición” con los socialdemócratas. En Francia, el gobierno del “socialista” Hollande viene de anunciar una política claramente de derecha en un discurso económico que podría haber pronunciado cualquier gobernante conservador. No casualmente el presidente francés venía de reunirse en secreto con Peter Hartz, un ex jefe de recursos humanos de Volkswagen que es considerado el arquitecto de las reformas antiobreras alemanas. En Grecia, la caída del nivel de vida de la población ha sido muy grande, al igual que en el Estado Español. Solo en el primer semestre de 2013, unas 35 mil familias españolas perdieron sus viviendas por no poder afrontar el pago de las hipotecas. Suman unos 400 mil casos desde el comienzo de la crisis. Aunque el discurso predominante de los gobiernos es que lo peor de la crisis ya pasó y el euro logró sobrevivir, lo cierto es que todo está en alguna forma “atado con alambre” y ahora las anémicas economías europeas deben enfrentar una nueva vuelta de la crisis con el freno de las economías de los países que la prensa denominaba “emergentes”. China en particular ha sido un destino central de las exportaciones de maquinaria alemanas y un freno en el crecimiento del país asiático impactaría directamente en el destino de la primera economía europea.
Christian Castillo: A la crisis económica se suma la existencia de crisis políticas abiertas o latentes en numerosos países, con una pérdida creciente de prestigio de las castas de políticos profesionales que gobiernan al servicio de los banqueros y los monopolios. Esto ha llevado por un lado a un crecimiento de fuerzas ultrareaccionarias de derecha en distintos países. Por ejemplo en Francia el último sondeo electoral da primero al Frente Nacional de Marine Le Pen con una intención de voto del 23%, por sobre la derecha tradicional de la UMP y el gobernante Partido Socialista. Y hay sectores que están aún a su derecha que vienen de realizar dos marchas, una de entre 15 y 20 mil personas y otra de unas 80 mil, protagonizadas por el mismo sector que antes se opuso a la ley de matrimonio igualitario, reaccionarios de todo pelaje. Entre la clase obrera y la juventud, por su parte, ha aumentado la tasa de abstención electoral, ante la visión de que no hay grandes diferencias si ganan socialdemócratas o conservadores. Las fuerzas que se agrupan en el Partido de la Izquierda en el Parlamento Europeo, como Die Linke en Alemania, Izquierda Unida en el Estado Español, el Front de Gauche en Francia o Syriza en Grecia, son organizaciones reformistas que no dan salida alguna, y en ocasiones comparten con los socialdemócratas la aplicación de los planes de ajuste, como IU en el Estado Español aplicando junto al PSOE los planes de recortes desde el gobierno de la región de Andalucía. Syriza, por su parte, no ha hecho más que ir hacia un discurso cada vez más moderado desde que logró avanzar electoralmente, captando parte de los arribistas del PASOK, la socialdemocracia griega, que está en ruinas. La situación no puede entenderse sin el escandaloso colaboracionismo de las burocracias sindicales en la aplicación de los planes de ajuste, que llevaron a la impotencia las importantes luchas que se dieron. Nadie puede decir, por ejemplo, que en Grecia faltó voluntad de lucha cuando tuvieron lugar desde 2008 nada menos que 32 huelgas generales y grandes acciones de la juventud combativa… Pero las direcciones políticas y sindicales de las masas han sido un verdadero desastre para enfrentar las consecuencias de la crisis, un poco como nos pasó a nosotros en los ’90 y nos sigue pasando actualmente, donde los burócratas miran para otro lado en medio del ajustazo que estamos sufriendo también nosotros. Lo que creo más importante para tener en cuenta es que tras más de cinco años de crisis, independientemente de las distintas coyunturas, se siguen incubando contradicciones explosivas, que pueden estallar ante cualquier hecho menor. Podríamos decir que cualquier chispa puede hacer arder la pradera… Algo de esto vimos en Francia con las protestas en Bretaña y en el Estado Español en el Gamonal, en Burgos, donde una rebelión popular frenó un negociado que estaban haciendo con una “obra” entre el gobernante Partido Popular y un empresario de la construcción. En Madrid, además, se frenó el plan de privatización en la salud con una lucha importante, y en las afueras de Barcelona continúa la gran huelga de PANRICO, que ya lleva más de cien días con el reclamo de “0 despidos, 0 rebaja de salario”, y que es el conflicto más largo en Catalunya desde el fin del franquismo. También han sido importantes las marchas contra la ley del PP retrocediendo en el derecho al aborto, que ocurrieron no solo en el Estado Español sino en varios países europeos, particularmente en Francia. Posiblemente estos hechos estén mostrando una tendencia a “atalonarse” del movimiento de masas en el Estado Español, cuestión que hasta el momento no había ocurrido a pesar de diversas iniciativas anteriores y de la importancia de procesos como fue el 15M. Tuve la suerte de compartir varias conversaciones con las obreras y obreros de PANRICO, quienes tenían gran interés por la experiencia de la ocupación de fábricas en Argentina, en particular la de los compañeros de Zanon. En acuerdo con los planteos internacionalistas que están comprendidos en el programa del FIT, hice una donación de lo cobrado en la dieta de diputado para la “caja de resistencia” de esta gran lucha. Esta gira es continuación del viaje realizado por Raúl Godoy el año pasado que difundió la experiencia de Zanon bajo control obrero y su importancia para la situación política europea seguida atentamente por sectores de la vanguardia trabajadora.
¿Cómo vieron la situación en Grecia?
Claudia Cinatti: A pesar que no estuvimos en un momento de alza de la lucha de clases, Grecia es sin lugar a dudas un gran laboratorio político y social, además de sus atractivos culturales, históricos y geográficos. Creo que hay un proceso de reflexión o metabolización política de una amplia vanguardia que está buscando una salida luego del agotamiento de un método de acción que no permitió derrotar los planes de la troika y el gobierno. En el movimiento de masas un sector tiene expectativas en que lo peor ha pasado y que puede venir la recuperación, esa es la base en la que se apoya el gobierno de Samaras. Otro sector tiene expectativas en un gobierno de Syriza cuando se convoquen las próximas elecciones generales. Syriza no ha dejado de derechizar su política, a pesar de su ala izquierda que abarca a un 30% de la organización, que ha dejado de ser una coalición para convertirse en un partido.
Christian Castillo: En Grecia hay una militancia de decenas de miles que se reivindica anticapitalista, aún por fuera de un Partido Comunista hoy atípico, que tiene unos diez mil militantes y peso en los sectores tradicionales del movimiento obrero, y que combina planteos frentepopulistas con otros tipo “tercer período”, de sectarismo autoreferencial. Incluyendo el ala izquierda de Syriza hay alrededor de 40 organizaciones que abarcan un amplio espectro de la “izquierda radical”. A la vez que hay algunas luchas obreras duras, es muy importante el desarrollo del movimiento antifascista, que impuso el encarcelamiento de parte de la dirección de Aurora Dorada, luego del asesinato de un músico popular que provocó la movilización de decenas de miles. Prácticamente todas las semanas hay acciones antifascistas en los barrios de Atenas, con gran participación del movimiento estudiantil, en un frente único entre Antarsya, las organizaciones anarquistas y otros sectores. Durante nuestra estadía en Atenas conversamos con los compañeros de OKDE – Spartacos, que organizaron nuestro viaje y están centrados en Atenas, y de OKDE a secas, que tienen su principal militancia en Tesalónica, la segunda ciudad del país. Los primeros son parte del ala izquierda de Antarsya y tuvieron con nosotros una actitud de confraternización internacionalista muy valorable. También tenemos que mencionar que hay sectores de la izquierda griega que presentan como modelo a seguir la devaluación argentina del 2002. Explicamos cómo esta variante fue un golpe contra el bolsillo de la clase obrera. Esto es relevante porque frente a la política claudicante frente al Euro y la Unión Europea de Syriza se opone una variante de “frente democrático”, de que hay un primer momento de ruptura con el euro donde hay que hacer acuerdo con todos los que se opongan a este planteo y después planteamos la salida obrera y anticapitalista. Sectores de Antarsya sostienen esta posición que creemos completamente equivocada, y sobre esta base plantean un acuerdo para las elecciones europeas con Alabanos, el ex presidente de Syriza, que se opone a la UE desde una posición “soberanista”. Los compañeros de OKDE-Spartacos se oponen a este planteo, sosteniendo que para los trabajadores una ruptura con la UE solo puede ser progresiva en base a un programa transicional anticapitalista, que plantee el poder obrero.
¿Quiénes organizaron las actividades políticas del viaje?
Claudia Cinatti: En primer lugar los compañeros de las organizaciones con las cuales compartimos desde el PTS un marco común en la Fracción Trotskista, los camaradas de Clase contra Clase en el Estado Español, de RIO en Alemania y nuestros compañeros de la FT que en Francia son parte junto a otros de la Corriente Comunista Revolucionaria (CCR) del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). En Gran Bretaña, las actividades las organizaron sectores que militan en el ala izquierda de Left Unity, como Workers Power y Anticapalist Initiative. En Berlín, junto a los compañeros de RIO la convocatoria la hicieron el SAV (sección alemana del CIO) y el NAO (Nueva Organización Anticapitalista). A Grecia nos invitaron los camaradas de OKDE – Spartacos a una charla que fue convocada por el conjunto de Antarsya al impulso del ala izquierda de esta coalición. Tanto en Toulouse como en París, las charlas las convocó el NPA de conjunto, a partir de la iniciativa llevada adelante por la CCR.
Christian Castillo: Pero no fueron solo las charlas, sino que nos entrevistamos con dirigentes y referentes de la izquierda anticapitalista y de la izquierda sindical e intelectual. Vimos a compañeros con los que tenemos abierto un diálogo político y vemos que hoy tenemos más acuerdo, como los camaradas de OKDE-Spartacos (que han rechazado mayoritariamente votar por Syriza en las elecciones de 2012 al contrario de lo que hizo la dirección del SU) y de la corriente “Anticapitalismo y Revolución” del NPA (con quienes nuestros camaradas de la Corriente Comunista Revolucionaria vienen dando peleas en común contra la orientación más oportunista de la dirección del NPA), que son parte de una oposición dentro del llamado “Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional”. Y también nos vimos para intercambiar posiciones con dirigentes con los que tenemos importantes divergencias políticas que son públicas, como Alan Krivine o François Sabado, de la corriente mayoritaria del NPA en Francia y del SU, compañeros de la dirección de Lutte Ouvrière o con Peter Taafe, principal dirigente del Socialist Party y del CIO en Gran Bretaña, o Alex Callinicos, hoy el dirigente más importante del SWP británico, partido que hoy está atravesando una crisis muy importante. También nos entrevistamos con la Fracción de Lutte Ouvrière que milita al interior del NPA. Taafe en particular mostró mucho interés por los fenómenos que estaban ocurriendo en la clase obrera argentina y en la política que veníamos implementando desde el PTS para avanzar en nuestra influencia entre los trabajadores. El interés por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores en Argentina era generalizado, dado que contrasta con el estancamiento o retroceso de las fuerzas que se reclaman de la izquierda anticapitalista y socialista en Europa.Entre otros nos vimos también con Tarik Ali, hoy editor de la New Left Review, y con Sebastián Budgen, del editorial board de Historical Materialism y con Isabelle Garo, de la edición impresa de la revista Contratemps, con quien compartimos el panel en la presentación que hicimos en París de la revista Ideas de Izquierda. La salida de nuestra publicación fue también muy bien recibida.
¿Por qué el FIT y el PTS despertaron interés en la izquierda europea?
Claudia Cinatti: Indudablemente, el avance electoral del FIT y la conquista de puestos parlamentarios por parte de la izquierda trotskista argentina atrae la atención de la izquierda mundial. No podemos perder de vista que América Latina es un laboratorio de experiencias políticas y de la lucha de clases. En Europa donde sectores importantes de las organizaciones de la extrema izquierda vienen teniendo una orientación de adaptarse a formaciones reformistas de izquierda, como el Front de Gauche en Francia o Syriza en Grecia, el ejemplo del FIT como un frente de independencia de clase, con un programa claramente anticapitalista y que reconoce como su objetivo el gobierno de los trabajadores, es un gran ejemplo para quienes resisten estas políticas oportunistas y les da renovadas energías para dar esta pelea política. Sin embargo, no se trata solo de los buenos resultados electorales, que son producto de diversos factores, sino de la relación que tiene esto, en particular en el caso del PTS, con la intervención en la lucha de clases y con un trabajo profundo, sistemático y paciente en la clase obrera, sobre todo teniendo en cuenta que muchas corrientes de la izquierda europea han abandonado la estrategia de construir partidos de trabajadores revolucionarios por la de “partidos amplios” sin delimitación estratégica clara. En este sentido, hemos percibido un gran interés en conocer la estrategia del PTS en el movimiento obrero, el desafío que tenemos de utilizar los puestos parlamentarios al servicio de desarrollar la movilización extraparlamentaria de los explotados, y en particular de transformar los avances superestructurales en avances concretos, por ejemplo, en la lucha por ganarle a la burocracia la conducción de determinados sindicatos.
Christian Castillo: Nos preguntaron no sólo cómo explicábamos el resultado del FIT sino también que nos proponíamos como política para continuarlo. Les dijimos que el avance del FIT se explica por una combinación de factores objetivos, como la tendencia a la ruptura con el gobierno de franjas importantes de la clase obrera que se había expresado en el gran paro general del 20 de noviembre de 2012, con elementos subjetivos. En esto último entra la “virtud” política, parafraseando a Maquiavelo, que tuvimos las fuerzas de la izquierda anticapitalista en Argentina. En nuestro caso combinando una dura pelea de delimitación política con el kirchnerismo y la oposición patronal con una política de decidida implantación en la clase obrera y decidida intervención en algunos de los principales hechos de la lucha de clases. Son esas batallas previas, junto con una campaña electoral con una agitación de masas de masas que permitió un avance en la conciencia política de los trabajadores y la juventud, lo que explica el buen resultado del FIT. Sobre el segundo aspecto, planteamos que desde el PTS habíamos hecho la propuesta a nuestros socios del FIT de abrir la discusión sobre la necesidad de construcción de un gran partido revolucionario de la clase obrera en Argentina, pero que hasta el momento no habíamos recibido una respuesta positiva a esta propuesta: como señala el dicho popular, “para bailar un tango se precisan dos”… Obviamente un frente electoral que plantee claramente la independencia política de los trabajadores contra las variantes políticas capitalista es muy importante, pero es insuficiente para los desafíos que tenemos por delante. Somos conscientes de esto y en este sentido van los planteos que hemos hecho al PO y a IS, sin ingenuidad, sabiendo que tenemos diferencias políticas importantes, como se expresaron frente a los motines policiales, pero con la convicción que una discusión sobre la estrategia y el programa de un partido para la revolución social en nuestro país despertaría un gran entusiasmo en la vanguardia obrera y juvenil. Mientras tanto nuestro partido está avanzando en su implantación entre los trabajadores, en particular la clase obrera industrial, y la juventud, como ya lo expresaron las convenciones regionales y la convención nacional que hicimos en diciembre.
En el viaje aprovecharon para difundir la lucha por la absolución de los petroleros de Las Heras
Christian Castillo: Así es. Enseguida hubo claras actitudes de solidaridad internacionalista. En el Estado Español la CGT Catalunya, compañeros que militan en Izquierda Anticapitalista, los huelguistas de PANRICO, los presos políticos del franquismo que impulsan la querella en Argentina, todos ellos tomaron la causa de los compañeros petroleros. En Francia tanto el NPA como Lutte Ouvrière e importantes dirigentes obreros se transformaron en impulsores de la campaña. En Gran Bretaña, los compañeros del Socialist Party y del CWI consiguieron importante número de firmas al petitorio. También en Alemania comenzó la campaña a tomar vuelo. En todos estos países hubo importantes concentraciones en las embajadas o consulados argentinos este 5 de febrero, en consonancia con la jornada de lucha que hicimos en nuestro país.
¿Cómo fue recibido el Manifiesto que lanzó la FT en su última conferencia y el llamado a impulsar un Movimiento por una Internacional de la Revolución Socialista – Cuarta Internacional?
Claudia Cinatti: La iniciativa de la última conferencia de la FT de lanzar el Manifiesto y un llamado a dar pasos para poner en pie un Movimiento por una Internacional de la Revolución Socialista – Cuarta Internacional, ha sido bien recibida por las distintas corrientes de la izquierda con quienes nos hemos entrevistado, lo que no implica obviamente que ya estemos de acuerdo en los puntos programáticos ni en cuál es la política para avanzar en el terreno del internacionalismo revolucionario. Pero sí que está planteado abrir un debate entre las fuerzas de izquierda que se consideran revolucionarias para estar a la altura del período de convulsiones sociales y políticas que estamos viviendo. En el marco de una situación signada por la crisis capitalista, que ya lleva varios años y no tiene salida a la vista, y por el retorno a la escena de la lucha de clases, como hemos visto, por ejemplo, en los procesos de la “Primavera árabe”, la tarea de avanzar en la construcción de partidos proletarios revolucionarios tanto en el terreno nacional como internacional, toma un carácter más urgente. Creemos además, que el método de fusión planteado en el Manifiesto, así como nuestro rechazo a cualquier política autoproclamatoria, y nuestra disposición a avanzar tanto con grupos que provienen de la tradición trotskista como con corrientes obreras y juveniles que se orienten hacia la revolución, hace más atractiva la propuesta, sobre todo para organizaciones con las que estamos coincidiendo no solo en puntos programáticos –lo cual es una condición indispensable- sino también en aspectos de nuestra práctica política.
¿Qué desafíos se abren para la FT en Europa?
Christian Castillo: No coincidimos con las visiones derrotistas del movimiento obrero europeo. Más bien creemos que por una combinación de factores objetivos y subjetivos, muy probablemente el viejo continente será en los próximos años uno de los centros de la lucha de clases y de los fenómenos políticos más avanzados. En esta situación, las principales corrientes de la extrema izquierda, como el NPA en Francia y el SWP en Gran Bretaña, están atravesando una crisis profunda, en gran medida debido al fracaso de su política de “partidos amplios” y de buscar atajos diluyendo las fronteras entre reformistas y revolucionarios. Esta crisis no es nueva, ya hemos visto por ejemplo, la debacle de Rifondazione Comunista en Italia, tomada como modelo de “partido amplio”, después de su colaboración con gobiernos capitalistas de centroizquierda. La diferencia importante es que en el NPA hay sectores importantes, entre los cuales están nuestros compañeros del CCR, que luchan por reorientar al partido hacia una política basada en la lucha de clases. Aunque en Francia su influencia es menor, en Europa hay un peso importante de la ideología autonomista, que tuvo mucho peso en los movimientos de “indignados”. Son fuertes en el movimiento estudiantil alemán, en el Estado Español, en sectores de la vanguardia griega y también en sectores de la izquierda británica, a partir de una reacción hacia el autonomismo provocada por la crisis del SWP. Estas tendencias autonomistas se han visto alentadas por las formas predominantes que tomaron los movimientos de resistencia a la crisis capitalista, de la Plaza Tahrir al movimiento de los indignados españoles. Pero lo cierto es que es estos movimientos han sido completamente impotentes. Sin centralidad obrera y sin dirección revolucionaria, es descontento de las masas es contenido y bloqueado, como muestra Egipto. Es hora de discutir profundamente las conclusiones de estas experiencias. Por eso para nosotros la importancia de poner como centro la construcción de partidos revolucionarios y de una internacional de la revolución socialista, una refundación de la Cuarta Internacional. Vimos un avance importante de nuestras organizaciones hermanas de la FT en el Estado Español, en Alemania y en Francia del CCR, en el que confluimos con compañeros que no militan en la FT. Pero creemos que nuestra corriente internacional, tanto en Europa como en América Latina, debe asumir el gran desafío de confluir con todos aquellos que ven la necesidad de dar la pelea por revertir este curso y poner en pie una alternativa verdaderamente revolucionaria.