Especial desde México
El pueblo de Oaxaca defiende su Comuna
02/11/2006 La Verdad Obrera N° 211
El pasado fin de semana, el gobierno de Vicente Fox ordenó un operativo policíaco-militar para “recuperar” Oaxaca. Decenas de tanquetas, helicópteros y cientos de efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) se prepararon desde el sábado para atacar y desalojar las barricadas de la comuna de Oaxaca.
Después de que el viernes 27, grupos de choque paramilitares atacaron las barricadas asesinando a tres integrantes del movimiento y al periodista de Indymedia Brad Will, y provocando decenas de heridos. El gobierno y la Secretaría de Gobernación (SEGOB) esperaban que cundiera la desmoralización y que el operativo no encontrase mucha resistencia. Sin embargo, a pesar de que el sábado 28 varias barricadas del centro histórico de Oaxaca fueron abandonadas, al día siguiente el avance de la PFP despertó la acción inmediata de miles de trabajadores, jóvenes y sectores populares, que salieron a las calles y durante más de seis horas enfrentaron heroicamente los embates de las fuerzas represivas, poniendo en pie nuevas barricadas, resistiendo con lo que tuvieran a su alcance a la PFP, y sufriendo tres nuevos muertos y decenas de heridos.
A pesar de esta lucha heroica, el pueblo de Oaxaca se vio obligado a replegarse hacia la Ciudad Universitaria, abandonando el zócalo, aunque enseguida comenzaron a organizarse nuevas barricadas. Si el gobierno federal esperaba que la incursión de la PFP pusiera fin a la rebelión del pueblo oaxaqueño y acelerase el regreso a clases del magisterio, el efecto ha sido el contrario.
El lunes 30, 100.000 personas se movilizaron en la ciudad de Oaxaca exigiendo la salida de la PFP y la renuncia de Ulises Ruiz (URO).
De igual forma, en la ciudad de México y otros estados, comienza a crecer la solidaridad con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), con manifestaciones y el anuncio de paro magisterial en Michoacán y de la CNTE. A nivel internacional, el apoyo también se ha hecho sentir.
La política de Fox y el régimen
Ante el hecho de que el movimiento no fue derrotado, sectores del régimen proponen la licencia (o renuncia) de URO. Después de desalojar el plantón del zócalo y recuperar el control del centro histórico, el gobierno de Fox y el Congreso Nacional buscarían presentar dicha renuncia como una señal de reestablecimiento de la “paz social”. Aunque esta salida tendría la intención de descomprimir la situación en lo inmediato, debilitando las tendencias a la autoorganización y al fortalecimiento de la APPO como embrión de doble poder, contradictoriamente daría confianza a las masas en Oaxaca y todo el país de que es posible derribar gobiernos. Esto puede alentar la movilización de las masas a nivel nacional en el nuevo período prerrevolucionario abierto en México en los últimos meses, en el que es un elemento de peso la ilegitimidad de Calderón como presidente impuesto por el fraude.
Es por eso que esta salida posiblemente esté acompañada por nuevos golpes contra la vanguardia y la militarización del Estado, para evitar nuevas acciones revolucionarias de las masas.
Sin embargo, esto genera discusión y crisis en el régimen, ya que el PRI no acepta esta salida (que lo debilita en un estado clave); y el PRD está aprovechando la crisis política para posicionarse como oposición.
En cambio, si no se ponen de acuerdo en torno a la salida de URO, el movimiento de masas podría revitalizar sus fuerzas y aprovechar las brechas existentes en el régimen, con nuevas movilizaciones y acciones en Oaxaca, que pueden impactar en el Distrito Federal y sobre los trabajadores y juventud.
Todo esto muestra que, pese al fuerte operativo militar no han logrado derrotar al movimiento ni han podido tampoco cerrar la situación de ascenso de la lucha de clases en el país cuyo punto más alto fue, durante el año en curso, la comuna de Oaxaca, que ha tenido en jaque al gobierno estatal y federal durante 5 meses, disputándole poder territorial al Estado; y con organismos y formas de autodefensa que enardecieron a la burguesía.
De los resultados de esta lucha depende la reorganización o reflujo del movimiento obrero y de masas. Si la represión aplasta la resistencia de la APPO, eso será el preámbulo de una militarización en el Estado y envalentonará al próximo gobierno de Felipe Calderón para lanzar nuevos ataques reaccionarios contra todos los trabajadores, los jóvenes, los campesinos e indígenas pobres.
Las primeras lecciones de la Comuna de Oaxaca
La gran resistencia muestra que se puede frenar la intromisión de la PFP y reimpulsar el movimiento para lograr la renuncia de URO, la reinstalación de las barricadas y la Comuna de Oaxaca. Pero para eso es muy importante considerar cúales son las causas de que el movimiento hoy se encuentre en una situación más desfavorable que hace una semana.
En los últimos cinco meses, los trabajadores y el pueblo de Oaxaca dieron un ejemplo de cómo luchar contra los gobiernos de los capitalistas: con barricadas y la huelga magisterial, y con el combativo plantón que mantienen afuera del Senado (en el DF). El gobierno, el PAN, el PRI y las instituciones buscaron acabar con la heroica Comuna oaxaqueña, oponiéndose a que se vaya Ulises Ruiz mientras la APPO mantuviese el control de la ciudad, ya que su caída sería vista por las masas de México como un resultado directo de la movilización y un ejemplo de que luchando se puede derrotar a los representantes políticos de la burguesía.
El gobierno buscó desgastar al movimiento, provocando la división interna entre el magisterio y la APPO, con maniobras en la mesa de "negociación" que no resolvían las demandas unificadas y comunes. Lamentablemente, la dirección magisterial encabezada por Rueda Pacheco, llamó a las bases magisteriales a aceptar esta trampa, lo cual dividió y debilitó al movimiento ante la ofensiva del régimen. Debido a esta traición, las bandas paramilitares se envalentonaron y organizaron el viernes 27 el más salvaje ataque sufrido por la comuna de Oaxaca; y el gobierno de Fox y Abascal, legitimados por el acuerdo con Rueda Pacheco, lanzaron el operativo represivo del pasado fin de semana.
Esta actitud abiertamente entreguista de Rueda Pacheco, tiene como trasfondo una política conciliadora que sostuvieron diversos sectores de la dirección del movimiento, los que alentaron expectativas en el pacto con los senadores y Gobernación y desde hace semanas presionaron para que la APPO aceptase las promesas del gobierno y retrocediese en su lucha.
Si se quería fortalecer la lucha y que las demandas del movimiento triunfasen, había que impulsar la masificación de la lucha y su extensión a todo Oaxaca, organizando una nueva mega marcha contra la represión y una Huelga General estatal hasta que caiga Ulises Ruiz, llamando a los trabajadores de base del estado a votarle el paro a sus direcciones. Y junto a ello, preparar la autodefensa, incorporando delegados de las barricadas a la APPO, y discutiendo en una coordinación de las barricadas y los topiles, cómo garantizar una autodefensa de masas contra la inminente represión. La heroica resistencia del viernes y del domingo mostró disposición a la lucha y una gran solidaridad popular: si se hubiera organizado la participación de decenas y cientos de miles en las calles y se hubiera preparado una autodefensa coordinada y centralizada por la APPO, se podría haber frenado a la PFP y logrado un triunfo, abriendo mejores condiciones para lograr la caída de URO y avanzar en la lucha por un gobierno provisional de la APPO y las organizaciones en lucha.
Pero la mayoría de la dirección de la APPO estuvo muy por detrás. En el caso de Rueda Pacheco, representó una traición a la lucha de la APPO y a la valiente resistencia de quienes sostienen las barricadas de la Comuna de Oaxaca, de los muertos que dieron la vida por esta lucha.
Es necesaria una política para triunfar
La resistencia mostró que lo que sostuvo a la comuna y a la APPO no son los dirigentes conciliadores sino las bases magisteriales, las mujeres, los trabajadores, los campesinos e indígenas.
Para retomar el camino marcado en estos cinco meses, hay que pelear por una política distinta a la de Rueda Pacheco y los sectores conciliadores y reformistas, apuntando a que la APPO y las bases magisteriales voten democráticamente un programa para llevar al triunfo sus reivindicaciones e intereses, y una nueva dirección a la altura de la lucha planteada.
En ese sentido, coincidimos plenamente con todos aquellos compañeros que sostienen que no puede haber negociación alguna ni regreso a clases mientras esté la PFP en el Estado y continué URO en el gobierno. Nadie en la APPO puede seguir diciendo que debemos respetar la decisión que tome la dirección magisterial. El esquirolaje no se puede justificar con el pretexto de la “autonomía sindical” de las organizaciones. La actitud de Rueda Pacheco y de otros dirigentes debe ser repudiada y debe mantenerse la huelga indefinida del magisterio oaxaqueño. ¡No a la negociación mientras continúen los ataques y las amenazas de represión! ¡Inmediata libertad de los presos políticos, aparición con vida de los desaparecidos y castigo a los asesinos y represores! El paro es una medida de fuerza fundamental, no se puede renunciar a él ¡Paro magisterial hasta que caiga URO!
Rompamos el cerco militar sobre Oaxaca
Las organizaciones sindicales, campesinas, sociales y políticas deben realizar acciones en sus lugares de influencia, como la toma de puentes fronterizos y aduanas, tomas de embajadas, paros, etc. Aunque tardíamente, el EZLN ha anunciado que se integra a este apoyo y bloqueará carreteras en las zonas de Chiapas que controla. Incluso López Obrador, cuyo partido en Oaxaca sostuvo al represor URO, realizó un mitin y una movilización en días pasados.
Lamentablemente, ante la salvaje represión, los sindicatos no llamaron al paro y la movilización, limitándose a pronunciamientos contra la entrada de la PFP. ¡No hay que dejar solos a los compañeros de Oaxaca! Urge que discutan ya en sus asambleas el Paro Nacional para que se vaya Ulises Ruiz y las tropas del Oaxaca.
Hay que llamar a la más amplia solidaridad y apoyo de los trabajadores, los estudiantes y los sectores populares a nivel internacional, profundizando las importantes acciones internacionalistas que ya se están realizando en otros países.
¡Demostrémosle con acciones contundentes a los heroicos compañeros oaxaqueños que no están solos!
Las distintas organizaciones del DF y otros estados que estamos con el movimiento, deben elegir sus delegados a esta coordinación y votar unitaria y democráticamente las tareas y acciones necesarias. A su vez, la APPO puede ayudar a organizar un organismo nacional que, independiente de intereses de los partidos del Congreso Nacional, avance hacia una unidad clasista y combativa.
Luchemos por un gobierno de la APPO y las organizaciones en lucha
Frente a las trampas de recambio del régimen, que continuará garantizando los negocios de los empresarios, nosotros pensamos que hay que levantar un programa independiente, luchando para que se vaya URO y que los trabajadores y el pueblo impongan un Gobierno Provisional de la APPO y las demás organizaciones obreras, campesinas y populares en lucha, que convoque a una Asamblea Constituyente Revolucionaria que discuta como resolver las demandas y reivindicaciones de las grandes mayorías.
Para avanzar en esa lucha, la APPO debe convertirse en un organismo basado en delegados electos en las comunidades, barrios y centros de trabajo de todo el estado, con mandato de base y revocables, donde se informe y se decida de forma democrática todos los pasos a seguir para redoblar y profundizar la lucha. Esa será la mejor forma de evitar la acción de los sectores más pactistas y conciliadores, sometiendo todas las decisiones al control y la discusión democrática de la clase obrera y los sectores en lucha.
¡Fuera Ulises Ruiz! ¡Fuera PFP y tropas de Oaxaca!
¡Viva la Comuna de Oaxaca!
La lucha de Oaxaca es parte de una lucha nacional contra el gobierno y las instituciones de los capitalistas, hasta realizar una huelga general política que dé un golpe decisivo al actual régimen y abra el camino para imponer un gobierno de los trabajadores, los campesinos e indígenas pobres, basado en sus organismos de democracia directa y en la expropiación de los expropiadores, y que inicie la transformación radical y socialista de la sociedad. Esta es la primera batalla, y una de las lecciones que debe extraer la vanguardia obrera y popular es que no debemos dejar que la energía de las masas sea dilapidada por direcciones que la llevan tras una estrategia reformista y conciliadora, de confianza en las instituciones del estado burgués. Por eso, desde la LTS y la FT-CI, creemos que hay que construir un partido revolucionario de los trabajadores, basado en los sectores mas concientes y avanzados de la clase trabajadora y la juventud combativa, tras una política y una estrategia que se preparare para ser una alternativa de dirección en las nuevas batallas que se avecinan.