Uruguay
Difícil escenario para el Frente Amplio
02/07/2009 LVO 332
El pasado fin de semana, se realizaron las elecciones internas que definieron los candidatos a la presidencia. En el Frente Amplio (FA) ganó claramente José Mujica con 53%, quedando Danilo Astori segundo con 41%. El Partido Nacional (PN) definió por el ex presidente Luis A. Lacalle con 55% mientras que Larrañaga quedó como candidato a vicepresidente. En el Partido Colorado abrumó Bordaberry (75%).
El resto fue marginal: Asamblea Popular 0,37% y el Partido de los Trabajadores (organización hermana del PO de Argentina), al igual que COMUNA, no alcanzó el mínimo de votos, lo que impediría que se presente en octubre.
Un difícil camino hacia octubre
La participación (opcional) fue del 40%, cayendo con respecto a 2004. Este signo de apatía perjudica al FA, que históricamente se distinguió por el acompañamiento de sus bases. Contra lo que esperaba la dirigencia frenteamplista, la participación en las internas del PN (46%), fue mayor que la del FA (aunque este ganó Montevideo). Los colorados, recogieron 12% y Lacalle fue el presidenciable más votado.
Aunque se intenta disimular esta falta de entusiasmo en el FA diciendo que la “verdadera batalla es en octubre” y que allí sí acudirán masivamente a las urnas a apoyar al gobierno, la realidad es que el FA enfrenta una crisis importante ya que no tiene para nada asegurado el triunfo.
De hecho, al día de hoy las encuestas dan ganador en segunda vuelta (con los colorados) al derechista Lacalle. Es clave para el FA que Astori acepte ir como vice ya que su figura tiene mayor aceptación entre el electorado. Por ejemplo, en Montevideo (50% del padrón nacional), la diferencia entre Mujica y Astori fue muy inferior a la general (50,5 contra 46,9%). Luego de la clara ventaja que sacó Mujica en la interna, se espera que Astori finalmente acepte. Pero, como ha expresado públicamente, él no apoya el programa del Congreso del FA de diciembre pasado y podría exigir una fuerte presencia en el gabinete (en especial en Economía) y candidatos a intendentes para las municipales de 2010.
La crisis económica y los proyectos burgueses
Aunque aún no ha mostrado todos sus efectos, la crisis mundial ya llegó a Uruguay con despidos, envíos al seguro de paro, suspensión de horas extras, desconocimiento de acuerdos salariales, etc.
Así las cosas, es claro que cualquiera de los partidos con posibilidades de triunfar en las elecciones nacionales de octubre, seguirá este camino de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo. Si bien hay una marcada diferencia en el discurso, uno netamente neoliberal, el otro “progresista”, con un marcado acento “social” y productivista, tanto Lacalle, como Mujica coinciden en mantener lo esencial del modelo económico.
La derecha
Lacalle es un político ubicado bien a la derecha, que con un discurso “de mano dura” ha hecho eje en su campaña en el tema de la seguridad y promete continuar con las privatizaciones y mayor apertura económica.
Desde 2008, con los primeros efectos de la crisis económica, viene reclamando abiertamente (junto a los Colorados) un ajuste fiscal y aumento general de tarifas, acusando de “populista” e “irresponsable” la política del gobierno que frente a un año electoral, mantuvo la inversión pública y los subsidios a empresarios para “mitigar” los efectos de la desaceleración económica.
Los trabajadores y el pueblo tienen bien frescos los recuerdos de su gestión (1990-95), a los que se opusieron en diversas oportunidades, frenando con sus luchas algunas de las aristas más cuestionadas de su proyecto; así como los múltiples hechos de corrupción y clientelismo político de los que fue acusado.
El Frente Amplio y Mujica
Las cosas son más complejas y ambivalentes en el FA. Mujica triunfó sobre Astori, el candidato más moderado, preferido por el empresariado y que desde el Ministerio de Economía hasta mediados del año pasado, se encargó mantener una clara continuidad con los anteriores gobiernos.
Mujica, quien con su perfil carismático y su pasado guerrillero, es claramente preferido por los sectores populares, despierta expectativas de cambio a favor de los trabajadores, con supuestas posiciones más izquierdistas. Sin embargo, recientemente manifestó: “En economía haré una maniobra de entrada lo más a la derecha que pueda, tipo Lula cuando llegó” (Brecha, 29/5).
Él también fue Ministro (de Ganadería), avalando las principales líneas políticas y económicas del gobierno. Fue uno de los más decididos defensores de las multinacionales Botnia y Ence, es partidario de la reconciliación con los milicos y de “lavarle un poco la cara” a las FF.AA.. Sin hacer grandes promesas durante la campaña, sí tuvo un importante gesto de moderar su perfil histórico al renunciar al MPP en pos ser candidato “de todo el Frente”. Además, él y su equipo han dado señales claras de que serán duros con los que salgan a luchar para que las promesas de un supuesto gobierno popular se hagan realidad.
La falta de entusiasmo es también la expresión de los trabajadores y el pueblo, que intuyen que los eventuales cambios del gobierno “progresista” serán superficiales y muy limitados.
Es que desde 2005 el gobierno de Tabaré Vázquez y el FA, ha mantenido y profundizado el “modelo” impuesto por blancos y colorados. Medidas privatizadoras, constantes concesiones a las patronales y a las multinacionales (plantas de celulosa, extranjerización y concentración de la tierra a límites inauditos), represiones varias, y excelentes relaciones con el imperialismo caracterizaron estos años de gobierno “progresista”. Los monopolios extranjeros concentran más de la mitad de la producción y comercialización de carne, el 25% de las tierras productivas y poseen 8 de las 10 exportadoras más grandes del país. Uruguay es hoy el país con mayor participación en “misiones de paz” promovidas por el imperialismo, como la ocupación en Haití que ya lleva más de 4 años. La alineación con EE.UU. llegó al punto de plantearse la firma de un TLC, que finalmente no prosperó.
Tal ha sido la decepción con este gobierno, que hoy tratan de volver a generar algún entusiasmo diciendo que ha terminado una “primera fase” y que en un segundo gobierno del FA vendrá un “giro social y distributivo”.
Gane quien gane, los trabajadores y el pueblo debemos organizarnos desde ya para enfrentar los seguros ataques con los que intentarán descargar la crisis sobre los trabajadores y salvar a los capitalistas. En estos años administrando el Estado capitalista semicolonial uruguayo el FA ha demostrado claramente al servicio de quién gobierna, sea cual sea su candidato de turno. Hay que romper definitivamente con el FA y su estrategia de colaboración de clases que ata a la clase obrera al dominio capitalista y pelear por poner en pie una organización política de los trabajadores, independiente de las variantes abiertamente patronales o frentepopulistas.